Los Kansas City Chiefs no pudieron marcar un hito sin precedentes en la historia de la NFL * Patrick Mahomes no logró la victoria que lo dejaría como el mejor quarterback de todos los tiempos, superando a grandes mariscales de campo históricos
DIEGO CASTILLO
Los Kansas City Chiefs no pudieron marcar un hito sin precedentes en la historia de la NFL.
Ninguna de las dinastías más grandiosas ha conseguido ganar tres Super Bowls de manera consecutiva.
Los Packers de Vince Lombardi ganaron los dos primeros superdomingos -previamente habían ganado el campeonato de NFL de 1965- convirtiéndose así en el último tricampeón del fútbol americano profesional.
El artífice de la nueva dinastía se llama Patrick Mahomes, ya tiene ganado un lugar de honor en el Monte Olimpo de los mariscales de campo.
Se quedó en la orilla, pues una victoria más lo dejaría como el mejor quarterback de todos los tiempos, eclipsando incluso a Tom Brady.
En sus siete campañas como titular, Patrick Mahomes ha acumulado un currículum que sería la envidia de cualquier mariscal que haya jugado una carrera larga y completa.
Ya tiene 20 juegos de playoffs jugados, más que Dan Marino y Drew Brees.
Posee 17 victorias en postemporada, lo que ya lo pone en segundo lugar, por delante de Joe Montana y Terry Bradshaw -ambos con cuatro anillos de Super Bowl-.
Por longevidad, Tom Brady sigue muy por arriba en todas las marcas de carrera, pero Patrick Mahomes tiene 29 años de edad y de haber ganado este domingo habría hecho algo que Brady no pudo hacer: Ganar tres Super Bowls seguidos.
Lo más impresionante es la rehabilitación de la reputación de su entrenador en jefe, Andy Reid.
En su primer capítulo al mando de una franquicia, Reid revitalizó a Philadelphia y con Donovan McNabb, y posteriormente Michael Vick, las Águilas volvieron a ser contendientes de la Conferencia Nacional.
El único problema es que los equipos de Reid eran famosos por siempre quedarse con las ganas de levantar un Lombardi: De 2002 a 2004 perdieron el campeonato tres veces seguidas, jugando de local.
Cuando por fin pudieron acceder al Super Bowl, los Patriotas de Tom Brady los esperaban para recetarles un descontón.
Tras no poder atrapar a su ballena blanca, Andy Reid llegó a Kansas City, un equipo también acostumbrado a descorazonadas en postemporada.
Ni Joe Montana, ni Marty Schottenheimer o Dick Vermeil pudieron darle un segundo Super Bowl a la franquicia de Lamar Hunt -él, por cierto, fue el que bautizó al juego que corona al campeón de la NFL como Super Bowl-.
La historia parecía repetirse con Andy Reid, ahora enfundado en rojo con Alex Smith como su quarterback, buen equipo, pero no lo suficientemente bueno para ser campeón de la NFL.
Ahí es cuando toma el riesgo que se convertiría en el mayor acierto de su carrera, se movió en el draft colegial para seleccionar al mariscal de Texas, Tech. Un talento enigmático que, a pesar de romper varios records escolares y tener juegos de hasta más de 500 yardas aéreas, tuvo marca perdedora y nunca pudo guiar a los Red Raiders a una victoria en Tazones.
Reid apostó que el brazo prodigioso del hijo de un lanzador de Grandes Ligas sería la clave para curar sus males en los playoffs.
La jugarreta le dio resultado más allá de los límites de sus sueños, hoy en día está más olvidada su reputación de coach sin las agallas de ganar grandes juegos que los días de Brodie Croyle jugando en Arrowhead.
El último obstáculo antes del histórico tricampeonato es un rival conocido, Philadelphia.
Los comandados por Nick Sirianni tienen un arma que no gozaban la primera vez que se vieron las caras por el Vince Lombardi: El flamante nuevo jugador ofensivo del año, Saquon Barkley.
El excorredor de los Gigantes de Nueva York es estadísticamente el jugador más explosivo en la historia de la NFL.
Sus anotaciones abarcan en promedio más de 32 yardas. Literalmente es una amenaza para llegar a las diagonales desde cualquier parte del emparrillado cada vez que toca el ovoide.
La última vez que estos dos se enfrentaron, el ataque aéreo y terrestre recayó sobre los hombros de Jalen Hurts, quien lideró a sus Águilas con tres touchdowns por tierra, además de uno por aire.
