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LA FERIA

En riesgo la mayoría calificada de Morena

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Fracturas internas debilitarían a la 4T rumbo a 2027, año en que se elegirán 17 gobernadores y los nuevos legisladores de la Cámara de Diputados federal * Venden caro su amor los partidos Verde Ecologista de México y Del Trabajo, que de plano no van a votar en el Congreso por eliminar a los legisladores plurinominales ni por la reducción del financiamiento a los partidos políticos

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

Destapadero.

Contaba la abuela Elena de un tal Margarito, de allá de Autlán, a principios del siglo pasado, muy chaparrito y muy enclenque que vestía siempre de levita, entre aquellos hombretones de rancho mal encarados y de revólver al cinto, pero que ninguno se metía con él porque una vez, estando en la cantina, bebiendo su mezcal de tequila en santa paz, se fue a querer burlar de él un valentón, que dijo que lo quería ver bailar y le soltó un balazo a los pies, pero el Margarito sacó de la levita una pistola 22 que de chiquita daba risa y sin decir una palabra, le metió un tiro en la frente al tipo.

El alcalde, el Tomasón, dijo que eso era defensa propia y de ahí pa’l real, nadie nada con él. Historias de pueblo.

 

¿UNA APLANADORA GUINDA?

Algo pasa que hace pensar que Morena llegó para quedarse. Ser el PRI.2 no es su intención manifiesta, pero ser el nuevo partido hegemónico, sí, a la vista de las reformas legales que han impuesto eliminando contrapesos al poder (incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que la elección de jueces y magistrados fue la ensalada para ocultar lo que querían: a los ministros de la Corte… y ya los tienen); más su control del Congreso, su colonización del Tribunal Electoral y ya pronto del INE (si no es que ya, según se ven las cosas).

Juega a favor de ver a Morena como la nueva aplanadora política nacional, que tiene el Poder Ejecutivo federal y eso es mucho poder, sí, pero el incansable pregón de la dama del bastón de palo de que ganó las elecciones del 2024 con el 59.76% de la votación con casi 36 millones de votos (35’924,519), debe matizarse:

Esa votación la alcanzó aliado con el Partido Verde Ecologista de México (4’677,057 de votos), y el PT (3’882,813).

Por Morena votaron sólo 27’364,649, que son muchos, sí, pero comparando con los 98’329,591 de alegres conciudadanos cada uno con credencial de elector, que sí podían votar, resulta que NO votaron por Morena casi 71 millones (70’964,942), casi el doble de los que sí (el 1.89).

Así, resulta que la dama de Palacio se trepó a La Silla con el voto del 27.83% del electorado (no el 59.76% con sus aliados y respecto de los que fueron a votar). Ya no se ve tan arrollador el triunfo. Por eso el Verde y el PT cobran y siguen cobrando la factura política: sin su comparsa nada parecería como parece.

Aunque es impropia la comparación de partido contra alianza, la merecidamente olvidada Xóchitl Gálvez alcanzó el 27.45% de la votación junto con PRI y PRD, frente al 27.83% de la señora Sheinbaum, comparación injusta pero así las cifras adquieren su proporción. Nada de abrumadores triunfos arrolladores, inéditos e históricos. Morena & Cía., ganaron, sí, legal, también, pero nada de perder el sueño.

Para ser un partido hegemónico y poder escribir en el escudo nacional “Sólo nuestros chicharrones truenan”, se tienen que esforzar poquito más.

Mire usted, en el régimen imperial del PRI sí sabían parecer invencibles y así trajeron al país más de 70 años.

En 1924, Plutarco Elías Calles (que sí mataba) ganó con el 84.15% de la votación (que las elecciones en esos tiempos eran de burla, pero puestos a mentir, mentir con garbo y sin medida, ¡qué caray!); en 1936, Lázaro Cárdenas (el héroe de la 4T), se aventó la puntada de decir que ganó la presidencia con el 98.19% de los votos… Ávila Camacho (en 1940), con el 93.9%; en 1958, López Mateos dijo que con el 90.45%; y en 1976, López Portillo con el 100% (ni tuvo contrincante).

