LA FERIA
Al gobierno no le importa la gente
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Redacción
¿Se protegió a la ciudadanía de los abusos y violencia de algunas manifestaciones? * La violencia la debe impedir la autoridad, no se trata de hacer matanzas ni apalear indiscriminadamente, pero sí de enfrentar con vigor y detener a cada uno de esos intocables “encapuchados” que la autoridad sabe muy bien quién los organiza, entrena y dirige (y cobra por sus servicios) * Claro que hay fuero presidencial
ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN
Más fuero.
Tío Macro, aquél de Autlán, el grandote de pocas palabras y macho como de película en blanco y negro, a tía Mariquita y sus 14 hijos (con ella), nomás les daba órdenes, como a sus caporales y peonada, hasta que un día, la tía, enojadísima le preguntó a voces porqué jamás pedía opinión de nada y el tío, entrecerrando los ojos, como reflexionando, respondió: -… ¡tcht!… no lo había pensado… ha de ser que no me importa -¡ah, bueno!
MORENA BUSCA LA PERPETUIDAD
Advertencia: lo que sigue es políticamente incorrecto y puede herir la sensibilidad de algunas personas, se sugiere discreción: al gobierno le importa un pito la gente.
Si no es mucho abusar de su resiliencia (horrible palabra que está de moda y se usa mal), entérese de lo que le importa al gobierno: seguir siendo gobierno y de ser posible, perpetuarse en el poder. Nota: los 35 años de porfiriato son pocos, la meta a alcanzar son los 70 años de priísmo.
Se refiere su juntapalabras a los gobiernos de esta nuestra risueña patria, a todos, los tricolores, los azules y hoy los guindas. Ignora su textoservidor si esto es así en otros países, pero en casi toda Iberoamérica, sí.
Se puede intentar el análisis de los programas y acciones de gobierno, para verificar que la gente les importa un reverendo y serenado cacahuate, pero se presta a discusión y nunca falta el que está de acuerdo o muy de acuerdo (como ponen en las encuestas), con lo que para otros son barrabasadas; un ejemplo: hay gente que está de acuerdo y muy de acuerdo, con el nuevo Poder Judicial elegido por cuatro gatos y previa tómbola (sí, hay ciudadanía semoviente, créalo).
Una manera simple de confirmar que el tenochca simplex del peladaje nacional, a nuestros gobiernos les importa menos que el clima en Hawaii, es eso de las multitudinarias manifestaciones, marchas, plantones y protestas callejeras. Se supone que a los gobernantes les debería preocupar mucho que en muchedumbres, la gente exprese repudio o exija algo, se supone, pero en México no, acá esas multitudes les preocupan lo mismo que los perros anden descalzos.
Después de lo de Tlatelolco en el 68, después del 71 y el ‘Halconazo’, nuestros gobernantes entendieron clarito, primero, que las manifestaciones, ni terminando en hechos de sangre, tumban al gobierno; y segundo, que las protestas masivas no los obligan a nada, así exijan lo más obvio y sensato.
La consecuencia es lo que vemos: Se permite toda manifestación, pacífica, violenta, como sea y el gobierno, de cualquier color, se disfraza declarando que salvaguardó la integridad de los asistentes y protegió la libertad de expresión.
Así, las manifestaciones han proliferado y ya no pocas -más bien muchas-, son un muy buen negocio, el de extorsionar a la autoridad con la complicidad de algunos funcionarios.
Piense en el Barzón, Antorcha Campesina, el Frente Popular Francisco Villa, que rentan a su gente para manifestaciones ajenas. Un caso estelar de esta industria de la protesta fueron las marchas del Pejehová a la CDMX, pagadas al contado, como aceptó Manuel Camacho Solís el 11 de febrero de 2004, ante la Comisión Permanente del Congreso (nueve mil millones de pesos viejos le entregó al redentor patrio).
