El primer pontífice latinoamericano de la historia que cautivó al mundo * Fallece el Obispo de Roma a la edad de 88 años * El Vicario de Cristo siguió los pasos de sus últimos dos antecesores al visitar México al menos una vez
GAEL BUENDÍA
El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, que cautivó al mundo con su estilo humilde y su preocupación por los pobres mientras incomodó al sector conservador con sus críticas al capitalismo y al cambio climático, murió el lunes. Tenía 88 años de edad.
Las campanas repicaron en las torres de las iglesias de toda Roma tras el anuncio, que fue leído por el cardenal Kevin Ferrell, camarlengo del Vaticano, desde la capilla de la Domus Santa Marta, donde vivía Francisco.
“A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”, anunció Ferrell.
Francisco, que sufría una enfermedad pulmonar crónica y a quien se extirpó parte de un pulmón en su juventud, fue admitido en el hospital Gemelli el 14 de febrero de 2025 por una crisis respiratoria que derivó en una neumonía bilateral. Pasó 38 días ingresado, la hospitalización más larga de sus 12 años de papado.
Sin embargo, salió el Domingo de Resurrección -un día antes de su muerte- para bendecir a miles de personas en la plaza de San Pedro y sorprenderlas con un paseo en el papamóvil por la plaza, lo que provocó vítores y aplausos entusiasta.
EL PRIMER PAPA LATINOAMERICANO Y SU AMOR POR MÉXICO
Jorge Mario Bergoglio fue el Papa número 266 y llegó a ese puesto luego de dos días de cónclave y cinco votaciones en marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI al papado.
Bergoglio nació en 1936, en Buenos Aires, Argentina, y se convirtió en el primer Papa latinoamericano en la historia, así como en el primero no europeo desde Gregorio III, quien era originario de Siria y falleció en el año 741.
Su nombre papal lo escogió en honor a San Francisco de Asís, conocido por virtudes como humildad y servicio.
El Papa Francisco siguió los pasos de sus últimos dos antecesores al visitar México al menos una vez. En febrero de 2016, el líder religioso argentino pasó seis días recorriendo CDMX, Edomex, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.
De esta manera se convirtió en el protagonista de la séptima visita papal al país. La lista se completa con los cinco viajes de Juan Pablo II entre 1979 y 2002, así como con el arribo de Benedicto XVI en 2012.
Declaración del secretado de Estado de EU * El presidente Donald Trump usará todos los recursos del poder estadounidense
GAEL BUENDÍA
Marco Rubio, secretario de Estado de EU, en el marco de su visita a México, dijo que la Administración del presidente Donald Trump atacará militarmente a los cárteles del narcotráfico sin importar el lugar donde estén.
En vísperas de la reunión con la Primera Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en Palacio Nacional, afirma que el inédito bombardeo de Estados Unidos en aguas internacionales del Caribe, muestra que Trump usará todos los recursos del poder estadounidense contra los cárteles.
“Esta es una operación antidrogas y vamos a combatir a los cárteles de la droga donde quiera que estén y donde quiera que operen contra los intereses de Estados Unidos. La principal obligación del presidente Trump es garantizar el interés nacional y la seguridad nacional de nuestro pueblo”, dijo Rubio en Florida.
Del total de 9 presuntos grupos criminales designados como Organizaciones Terroristas Extranjeras por la Administración Trump este año, 6 de ellos tienen su base en territorio mexicano.
“El presidente Trump ha sido muy claro al afirmar que usará todo el poder de EU para combatir y erradicar a estos cárteles de la droga, sin importar desde dónde operen ni cuánto tiempo hayan podido actuar con impunidad. Esos días ya pasaron”, dijo Rubio.
Los cárteles mexicanos ubicados por Estados Unidos son el de Sinaloa, el del Golfo, el Jalisco Nueva Generación, el del Noreste, la Nueva Familia Michoacana, así como los Cárteles Unidos de Michoacán.
Ovidio Guzmán acepta que lideró el Cártel de Sinaloa que trafica fentanilo a EU
GAEL BUENDÍA
Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se declara culpable de los cargos de narcotráfico en Estados Unidos.
También aceptó pagar 80 millones de dólares como parte de un acuerdo, durante su audiencia de este viernes en Chicago, Illinois.
Guzmán López, uno de “Los Chapitos”, admitió su participación en la operación de narcotráfico del Cártel de Sinaloa ante el juzgado federal Dirksen en el centro de Chicago.
Ovidio Guzmán, alias “El Ratón”, se declaró culpable de los cuatro cargos de narcotráfico y delincuencia organizada. Durante la audiencia, aceptó ser líder del cártel y también de operar la empresa criminal que llegó a traficar fentanilo y otras drogas a suelo estadounidense.
Según expertos, la facción de “Los Chapitos” se hizo conocida por ignorar las pocas reglas que su padre seguía para dominar el narcotráfico.
Las autoridades esperan que el acuerdo de culpabilidad de “El Ratón” facilite el proceso contra ese grupo y el Cártel de Sinaloa en su conjunto, según expertos.
La audiencia estaba programada inicialmente para el miércoles, pero un juez la aplazó para este día.
El año 2025 será un punto de inflexión * El uso del comercio como arma de presión política no sólo erosiona la confianza global, sino que ha impactado negativamente en las proyecciones de crecimiento económico, elevando el riesgo de una recesión mundial
MARÍA FERNANDA GARZA
Vivimos un momento de redefinición profunda del orden mundial. Lo que hasta hace poco parecía un marco estable de cooperación económica y comercio internacional -con fallas, sí, pero perfectible-, hoy se ve amenazado por rivalidades estratégicas, políticas de poder y una desconfianza creciente.