Un fumble fue la diferencia entre la victoria y la derrota para los emplumados de la ciudad de la hermandad. En esta ocasión hay un refuerzo, y Saquon Barkley en este Super Bowl es como sacar a Babe Ruth de bateador emergente en la baja de la novena entrada.
Los Chiefs no lograron encasillar a la amenaza de Barkley y concretar su tricampeonato hubiera sido algo histórico, una hazaña sin paralelos en los archivos de la NFL.
El quarterback que le quita el sueño a más de la mitad de la liga * Mientras el mundo ve a Patrick Mahomes contra Jalen Hurts, los equipos aspirantes al Super Bowl estarán maquinando escenarios para ofrecerle -a Arch Manning y su familia- una oferta que simplemente no puedan rechazar
DIEGO CASTILLO
La dinastía de más alcurnia en la historia de la NFL está por darle la bienvenida a la última y más preciada joya de su corona.
Jalen Hurts y Patrick Mahomes se verán las caras por segunda vez en el Super Bowl, con Philadelphia intentando vengar su derrota del 2020.
Los dos tienen grandes expectativas puestas en este Superddomingo. Si Philadelphia gana, Jalen Hurts se podrá sacar la espina de ese balón suelto en momento decisivo. Por otro lado, si Mahomes logra consagrarse con otro anillo, ganará acceso a una mesa donde solo Tom Brady puede sentarse.
Esos dos mariscales se disputarán el trofeo Vince Lombardi en unas horas, sin embargo, el quarterback que le quita el sueño a más de la mitad de la liga es el que fue sustituto la temporada pasada en la Universidad de Texas y apenas mostró destellos de su gran calidad.
Su nombre es conocido desde que era prospecto de escuela secundaria y su apellido se susurra con reverencia y asombro. Se llama Arch Manning, sobrino de Peyton y Eli, nieto de Archie y heredero a la dinastía de mariscales más venerada de todos los tiempos.
Desde que tomó sus primeros pasos en el emparrillado, Arch Manning fue un objeto de deseo para todas las universidades estadounidenses. El simple nombre lo hizo sensación en redes sociales, pero pronto empezó a demostrar que era más que solo un nombre de legado.
Arch jugó futbol americano en el mismo estado que sus tíos y rompió todas las marcas estatales que les pertenecían, incluyendo yardas por aire, porcentaje de pases completos y anotaciones.
Cuando la Universidad de Texas lo logró reclutar lo celebraron casi a la misma escala que el campeonato nacional de la temporada 2005, cuando Vince Young derrocó al imperio troyano de USC comandado por Pete Carroll, Matt Leinart, Reggie Bush y Lendale White.
Muchos esperaban que Arch Manning fuera el mesías de los longhorns. Las universidades tienen temor de que si un recluta galardonado no ve acción de primera mano, busque otros horizontes de manera inmediata.
El sistema actual les otorga un beneficio financiero si fuerzan su salida a otros equipos universitarios. Los ejemplos de Joe Burrow, quien saltó de Ohio State a LSU, o Bo Nix, que cambió los colores del águila aguerrida de Auburn por el pato de Oregon, son los dos ejemplos actuales más llamativos.
Ese no fue el caso con Arch Manning, a pesar de que muchos lo ponían por encima del titular Quinn Ewers y otras universidades le garantizaban la titularidad, él se quiso quedar en Texas bajo el tutelaje de Steve Sarkisian, alguien que ya tuvo experiencia como coordinador ofensivo en la NFL.
Arch Manning esperó su tiempo y ahora está dispuesto a tener una temporada colegial como la que Peyton tuvo en Tennessee en 1997 o Eli tuvo en 2003 con Ole Miss.
Más de una franquicia en la NFL estará peleando por tener la peor marca de 2025 para tener el derecho de seleccionar a Arch Manning como primera selección del draft colegial y entregarle las llaves del equipo por las próximas dos décadas.
Pero cuidado, hay que hacer un ejercicio de memoria para recordar cómo la familia Manning se las ingenió para que Eli no acabara con San Diego en el 2004.
No dudo que la familia use toda su influencia para que Arch acabe en la situación que más sea de su agrado.
Mientras el mundo ve a Patrick Mahomes contra Jalen Hurts, los equipos aspirantes al Super Bowl estarán maquinando escenarios para ofrecerle -a Arch Manning y su familia- una oferta que simplemente no puedan rechazar.