Por supuesto, no había INE y la intención es que no haya, sin ser mal pensado, nada más de ver las que en la 4T son capaces de hacer.

Otra cosa que los hace parecer ya invencibles es que gobiernan en 24 entidades (incluida la CDMX), el 75%. Pues sí. Nada más que algo necesita explicación: de los 2 mil 051 municipios (sin contar los que no realizan elecciones, los de usos y costumbre, que son 426), Morena tiene el gobierno de 721, el 29.1%… está raro: votan por Morena para gobernador y no votan para alcalde, raro (por supuesto Morena afirma que gobierna en 1,125 municipios, contando los del Verde y el PT… chistosos).

Todo esto a resultas de la celebración el domingo pasado de la sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena.

Convocada para (oficialmente) organizar 71 mil 541 comités seccionales (todo le copian al PRI), su plan “municipalista”, crear comisión evaluadora de incorporaciones (para lavarle la cara y peinar a los chapulines que les convenga incorporar) y la instalación del Consejo Consultivo Nacional. ¿Sí?, pues no: la sesión extraordinaria fue para tratar de blindar las iniciativas de doña Sheinbaum contra el nepotismo y su reforma electoral.

El problema interno de Morena no está fácil, por las tribus y sus pleitos a navaja; y externamente, porque necesita de sus aliados, el Verde y el PT, que de plano no van a votar en el Congreso por eliminar a los legisladores plurinominales ni por la reducción del financiamiento a los partidos políticos, ¡faltaba más!

El impresentable presidente del Consejo Nacional de Morena y gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, advirtió contra las fracturas internas que podrían debilitar a la 4T rumbo a 2027, cuando se elegirán 17 gobernadores y la Cámara de Diputados federal… a confesión de parte…

Así, la iniciativa de la señora de Palacio pone en peligro su coalición de partidos, sin eso pierden la mayoría calificada en el Congreso y no podrían conseguir reformas constitucionales.

Pero es peor: Contra la reducción del financiamiento a los partidos, Arturo Escobar, uno de los líderes históricos del partido Verde, declaró: “Hay que entender los riesgos que tiene un país como México, la forma en que participa el crimen organizado en la definición de candidaturas y en el desarrollo de campañas”. Dijo “participa”, no participaría ni podría participar, no: participa, en presente.

¡Caramba! (por no poner una majadería), eso suena a amago, a advertencia: sígale con sus ideas señora del segundo piso y nosotros jalamos la cobija. Esto va mal (o bien, según cada uno), digan lo que digan los invencibles, van al destapadero.

 

LA FERIA

La gente perdona todo, pero la panza manda

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Las cuatro maneras de gastar el dinero * La deuda que dejó Peña Nieto (10 billones de pesos de gobiernos neoliberales, de décadas pasadas) se duplicó en sólo 7 años: 20 billones de pesos hasta el momento

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

La panza manda.

Algo le he contado de tía Amelia, la de los doce hijos varones, pero no le he dicho si tenía marido ni si los doce eran de un mismo papá.

Bueno, sí, tuvo uno, un desastre de marido que, aparte de muy guapo -según ella-, sólo servía para hacer hijos -“y bien”, también según ella-: briago, no muy trabajador, jugador y siempre endeudado.

Recién nació el número doce -contado por ella-, le dijo dando pecho, que la dejara: -A lo mejor pasamos hambre, pero dejo de parir -le explicó.

No pasaron hambres; ya sin el inútil, la tía sacó adelante a todos, vendiendo comidas en su casa: -Ni chiste tuvo -decía sonriendo-, igual ya cocinaba para un ejército.