No exagera este tecladista en lo de la plaga de manifestaciones. Con datos de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, en el sexenio del Pejecutivo -hasta el 31 de julio de 2023-, hubo 16 mil 431 manifestaciones a las que fueron 7 millones 392 mil 241 de entusiastas. ¿Se arregló algo gracias al protestódromo que es la capital nacional?, no, nada. ¿Se protegió a la ciudadanía de los abusos y violencia de algunas manifestaciones?, no, tampoco: le importa un pito la ciudadanía al gobierno.
El jueves de la semana pasada, en la reglamentaria marcha de protesta por el 2 de octubre de 1968, hubo los asaltos, bombas molotov, daños a edificios de siempre, pero esta vez terminó con más violencia de la acostumbrada: 29 personas y 94 policías heridos, de ellos, 16 hospitalizados, tres graves. Hay un detenido que asaltó una joyería.
El socarrón secretario de Gobierno de la CDMX, César Cravioto, informó que del total de 10 mil manifestantes, hubo 350 encapuchados que fueron a “provocar” y rechazó (¡así se forjó el acero!) que se hubieran registrado “enfrentamientos”, ya que la policía no reaccionó a las “provocaciones”.
¿Ve?, nada les importa, nada. Enfrentamiento debió haber y hubiera tal vez menos heridos entre la gente común y sin duda, muchos menos entre los policías que mandan al matadero.
La violencia la debe impedir la autoridad, sin trapitos calientes, que hay todos los medios para meter en cintura a esos grupos por grandes que sean, todos los medios.
No se trata de hacer matanzas ni apalear indiscriminadamente, pero sí de enfrentar con vigor y detener a cada uno de esos intocables “encapuchados” que la autoridad sabe muy bien quién los organiza, entrena y dirige (y cobra por sus servicios).
CLARO QUE HAY FUERO PRESIDENCIAL
¿Apetece usted otra prueba de que al gobierno le importamos un pito?… bueno, cuando nos mienten con cínico descaro, es lo mismo. La señora del Segundo Piso declaró en su mañanera del 2 de octubre, que va a proponer al Congreso eliminar el fuero a los legisladores y agregó galana, muy segura: “La Presidenta no tiene fuero, ¿por qué tiene que haber fuero?”.
No hay espacio para darle unas 2,375 razones para el fuero, otro día señito. Pero sí hay que aclarar que tiene fuero y lo sabe. No diga mentiras.
Su fuero está vigente en la Constitución como se reformó en tiempos del Pejecutivo, el 19 de febrero de 2021, artículo 111, párrafo cuatro: “Para proceder penalmente contra el Presidente de la República, sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores (…)”, que remite al artículo 110 párrafo quinto, vigente desde 1982 (ni loco el Pejeremías lo iba a reformar): “Conociendo de la acusación la Cámara de Senadores, erigida en Jurado de sentencia, aplicará la sanción correspondiente mediante resolución de las dos terceras partes de los miembros presentes en sesión (…)”.
Señora Sheinbaum: ¿así o más fuero?

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Se habla de todo… menos de lo más importante * ¿Será que vamos bien y vamos a ir mejor, como dice la Primera Presidenta? * El optimismo como estrategia ante la realidad, es pertinacia, fomenta la pasividad colectiva, normaliza la adversidad
ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN
Sudor y lágrimas.
Tío Quique (Enrique, claro), fue por sobre de todas las cosas un profesional del optimismo.
Cuando pidió a la que fue su esposa que fuera su novia, ella le confesó muy atribulada que estaba embarazada de uno que nomás se fue y él dijo: -Bueno, ya sabemos que puedes tener hijos –una vez se les incendió la casa y la consoló: -Anímate mujer, que vas a estrenar todo –cuando enviudó dijo que le daba alegría no haberle dado el disgusto a su mujer de morirse antes.
Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, un día que se hablaba del optimista tío, apostrofó: -No era optimista, era tonto -bueno, según se vea.
