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PULPO POLÍTICO

Zedillo, el responsable de la catástrofe

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¿Vocación democrática o remordimiento de conciencia? * El presidente traidor: De tecnócrata a demócrata * Allanó el camino para que Andrés Manuel López Obrador fuera jefe de Gobierno * El Fobaproa, “el error de diciembre” y la privatización de ferrocarriles, su gran legado para millones de mexicanos * Marcado para siempre por la traición a su partido, el PRI, y a su antecesor, Carlos Salinas de Gortari

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

¡Ahora resulta..! que el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León es el paladín y defensor de la democracia mexicana, y hoy en día se atreve a señalar que el gobierno de la Cuarta Transformación se ha convertido en una tiranía.

Zedillo Ponce de León está en todo su derecho de realizar críticas que no son ninguna novedad. Han sido advertidas por muchos politólogos, juristas y analistas desde el sexenio pasado.

Lo que no olvidamos muchos mexicanos es que Ernesto Zedillo, durante su mandato, se convirtió en el gran detractor, destructor y traidor del sistema político mexicano, lo que abrió el camino para la primera alternancia del año 2000.

Teníamos una “dictadura perfecta” que, con todos sus defectos, era un sistema sui generis en el mundo.

Un sistema político PRI-gobierno que nos dio paz, crecimiento económico, creación de las instituciones, que propiciaron el periodo más largo en Latinoamérica de estabilidad política, social y económica.

Un sistema político-electoral que abrió la entrada a los partidos de oposición a la competencia política, desde los 70s y propició el pluralismo político de manera gradual e institucional.

Un sistema que tenía sus reglas no escritas, una de ellas la lealtad al sistema-partido y a las personas que lo llevaron al poder.

La traición a su antecesor fue la principal divisa del gobierno de Zedillo. Imagínese que el expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien modernizó al país con la creación del TLCAN (hoy llamado T-MEC) y nuestro ingreso al club de los 22 países -en ese tiempo- más avanzados del mundo, la OCDE, de pronto se convirtió en un expresidente corrupto, con un hermano “asesino”.

Es lo que millones de mexicanos veíamos a diario en los titulares de la prensa nacional, sólo al presidente Zedillo Ponce de León se le podría ocurrir “poner la Iglesia en manos de Lutero”, y eso fue lo que hizo al nombrar procurador General de la República al panista Antonio Lozano; los métodos de investigar con adivinas y osamentas son sólo anécdotas del gigantesco escándalo sexenal.

El desconocimiento y desprecio por el PRI lo puso de manifiesto Zedillo con aquella consigna de la “sana distancia”.

 

ZEDILLO, SALVADOR DE AMLO

A quince días de que López Obrador abandonara Palacio Nacional, Ernesto Zedillo alzó la voz para acusar que la Cuarta Transformación consistió en “transformar nuestra democracia en tiranía”.

¿Por qué se dio cuenta cuando ya no hay remedio?

Ernesto Zedillo tuvo en sus manos frenar a un defraudador de la ley, y lo impulsó.

¿Por qué lo dice cuando ya de nada sirve?

El golpe está consumado y el expresidente dio un grito estéril y a destiempo.

Cuando López Obrador lanzó su candidatura a jefe de Gobierno del Distrito Federal no cumplía con los requisitos de la ley, dado que no acreditó su residencia en la capital del país en los cinco años previos.

Luego de un par de manifestaciones de AMLO en el Zócalo, Zedillo le ordenó al PRI no impugnar y dejarlo pasar. Fox y Santiago Creel le pidieron lo mismo al líder del PAN en el DF, José Luis Luege.

Fue así como AMLO aprendió que a él no le vienen con eso de que la ley es la ley.

El secretario de Gobernación de Zedillo, Emilio Chuayffet, gestionó que le quitaran a López Obrador dos órdenes de aprehensión por la toma de pozos petroleros.

También había accedido a la exigencia de AMLO de remover a Roberto Madrazo del gobierno de Tabasco, a quien le ofreció, sin éxito, hacerse cargo de la Secretaría de Educación Pública.

Es absolutamente cierto todo lo que dijo Zedillo del talante antidemocrático, destructor y vengativo de López Obrador. Pero demasiado tarde.

Fue el único expresidente -junto con Echeverría- que calló cuando las cosas debieron decirse y advertir a su público natural, banqueros y grandes empresarios que después se subieron al tren de la 4T, que AMLO era un peligro para México.

Ahora sigue criticando cuando AMLO ya no está en el gobierno y cuando el país pierde su democracia.

Se presenta como el padre de la democracia mexicana y de la legalidad, cuando él, como presidente de la República, ordenó torcer la ley para favorecer al candidato López Obrador.

Zedillo ejerció el poder de manera arbitraria y vengativa.

Fue la procuraduría de Zedillo la que sembró un cadáver en la finca de un enemigo suyo para acusarlo de homicidio.

La PGR de Zedillo pagó medio millón de dólares al testigo usado en el caso del homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, para que cambiara todas sus declaraciones anteriores y acusara del crimen al hermano de quien lo hizo presidente, Carlos Salinas de Gortari.

