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DEPORTES

¡Adiós al tulipán más mexicano!

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Leo Beenhakker deja una huella imborrable en el balompié mundial * Una solo temporada en el América le bastó para quedarse con todo el cariño y tatuado en la memoria de toda la afición mexicana

 

DIEGO CASTILLO

 

A los 82 años de edad, Leo Beenhakker ha tomado su asiento en el palco celestial para desde ahí dirigir partidos de su deporte pasional, el futbol. Don Leo deja una huella imborrable en el balompié mundial y por suerte para todos nosotros, gran parte de esa inigualable pisada se queda en México.

Un adelantado a sus tiempos es una frase que utilizamos mucho en el argot periodístico y deportivo, pero en el caso de Beenhakker, el saco le queda. Con una solo temporada en el América, le bastó para quedarse con todo el cariño y tatuado en la memoria de toda la afición. Esas Águilas de los africanos Kalusha y François Omam-Biyik, de Zaguinho al acecho de los récords de su padre, de un joven endemoniado Cuauhtémoc Blanco, de un repatriado Luis García y de Joaquín del Olmo metiendo goles desde media cancha enamoró a todo el futbol mexicano. Y para una institución tan polarizante como el América, eso es un hito irrepetible.

Todos los equipos que juegan un futbol alegre, ofensivo y espectacular hoy en día son comparados con ese América de Leo que aunque no dejó ningún trofeo para las vitrinas en Coapa, su legado es más que el de un campeón. Ese equipo dejó algo que ya está más extinto que los dinosaurios en el futbol mexicano; estadios llenos, banderas ondeando y rostros sonrientes en la tribuna.

Todos sabemos por qué Beenhakker no pudo completar la asignatura en la liga mexicana, pero en esta celebración de su trayectoria y vida, no vale la pena rememorar ese episodio. El enfoque sirve más si ponemos la lupa en otro lado.

Muchas veces se dice que Johann Cruyff es el discípulo número uno de Rinus Michels, el padre del Fútbol Total que conquistó al mundo con su Naranja Mecánica en el Mundial de 1974 y que hoy en día se siguen escuchando ecos de su futbol con las estrellas actuales.

Cruyff era el gran artífice de esa selección holandesa, que a la postre quedó subcampeona, y su carrera como entrenador fue a la par de Rinus Michels, con paradas en el Ajax y el Barcelona.

Nadie duda del lugar de Cruyff, pero Beenhakker está justo ahí.

Su primera incursión al banco del Ajax fue con Rinus Michels de director deportivo de la institución. En su primera temporada fue campeón de liga y le dio su debut a un joven Frank Rijkaard. Esa fue otra de las imprentas en la carrera de Don Leo, el reconocimiento de talento.

Su camino lo llevó a La Liga con el Real Zaragoza, y tras tres temporadas se prendió el radar de la Casa Blanca. El Real Madrid, en pleno apogeo de La Quinta del Buitre, llamó al holandés para hacerse cargo de uno de los vestidores más bravos del mundo. El resultado fue estelar, tres títulos de liga consecutivos -el último de ellos con Cruyff en el banquillo blaugrana-.

En 1989 regresó a su casa en Países Bajos donde le regaló otro título de Eredivisie al Ajax y preparó para el cargo a Louis Van Gaal, quien con una generación dorada ganaría la Champions League en 1995. La Orejona fue un trofeo que siempre fue caprichosa con Don Leo.

La década de los 90s fue su etapa de trotamundos con paradas en México, Arabia Saudita, Suiza y Turquía. Regresó a su país natal para ganar otro título de liga con Feyenoord en 1999, el último que ganaría en su carrera.

Pero como ya hemos dicho, los trofeos no definen a Beenhakker.

En el abrir del siglo XXI, Leo entraría en una nueva faceta, volvió al Ajax, pero ahora como director deportivo y fue el responsable de contratar a un joven Zlatan Ibrahimovic. Cuando ese ciclo terminó, el llamado del ave llegó a su corazón, y aunque su siguiente etapa con América no fue tan deslumbrante como la primera, le dejó un debut muy valioso a nuestro futbol, el debut de Guillermo Ochoa.

Su última gran gesta como director técnico fue clasificar a Trinidad y Tobago a la Copa del Mundo 2006, la primera clasificación en la historia de la nación caribeña. En el juego inaugural, hicieron lo impensable; ganarle 1-0 a Suecia. Eso lo llevó a ser condecorado con La Medalla de Chaconia, la condecoración más alta que da el gobierno de Trinidad y Tobago para alguien que no es ciudadano natal.