LAS BUENAS NOTICIAS
De veras, no nos la merecemos. A veces este menda siente remordimiento por no haber ido a dar gracias a la Morenita del Tepeyac (caminando, la edad no da para ir de rodillas), por habernos mandado a doña Claudia.
Mire si no: El jueves pasado 24 de septiembre, en su amena conferencia madrugadora, nos hizo saber una gran noticia que a nosotros, tenochcas simplex distraídos, se nos iba a pasar, pero, Dios Bendito, ella nos la hizo saber (abróchese el cinturón, no diario hay noticias así):
“(…) Entonces, Banamex regresa a un empresario mexicano en una transacción legal que comienza a darse en un 25%, y yo considero que es una muy buena, una buena noticia”.
Sí, ¡aleluya!, ¡aleluya!, ¡hosanna en las alturas!, la cuarta parte de Banamex la compró un mexicano, ¡qué buena noticia!… ¿sí?… ¿de veras?… ¿nos beneficia en algo?… ¿bajarán los intereses?… ¿darán más créditos?… ¿pagarán más impuestos?… ¿subirán los sueldos de sus empleados?… ¿deberíamos organizar fiestas para celebrarlo?, digo, mínimo ¡al Zócalo!
Cuando los jefes de Estado se instalan en el optimismo oficial y hablan de todo y también de lo menos importante, póngase en guardia. La señora del Segundo Piso promueve chocolate, anuncia el café del Bienestar, regaña a Salinas Pliego, celebra que un señor haya comprado una parte de un banco… ¿de qué no quiere hablar?… ¿o no tiene de qué hablar?
Este juntapalabras no propone que la titular del Poder Ejecutivo sea pesimista ni una fuente de malas noticias, no, pero tampoco parece prudente decir cosas como “vamos bien y vamos a ir mejor, repito: vamos bien y vamos a ir mejor”, como dijo en su discurso del 1 de septiembre con motivo de su Primer Informe de Gobierno.
¿Vamos bien?… lea usted por su cuenta el artículo ‘No vamos bien’, de Raúl Trejo Delarbre, en la revista Nexos del 9 de septiembre, en el que -con cifras del propio informe de gobierno de la señora del bastón de palo- queda muy claro que -comparando con el último año de Peña Nieto- no vamos nada bien… y queda sembrada la duda de si la señora de Palacio leyó su informe.
¿Y vamos a ir mejor?… pues ojalá, porque a la fecha la cosa no pinta nada bien. Mire usted, nos han dicho hasta hartar que ha crecido la Inversión Extranjera Directa (IED), en el país, gracias (por supuesto) al entusiasmo y confianza que da este gobierno transformador a los inversionistas… no es cierto; con datos oficiales, del INEGI, a tasa anual, la IED ha caído el 6.7%; perdone, usted, señora. También se regodea el gobierno diciendo que el Producto Interno Bruto crece más de lo que decían los pronósticos… puede ser, pero sigue estando a menos de la mitad de lo que crecíamos con los neoliberales.
¿Vamos bien, señora?… ¿lo dice en serio?… en el presupuesto de este año de su gobierno de usted, señora, el gasto para el sector salud se recortó en 12.2% (122 mil millones de pesos menos), respecto de 2024; y peor, ya a la hora de gastar efectivamente, al primer trimestre de este su primer año de gobierno, señito, el gasto en sanidad pública fue el más bajo desde 2010; ejercieron casi 152 mil millones de pesos y dejaron de gastar 45 mil 400 millones de pesos, el 23% menos de lo que pusieron en el presupuesto, ¿qué pasó?
Y se anticipa este su texto servidor a la respuesta oficial de que son necedades de los comentócratas. ‘Tá bueno. La que se lleva se aguanta: lo dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que orgullosamente pertenece nuestro país: tenemos la peor cobertura de salud entre sus miembros, que gastan en promedio 67 mil pesos por cabeza, mientras México destina sólo 10 mil pesos… y en el IMSS-Bienestar es peor: 4 mil pesos por persona (Dinamarca, se lo digo sólo por moler, gasta 91 mil pesos per cápita, solo por moler).