Zedillo autorizó ese soborno millonario al testigo, de acuerdo con lo que declaró en su momento el entonces secretario particular del procurador general, José Antonio Lozano Gracia.

Con el presidente Zedillo la justicia fue una vergüenza.

Para culpar a su antecesor del asesinato de Luis Donaldo Colosio, la procuraduría de entonces torturó a Othón Cortes (al que señalaban como “el segundo tirador”) y lo tuvo un año preso en Almoloya, hasta que un juez digno ordenó su inmediata liberación: el ahora ministro de la Corte Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Así que con estos hechos no es el padre fundador de la democracia mexicana.

El expresidente fue omiso por décadas. Ernesto Zedillo no defendió al país y a la democracia cuando había que hacerlo.

 

LAS TRAICIONES CONTRA CHUAYFFET, ALZATI, MADRAZO, PASCUAL GARCÍA DE ALBA

Ni la reforma judicial, ni la electoral, fueron obra o idea del mandatario Ernesto Zedillo. Fueron iniciativas, diseñadas e impulsadas por grandes juristas encabezados por el entonces secretario de Gobernación, el brillante e institucional Emilio Chuayfett Chemor, que al final fue traicionado y cesado como “chivo expiatorio” por el caso Acteal.

Traicionado, como lo había sido su primer secretario de Educación Pública, Fausto Alzati Araiza, cesado en un escándalo vano e inutil, cuya verdad siempre conoció Zedillo. Al respecto, Chuayffet Chemor señaló: “Al presidente Zedillo Ponce de León sólo le hubiera bastado decir que ‘la Constitución Política no señala como requisito para ser secretario de Estado ser doctor, ni siquiera licenciado”… sobre todo porque atrás del escándalo estaban enemigos políticos del presidente Ernesto Zedillo como Manuel Camacho Solís y Elba Esther Gordillo.

En esas fechas se evidenció la debilidad política de EZPL ante las presiones y chantajes de Andrés Manuel López Obrador.

Los comicios para la gubernatura de Tabasco se habían realizado el 20 de noviembre de 1994 -10 días antes de que tomara posesión Zedillo como presidente de la República-.

López Obrador decía tener documentos de fraude que nunca probó. En enero de 1995, Roberto Madrazo Pintado fue a visitar al “todavía” secretario de Educación, cuya renuncia ya parecía inminente, Fausto Alzati, con quien había hecho amistad en las lides juveniles priístas, para comentarle que el presidente Zedillo Ponce de León le había ofrecido la SEP a cambio de reconocer a Andrés Manuel como ganador de la gubernatura de Tabasco.

Madrazo Pintado le dijo a Alzati Araiza que la propuesta se la había hecho el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, en nombre del presidente Ernesto Zedillo.

Roberto Madrazo dijo que no aceptaría esa propuesta y se quedó a gobernar Tabasco luego de echar del palacio de gobierno a los porros de AMLO que lo tuvieron tomado durante algunas semanas.

Otra celebre traición de Zedillo fue a Pascual García de Alba, su principal colaborador desde que fue secretario de Programación y Presupuesto, a quien el propio Zedillo calificaba como “el mejor macroeconomista” de México, por cierto, creador de los “pactos para la estabilidad económica”; ya en la SEP lo echó a la calle como resultado de las intrigas de Esteban Moctezuma.

En su círculo más cercano también hubo traiciones; siendo presidente despidió a dos de sus colaboradores de toda la vida, su eterna secretaria privada y su leal jefe de ayudantes. Al parecer la secretaria privada le estorbaba a Liébano Saénz, el poderoso secretario particular, a quien muchos consideraban el “poder tras el trono”, propició la salida de Luis Téllez a la Secretaría de Energía e intervino en la caída de Emilio Chuayffet como secretario de Gobernación.

En 2000, en el ocaso de su sexenio, Zedillo Ponce de León le volvió a abrir la puerta de la política nacional a López Obrador, al aceptar -veladamente- apoyar su candidatura para la jefatura del Distrito Federal, a sabiendas de que no cumplía con el requisito de residencia, que establecía la norma electoral.

El 1 de enero de 1994 ocurrió el primero de los acontecimientos que pudieron ser consecuencia de la lucha por la sucesión presidencial de Salinas de Gortari, que había sido resuelta en favor de Luis Donaldo Colosio Murrieta en octubre de 1993 y que dejó en el camino a grandes y poderosas figuras políticas como Fernando Gutiérrez Barrios y Manuel Camacho Solís, quienes -por diferentes razones y trayectorias- se sentían como seguros sucesores de Salinas de Gortari.

Gutiérrez Barrios, aunque vio truncado su sueño, desde 1993, cuando el presidente Salinas lo cesó como secretario de Gobernación, preservó su ferviente deseo hasta marzo de 1994, cuando ocurrió el segundo de los fatídicos acontecimientos: El asesinato de Colosio Murrieta, candidato presidencial del PRI.

Se supo que el exsecretario de Gobernación pidió el apoyo del exsecretario de la Defensa Nacional, Juan Arévalo Gardoqui, para ser el candidato sustituto, al mismo tiempo que una semana antes del magnicidio daba a conocer en la revista “Siempre” sus méritos y cualidades para ser presidente de México.