El legado de Leo va más allá de trofeos, les invito a que busquen en YouTube imágenes de las celebraciones en Trinidad y Tobago de esa victoria ante Suecia o de las gradas del Estadio Azteca cuando jugaba su América. Verán alegría.

El futbol es un deporte alegre y nadie lo dirigía con tanta alegría que Leo Beenhakker y eso vale más que cualquier campeonato.

 

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Honran en Monterrey el legado de don Pedro Treto Cisneros

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En su honor develan un monumento * La actividad forma parte de las celebraciones de los 100 años de historia del béisbol mexicano

 

ERIC GARCÍA

 

Entre alegría, porras, entusiasmo desbordante, fuegos pirotécnicos, centenares de muestras de agradecimiento y evocando su legado en el deporte mexicano; en especial en el “Rey de los Deportes”; fue develado el monumento a don Pedro Treto Cisneros.

Los centenares de asistentes que participaron en este histórico momento disfrutaron de una gran fiesta popular, que fue engalanada por decenas de menores pertenecientes a las Ligas Pequeñas de diversas partes de México, mientras que de “viva voz” refrendaron su compromiso, lealtad y vocación por el béisbol.

La noche quedó grabada en la historia del deporte mexicano, luego de que la familia Treto Garza e invitados especiales develaron el monumento ubicado frente al estadio de béisbol Monterrey.

“El Palacio Sultán”, cuyo uno de sus promotores principales en su construcción fue el homenajeado, se llenó de vida ante los aplausos y muestras de apoyo brindados por los pequeños y pequeñas promesas del béisbol.

Alicia Villarreal, la popular cantante de música regional, fue la encargada de cantar el “Corrido de Monterrey”, momentos después de que la Banda de Guerra y Escolta de la Cuarta Región Militar realizaron los honores patrios, mientras que los asistentes entonaban el Himno Nacional Mexicano y más de 400 niños entonaron el credo de ligas pequeñas de béisbol.

Treto Cisneros, entronizado en el Salón de la Fama en 1999, buscando siempre los intereses deportivos, fue el principal promotor para que ese recinto permaneciera en Monterrey.

Mauricio Sulaimán Saldívar, presidente del Consejo Mundial del Boxeo (CMB), de manera altamente emotiva reiteró la relevancia del deporte en la sociedad mexicana, al tiempo que entregó a la familia Treto Garza un cinturón que ratifica como campeón honorífico del CMB a Pedro Treto Cisneros.

El arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, en un video proyectado en las pantallas del evento, reconoció la aportación social y fraterna de don Pedro e invitó a seguir su ejemplo impulsando el deporte para el bienestar humano.

Fue el monseñor Rogelio Villarreal, vicario general en Nuevo León, quien en representación del arzobispo fue el encargado de bendecir la figura perenne de don Pedro Treto Cisneros.

Amistades cercanas, ex peloteros profesionales, promotores deportivos, figuras políticas y conductores deportivos como Toño de Valdés, reconocieron también el legado del homenajeado, nacido en 1939 y fallecido el 28 de febrero del 2013.

Honor a quien honor merece.

 

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DEPORTES

¡El Hijo del Santo dice adiós al ring!

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Ícono indiscutible de la lucha libre mexicana * Un día después de la aparición de la Virgen de Guadalupe, el 13 de diciembre, tendrá su última pelea en el Palacio de los Deportes * Entre lágrimas, sentimientos y emociones, anuncia su despedida. “Me voy sin dejar nada pendiente y con la máscara intacta, afirma la leyenda viviente

 

MARTÍN AGUILAR

 

Con la voz entrecortada y el peso de cuatro décadas sobre sus hombros, El Hijo del Santo, ícono indiscutible de la lucha libre mexicana, confirma su retiro definitivo de los cuadriláteros, cerrando un capítulo legendario que heredó de su padre, El Santo.

En una emotiva conferencia de prensa, el enmascarado de plata confesó haber “sangrado, llorado y también reído” detrás de su máscara, simbolizando las victorias, derrotas y sacrificios de una carrera que culminará el 13 de diciembre en el Palacio de los Deportes, el mismo escenario donde su progenitor se despidió.

“Detrás de cada victoria, hay caídas, cicatrices y noches de soledad; pero también el amor a un legado, a un público, a una máscara. He sangrado, he llorado y también he reído detrás de mi máscara”, añade el luchador de 63 años de edad, visiblemente conmovido, al detallar anécdotas de una trayectoria que comenzó en 1982 como “luchador súper libre” y lo llevó a conquistar máscaras, cabelleras y escenarios internacionales.