Otro dato que no es de la comentocracia mexicana, infame, fifí, conservadora y enemiga de estos santos cuatroteros: en el reporte 2024 del Índice de la Paz (GPI, por sus siglas en inglés), México es uno de los países más inseguros y violentos del mundo, ubicado en el sitio 138 de 163 naciones, entre Camerún y Turquía, con 191,032 homicidios dolosos en el sexenio del Pejehová, mientras en el de Peña Nieto fueron 130,626 y en el del villano favorito de la 4T, Calderón, fueron 102,812 (y con Fox 53,275). ¡Qué bien vamos!
De la corrupción que ameritó que sacara su pañuelito blanco el de Macuspana, vamos para atrás: Transparencia Internacional en su informe de 2024, pone a México en el lugar 140 de 180 países, empatado con Nigeria, Uganda y otros impresentables. Es la peor calificación desde 2012. Y en la OCDE, entre sus países miembros, somos la nación más corrupta.
Por si la dama del segundo piso no le cree a esas organizaciones internacionales, ahí está el dato del INEGI, su INEGI: en 2023, el 83% de la población considera que la corrupción en México sigue siendo un problema “frecuente o muy frecuente”; y en el 29% de los hogares alguno de sus integrantes sufrió algún delito. Sí, no vamos bien y si no se pone lista la señora, vamos a empeorar… y no es exageración: que alguien nos explique cómo es que el gobierno federal con todos sus recursos, no puede pacificar una ciudad: Culiacán.
Señora Sheinbaum: el optimismo como estrategia ante la realidad, es pertinacia, fomenta la pasividad colectiva, normaliza la adversidad.
Lea, señora, lea, a veces se debe ofrecer solamente sangre, sudor y lágrimas.
LA FERIA
Los escándalos del momento, la oportunidad de oro para tomar las riendas
Published
Hace 2 semanason
septiembre 25, 2025By
Redacción
A deshacerse de tanto lastre y de los traidores * Si no lo hace la Primera Presidenta, pone en riesgo su gobierno… y al país también, pues el Tío Sam no es de fiar
ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN
Mucho miedo.
En aquél Autlán de principios del siglo pasado, contaba la abuela Elena, que un tío suyo dijo a su hijo mayor que se entregara o él lo entregaba, por una fea fechoría que había cometido y andaba averiguando el Tomasón, alcalde de huarache que a tiros impartía justicia pronta y expedita.
Y el hijo le contestó que no sabía que su padre era traidor, pero él lo atajó: -El traidor eres tú, lo que hiciste traicionó a toda la familia -huyó.
El Tomasón regresó con el cadáver atravesado en una cabalgadura. El tío lo enterró en el monte, sin decir dónde. No se volvió a hablar de él. Historias de rancho.
LEALTAD MÁXIMA
Hay cosas que todos sabemos qué son, aunque no nos hayamos detenido a reflexionar en ellas. Un caso es la lealtad. Todos entendemos qué es y todos rechazamos su contrario, la deslealtad.
Los pensadores de la antigüedad nada dijeron de la lealtad, tal vez porque de tan obvia, les pareció innecesario su estudio y enseñanza; y sí, es muy evidente: sin lealtad no hay matrimonio, no hay filiación, no hay sociedad, no hay nada, ni ejércitos ni empresas, nada… ni futbol.
Ahora hay por ahí unos que no parecen pensar mucho o que piensan torcido, que se atreven a decir que la lealtad no es una virtud ni un valor sino un patrón de conducta… bueno, que aprovechen.
Es de no creerse a qué extremos se llega intentando erradicar la religión en general y el cristianismo en particular, porque al menos en Occidente, se profese o no alguna fe, todo está empapado en cultura cristiana, herencia indeleble de Roma al mundo… en fin, cada quien.