Manuel Camacho Solís, por su parte, mostró su enfado por no haber sido favorecido. Desde el destape de Luis Donaldo Colosio, prefirió renunciar a la cancillería, para extraña y sospechosamente ocuparse de “negociar la paz” con el EZLN.

En ese escenario, Salinas de Gortari se vio obligado a designar a Ernesto Zedillo como candidato presidencial suplente del PRI. Se le agotaron las opciones, pues otros miembros de su gabinete que habían sido presidenciables como Pedro Aspe y Emilio Gamboa ya no cubrían el requsito constitucional de haber renunciado seis meses antes de la elección.

En julio de 1994, Zedillo resultó electo presidente de México, con una copiosa votación y no fue resultado de su gran carisma político o popularidad, pues para muchos expertos la elección ya había sido ganada por Colosio desde el 23 de marzo pasado.

En ese año ocurrieron otros dos grandes acontecimienotos que cimbraron la poltíca y la economía de México. En septiembre del fatídico “94” fue asesinado el cuñado de Carlos Salinas, José Francisco Ruiz Massieu, a la sazón secretario general del PRI.

Finalmente, a veinte días de la toma de posesión de Zedillo Ponce de León, el 20 de diciembre de 1994, ocurrió “el error de diciembre”, que se ha considerado como el daño más fuerte para la economía nacional y para la economía personal de millones de mexicanos -en un siglo-, pues de la noche a la mañana vieron mermados sus ahorros y patrimonio, e incrementadas sus deudas, por la abrupta devaluación del peso de 300 por ciento.

 

ZEDILLO, TAMBIÉN RESPONSABLE DEL “ERROR DE DICIEMBRE”

En su libro “México, un paso difícil a la modernidad”, editado en 1996, Carlos Salinas de Gortari describe cómo el “error de diciembre” incluye la calidad del gabinete de Ernesto Zedillo, el desmantelamiento de los funcionarios de la SHCP, el pésimo paquete económico para 1995 y el mal manejo de las reservas internacionales con que inició su gobierno para cubrir el déficit de la balanza comercial.

Salinas de Gortari responsabilizó a Zedillo y a sus funcionarios de haber entregado a los empresarios información privilegiada sobre la devaluación mayúscula que venía.

“Esta información resultó letal -acusa Salinas-, pues los empresarios la utilizaron para cubrir sus deudas en dólares. Aquellos dirigentes empresariales supieron en ese momento que el gobierno estaba dispuesto a devaluar más allá de lo permitido por la banda”.

Relató Salinas: “Unos cuantos mexicanos vaciaron las reservas internacionales. El 21 de diciembre, en pocas horas, el país perdió la mitad de sus reservas internacionales. Sin reservas no era posible mantener el tipo de cambio ni enfrentar las obligaciones adquiridas, entre ellas los Tesobonos.

“El desplome de las reservas internacionales fue provocado por mexicanos que tuvieron información anticipada sobre la devaluación y se lanzaron a comprar divisas. Esto está confirmado con datos que presentó el FMI en un documento oficial”, añade Salinas.

En 2000, el presidente tecnócrata Zedillo Ponce de León, que se había pasado en su gobierno destruyendo el sistema PRI-gobierno que lo había llevado al poder, cosechó lo que sembró. Vino la primera alternancia, Ernesto Zedillo reconoció de inmediato el triunfo de Vicente Fox Quesada, pero no por su vocación democrática, sino porque ya no le quedaba otra salida, el triunfo de Fox había sido claro y contundente. Un PRI debilitado y desprestigiado por quien debía ser el “primer priísta del país” y un candidato mediocre, Francisco Labastida, propiciaron la derrota. Fue en ese momento cuando Ernesto Zedillo se convirtió en el presidente demócrata, como “el burro que tocó la flauta”.

Quizá lo peor del sexenio zedillista no fueron el Fobaproa, el “error de diciembre” o la privatización de los ferrocarriles, sino la traición a su partido y a su antecesor. No sabemos si fue por comisión o por omisión, si fue su falta de pericia política o su deslealtad fue deliberada.

 

DESCARTA SHEINBAUM LLEVAR AL TERRENO LEGAL A ZEDILLO POR FOBAPROA

La Primera Mandataria Sheinbaum Pardo descartó la posibilidad de llevar ante la justicia al expresidente Ernesto Zedillo por el endeudamiento del país a raíz de la implementación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

En su Mañanera del Pueblo del jueves pasado, aseguró que se trata de mantener en la memoria estos hechos que llevaron a miles de mexicanos a perder su patrimonio e incluso a algunos al suicidio.

“Entonces por eso es importante que ustedes nos ayuden, que nos ayuden todos todos aquellos… hay quien perdió su casa, quien perdió su negocio, que diga cierto, qué fue lo que le pasó, su historia porque no es necesariamente algo penal y ya pasó tantos años, pero sin que se recuerde, porque quien olvida su historia, puede cometer los mismos errores hacia el futuro”, dijo.

