Destrucción y muerte en Birmania, Tailandia y China; al menos 2 mil pérdidas humanas y más de 3 mil 400 heridos * También Tonga y Nieu, Oceanía, vive un fuerte movimiento telúrico * Alerta mundial por las catástrofes
GAEL BUENDÍA
Un terremoto de magnitud 7.7 sacudió el sudeste asiático durante la mañana del viernes 28 de marzo pasado, con epicentro en Myanmar, cerca de Mandalay.
La tragedia fue seguida de una réplica de magnitud 6.4. El evento sísmico afectó severamente a Tailandia, Myanmar y el suroeste de China.
El epicentro se registró a una profundidad de 10 kilómetros y ocurrió en una región cercana a Mandalay, Myanmar. Las autoridades locales declararon un estado de emergencia en seis regiones afectadas.
En Tailandia, las autoridades reportaron daños materiales, especialmente en la capital, Bangkok, y en zonas cercanas. La magnitud del terremoto y su impacto en las infraestructuras ha dejado a muchas personas atrapadas, complicando las labores de rescate.
Las autoridades locales han solicitado ayuda humanitaria, aunque los esfuerzos de rescate se han visto obstaculizados por la inestabilidad de las condiciones en medio de la guerra civil que afecta al país.
El impacto en las ciudades más cercanas al epicentro ha sido devastador, y la falta de recursos para atender la emergencia complica aún más la situación.
El terremoto también tuvo efectos importantes en Bangkok, la capital tailandesa. Con más de 17 millones de habitantes, la ciudad experimentó escenas de pánico, especialmente en los edificios más altos.
Los residentes evacuaron rápidamente, mientras que el sistema de transporte público fue suspendido. Las autoridades informaron que los embotellamientos y el colapso de la infraestructura dificultaron aún más la atención a los heridos.
Durante varias horas después del sismo, las réplicas continuaron, manteniendo en alerta a la población y complicando las labores de rescate.
El terremoto también se sintió en varias regiones del sur de China, donde se reportaron daños en viviendas y personas heridas en las ciudades de Yunnan y Sichuan. En algunas áreas de Yunnan, la fuerza del sismo fue tan intensa que los residentes no pudieron mantenerse de pie.
Los servicios de emergencia seguían buscando el domingo víctimas del sismo del viernes que dejó al menos mil 700 muertos en Birmania y se sintió hasta Bangkok, donde murieron 18 personas.
A pesar de la llegada gradual de la ayuda internacional, el número de víctimas podría seguir aumentando en un país donde gran parte de la población vive junto a la falla Sagaing, donde se encuentran las placas india y euroasiática, dejado al menos 2 mil muertos y más de 3 mil 400 heridos, según las primeras estimaciones, entre temores a que la cifra final sea mucho mayor.
“Todo está en ruinas (…) Nadie quiere volver a sus casas”, dijo a EFE un vecino de la urbe, que prefirió no revelar su nombre. “Los edificios que no han colapsado están inclinados, así que todo el mundo teme que se caigan (…) Los vecinos viven en la calle o a la intemperie, entre las ruinas”, añade.
AFECTADAS 20 MILLONES DE PERSONAS
Cerca de 20 millones de personas en Birmania (Myanmar) resultaron afectadas de distintas maneras por el devastador terremoto de magnitud 7.7, según un reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El coordinador humanitario de Naciones Unidas en Birmania, Marcoluigi Corsi, dijo en el informe que 20 millones de personas, que representan un tercio de la población, sufren ahora las consecuencias del sismo en un país que ya atravesaba una profunda crisis política y económica desde el golpe militar de 2021.
SISMO DE MAGNITUD 7.1 EN TONGA Y NIEU, OCEANÍA
Un sismo de magnitud 7.1 sacudió la madrugada de este lunes, hora local, a Tonga y Niue en Oceanía.
El Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico emitió una alerta por olas de entre 0.3 y 1 metro por encima del nivel del mar.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, sigla en inglés), que registra la actividad sísmica en todo el mundo, localizó el temblor a una profundidad de 10 kilómetros bajo el lecho marino.
Tonga es un país insular del Pacífico, conformado por más de 170 islas, muchas de ellas deshabitadas.
El movimiento telúrico se registró a unos 90 kilómetros al sureste de la ciudad de Pangai, con unos 2 mil habitantes, y en el noreste de Nuku´alofa, la capital y con unas 27 mil personas la ciudad más poblada del país.
El ente de alerta de tsunami recomienda a las agencias gubernamentales “tomar medidas para informar e instruir a las poblaciones costeras en riesgo”, conforme a sus propios protocolos.