 

IMPUESTOS LOS IMPUESTOS

El viernes pasado, se aprobó la Ley de Ingresos del año que viene, la que dice (a brocha gorda, no hay espacio), cuánto vamos a pagar de impuestos y cuánto se va a pedir prestado.

Esta vez, el gobierno puso más impuestos a cigarros, refrescos, jugos, sueros, apuestas digitales y a videojuegos “violentos”.

Explicó varias veces que no es por cobrar más impuestos sino por la salud pública: Que se fume menos por lo caro, que baje la panza nacional promedio y la diabetes, que no se tire dinero apostando y que se vean menos cochinadas en Internet (por salud mental).

Así, el gobierno actúa como un buen padre. ¡Aplauso!… ¿aplauso?, no, el gobierno no es nuestro papá, es nuestro empleado.

Vendaval de violencia y crimen; economía pasmada; ruinosos sistemas de educación y salud; infraestructura haitiana (con respeto); campo abandonado; y el gobierno nos sale con la babosada de que está preocupadísimo por fumadores tosijosos, endulzados bebedores de refrescos, apostadores y jugadores de videojuegos muy feos. ¡Caramba!

Suele achacarse a Ronald Reagan la frase “el gobierno no es la solución, es el problema”, pero es de Milton Friedman.

Como muchas afirmaciones generales, debe matizarse, no siempre es el problema, no, y para no ponernos dramáticos, digamos que en México el gobierno, seguro no es la solución, al menos en los últimos siete años, los de la cuatrotera transformación.

Algún adorador del ídolo de Macuspana-Badiraguato, venerador del Señor de los Abrazos, fetiche favorito de corruptos y criminales, pensará que es una injusticia afirmar que corresponde a su estilo de gobierno tal baldón, y no necesariamente por ser fanáticos de ese adefesio sino porque, una de dos, o son muy jóvenes o ya olvidaron que este país era respetado (respetable); que el mundo habló del milagro mexicano; que ese régimen nos metió en el bloque económico-comercial más grande del mundo (que ya alcanza los 840 mil millones de dólares anuales de intercambio); cuyo último presidente nos entregó el país en el año 2000, con un crecimiento económico del 7 por ciento.

Sí, todo se olvida (también que el “humanismo mexicano” cuatrotero consiguió bajar cuatro años la expectativa de vida del mexicano… y eso no había pasado en cien años).

Sin trapitos calientes, este gobierno, continuación del anterior, se describe a cabalidad con dos palabras: desastre e incapacidad. Pensándolo bien, sí, son el problema.

Este gobierno (porque hay que llamarlo de alguna manera) adolece de un mal que aqueja a muchos otros: Empeoran los problemas o los empollan -lo que es empeorarlos-, porque reconocer errores es contrario a su principal interés político, conservarse en el poder.

Y así se vuelven el problema, son un médico que declara sanos a todos sus pacientes o los da de alta sin curarlos. ¿Usted querría un médico así para sus hijos?… este menda, no.

Salvo las excepciones que en todo hay, los gobiernos se arrogan un poder discrecional dirigido a obtener de la gente cuanto dinero les sea posible.

Jamás aceptarán que metieron la pata y siempre alegarán que faltan recursos, más gobierno, más burocracia y más leyes, más prohibiciones, claro.

En el año 2000, el gobierno dispuso de 1 billón 200 mil millones de ingresos. El año próximo, el gobierno dispondrá de casi 10 billones 200 millones, eso es 850% más dinero que en el 2000, con un 35% más de población.

Si a usted le salen las cuentas, lo felicito, pero es INADMISIBLE la cantidad sideral de dinero que se van a gastar en nuestro nombre (el año que entra, 542 mil millones de pesos más que en este), y es la hora que no tenemos carreteras de plata maciza, médico de cabecera, vacaciones pagadas en Europa y policías de la tercera edad porque la paz nacional no necesita garrudos donceles arriesgando la vida en cada calle.