Claudia Sheinbaum agregó que la oposición eligió como vocero para criticar al gobierno y la reforma judicial a quien es recordado por los mexicanos, según una encuesta de 2024, como uno de los peores presidentes en la historia moderna del país.

En lealtad y habilidad política, no hay duda que la Presidenta Sheinbaum podría darle cátedra al académico de Yale.

 

***Académico y consultor.

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¿Fin al populismo de izquierda en América Latina?

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El comunismo que lideraba la URSS fracasó y concluyó en 1989 con la caída del Muro de Berlín * Al pueblo no le interesa la postura ideológica, lo que demanda es un país con más seguridad, menos delincuencia, una economía creciente y sana, así como mejores servicios de salud, educación e infraestructura

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

Luego de las elecciones presidenciales en Chile, en donde resultó electo, en segunda vuelta, José Antonio Kast, se tiene un balance casi en empate entre los países gobernados por la izquierda y por la derecha.

De 20 países latinoamericanos, actualmente en nueve hay gobiernos de derecha y en diez, de izquierda. Entre estos últimos, en México, Brasil, Colombia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Uruguay. En la derecha destacan los gobiernos de Argentina, Ecuador, Salvador, Bolivia, Honduras, Paraguay, Perú. Las últimas elecciones en esta región han girado de la izquierda a la derecha.

Por ello intentaremos recordar el significado y origen de la izquierda y la derecha ideológicas. Se definen como posturas políticas, sociales y económicas, originadas en la Revolución Francesa, donde la izquierda se asocia con igualdad, progreso y mayor intervención estatal, y la derecha con tradición, orden y libertad individual/mercado, aunque sus significados evolucionan y varían según el contexto histórico y país.

No se consideran bloques cerrados. Sus fines y características se entrelazan. Una persona puede tener ideas progresistas en lo social y conservadoras en lo económico, o viceversa. Lo que es de izquierda o derecha puede cambiar con el tiempo y el lugar (ej. el liberalismo fue de izquierda en sus inicios).

Las últimas corrientes ideológicas tienen diversas combinaciones. Incluye liberales (centro), socialdemócratas (izquierda moderada), conservadores (derecha), libertarios (izquierda/derecha extrema), etc.

En resumen, izquierda y derecha son etiquetas útiles para entender grandes tendencias políticas, pero la realidad es más compleja y matizada, requiriendo diálogo y respeto por las diferentes perspectivas.

Hoy en México, en el partido en el poder, hay muchos desorientados, seudocomunistas, populistas de “izquierda”, como Pablo Gómez, Gerardo Fernández Noroña y muchos morenistas que viven en los 70s cuando existía la Guerra Fría.

Confunden izquierda, derecha, comunismo y capitalismo. Viven en el siglo pasado, cuando la Guerra Fría fue un enfrentamiento ideológico post-Segunda Guerra Mundial entre el capitalismo (liderado por EU, con propiedad privada y libre mercado) y el comunismo (liderado por la URSS, con propiedad colectiva y control estatal), dividiendo al mundo en dos bloques antagónicos, Occidente y Oriente, que competían por expandir su sistema sin llegar a un conflicto directo por las armas nucleares, mediante espionaje, carrera armamentista y guerras.

Connotados líderes mexicanos de “izquierda” en el poder, ignoran que el comunismo que lideraba la URSS fracasó y concluyó en 1989 con la caída del Muro de Berlín.

En la actualidad hay quienes conciben la competencia económica entre China y Estados Unidos, como una nueva “guerra fría” ideológica.

Las condiciones ideológicas de China son muy diferentes de lo que fue el comunismo de la URSS. El país atravesó enormes cambios. Mao instaló políticas marxistas, pero a diferencia del comunismo soviético, centrado en la clase obrera, la revolución maoísta se basó en los campesinos e inició su proceso de industrialización.

Setenta y seis años después de su fundación, la China actual parece casi opuesta a la nación que concibieron los fundadores del PCCh.

Hoy China es el segundo país del mundo con más millonarios (hay más de 6 millones, según el último Informe de riqueza global de UBS). Su Producto Interno Bruto (PIB) sólo es superado por el de Estados Unidos.

Todo se debe a los cambios que introdujo a partir de 1978 Deng Xiaoping, quien impulsó un programa económico que liberalizó la economía, permitiendo el resurgimiento del sector privado y descentralizó el poder. Se abrió al exterior: viajó a EU y selló los lazos con Washington.

El modelo económico introducido por Deng, basado en una economía de mercado, permitió que China empezara a crecer a niveles récord y sostenidamente durante cuatro décadas.

El Banco Mundial estima que más de 760 millones de chinos salieron de la pobreza gracias a las reformas, algo sin precedentes -aunque la desigualdad es creciente-.

Hoy China en lo político ideológico es un país más estatista que comunista. Es un Partido-Estado, que sacrifica libertades por control, no existe la libertad de prensa.

Según Human Rights Watch, el gobierno chino “mantiene un estricto control sobre Internet, los medios masivos, la academia y las comunidades religiosas. Sin embargo, “económicamente China hoy está más cerca del capitalismo que del comunismo”, según analistas internacionales.