El Departamento de Meteorología de Australia descartó que las olas impacten a su nación, según publicó en un mensaje en X.
Tonga se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas del planeta con mayor actividad sísmica y donde se producen a diario temblores de diferente intensidad.
Cabe señalar que en 2009, al menos 189 personas murieron en Tonga y Samoa en el tsunami causado por dos terremotos simultáneos de magnitud 8 y 8.1.
En enero de 2022, Tonga fue arrasada por un tsunami provocado por una violenta erupción de un volcán submarino, que dejó al menos tres muertos, al país incomunicado varios días y afectó a más del 80 por ciento de su población.
Declaración del secretado de Estado de EU * El presidente Donald Trump usará todos los recursos del poder estadounidense
GAEL BUENDÍA
Marco Rubio, secretario de Estado de EU, en el marco de su visita a México, dijo que la Administración del presidente Donald Trump atacará militarmente a los cárteles del narcotráfico sin importar el lugar donde estén.
En vísperas de la reunión con la Primera Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en Palacio Nacional, afirma que el inédito bombardeo de Estados Unidos en aguas internacionales del Caribe, muestra que Trump usará todos los recursos del poder estadounidense contra los cárteles.
“Esta es una operación antidrogas y vamos a combatir a los cárteles de la droga donde quiera que estén y donde quiera que operen contra los intereses de Estados Unidos. La principal obligación del presidente Trump es garantizar el interés nacional y la seguridad nacional de nuestro pueblo”, dijo Rubio en Florida.
Del total de 9 presuntos grupos criminales designados como Organizaciones Terroristas Extranjeras por la Administración Trump este año, 6 de ellos tienen su base en territorio mexicano.
“El presidente Trump ha sido muy claro al afirmar que usará todo el poder de EU para combatir y erradicar a estos cárteles de la droga, sin importar desde dónde operen ni cuánto tiempo hayan podido actuar con impunidad. Esos días ya pasaron”, dijo Rubio.
Los cárteles mexicanos ubicados por Estados Unidos son el de Sinaloa, el del Golfo, el Jalisco Nueva Generación, el del Noreste, la Nueva Familia Michoacana, así como los Cárteles Unidos de Michoacán.
Ovidio Guzmán acepta que lideró el Cártel de Sinaloa que trafica fentanilo a EU
GAEL BUENDÍA
Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se declara culpable de los cargos de narcotráfico en Estados Unidos.
También aceptó pagar 80 millones de dólares como parte de un acuerdo, durante su audiencia de este viernes en Chicago, Illinois.
Guzmán López, uno de “Los Chapitos”, admitió su participación en la operación de narcotráfico del Cártel de Sinaloa ante el juzgado federal Dirksen en el centro de Chicago.
Ovidio Guzmán, alias “El Ratón”, se declaró culpable de los cuatro cargos de narcotráfico y delincuencia organizada. Durante la audiencia, aceptó ser líder del cártel y también de operar la empresa criminal que llegó a traficar fentanilo y otras drogas a suelo estadounidense.
Según expertos, la facción de “Los Chapitos” se hizo conocida por ignorar las pocas reglas que su padre seguía para dominar el narcotráfico.
Las autoridades esperan que el acuerdo de culpabilidad de “El Ratón” facilite el proceso contra ese grupo y el Cártel de Sinaloa en su conjunto, según expertos.
La audiencia estaba programada inicialmente para el miércoles, pero un juez la aplazó para este día.
El año 2025 será un punto de inflexión * El uso del comercio como arma de presión política no sólo erosiona la confianza global, sino que ha impactado negativamente en las proyecciones de crecimiento económico, elevando el riesgo de una recesión mundial
MARÍA FERNANDA GARZA
Vivimos un momento de redefinición profunda del orden mundial. Lo que hasta hace poco parecía un marco estable de cooperación económica y comercio internacional -con fallas, sí, pero perfectible-, hoy se ve amenazado por rivalidades estratégicas, políticas de poder y una desconfianza creciente.
El año 2025 será un punto de inflexión. Como ocurrió en 1945 y 1989, podríamos transformar esta crisis en una oportunidad para construir una cooperación global más justa, pero también podríamos repetir el error de 1919: diseñar un orden internacional basado en la revancha y la exclusión, sembrando así las semillas del próximo conflicto.
Estados Unidos, uno de los arquitectos del sistema multilateral, ha comenzado a desmontarlo.
El uso del comercio como arma de presión política no sólo erosiona la confianza global, sino que ha impactado negativamente en las proyecciones de crecimiento económico, elevando el riesgo de una recesión mundial.
La Reserva Federal y la OCDE ya han ajustado a la baja sus estimaciones.