Y por cierto (total, ya le eché a perder el día): la deuda pública, en el año 2000 era de 285,360 millones de dólares, ya vamos en 20 billones (20’’000,000’000,000.00 pa’que duela).

Debemos 70 veces más que el año 2000 y seguimos de dar grima. Algo anda mal, muy mal.

Quedó dicho que en todo hay excepciones y es cierto, en Dinamarca el gobierno quería (y quiere) bajar los altísimos impuestos.

Hicieron sondeos de opinión que les hicieron ver que mejor ni moverle, la gente no quiere que se los bajen porque recibe a cambio de ellos todo lo que necesitan y los ven como una inversión. Y ahí van, bajándolos a la chita callando, de a poquitos.

Allá explican sus economistas, “primero se generó riqueza y después se empezó a repartir en forma de beneficios sociales; no al revés”.

Igualito que acá que estamos fregados y repartiendo dinero a manos llenas.

Alguien explicó, no es idea de su texto servidor, que hay cuatro maneras de gastar dinero:

  1. Gastar en uno mismo el propio dinero: se cuida el dinero y se busca el mayor beneficio.
  2. Gastar en otros el dinero propio: se gasta lo menos posible.
  3. Gastar en uno mismo, el dinero de otros: dispendio y lujos injustificados.
  4. Gastar el dinero de otros, en otros, que es cuando no importa cuánto se gaste, en qué ni la calidad de lo adquirido.

Nuestro gobierno domina el 3 y el 4, se hartan de lujos y de robar.

Pero deberían hacer bien sus cuentas, no les va a alcanzar y para el 2030, doña Sheinbaum va a estar en una crisis de vorágine y ¡abur cuatroté!… la gente perdona todo, pero la panza manda.

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LA FERIA

La elección judicial, democracia e inseguridad ponen en riesgo al T-MEC

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Ya EU señala que no tiene caso revisarlo o actualizarlo porque México no cumple en partes importantes * Craig A. Deare, coronel retirado, especialista en inteligencia, oficial del Ejército en el Área Extranjera en Latinoamérica, entre otras cosas, declaró que la próxima revisión del tratado trilateral T-MEC “no se limitará a asuntos económicos. Vamos hablar de la reforma del sector judicial, de temas electorales democráticos (…) como también de seguridad. Todo eso será parte del paquete”

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

Pantagruélico.

Contaba la abuela Elena, que allá en Autlán a principios del siglo pasado, un tal don Panchón, era el ranchero más rico, el más matón y tremendo para eso de las faldas pues que se supiera, tenía hijos con 17 mujeres.

Así, una prima de la abuela, de las guapas de quitar el hipo, dijo a su papá que don Panchón la requebraba, la galanteaba, le decía “cosas” y que le iba a decir que sí, pero casada en la iglesia.

Y aquél viejo correoso, dijo: -No, mi’ja, nada de casorio, váyase de su querida, pa’que cuando se aburra y la deje, usté’ se pueda casar con otro -historias de antes (se fue con él, no se quede con la duda).

 

EN RIESGO EL TRATADO COMERCIAL

No es falta de respeto ni ganas de moler, pero de veras, que alguien de sus cercanos tenga piedad de doña Sheinbaum, ¡por el amor de Dios!

No se vale que la dejen hacer el ridículo, además de que sí irrita que con sus metidas de pata ponga a México como lazo de cochino. Éramos respetados en el plano internacional. Éramos.

Van dos días seguidos, el miércoles y el jueves pasado, que la señora del Segundo Piso, dice que no hay riesgo de ruptura del T-MEC, refiriéndose a lo que dijo el tipo ese, Trump, de que si le sale del forro de la voluntad (la de él, por supuesto), tira a la basura el tratado actual para ‘arreglarse’ con México por su cuenta (no lo dijo así, dijo: ‘tratado bilateral’… o nada, seguirle con sus aranceles).