Así el “capitalismo estatal”, ha exacerbado la guerra comercial entre China y EU. Ante el dilema de si la China de Xi se está haciendo más capitalista o más comunista, el consenso indica que ninguna de las dos opciones es acertada: “Es más estatista”.

Por ello, lo que está ocurriendo en América Latina debe verse con objetividad y desechar la idea del giro a derecha o izquierda. La población no vota ideológicamente sino con el bolsillo o guiada por un sentimiento de angustia por inseguridad o frustración respecto al funcionamiento del Estado, los partidos y la clase política. Ideológicamente, la región sigue siendo muy heterogénea.

El reciente triunfo de la derecha en Chile no debe considerarse como una tendencia obligada en toda la región. En opinión de Andrés Malamud, “es improbable que el triunfo de Kast en Chile tenga gran impacto regional”. Esto, por dos razones, dice a DW el investigador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa: “Primero, es lo usual que Chile alterne entre izquierda y derecha cada cuatro años. Segundo, Kast tiene un estilo menos disruptivo que Bukele o Milei”.

“Hablar de ola derechista es descriptivamente correcto, pero analíticamente engañoso: En Sudamérica están triunfando las oposiciones, que sólo circunstancialmente son de derecha”, señala Malamud.

En el caso de Chile diversos analistas coinciden en que la derrota del presidente Boric tuvo que ver con temas de corrupción, seguridad, criminalidad y migración, dejando a un lado la agenda democrática de Boric.

En el esquema geopolítico mundial, los signos de los nuevos gobiernos en América Latina incidirán en el foco de las dos grandes potencias: Estados Unidos y China.

El gobierno chileno de Kast estará más cercano a los intereses de Estados Unidos.

Esto podría tener efectos también en la relación con China, nación que ha tenido influencia en Chile y otros países de la región, con crecientes exportaciones, instalación de complejos manufactureros (automotrices) y grandes inversiones en obras públicas, y que ha buscado extender en Latinoamérica.

Además, el triunfo de Kast se debió a que supo negociar y aprovechar las transferencias de votos de los candidatos de derecha derrotados en la primera vuelta, tras conseguir el apoyo del libertario Johannes Kaiser y de la representante de la derecha más tradicional Evelyn Matthei. También capitalizó gran parte de los votos del tercer candidato en primera vuelta, el economista antisistema Franco Parisi, que el mes pasado había obtenido el 20% de los sufragios.

Entre los factores de incertidumbre que acompañaban esta elección estaba el destino de los votos de más de cinco millones de chilenos que solían abstenerse y que por primera vez estaban obligados a sufragar.

Ese voto obligatorio, en su tercer intento por la presidencia, justificó en parte que Kast lograra un récord de más de siete millones de apoyos, convirtiéndose en el presidente más votado de la historia.

Las principales banderas de Kast fueron un “gobierno de emergencia” para atajar con “mano dura” los problemas en materia de seguridad-delincuencia, inmigración y progreso económico.

Las elecciones presidenciales del 2026 en Costa Rica, Colombia, Brasil y Perú serán una nueva prueba para verificar cuánto ha crecido la adhesión a las posturas de “derecha”.

La Primera Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo felicitó a José Antonio Kast y señaló: “Creo que es un momento de reflexión para los movimientos progresistas en América Latina y por qué se dan estas circunstancias”.

Asegura que un giro desde un gobierno progresista como el de Boric a uno conservador no ocurrirá en México.

“Aquí hay unidad, y a veces cuando no hay unidad en los movimientos, se genera esta disminución del apoyo”, expresa la Primera Mandataria, pero lo sucedido es un asunto que debe “analizarse” para comprender cómo se ha llegado a ese resultado electoral.

Si México continúa en la ruta democrática con elecciones libres y transparentes, como ocurrió en Chile, un eventual triunfo de Morena sería legítimo y reconocido por 130 millones de mexicanos.

Sin embargo, si la anunciada e innecesaria reforma electoral se convierte en control estatal de elecciones, estaremos más cerca del autoritarismo al estilo Venezuela, Cuba y Nicaragua. Como se ha visto, al pueblo no le interesa definirse como de izquierda o derecha. No más populismo, lo que demanda es un país con más seguridad, menos delincuencia, una economía creciente y sana, así como mejores servicios de salud, educación e infraestructura.

Deseamos tener un país unido y en paz. Un México próspero, justo, libre y democrático. Que así sea por el bien de todos los mexicanos.

 

***Académico y consultor.

 

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¡Aguas con la llegada del 2026!

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Ley Nacional del Agua, entrega de narcopolíticos, renovación del T-MEC, los retos de la Primera Presidenta * El chantaje, el arma de presión de Donald Trump para sacar la mejor raja posible

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

En noviembre de 2018 se firmó la ratificación del T-MEC. Presentes, Donald Trump, Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau.

Durante las negociaciones Trump dijo que el tratado no le convenía a Estados Unidos, sin embargo, después de la firma, afirmó que era el más importante y grande tratado comercial del mundo.

Con Trump, como “La Chimoltrufia” -como dice una cosa dice otra-, hay que adivinar por dónde quiere ir, día tras día. El estilo para negociar de Donald es presionar, acorralar y sacar la mayor ventaja.

