PULPO POLÍTICO
México necesita un líder fresco que una a todos
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2 años agoon
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RedacciónNo requiere de nuevos grupos o colectivos, ni diagnósticos… y mucho menos ‘choros mareadores’ * Quién podrá ser ahora el (o la nueva) líder de oposición, que tenga el valor y determinación para enfrentar a la 4T y su partido Morena * Se busca un auténtico defensor de la ley, la justicia, la independencia de Poderes y la democracia en México, que reencauce al país al sendero del bienestar y la prosperidad
MARCO ANTONIO FLORES***
México está sobrediagnosticado y en espera de un liderazgo. Reclama con urgencia un nuevo paradigma, relevo generacional o cambio de género. Un joven o una mujer, que ya se perfile como el próximo Presidente(a) de México, como la cabeza de una auténtica oposición al Presidente Andrés Manuel López Obrador, su partido Morena y a sus corcholatas.
Alguien que tenga la autoridad moral, probada honestidad, reconocida capacidad y la valentía para enfrentar con determinación al gobierno de la Cuarta Transformación.
Que ya tenga las ideas claras de las políticas públicas que requiere México en materia de salud, educación, seguridad, impartición de justicia, Estado de Derecho, crecimiento económico, abatimiento de la pobreza y combate eficaz a la corrupción y la impunidad.
Con bombo y platillo se anunció el lunes 30 de enero de 2023, la creación de una nueva organización denominada “Mexicolectivo”, integrada por políticos, intelectuales, activistas y periodistas.
La aparición del “Colectivo por México” parece querer revivir lo que en 1994 fue el Grupo San Ángel, pero en versión “4a Región”. El mismo día de la presentación de “Mexicolectivo” se daría a conocer un diagnóstico sobre el estatus político, económico y social del país, así como el documento “Punto de Partida”, que contendría propuestas de acciones y políticas públicas que deben implementarse para enderezar el rumbo del país en el corto y mediano plazo.
Sin embargo, a juzgar por los personajes presentes y ausentes, la expectativa que había se quedó corta. Un hecho que llamó la atención fue el anuncio previo de que uno de los principales impulsores de la nueva organización era el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, pero su ausencia fue la mayor sorpresa.
Su pretendido liderazgo en la convocatoria de este colectivo mereció que en la Mañanera del martes 31 de enero, el Presidente López Obrador lo calificara como “adversario y aliado de la oligarquía”. Esta arenga de AMLO fue contestada por el Ing. Cárdenas unas horas después, a través de una carta, en la que aclaró que él no fue convocante y se deslindó de participar activamente en la promoción de “Mexicolectivo”.
Este “Colectivo por México” mal comienza y nace con una sombra en su futuro. La ausencia del Ing. Cárdenas aunada a a la presencia de personajes del “paleolítico” político mexicano, hartos de haber desempeñado puestos públicos y de haberlo hecho sin mayores méritos, no parece ser la mejor carta de presentación de esta organización.
A manera de ejemplo están Francisco Labastida, con 80 años de edad y quien hace nada más 23 años fue el primer candidato presidencial del PRI en perder una elección de ese nivel; Josefina Vázquez Mota, quien pasó de noche como titular de la SEP y también fue candidata presidencial del PAN perdedora en 2012, con escándalos de corrupción; Diego Valadés, extitular de la PGR, que no avanzó ni transformó en nada la procuración de justicia, además de verse envuelto en varios escándalos, incluida la investigación trunca del asesinato de Colosio, ahora resulta que descubre el “hilo negro”, al señalar que este gobierno es arbitrario, atenta contra la democracia y trafica políticamente con la pobreza.
Quizá con mejor presencia figuran: el ex rector de la UNAM y exsecretario de Salud, José Narro; Patricia Mercado, excandidata presidencial, e Ivonne Ortega, exgobernadora de Yucatán, pero sin algo novedoso qué aportar.
Muchos más “ex”-personajes, organizaciones y membretes de relleno como el Comité LGBT, el Centro Nacional de Trabajadoras del Hogar, México Evalúa, Academia Mexicana de la Comunicación y hasta la Asociación de Distribuidores de Automotores, así como exmedallistas olímpicos de hace 40 años, no auguran un futuro prometedor para la integración de propuestas serias, congruentes y útiles de este “colectivo” para el futuro del país.
También participan: Paola Zavala Saeb, fundadora de la Organización Comunitaria por la Paz; Fernanda Rocha, directora de Blackbot; Andrés Castañeda, coordinador de las causas Salud y Bienestar en Nosotros, y Lourdes Morales Clanales, directora de la Red por la Rendición de Cuentas.
A Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, se le atribuye ser uno de los principales organizadores, promotores y convocantes del “Colectivo por México” y se especula que pudiera buscar arropar con esta organización a su futuro y “tapado” candidato presidencial.