La cabeza más clara de nuestra especie, opina este menda, el inmenso Tomás de Aquino, no trata explícitamente sobre la lealtad, pero sí sobre la fidelidad, su hermana gemela, y dice (a brocha gorda) que es honrar la palabra dada y los compromisos honestos contraídos, contribuyendo a la convivencia y al bien común, al ser firme cumplimiento de lo justo. Y le cerró la puerta a los que, siendo cómplices, se creen leales. ¡Listo!
Sí, la lealtad no es esa ‘omertà’ de delincuentes de la mafia en todas sus presentaciones -Cosa Nostra, ‘Ndrangheta, Camorra, Sacra Corona Unita, Società Foggiana, la más brutal-, sino la original ‘omertá’ de los sicilianos del siglo XVI, ese no cooperar, colaborar ni informar nada nunca a la autoridad, resistiendo al gobierno español invasor.
Y por cierto, para su acervo del saber inútil, parece que ‘omertà’ es palabra derivada del siciliano ‘omu’ -hombre-, derivada por imitación de la ya en desuso palabra española “hombredad”, hombría… feministas, absténganse.
En todo, pero muy destacadamente en la cosa pública, en política, la lealtad es un valor básico, no esencial porque no hace la lealtad lo que es la política, pero sí fundamental. Si la traición es siempre despreciable, en política es infame.
Pero hay que andarse con cuidado, porque hay casos en que se da una legítima lealtad a corrientes de pensamiento político que por más equivocadas, inicuas o malvadas que nos puedan parecer, suscitan la fidelidad de algunos y a veces de muchos, que las abrazan creyéndolas correctas.
Un ejemplo para ahorrar explicaderas: el nazismo, ideología fascista enemiga frontal del marxismo, del comunismo (no son lo mismo), de la democracia, antijudía (no diga antisemita, por favor, los árabes también son semitas), partidaria del racismo y la eugenesia, fue en su momento un credo aceptado por no pocos países y pueblos enteros (aunque ahora lo nieguen).
Bueno, pues leales y fieles nazis, se opusieron al atropello a los judíos, al exterminio, al holocausto, eran nazis, no criminales y por eso es que tuvieron que construir cámaras de gas: los soldados se rehusaban a hacer de matarifes. Lealtad a la causa equivocada, a la luz de lo que ahora ya sabemos, no en su momento. Y lo mismo con el estalinismo, ese comunismo asesino y vil que contaba con la veneración de millones, hasta que se supo la verdad, pero mientras, fueron leales, válidamente leales.
Todo esto a cuento de la lealtad todo terreno de la Presidenta Sheinbaum a su antecesor, a la parentela del tipo, sus cercanos operadores políticos o ni eso, sino simples bandidos que estuvieron (y están), al servicio del cuatrotero mayor.
Es muy respetable la manera de pensar de la señora, el izquierdismo lo trae en su ADN, y también se debe aceptar sin malas caras su lealtad a Morena.
Pensemos como pensemos los que no pensamos como ella piensa. Es legítima su lealtad a sus ideas y al partido al que pertenece.
Pero, a ver, si la dama de Palacio, se entera que aparte de como todos entendemos la lealtad, es palabra originada por ahí del siglo XVI, derivada del latín ‘lex’, ley, sí, la lealtad en nuestro idioma, antes significaba apego a la ley.
La lealtad termina donde empieza lo ilegal, lo ilegítimo, lo indebido. Por eso el solemnísimo juramento ante el Congreso y la nación, al asumir la presidencia de este país, es cumplir y hacer cumplir la ley, esto es: la lealtad máxima.
Por la manera en que parece que la señora Sheinbaum entiende la lealtad, es que asume indebidamente el papel de defensora oficiosa de su mentor y del tropel de corruptos, deshonestos, dislocados y torcidos del entorno más cercano, personal y político, de quien ella admira tanto. O teme.