El primer encuentro personal entre Claudia Sheinbaum Pardo y Donald Trump se dio en el sorteo de la Copa Mundial de Futbol en Washington. Todo pareció ser sonrisas y elogios, después vino el garrote.

Hasta ahora Sheinbaum Pardo ha cumplido todas las peticiones de EU en materia comercial, migratoria y de seguridad (entregas de narcos).

Ahora Trump pone en la mesa de negociación la entrega de más narcos mexicanos, pero ahora que sean narco-políticos. ¿Será que estarán en el patíbulo conocidos políticos de la 4T? Un dilema tremendo para la Primera Presidenta, pues esto implicaría el resquebrajamiento y debilitamiento para el movimiento de la “transformación”.

De igual manera, el mandatario estadounidense demanda el cumplimiento del tratado de agua que data de los años 40s, que -si bien contempla considerar sequías- se pretende pasar por alto y exigir a México más agua de la que tiene la capacidad de entregar, sin sacrificar amplios sectores de agricultores y empresarios que requieren de agua en la frontera.

En medio de este conflicto hídrico, se da a conocer que Donald no sólo va por Maduro, ahora se sabe que también quiere la cabeza del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien estuvo apoyado y asociado con Maduro, quien financió al PSOE, a cambio de introducir droga en España y grandes cantidades de petróleo y dinero.

¿Quién sigue: Cuba, Nicaragua, Colombia, México?

Otro problema por sortear es la revisión del T-MEC para 2026. La fecha límite oficial de la renegociación conjunta es el 1 de julio de 2026, según establece el propio texto del acuerdo. No es casual que esta semana Trump sumó una nueva condición, muy aparte de los aranceles, los flujos de migración y fentanilo desde México.

Ahora el Tío Sam presiona a nuestro país con el cumplimiento del tratado de agua por el cual México, según Estados Unidos, debe cumplir su cuota de entrega en la frontera, pese a las grandes sequías que ha sufrido México en los últimos años.

El jefe de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos confirmó ante legisladores que la administración Trump podría decidir en 2026 retirarse del T-MEC o fragmentarlo en acuerdos bilaterales separados con México y Canadá.

Donald no respeta el contenido del T-MEC firmado por él en 2018. El T-MEC incluye un mecanismo de “revisión conjunta” a los seis años, con opciones que van desde la extensión automática por 16 años más hasta revisiones anuales hasta 2036. La oficina comercial de EU activó este mecanismo a través de una convocatoria oficial a audiencias públicas programadas entre el 3 y 5 de diciembre de 2025, en las cuales debieron comparecer diversos sectores: desde productores lácteos hasta fabricantes automotrices, desde sindicatos hasta cámaras de comercio.

En este contexto, la posibilidad de retirada -que legalmente exige un aviso con seis meses de antelación, según el Artículo 34.6 del tratado- deja de ser mera retórica para convertirse en un instrumento concreto de coacción política.

El mandatario estadounidense ha sido explícito en su estilo de negociar. La primera semana de diciembre declaró que el tratado “vence en aproximadamente un año, y lo dejaremos vencer o tal vez lleguemos a otro acuerdo con México y Canadá”, según publicó The New York Times.

Un análisis reciente de BBVA Research señala que, en el primer semestre de 2025, el 83.3% de las exportaciones mexicanas se dirigieron a Estados Unidos, una concentración extrema que la administración Trump explota tácticamente. En ese contexto, la industria automotriz sería la más afectada por su peso económico en la estructura del comercio trilateral. Analistas especializados han documentado que los aranceles impuestos por Trump a autopartes y metales han reconfigurado toda la estructura manufacturera norteamericana.

Los números confirman el deterioro: la Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector automotriz mexicano cayó 20.1% en los primeros tres trimestres de 2025, sumando aproximadamente 7.87 mil millones de dólares frente al año previo, según datos de la Secretaría de Economía citados por El Economista.

La incertidumbre ha paralizado proyectos clave: el gigante chino BYD suspendió de forma indefinida sus planes para una megafábrica en México debido a los aranceles y tensiones comerciales con EU.

 

CUATRO ESCENARIOS POSIBLES

Los órganos técnicos especializados han pronosticado cuatro escenarios posibles para la revisión de 2026.

El primer escenario, llamado de “extensión dolorosa”, implica que México y Canadá ofrezcan concesiones significativas para reducir los aranceles estadounidenses y lograr una renovación anticipada.

Un segundo escenario contempla la fragmentación del marco trilateral en acuerdos bilaterales paralelos o un retorno a negociaciones país por país.

Un tercer escenario es la ruptura formal por el cual cualquier país puede invocar el Artículo 34.6 del T-MEC y retirarse con seis meses de aviso.

Un cuarto escenario, posible, aunque complejo, es el colapso seguido por parches bilaterales, con la “pérdida de la integración trinacional”.

Al final lo que Trump intenta es convertir el tratado en un instrumento de subordinación explícita, donde México y Canadá aceptan no sólo reglas comerciales sino también restricciones geopolíticas anti-China.