El año 2025 será un punto de inflexión. Como ocurrió en 1945 y 1989, podríamos transformar esta crisis en una oportunidad para construir una cooperación global más justa, pero también podríamos repetir el error de 1919: diseñar un orden internacional basado en la revancha y la exclusión, sembrando así las semillas del próximo conflicto.
Estados Unidos, uno de los arquitectos del sistema multilateral, ha comenzado a desmontarlo.
El uso del comercio como arma de presión política no sólo erosiona la confianza global, sino que ha impactado negativamente en las proyecciones de crecimiento económico, elevando el riesgo de una recesión mundial.
La Reserva Federal y la OCDE ya han ajustado a la baja sus estimaciones.
El proteccionismo no es una solución moderna. A lo largo de la historia, los aranceles se han utilizado con tres fines: recaudar, restringir e incentivar acuerdos.
Donald J. Trump ha optado por emplear indistintamente estos fines como herramientas geopolíticas, no económicas, pero ya lo intentó entre 2016 y 2020, y el déficit comercial con China no se redujo. Por el contrario, siguió creciendo.
Y es que el desequilibrio no es comercial, es macroeconómico. Un país tiene déficit comercial cuando consume más de lo que produce, es decir, cuando invierte más de lo que ahorra. Ese es el caso de Estados Unidos. China, en cambio, produce más de lo que consume. Si el objetivo es mejorar la balanza comercial, la respuesta no son aranceles, sino reformas internas que promuevan el ahorro y la productividad.
También es cierto que la relación comercial EU-China estaba desequilibrada. En 2023, China exportó más de 430 mil millones de dólares a EU, mientras que EU exportó solo 140 mil millones a China. Pero hay formas más efectivas de enfrentar estas distorsiones. Más de 50 países han impuesto medidas compensatorias a productos chinos, utilizando mecanismos multilaterales para enfrentar barreras no arancelarias y prácticas desleales. Renunciar a estas herramientas legales en favor del unilateralismo es un retroceso.
Hoy tres grandes potencias -EU, China y Rusia- han transformado el comercio en un instrumento de coerción:
China subvenciona sectores estratégicos y limita el acceso a su mercado, forzando transferencia de tecnología.
Rusia usa la energía como herramienta geopolítica, afectando la seguridad energética europea.
EU ha paralizado el sistema de resolución de disputas de la OMC y recurre cada vez más a medidas unilaterales, debilitando la arquitectura multilateral que él mismo ayudó a construir.
En este nuevo escenario, emergen otros actores:
India, que equilibra su relación con Occidente y Eurasia, manteniendo autonomía estratégica.
Israel, líder en sectores como ciberseguridad, inteligencia artificial y defensa.
La Unión Europea, bajo presión por la crisis energética y las políticas agresivas de EU, enfrenta un dilema: definirse como un actor global autónomo o resignarse a ser una zona de influencia. La redefinición de su rol internacional ya no es una opción estratégica, es una necesidad histórica.
Como dijo el primer ministro polaco Donald Tusk, al partir hacia la Cumbre de Londres sobre Ucrania:
“500 millones de europeos están pidiendo protección a 300 millones de estadounidenses contra 140 millones de rusos. Europa hoy carece de la convicción de que somos una fuerza global”, añade.
Y, sin embargo, el verdadero enemigo no es un país: es el tiempo.
Estamos perdiendo biodiversidad a un ritmo alarmante. El cambio climático avanza más rápido que nuestra capacidad de respuesta. La economía digital puede ser una fuerza de inclusión o de marginación, dependiendo de cómo se regule. Y las crisis sanitarias y alimentarias no respetan fronteras.
Frente a desafíos como estos, la competencia entre bloques no es la solución. Estamos en una carrera contra el tiempo, no entre nosotros.
No se trata de volver al viejo modelo de globalización, ni de aceptarlo sin crítica. Pero tampoco de destruirlo. Lo que el mundo necesita no es más comercio sin control, sino un comercio más justo, resiliente y sostenible.
REGLOBALIZACIÓN
Esa es la apuesta de una nueva etapa: la re-globalización.
Una estrategia con tres pilares:
Primero, diversificación de las cadenas de suministro. La pandemia y la guerra en Ucrania demostraron los riesgos de depender de unos pocos países. Debemos construir cadenas más robustas y mejor distribuidas.
En segundo lugar, considerar la inclusión real de los países en desarrollo. África, América Latina y el sudeste asiático tienen un rol clave que jugar, particularmente en sectores como la energía limpia y la tecnología.
Por último, reforzar el marco legal multilateral para evitar que el comercio se convierta en una herramienta de chantaje, debemos proteger las instituciones internacionales y sus mecanismos de resolución de conflictos.
Canadá, México, la Unión Europea y China ya están respondiendo a los aranceles estadounidenses utilizando los canales legales disponibles, como la OMC y el T-MEC. Esto demuestra que aún es posible defender un comercio basado en reglas.
Si seguimos viendo el comercio como un juego de suma cero, nos condenamos a un ciclo de crisis, represalias y estancamiento. El comercio no es un fin en sí mismo. Es una herramienta para generar desarrollo, estabilidad y paz.
No se trata de abrirse o cerrarse. Se trata de avanzar o quedarse atrás.
No se trata de ideología. Se trata de supervivencia.
La historia no esperará. Y el futuro, aún, puede escribirse mejor.