“Todos mis sueños se fueron cumpliendo; luché en todas las empresas en México, pisé la Arena México, he luchado en muchos lugares del mundo. No hay nada pendiente”, agrega y enfatiza que su salida no obedece a una pérdida de pasión, sino a un deseo de “cerrar mi historia con dignidad, con el corazón en alto y con la máscara intacta”.

La gira de despedida, organizada en colaboración con OCESA, incluye tres funciones estelares: el 29 de noviembre en el Domo Care de Monterrey, el 6 de diciembre en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara y el gran cierre en la Ciudad de México, donde compartirá el ring con su hijo, Santo Jr., Alberto El Patrón y LA Park, frente a antagonistas históricos como Dr. Wagner Jr. y otros enmascarados.

El Hijo del Santo, cuyo nombre real permanece oculto como parte de la mística del personaje, reitera que se retirará sin revelar su rostro: “Me voy con mi máscara intacta; nadie me la pudo arrebatar”.

Aunque colgará las botas, prometió seguir vinculado al deporte que ama, posiblemente en roles de promoción o entrenamiento, manteniendo vivo el legado de El Santo, quien revolucionó la lucha libre con su invencible imagen plateada en las décadas de 1940 a 1980.

Expertos como el historiador de la CMLL, Salvador Lutteroth, describieron el retiro como “el fin de una era dorada”, destacando cómo el Hijo del Santo elevó el género a exportación cultural, con giras por Japón, Estados Unidos y Europa que atrajeron a generaciones de fans.

La noticia llega en un momento de renovación para la lucha libre mexicana, con el auge de independientes como AAA y la influencia de WWE, pero el vacío que deja El Hijo del Santo -con más de 40 cabelleras conquistadas y un estilo técnico impecable- será irreparable.

Boletos para las funciones ya están a la venta en portales como Ticketmaster, con precios desde 500 pesos, y se espera un lleno total que honre a esta leyenda que, como él mismo dijo, combatió “contra el paso del tiempo” con la gracia de un santo y la ferocidad de un gladiador.

Su adiós no es sólo el de un luchador, sino el cierre poético de un linaje que ha sangrado por México.

Le deseamos todo el éxito del mundo al Hijo del Santo en su nueva faceta tras su adiós al ring.

 

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¿Campeón inflado?

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Terence Crawford revive los fantasmas de Canelo Álvarez * “Bud” hace historia y se convierte en monarca indiscutible en tres divisiones * Conserva lo invicto y ganadas todas sus peleas * El peleador de Omaha rompió la máxima de que un gran peso pequeño no le gana a un gran peso grande

 

GILBERTO SOLÍS

 

El “antihéroe” se robó el espectáculo en casa ajena y terminó siendo aplaudido y reverenciado por los aficionados del rival, Saúl ‘Canelo’ Álvarez (63-3-2, 39 KOs), que nunca apareció a la defensa de sus cuatro fajas de campeón indiscutible de peso supermediano.

Si quedaba alguna duda de quién es el mejor boxeador libra por libra del mundo, Terence ‘Bud’ Crawford (42-0-0, 31 KOs) se encargó de despejarla la noche del sábado 13 de septiembre pasado cuando se unió a Claressa Shields (en 2025) y Henry Armstrong (en 1938) como los únicos boxeadores en lograr el campeonato indiscutible en 3 categorías de peso diferentes.

“Bud” consiguió la victoria que necesitaba su carrera para meterse de lleno en la conversación de mejor boxeador de los últimos 25 años.

“Floyd Mayweather Jr. fue el mejor de su era, yo soy el mejor de la mía”, respondió en la conferencia de prensa cuando le compararon con el autoproclamado ‘The Best Ever’.

Crawford hizo lo que la mayoría de los boxeadores que enfrenta a Canelo Álvarez no hace. Vino a boxear antes que a cobrar. Y eso fue lo peor que le pudo pasar al héroe mexicano, a quien, para utilizar un término coloquial, le pintaron la cara.

Ante 70,482 personas que colmaron el Allegiant Stadium (récord de concurrencia para la instalación), casa de Las Vegas Raiders, Terence revive los fantasmas de Dmitry Bivol y Floyd Mayweather Jr. -este último apostó 50 mil dólares a la victoria de Crawford-, los únicos que le habían derrotado y expuesto sus flaquezas, además de Erislandy Lara.