En México ya se manifestó este propósito con la imposición de aranceles a China y Corea. La incertidumbre es creciente, desde modificación de reglas de origen hasta compromisos en seguridad, cooperación migratoria y atracción de IED serán instrumentos de presión de Donald.

A Estados Unidos ni a nadie conviene una guerra comercial en el continente. Esto implica que el gobierno de Claudia Sheinbaum seguirá dócil y obediente a todos y cada uno de los caprichos y peticiones de Trump, como lo ha hecho hasta ahora.

La 4T sabe que el “neoliberal” T-MEC es el único y auténtico soporte de la economía mexicana y no se va a disparar a los pies.

Las grandes concentraciones, la retórica y los golpes de pecho de que “defenderemos la soberanía nacional” sólo es una narrativa que vende entre la clientela electoral de la 4T.

Qué difícil el doble compromiso de la Primera Presidenta al estar sujeta a las directrices de Washington… y de Palenque.

“Aguas con Trump, esto apenas empieza, sólo lleva un año de gobierno”.

Esperamos que la Primera Mandataria, con su inteligencia y habilidad política, pueda salir adelante del enorme reto que enfrenta contra estos dos “Tigres”. Por el bien de México, que así sea.

 

***Académico y consultor.

 

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PULPO POLÍTICO

Las dos caras presidenciales

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¿Quién manda o será que están dispuestos a compartir el poder? * Mientras el exmandatario detalla sus razones para soltar al Tigre en las calles, la Primera Mandataria Sheinbaum Pardo señala que “estamos lejos de eso” * El primer piso fue un desastre * El segundo piso se está consolidando y millones de mexicanos desean que Claudia gobierne desde ya para iniciar una auténtica transformación

 

MARKOFLOS

 

El expresidente Andrés Manuel López Obrador reapareció públicamente en días pasados mediante un video que grabó en su rancho La Chingada, en Palenque, Chiapas.

El video fue ampliamente difundido en redes sociales. En un mensaje, de más de 50 minutos, presentó su nuevo libro, “Grandeza”, y reflexionó sobre su “retiro de la política”, pero lo que más provocó polémica y reacciones de todo tipo fue su afirmación que sugiere que sólo él sería el salvador de la democracia, de la presidenta, de la soberanía, ¡de México pues!

Y detalla sus tres razones para volver de su retiro, insinuando que soltaría al Tigre en las calles.

Afirma que saldría de su retiro en paz si se vulnerara la democracia (“el burro hablando de orejas”, cuando es por todos sabido que él inició la destrucción del régimen democrático constitucional); si existiera una amenaza de Golpe de Estado (no midió sus palabras o quizá no sabe que eso sólo lo pueden dar los militares y la Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas es la Primera Presidenta); o si fuera necesario “defender la soberanía de México” (la indicada es la Mandataria con el apoyo del pueblo).

Sutilmente se elige como el salvador, como el único que puede salvar a México y que sólo él puede poner orden y control en el país. Como quien dice, “El Estado soy yo”.

 

DESPLANTE DE PODER

El periodista Marco Levario Turcott, entrevistado por Adela Micha, señala: “La reaparición de Andrés Manuel López Obrador desde ‘La Chingada’ lo define como un desplante de poder que, lejos de blindar a Claudia Sheinbaum, desnuda su fragilidad. Habla de cómo el expresidente aprovecha la crisis de imagen, los escándalos de huachicol fiscal y la violencia para enviar un mensaje interno a Morena: ‘Aquí sigo mandando yo’”.

Bajo el argumento de presentar su libro, manda línea política, pide “unidad” y se coloca otra vez como el verdadero centro de mando de la 4T.

Sobre este punto, la Primera Mandataria Sheinbaum Pardo celebró la reaparición del expresidente López Obrador.

“Me dio mucho gusto, queremos mucho al presidente López Obrador y su libro va a ser muy importante para el país”.

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Cualquier semejanza con personajes de la política actual es mera coincidencia, en la siguiente cita histórica.

El 10 de abril de 1936, el presidente Lázaro Cárdenas expulsó del país a Plutarco Elías Calles. Esto se debió a su constante intervención y control sobre la política mexicana, después de dejar la Presidencia, lo que obstaculizaba el gobierno de Cárdenas y generaba inestabilidad.

Calles controlaba al PNR, buscaba seguir imponiendo sus propias reformas, era un líder con gran poder y seguidores leales, y controlaba el poder tras bambalinas.

A partir de ese hecho histórico, la tradición del poder presidencial en México, que el PRI preservó por más de 70 años.

Fue una regla no escrita que los expresidentes dejaran de opinar e intervenir en la política de su sucesor. Si bien la política de todos ellos se basó en la continuidad de las principales políticas públicas, no se hacían públicas como logros del antecesor.

Esto permitía que el presidente en funciones reafirmara su poder y tuviera todo el margen de mando durante su gobierno. Sin embargo, ahora con el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, parece que los límites de la lealtad personal parecen rebasar la esencia de los principios que enarbola el “Movimiento” de la llamada “Transformación” que en el sexenio anterior quedó mucho a deber.