Los escándalos del momento son la oportunidad, tal vez irrepetible, para que doña Sheinbaum tome las riendas y se deshaga de lastre y traidores: quitar del liderazgo en el Senado a Adán Augusto López; echar de Gobernación a Rosa Icela Rodríguez.
También quitar a Mario Delgado de Educación Pública; a Raquel Buenrostro de la Función Pública; a Ariadna Montiel de la Secretaría del Bienestar; al indefendible Octavio Romero Oropeza, hoy en el Infonavit después de desvalijar Pemex.
También quitar a algunos gobernadores, por lo menos a Rubén Rocha de Sinaloa… y por supuesto sacar a Andy de Morena. Sin raspar al de Macuspana.
Si no lo hace pone en riesgo su gobierno… y al país también. El tío Sam no es de fiar.
La Presidenta puede, es cosa que quiera, a menos que tenga razón el fétido Trump y tenga miedo, mucho miedo.
LA FERIA
¿Por qué seguir rescatando a Pemex?
Published
Hace 3 semanason
septiembre 20, 2025By
Redacción
Si hay deuda corrupta de Calderón y Peña, ¿por qué no se les investiga? De ser culpables que vayan a la cárcel * La maldita deuda irresponsable de Pemex no la paga el gobierno, no, la pagamos todos los mexicanos con los impuestos
ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN
Pobre del pobre…
Tío Octavio era un sastre de los de antes y de eso vivía bien, a secas, pero bien. Su hijo mayor, Tavo, vivía de dar sablazos.
Un día el tío supo que Tavo le había sacado una cantidad seria de dinero a un amigo de la familia y muy molesto le preguntó cómo pensaba pagar; le contestó tan fresco: -¡Ah, pues no pago y ya! –hay de esos.
MITOS Y VERDADES
Grábese en piedra, escríbase con letras de bronce… La señora Presidenta, refiriéndose a la deuda de Pemex, acuñó una frase inmarcesible (que no se marchitará), digna de quedar inscrita con la de “¡los valientes no asesinan!” (Guillermo Prieto, 14 de marzo de 1858, al impedir que fusilaran a Benito Juárez).
Del mismo troquel que “¡va mi espada en prenda!” (Guadalupe Victoria, 1812, arengando a sus tropas a seguir la lucha por la independencia), sí, de ese calibre, la dama de Palacio dijo: “La maldita deuda corrupta de Calderón y Peña en Pemex”… “la maldita deuda corrupta”… dan ganas de ponerse de pie.
Se transcribe lo que dijo, no diario está uno frente a la historia:
“¿Por qué tenemos que seguir rescatando Pemex?, por esa terrible deuda que adquirieron Calderón y Peña… increíble… el próximo año Pemex tendría que pagar solito 250 mil millones de pesos de vencimientos de pago de intereses (…) Si lo tuviera que pagar solito Pemex, la deuda saldría muy cara porque los intereses con Pemex son muy caros por esa maldita deuda corrupta de Calderón y Peña. Así le vamos a llamar: la maldita deuda corrupta de Calderón y Peña en Pemex”.
Llama la atención la insistencia en echarles habladas a Calderón y Peña Nieto.
Sepa la señora bastonera nacional que a nosotros los gallardos integrantes del peladaje nacional, nos importan un reverendo y serenado cacahuate los dos señores. Lo que no se entiende es que si hicieron las que los cuatroteros dicen que hicieron, no sean investigados, juzgados y a la cárcel, siete hogueras, paredón, garrote vil… y ya.
Ya encarrerada, la antes corcholata, hoy titular del Poder Ejecutivo, añadió: “(…) esa deuda irresponsable, corrupta que adquirieron Calderón y Peña a través de Pemex nos toca pagarla a nosotros en esta Administración (…)”.
No da una, no son 250 mil millones que Pemex “pagaría”, son 263,500 millones de pesos para Pemex ya en el presupuesto, según el Paquete Económico 2026 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, destinado al “pago de amortizaciones de deuda de mercado y créditos bancarios contratados en ejercicios anteriores”. Para ella, será poco la diferencia, pero son 13,500 millones de dólares más, señito.