El dirigente de MC, de 72 años de edad, ha asegurado en entrevista que el objetivo de “Mexicolectivo” no es, por ahora, definir una candidatura presidencial, aunque dijo que la organización sí hará planteamientos políticos y electorales en la segunda mitad del año.
Delgado puntualizó que la nueva plataforma está “por encima de los partidos” y que fueron convocados ciudadanos sin pensar en su afiliación o militancia.
Qué lejos está “Mexicolectivo” de siquiera parecerse al Grupo San Ángel”, que surgió en el México convulso de 1994. El 1 de enero de ese año, el mismo día en que entraba en vigor el TLC, irrumpió el EZLN y la guerrilla zapatista. En marzo el magnicidio que transformó el rumbo nacional, el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
En ese contexto nació Grupo San Ángel. Integrantes de ese grupo fueron brillantes y destacados personajes: Adolfo Aguilar Zínser, Tatiana Clouthier, Carlos Fuentes, Vicente Fox, Enrique González Pedrero, Enrique Krauze y Demetrio Sodi, entre otros. Este grupo se propuso evitar un “choque de trenes” en las elecciones presidenciales y hacerse escuchar por los candidatos Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Fernández de Cevallos.
Carlos Fuentes retomó la metáfora y dijo: “En las elecciones los trenes no chocan, que las locomotoras se detengan y todos podamos abordar el convoy de la democracia”. Además, exigió al mandatario Carlos Salinas “actuar como Presidente de todos los mexicanos, no como jefe de un partido o una facción, sino el Presidente de la transición democrática”.
En junio de 1994, se reunió por primera vez en la casa de Jorge G. Castañeda el Grupo San Ángel. En adelante, el grupo contaría con sesenta y seis personajes destacados en la política y la academia como Teodoro Césarman, Alfredo del Mazo, Amalia García, Gabino Fraga, Federico Reyes Heroles, Adolfo Aguilar Zínser, Javier Livas, Manuel Camacho, Lorenzo Meyer, Ricardo García Sainz, Joel Ortega, Graco Ramírez, Carlos Monsiváis, Paco Ignacio Taibo, Elba Esther Gordillo, Elena Poniatowska.
El grupo elaboró un texto, titulado “La hora de la democracia”, para garantizar la legalidad y limpieza del proceso electoral y la adopción de una agenda transitoria de modernización democrática, además de proponer medidas concretas como el acceso libre e imparcial a los medios de comunicación, especialmente los electrónicos y la transmisión de programas de análisis político en horario triple.
En ese célebre grupo no participaron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo ni el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador. Uno de sus integrantes, Vicente Fox, llegó a ser el primer presidente de la alternancia, seis años después, en el año 2000, quien sigue siendo un activista político a través de sus redes sociales.
En abril de 2022, luego de que el bloque opositor Va por México tumbó la Reforma Eléctrica, lo que AMLO calificó como “Un acto de traición a México”, Fox publicó un tuit en el que le dijo al Presidente “¡Ya cállate Chachalaca!”.
La histórica frase fue acuñada por López Obrador en marzo de 2006, en plena campaña presidencial, un mensaje dirigido a Vicente Fox, quien siendo presidente todos los días hablaba de su gobierno, de su partido y de los logros alcanzados.
Cabe recordar que, como resultado de lo anterior, López Obrador y el PRD presentaron una iniciativa de ley -pasados los comicios- para que se estableciera lo que hoy conocemos como “veda electoral”, que prohibió a los servidores públicos de todos los niveles realizar actos de promoción, distribución de programas sociales, con fines clientelares o cualquier actividad tendiente a cooptar o coaccionar el voto sobre la base del presupuesto público, los tiempos oficiales y los recursos del Estado.
La anterior disposición recientemente acaba de anularse con motivo de la aprobación -parcial- del Plan B de reformas a las leyes electorales de López Obrador, lo que permite que los funcionarios de la 4-T, incluidas las “corcholatas”, realicen desde este gobierno tales actividades clientelares electorales y de promoción sin restricción legal.
Quién podrá ser ahora el (o la nueva) líder de oposición, que tenga el valor y determinación para enfrentar a la 4T y su partido Morena.
Quién pondrá un alto al Presidente de la República y se atreva a decirle (con todo respeto) “¡Ya cállate Chachalaca!”. Quién podrá frenar la destrucción del INE y de nuestra democracia. Quién detendrá al pregonero diario, que abusa del uso oficial del servicio público de radio y televisión, así como de todos los medios y las redes, que se vale del púlpito presidencial para dividir y polarizar a México, para lanzar cotidianas arengas a sus huestes, descalificaciones diarias a la oposición, a los periodistas y críticos, a los adversarios, conservadores fifís, y repetir -según el sitio “Spin”- decenas de mentiras cada mañana.