Nadie esperaría un rompimiento entre el expresidente Andrés Manuel y la Primera Presidenta Claudia Sheinbaum, pero esto podría implicar que la actual mandataria está dispuesta, por lealtad y convicción, a compartir el poder de la institución presidencial, con los riesgos que ello implicaría.

Para Maquiavelo, el poder es una fuerza que se ejerce y no se comparte; un gobernante debe ser pragmático, usar la fuerza y la astucia, y ser temido antes que amado para mantener el control, ya que la política es una lucha por el poder, no un ideal, y la bondad excesiva o la confianza ciega en otros pueden llevar a la ruina, como lo afirma en su obra “El Príncipe”.

La titular del Poder Ejecutivo -en sus intervenciones públicas- repite en cada oportunidad los “grandes logros” de AMLO. El sábado 6 de diciembre de 2025, durante la celebración de “Siete años de transformación”, destacó lo mismo que AMLO presumió en su video recientemente difundido: “…que durante su sexenio salieron de la pobreza 13.4 millones de personas”.

La Mandataria también subrayó: “Nos guía la máxima obradorista de que, por el bien de todos primero los pobres”.

Durante la celebración de los siete años de la llamada Cuarta Transformación, con seis años de Andrés Manuel López Obrador como presidente y el primer año de Sheinbaum al frente del país, la Primera Presidenta recuerda que los mexicanos tomaron una gran determinación desde que se decidió votar por Andrés Manuel López Obrador en 2018, pues el país entró en una verdadera democracia ‘donde el gobierno trabaja para todas y para todos, pero especialmente para quien más lo necesita’.

En un intento de hacer un resumen del primer piso de la transformación, el suscrito -ciudadano observador de la política mexicana desde hace 50 años, sin vínculos ni intereses con la “ultraderecha”, ni con conservador alguno-, me atrevo a afirmar que fue un rotundo fracaso.

Los resultados de AMLO fueron catastróficos, las cifras y datos duros hablan por sí solos y los números no mienten.

El menor crecimiento económico en 40 años; retroceso en educación, según medición PISA (OCDE); el segundo país del mundo con más fallecidos en la pandemia, un total de 800 mil muertes; en salud, 50 millones sin servicios; en seguridad, aumento exponencial de delincuencia y crimen organizado, cobros de derecho de piso en todos lados, asaltos en carreteras, 50 mil desaparecidos, crecimiento del huachicol.

En las obras faraónicas, opacidad y corrupción: Una refinería que costó el doble de lo presupuestado, 16 mil mdd, y que aún no refina un barril; un Tren Maya que atropelló todas las normas ecológicas, destruyó cenotes, selva y fauna por falta de planeación, además de corrupción y materiales de dudosa calidad; y un AIFA convertido en “Elefante blanco”, sin tráfico, producto del capricho personal de destruir el proyecto “Texcoco”, que los mejores especialistas y arquitectos del mundo habían planeado durante 25 años, llamado a ser el HUB de tráfico aéreo de toda América Latina.

AMLO convirtió los programas sociales -que ya existían- en moneda de cambio por votos, incrementando las dádivas. Para ello quitó recursos a muchos programas de salud, infraestructura, educación, investigación científica, desarrollo tecnológico, cultura y muchos de apoyo al campo, agricultura y sanidad animal.

Regresó el gusano barrenador por suspender la construcción de un gran laboratorio -en fase final de construcción- en Tapachula, Chiapas, que cultivaría la mosca que lo combate.

En pobreza, la cifra de 13 millones que se presume salieron de esta situación resulta falaz. Se cambió la metodología para medirla y sólo se consideraron los ingresos adicionales por programas sociales y se excluyeron todas las variables que sí sacan de la pobreza a la gente, como son acceso a educación, salud, vivienda digna (sin piso de tierra), luz, agua potable y otras que dan un mejor nivel de vida a los pobres.

En democracia se apoderó -personalmente- del Poder Judicial, sólo basta ver quiénes son los integrantes de la SCJN, puros incondicionales de él. Destruyó los organismos constitucionales autónomos. Dividió al país en buenos y malos, morenos y conservadores, aplastó a los partidos de oposición y controló al INE y al TEPJF. Todo esto en medio de la sospecha de alianzas con cárteles, al menos el de su “hermano” Adán Augusto.

Tardó 18 años en alcanzar la Presidencia, pero no para mejorar al país, más bien para satisfacer su ambición de poder. Ahora que reaparece públicamente, habrá que estar pendientes: ¿Qué pretende? ¿Qué querrá?

Los mexicanos estamos orgullosos de tener la Primera Presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo. Una mujer inteligente, preparada, con convicciones democráticas, con un buen equipo de trabajo.

Queremos una lideresa como Angela Merkel, quien llevó a Alemania a ser la primera potencia económica de la Unión Europea. No queremos una Cristina Kirchner, quien hundió a su país. Queremos a México ubicado en la moderna grandeza, como una de las diez mejores economías del mundo. La auténtica transformación debe comenzar ya. Queremos ver un solo rostro en la Presidencia. Que nos gobierne Claudia y NO ClaudicAndrés.

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