No da una con eso de que la deuda la pagan ellos, no, la pagamos nosotros, cada uno, de a pocos, tarde o temprano, pero la pagamos con nuestros impuestos. De cuándo acá.
Y tampoco da una con lo de esa maldita deuda de Pemex. Con sus cifras, no vamos a discutirlas, esa deuda con Calderón llegó a 60 mil millones de dólares (mmdd), con Peña Nieto a 105 mmdd y según el informe oficial de resultados de Pemex, del 27 de febrero de este año, al cierre de 2024, el nobilísimo gobierno cuatrotero, bajó la deuda a 97.6 mmdd, un 7.05% menos, suena bien… ¿sí?… no… nos esconden la bolita, mire usted:
Aparte de esa deuda financiera que reporta Pemex adeuda 23 mil millones de dólares (mmdd) que debe y debería pagar a contratistas y proveedores; más otros 3,490 millones de dólares que no registran porque, listos que son, no les reciben las facturas (a proveedores y contratistas); más 12 mil millones de dólares de deuda adicional con la banca extranjera en “Notas preCapitalizadas”.
Si lo suma verá que son otros 38,490 millones de dólares aparte de los 97,600 que reportó Pemex, dando un inmenso total de 136,090 millones de dólares… que son 29.61% más que la maldita deuda que dejó Peña Nieto.
Son datos duros, todos oficiales, menos las facturas que no reciben, claro.
Habría de añadirse el Fondo Especial para Proyectos por 13,000 millones de dólares de la banca de desarrollo que es un crédito más que llevaría la deuda de Pemex a un 42% arriba de la maldita deuda, pero este menda no lo agrega porque, según Presidencia de la República, de ahí se “pagará parte de la deuda a proveedores”; vamos a creerles.
Lo cierto es que hacen malabares con las cifras para engañarnos, como hacen con el número de homicidios. Eso sí es cierto.
Ya en este plan, no se le olvide que aparte de esa sideral deuda, Pemex recibió como apoyo económico en el sexenio pasado de infeliz memoria, la friolera de 2.1 billones de pesos (millones de millones), que son por ahí de 116,700 millones de dólares (de a 18 pesos), que el Señor de los Abrazos tomó del dinero del pueblo bueno y sabio y se lo regaló a Pemex; en rigor no es deuda, porque no piensan pagarnos, pero son fregaderas, igual que los 1.2 billones de pesos que Pemex perdió de 2019 al primer semestre de 2024 (otros 66,700 millones de dólares).
A doña Sheinbaum la escandaliza la deuda de 105 mil millones de dólares que dejó Peña Nieto en Pemex. Bueno, está bien, pero teje calceta con alambre: a uno lo escandaliza que el de Macuspana, creció la deuda nacional a la cantidad inimaginable de 17.4 billones de pesos (millones de millones, no se distraiga), el 23% más de la deuda que había cuando asumió el poder (3.2 billones de pesos).
Porque ¿sabe qué doña Claudia?, su admirado mentor es el presidente que más ha endeudado a México en este siglo: respecto del Producto Interno Bruto (PIB) con Fox, la deuda creció el 28.2%; con su odiado Calderón, el 35.6%; con Peña Nieto, el 43.6% y su mejor presidente de la historia, el 51.4%; con un detalle: violó la ley al contratar deuda para gasto, no para inversiones productivas, como ordenan la Constitución y la Ley de Disciplina Financiera. Pero, ni modo de salirle con el cuento de que la ley es la ley.
Así las cosas, la Presidenta en su presupuesto del año que viene, nos endeudará otros 1,473 billones de pesos (por ahí de 81,833 millones de dólares), que es más que en este su primer año de cuasi gobierno. Total, ellos no pagan. Pobre del pobre que al cielo no va…
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