Según la señora del bastón de caramelo, el T-MEC no se puede cancelar porque, según ella, es ley.

Dijo: “El tema es ley en Canadá, en Estados Unidos y en México, se pasó por los Congresos, entonces si quisiera cambiarse tendría que hacerse una revisión muy profunda”. Usted nomás quédese con lo de la “revisión muy profunda” (¡qué pena con las visitas!).

A ver, señito, el T-MEC sí tiene fuerza de ley, pero queda hecho papel mojado (en llanto) si uno de sus integrantes nomás lo “denuncia”. “Denunciar” un tratado en derecho internacional significa retirar el consentimiento, terminar con el vínculo obligatorio del tratado, abrogarlo, poner fin a su aplicación, es causal suficiente de anulación.

La cosa no es arbitraria, nadie está sujeto al humor del que anden sus socios; está normado por la ‘Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados’, a la que México se adhirió hace 45 años, en 1980, cuando entró en vigor en todo el mundo (no es cierto, nomás en 118 países). No es ninguna novedad, señora Sheinbaum.

Esa Convención previene (es de sentido común), que los tratados se puedan terminar (no son bodas por la iglesia), y en su artículo 54, inciso a), dice que un tratado se termina y sus miembros se pueden retirar de él, “conforme a las disposiciones del tratado”, en este caso, las del propio T-MEC (entre otras posibilidades que no vienen al caso). Y eso es lo que andábamos buscando.

Es de no creerse que en Palacio nadie le pase a la fidelísima idólatra del Señor de Macuspana-Badiraguato, una copia del texto del T-MEC, subrayado con plumón amarillo en el artículo 34.6 (Capítulo 34, Disposiciones Finales), en que está pactada la “denuncia” del tratado, del T-MEC; dice:

“Una Parte podrá denunciar este Tratado mediante la presentación de una notificación por escrito de denuncia a las otras Partes. Una denuncia surtirá efecto seis meses después de que una Parte presente la notificación por escrito a las otras Partes (…)”.

Señora Sheinbaum, de todos los respetos de cuatroteros y similares, si al fétido, infame patán, atrabiliario, gañán e insufrible Trump se le ocurre denunciar el T-MEC… ¡abur!, en seis meses no tenemos nada y la economía nacional se va al voladero.

Esa Convención de Viena explica qué se puede “denunciar” de un tratado… y créalo, México llena todos los requisitos para que el Tío Sam nos bote como querida que lo aburrió. Apenas el viernes 3 pasado, Jamieson Greer, representante de Comercio de EUA, ante el New York Economic Club de Nueva York, declaró: “(…) No tiene mucho sentido hablar de extender el tratado o actualizarlo, cuando México ni siquiera está cumpliendo con partes importantes”. ¡Áchis!, no es puntada del Trump.

Por su lado, Craig A. Deare, coronel retirado, especialista en inteligencia, oficial del Ejército en el Área Extranjera en Latinoamérica, profesor decano de Asuntos de Seguridad Internacional de la Universidad de la Defensa Nacional de EUA, entre otras cosas (no es un pelagatos), declaró hace días a La Jornada, que la próxima revisión del T-MEC durante el año que entra “no se limitará a asuntos económicos. Vamos hablar de la reforma del sector judicial, de temas electorales democráticos (…) como también de seguridad. Todo eso será parte del paquete”.

Sí, señora Presidenta Sheinbaum, la esperpéntica reforma al Poder Judicial, impuesta por su mentor, faro, guía y luz, “el-mejor-presidente-de-la-historia-de-México”, tiene con los pelos parados al Tío Sam porque es una aberración y lo advirtió Ken Salazar siendo embajador en México: “La elección popular de jueces pondría en riesgo la democracia en México y la relación comercial con Estados Unidos, y facilitaría la intromisión del crimen organizado en la justicia”.