El proteccionismo no es una solución moderna. A lo largo de la historia, los aranceles se han utilizado con tres fines: recaudar, restringir e incentivar acuerdos.
Donald J. Trump ha optado por emplear indistintamente estos fines como herramientas geopolíticas, no económicas, pero ya lo intentó entre 2016 y 2020, y el déficit comercial con China no se redujo. Por el contrario, siguió creciendo.
Y es que el desequilibrio no es comercial, es macroeconómico. Un país tiene déficit comercial cuando consume más de lo que produce, es decir, cuando invierte más de lo que ahorra. Ese es el caso de Estados Unidos. China, en cambio, produce más de lo que consume. Si el objetivo es mejorar la balanza comercial, la respuesta no son aranceles, sino reformas internas que promuevan el ahorro y la productividad.
También es cierto que la relación comercial EU-China estaba desequilibrada. En 2023, China exportó más de 430 mil millones de dólares a EU, mientras que EU exportó solo 140 mil millones a China. Pero hay formas más efectivas de enfrentar estas distorsiones. Más de 50 países han impuesto medidas compensatorias a productos chinos, utilizando mecanismos multilaterales para enfrentar barreras no arancelarias y prácticas desleales. Renunciar a estas herramientas legales en favor del unilateralismo es un retroceso.
Hoy tres grandes potencias -EU, China y Rusia- han transformado el comercio en un instrumento de coerción:
China subvenciona sectores estratégicos y limita el acceso a su mercado, forzando transferencia de tecnología.
Rusia usa la energía como herramienta geopolítica, afectando la seguridad energética europea.
EU ha paralizado el sistema de resolución de disputas de la OMC y recurre cada vez más a medidas unilaterales, debilitando la arquitectura multilateral que él mismo ayudó a construir.
En este nuevo escenario, emergen otros actores:
India, que equilibra su relación con Occidente y Eurasia, manteniendo autonomía estratégica.
Israel, líder en sectores como ciberseguridad, inteligencia artificial y defensa.
La Unión Europea, bajo presión por la crisis energética y las políticas agresivas de EU, enfrenta un dilema: definirse como un actor global autónomo o resignarse a ser una zona de influencia. La redefinición de su rol internacional ya no es una opción estratégica, es una necesidad histórica.
Como dijo el primer ministro polaco Donald Tusk, al partir hacia la Cumbre de Londres sobre Ucrania:
“500 millones de europeos están pidiendo protección a 300 millones de estadounidenses contra 140 millones de rusos. Europa hoy carece de la convicción de que somos una fuerza global”, añade.
Y, sin embargo, el verdadero enemigo no es un país: es el tiempo.
Estamos perdiendo biodiversidad a un ritmo alarmante. El cambio climático avanza más rápido que nuestra capacidad de respuesta. La economía digital puede ser una fuerza de inclusión o de marginación, dependiendo de cómo se regule. Y las crisis sanitarias y alimentarias no respetan fronteras.
Frente a desafíos como estos, la competencia entre bloques no es la solución. Estamos en una carrera contra el tiempo, no entre nosotros.
No se trata de volver al viejo modelo de globalización, ni de aceptarlo sin crítica. Pero tampoco de destruirlo. Lo que el mundo necesita no es más comercio sin control, sino un comercio más justo, resiliente y sostenible.
REGLOBALIZACIÓN
Esa es la apuesta de una nueva etapa: la re-globalización.
Una estrategia con tres pilares:
Primero, diversificación de las cadenas de suministro. La pandemia y la guerra en Ucrania demostraron los riesgos de depender de unos pocos países. Debemos construir cadenas más robustas y mejor distribuidas.
En segundo lugar, considerar la inclusión real de los países en desarrollo. África, América Latina y el sudeste asiático tienen un rol clave que jugar, particularmente en sectores como la energía limpia y la tecnología.
Por último, reforzar el marco legal multilateral para evitar que el comercio se convierta en una herramienta de chantaje, debemos proteger las instituciones internacionales y sus mecanismos de resolución de conflictos.
Canadá, México, la Unión Europea y China ya están respondiendo a los aranceles estadounidenses utilizando los canales legales disponibles, como la OMC y el T-MEC. Esto demuestra que aún es posible defender un comercio basado en reglas.
Si seguimos viendo el comercio como un juego de suma cero, nos condenamos a un ciclo de crisis, represalias y estancamiento. El comercio no es un fin en sí mismo. Es una herramienta para generar desarrollo, estabilidad y paz.
No se trata de abrirse o cerrarse. Se trata de avanzar o quedarse atrás.
No se trata de ideología. Se trata de supervivencia.
La historia no esperará. Y el futuro, aún, puede escribirse mejor.