En la lista de falsedades destaca que ya se abolió la corrupción, que el país no se militariza, que ya hay abasto de medicamentos y pronto habrá un sistema de salud como el de Dinamarca.
Que los índices de inseguridad se van reduciendo, que se protege la integridad de los periodistas y se respeta la libertad de expresión sin cortapisas, que tenemos uno de los mejores aeropuertos del mundo (AIFA).
Que hay pleno respeto a la democracia, a la división de Poderes, la autonomía de los organismos constitucionales, al rector de la UNAM, al presidente del INE, etc, etc.
En fin, la lista de falsedades flagrantes que se repiten todos los días es interminable.
México ya no necesita nuevos grupos o colectivos, ni tampoco diagnósticos ni “choros mareadores”. Esta “sobrediagnosticado”. Lo que urge es que ya emerja un liderazgo, que tenga tiempo de convencer a los mexicanos de ser la mejor opción como próximo Presidente de la República para el periodo 2024-2030.
Fox anunció su candidatura presidencial 3 años antes; AMLO se llevó 18 años para llegar; Calderón dimitió un año antes para iniciar campaña y Enrique Peña Nieto era el virtual candidato desde cuatro años antes.
Las “corcholatas” llevan 8 meses en campaña y estamos a 16 meses de las próximas elecciones presidenciales.
En tanto, 130 millones de mexicanos estamos en espera de un auténtico defensor de la ley, la justicia, la independencia de Poderes y la democracia en México, que reencauce al país al sendero del bienestar y la prosperidad.
***Académico y consultor
Claudia Sheinbaum detalla sus 100 compromisos de gobierno * La Primera Mandataria ofreció continuidad en medidas adoptadas por el exmandatario López Obrador, como los programas sociales, el IMSS-Bienestar; concluir las obras iniciadas por él y mantener la política de Austeridad Republicana
MARCO ANTONIO FLORES***
Este martes 1 de octubre de 2024 es una fecha que quedará enmarcada en la historia de México.
En la Cámara de Diputados, Claudia Sheinbaum Pardo tomó protesta como la primera presidenta. Al llegar al recinto, fue recibida por una comisión exclusiva de mujeres y, al ingresar al pleno, fue recibida con los gritos “¡Presidenta!” y “¡Es un honor estar con Claudia hoy!”.
Fue Ifigenia Martínez, catedrática y pionera política, quien le puso la banda presidencial a Sheinbaum Pardo en un acto simbólico.
En su primer mensaje a la nación, Claudia Sheinbaum agradeció la presencia de representantes de 105 países de América, Europa, Asia y África. Asimismo, hizo referencia a “la invasión española” y aplaudió la gestión del exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
La primera presidenta constitucional aseguró que “es tiempo de mujeres” y que “no había llegado sola” sino que habíamos “llegado todas”.
Tras subrayar que la reducción de la pobreza forma parte de un “humanismo mexicano”, la Mandataria textualmente condenó el clasismo, racismo y machismo. “No es sólo un asunto de tolerancia”, sostuvo. En su discurso, Claudia habló sobre la diversidad sexual y apuntó que la discriminación es un obstáculo para el acceso a la justicia.
Posteriormente, hizo un breve repaso por sus propuestas de campaña, resaltando la creación de nuevos programas del bienestar, las becas para estudiantes de educación pública, la creación de nuevas universidades, el aumento del salario mínimo, el fortalecimiento del uso de energías renovables y la ampliación de las vías de transporte (las rutas de tren).
La Presidenta dio especial atención a la reforma al Poder Judicial, asegurando que ésta tiene como finalidad la autonomía. La reforma a la Guardia Nacional fue otro de los temas en los que se detuvo aclarando que el que este mando pase a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mantiene una distancia considerable con la estrategia calderonista de “la guerra contra el narcotráfico” y que quien considerara que esta reforma es parte de un proyecto de militarización “está equivocado”.
También la Ejecutiva federal declaró que “jamás se usará la fuerza del Estado para reprimir al pueblo”.
Casi al final de su discurso, rescató la labor de las mujeres en la historia de México e hizo una mención especial a las trabajadoras del hogar por sostener la vida a través de los cuidados. Asimismo, la Primera Mandataria demandó que se hable en femenino en las profesiones y que se le llame Presidenta.
Luego de su discurso ante el Congreso de la Unión, la Primera Mandataria se dirigió a Palacio Nacional, para posteriormente dar un mensaje a la nación en el Zócalo capitalino.
SUS 100 COMPROMISOS
En su primer discurso ante el Zócalo de la Ciudad de México, la Presidenta Sheinbaum enumeró los cien compromisos de su administración; una lista muy parecida a la que hace seis años leyó Andrés Manuel López Obrador en el mismo lugar, con unas cuantas novedades, como la reforma para revertir la reelección de legisladores y presidentes municipales, la creación de la Secretaría Anticorrupción en sustitución de la actual Secretaría de la Función Pública y la creación de una red de Farmacias del Bienestar.