Crawford jugó con el orgullo mexicano desde el día uno de la Semana de Combate. Y lo llevó al extremo cuando entró al ring con ‘La canción del Mariachi’ y cargando en su mano derecha un estuche de guitarra, algo que consternó a la mayoría de los presentes, para luego sacar a pasear al ultramediático campeón azteca.

A sus 37 años de edad, cumple 38 el próximo 28 de septiembre, el peleador de Omaha rompió la máxima de que un gran peso pequeño no le gana a un gran peso grande.

Simplemente plantó su bandera en el ring y se dedicó a darle lecciones a Canelo hasta elevar a 20 su invicto en peleas titulares.

Crawford parecía un supermediano natural. Nunca le pesaron las piernas. Terminó fresco. Economizó sus golpes, usando los necesarios para martillar a su oponente, provocar la exclamación del público, pero, sobre todo, llenarle los ojos a los jueces que votaron de forma unánime (116-112, 115-113 y 115-113) a su favor.

Como dijo alguna vez Benjamin Franklin (o al menos se le atribuye la frase): “Bien hecho es mejor que bien dicho”.

Sus combinaciones largas a intervalos, su movimiento lateral, la riposta y el cambio de guardia fueron demasiados acertijos que Canelo no pudo descifrar, como tampoco su esquina, que no supo provocar una reacción a pesar de que sabían que a su discípulo se le esfumaba la posibilidad de victoria.

Al finalizar el combate, Crawford mayoreó a Canelo por 115-99 en golpes totales conectados y 45-16 en jabs. En tanto, Canelo superó a Crawford 83-70 en golpes de potencia.

Esta victoria le permitió a Crawford convertirse en el sexto boxeador en ganar títulos en cinco divisiones diferentes (ligero, superligero, welter, superwelter y supermediano).

Con la derrota, Canelo perdió sus cinturones de la Asociación Mundial, Consejo Mundial, Organización Mundial y Federación Internacional de Boxeo, poniendo fin a una era dorada en su carrera.

“Una derrota no me define. Estoy acá para tomar riesgos”, declara el mexicano tras conocer la decisión de los jueces.

Contrario a otros compromisos, en esta ocasión Canelo Álvarez prefirió concentrarse de lleno en el combate y no ser escoltado por alguna celebridad al subir al cuadrilátero y únicamente se le vio acompañado de su equipo de trabajo, que al sonido del mariachi con la canción ‘México lindo y querido’, se enfiló al escenario principal.

Por su parte, Terence Crawford acompañó su entrada con la famosa “Canción del Mariachi’.

Entre los famosos que asistieron destacó la presencia de diversas personalidades del deporte y el espectáculo: Mauricio Sulaimán, Julio César Chávez, Mike Tyson, Turki Alalshikh, Jason Statham, Mr. Beast, Alana Flores, Matt Barnes, Charlize Theron, Zuria Vega, Alberto Guerra, Reykon, Sofia Vergara, Holt McCallany, Dana White, Evander Holyfield, Marc Anthony, Mark Wahlberg, Charlie Sheen, Lizzo, Andrew Renzi, Andy Ruiz Jr., Wiz Khalifa, Rob Lowe, Jeremy Renner, Macaulay Culkin, Magic Johnson, Logan Paul y Triple H.

Además del bono asegurado de 100 millones de dólares para Canelo Álvarez y 50 millones para Crawford, el vencedor se llevó el cinturón especial ‘Nahui Huey Altepemeh’ Tlaxcala II, otorgado por el Consejo Mundial de Boxeo.

 

DECLARACIONES

“No estoy aquí por coincidencia, Dios me trajo hasta aquí. Canelo es un gran campeón y muy competitivo. Soy fan de él y peleó como un verdadero campeón. No sé si será mi última pelea, tengo que hablar con mi equipo. Sólo quiero dar gracias a todos los que me apoyaron, y también a los que no”, declaró Crawford.

Por su parte, Canelo respondió: “Me siento bien. Primero quiero agradecer a la gente que vino a apoyarme. Una derrota no me define. Estar aquí ya es una victoria porque tengo a mi familia y, en lo profesional, he logrado muchas cosas. Hice lo que tenía que hacer y, al final de cuentas, vine a la vida a tomar riesgos y a ponerme a prueba. Aquí seguiré. Le dije a él que compartir el ring fue especial, y si lo hacemos otra vez sería genial. Me siento fuerte y le doy crédito a Crawford por la victoria”.

¿Habrá revancha? Pronto lo sabremos.

 

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