Los yanquis (sus gobernantes), son lo que usted quiera, pero no tarugos, no son el primo bobo del norte, son como la rabia y por eso son (todavía), lo que son, el imperio.

La reforma al Poder Judicial la tienen muy estudiada y para ellos afecta varios capítulos del T-MEC: los 2, 18, 21 y 22, sobre integración comercial; el 14, sobre el trato equitativo que debe recibir la inversión; el 23, sobre relaciones laborales; el 27, sobre políticas anticorrupción; aparte de que consideran compromete la defensa de los derechos humanos y la calidad de vida; y permite -según ellos, que son muy mal pensados- la injerencia de grupos de interés y de los grupos criminales” (hoy, terroristas, detallito).

Todo se puede esperar de los EUA, excepto que hagan algo contra sus intereses. Lo más probable es que sigamos teniendo tratado comercial, con o sin Canadá, pero van a apretar, apretar mucho. Es lo malo de meterse a la cama con un gigante pantagruélico.

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LA FERIA

Al gobierno no le importa la gente

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¿Se protegió a la ciudadanía de los abusos y violencia de algunas manifestaciones? * La violencia la debe impedir la autoridad, no se trata de hacer matanzas ni apalear indiscriminadamente, pero sí de enfrentar con vigor y detener a cada uno de esos intocables “encapuchados” que la autoridad sabe muy bien quién los organiza, entrena y dirige (y cobra por sus servicios) * Claro que hay fuero presidencial

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

Más fuero.

Tío Macro, aquél de Autlán, el grandote de pocas palabras y macho como de película en blanco y negro, a tía Mariquita y sus 14 hijos (con ella), nomás les daba órdenes, como a sus caporales y peonada, hasta que un día, la tía, enojadísima le preguntó a voces porqué jamás pedía opinión de nada y el tío, entrecerrando los ojos, como reflexionando, respondió: -… ¡tcht!… no lo había pensado… ha de ser que no me importa -¡ah, bueno!

 

MORENA BUSCA LA PERPETUIDAD

Advertencia: lo que sigue es políticamente incorrecto y puede herir la sensibilidad de algunas personas, se sugiere discreción: al gobierno le importa un pito la gente.

Si no es mucho abusar de su resiliencia (horrible palabra que está de moda y se usa mal), entérese de lo que le importa al gobierno: seguir siendo gobierno y de ser posible, perpetuarse en el poder. Nota: los 35 años de porfiriato son pocos, la meta a alcanzar son los 70 años de priísmo.

Se refiere su juntapalabras a los gobiernos de esta nuestra risueña patria, a todos, los tricolores, los azules y hoy los guindas. Ignora su textoservidor si esto es así en otros países, pero en casi toda Iberoamérica, sí.

Se puede intentar el análisis de los programas y acciones de gobierno, para verificar que la gente les importa un reverendo y serenado cacahuate, pero se presta a discusión y nunca falta el que está de acuerdo o muy de acuerdo (como ponen en las encuestas), con lo que para otros son barrabasadas; un ejemplo: hay gente que está de acuerdo y muy de acuerdo, con el nuevo Poder Judicial elegido por cuatro gatos y previa tómbola (sí, hay ciudadanía semoviente, créalo).

Una manera simple de confirmar que el tenochca simplex del peladaje nacional, a nuestros gobiernos les importa menos que el clima en Hawaii, es eso de las multitudinarias manifestaciones, marchas, plantones y protestas callejeras. Se supone que a los gobernantes les debería preocupar mucho que en muchedumbres, la gente exprese repudio o exija algo, se supone, pero en México no, acá esas multitudes les preocupan lo mismo que los perros anden descalzos.

Después de lo de Tlatelolco en el 68, después del 71 y el ‘Halconazo’, nuestros gobernantes entendieron clarito, primero, que las manifestaciones, ni terminando en hechos de sangre, tumban al gobierno; y segundo, que las protestas masivas no los obligan a nada, así exijan lo más obvio y sensato.

La consecuencia es lo que vemos: Se permite toda manifestación, pacífica, violenta, como sea y el gobierno, de cualquier color, se disfraza declarando que salvaguardó la integridad de los asistentes y protegió la libertad de expresión.

Así, las manifestaciones han proliferado y ya no pocas -más bien muchas-, son un muy buen negocio, el de extorsionar a la autoridad con la complicidad de algunos funcionarios.

Piense en el Barzón, Antorcha Campesina, el Frente Popular Francisco Villa, que rentan a su gente para manifestaciones ajenas. Un caso estelar de esta industria de la protesta fueron las marchas del Pejehová a la CDMX, pagadas al contado, como aceptó Manuel Camacho Solís el 11 de febrero de 2004, ante la Comisión Permanente del Congreso (nueve mil millones de pesos viejos le entregó al redentor patrio).

No exagera este tecladista en lo de la plaga de manifestaciones. Con datos de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, en el sexenio del Pejecutivo -hasta el 31 de julio de 2023-, hubo 16 mil 431 manifestaciones a las que fueron 7 millones 392 mil 241 de entusiastas. ¿Se arregló algo gracias al protestódromo que es la capital nacional?, no, nada. ¿Se protegió a la ciudadanía de los abusos y violencia de algunas manifestaciones?, no, tampoco: le importa un pito la ciudadanía al gobierno.

El jueves de la semana pasada, en la reglamentaria marcha de protesta por el 2 de octubre de 1968, hubo los asaltos, bombas molotov, daños a edificios de siempre, pero esta vez terminó con más violencia de la acostumbrada: 29 personas y 94 policías heridos, de ellos, 16 hospitalizados, tres graves. Hay un detenido que asaltó una joyería.

El socarrón secretario de Gobierno de la CDMX, César Cravioto, informó que del total de 10 mil manifestantes, hubo 350 encapuchados que fueron a “provocar” y rechazó (¡así se forjó el acero!) que se hubieran registrado “enfrentamientos”, ya que la policía no reaccionó a las “provocaciones”.

¿Ve?, nada les importa, nada. Enfrentamiento debió haber y hubiera tal vez menos heridos entre la gente común y sin duda, muchos menos entre los policías que mandan al matadero.

La violencia la debe impedir la autoridad, sin trapitos calientes, que hay todos los medios para meter en cintura a esos grupos por grandes que sean, todos los medios.

No se trata de hacer matanzas ni apalear indiscriminadamente, pero sí de enfrentar con vigor y detener a cada uno de esos intocables “encapuchados” que la autoridad sabe muy bien quién los organiza, entrena y dirige (y cobra por sus servicios).

 

CLARO QUE HAY FUERO PRESIDENCIAL

¿Apetece usted otra prueba de que al gobierno le importamos un pito?… bueno, cuando nos mienten con cínico descaro, es lo mismo. La señora del Segundo Piso declaró en su mañanera del 2 de octubre, que va a proponer al Congreso eliminar el fuero a los legisladores y agregó galana, muy segura: “La Presidenta no tiene fuero, ¿por qué tiene que haber fuero?”.

No hay espacio para darle unas 2,375 razones para el fuero, otro día señito. Pero sí hay que aclarar que tiene fuero y lo sabe. No diga mentiras.

Su fuero está vigente en la Constitución como se reformó en tiempos del Pejecutivo, el 19 de febrero de 2021, artículo 111, párrafo cuatro: “Para proceder penalmente contra el Presidente de la República, sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores (…)”, que remite al artículo 110 párrafo quinto, vigente desde 1982 (ni loco el Pejeremías lo iba a reformar): “Conociendo de la acusación la Cámara de Senadores, erigida en Jurado de sentencia, aplicará la sanción correspondiente mediante resolución de las dos terceras partes de los miembros presentes en sesión (…)”.

Señora Sheinbaum: ¿así o más fuero?

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