Claudia ofreció continuidad en medidas adoptadas por López Obrador, como los programas sociales, el IMSS-Bienestar; concluir las obras iniciadas por él y mantener la política de Austeridad Republicana.
Ofreció mantener y mejorar programas como “La escuela es nuestra”, “La clínica es nuestra”, “Jóvenes construyendo el futuro”, “Becas Benito Juárez” y el de pensión de adultos mayores -el más añejo del lopezobradorismo-.
Un satélite mexicano propio, el programa espacial mexicano, un programa de autos eléctricos, apoyos a la ciencia y la tecnología; fomento al deporte de alto rendimiento, a la cultura, a la educación artística y a la lectura, fueron también parte de sus compromisos.
La Primera Mandataria dividió su discurso en más de diez ejes que agrupan sus cien compromisos, a los que denominó República sana, República lectora, República segura, República con acceso a la vivienda, República de y para las mujeres, República con trabajo y salario justo, República justa y solidaria; República soberana y con energía sustentable, entre otros.
Entre las novedades, anunció una reforma constitucional para garantizar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres; la creación de la Secretaría de la Mujer y una ley para que el agresor salga de casa, y evite que las mujeres tengan que abandonar sus hogares cuando hay violencia doméstica.
Anunció programas nuevos, como el “cosechando soberanía”, para garantizar la soberanía alimentaria en el país, y “Alimentación para el Bienestar”, con la fusión de Segalmex y Diconsa.
En materia energética, anunció que continuará con las políticas aplicadas por AMLO para fortalecer a Pemex y la CFE, aunque dijo que habrá una política de energías renovables que permitan que en 2030 tengan una participación del 45% en el sector.
Señala que va a concluir el Tren Maya y anunció su extensión hasta la ciudad de Progreso, Yucatán.
En su programa de construcción de red ferroviaria, enumeró trenes de pasajeros como el México-Querétaro; terminar el México-Toluca, las rutas México-Puebla y Guadalajara a Hermosillo, entre otras.
En el punto noveno, prometió -otra vez- atender el Caso Ayotzinapa, “hasta encontrar” a los normalistas desaparecidos hace diez años.
Y de los puntos 95 a 99, enumeró acciones para una República medioambiental y la República con derecho al agua.
Su compromiso número cien y último lo dedicó a una de las demandas más sentidas: República segura y con justicia.
“Garantizaremos la disminución de los delitos de alto impacto, no regresará la irresponsable guerra contra el narco de Calderón. Mantenemos nuestra convicción de que la seguridad y la paz son fruto de la justicia”, dijo.
“La Comandanta Suprema es una civil y es mujer, y nunca vamos a dar la orden para reprimir al pueblo de México”, prometió ya casi al final de su discurso.
Con Jesusa Rodríguez como maestra de ceremonias, Sheinbaum recibió el bastón y se fundió en un abrazo con mujeres de diferentes etnias, que hicieron sonar caracolas y quemaron copal en su honor.
Eran las 16:40 horas cuando Claudia Sheinbaum inició su discurso ante el Zócalo y, en las primeras líneas, hizo un nuevo elogio al expresidente, gritando la arenga de batalla: “es un honor estar con Obrador”.
Y repitió dos de sus frases clásicas: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre” y “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.
Como hizo en el Congreso, llamó presidente a AMLO y explicó: “Y digo presidente porque es el mejor presidente que ha tenido México”.
De inmediato, y como también hizo AMLO en 2018, Claudia pidió paciencia al público para leer los cien compromisos de su administración.
El primero, también reminiscencia del lopezobradorismo, fue el de “mantener la separación entre el poder económico y el poder político”.
La Presidenta leyó su discurso en un templete colocado bajo los balcones del Palacio Nacional, y con un colorido mosaico de mujeres indígenas, vestidas con sus trajes bordados a mano.
Frente al templete, en una zona habilitada para invitados especiales, estaba su gabinete legal y ampliado, con el que a partir de hoy ejerce el gobierno; gobernadoras y gobernadores, y cientos de legisladores de los partidos de la coalición gobernante. En otra zona había asientos reservados para “directivos de medios e influencers”.
Cerró su discurso, de poco más de una hora, con nuevas referencias a López Obrador y repitiendo otras frases del expresidente, de quien dijo haber aprendido la obligación de recorrer el país.
“Tengo claro que nuestra vía es la felicidad del pueblo, tengo claro que el segundo piso de la Cuarta Transformación lo vamos a hacer todas y todos; me comprometo a entregar lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo de México. Me comprometo a defender siempre a México.
“No les voy a fallar”, concluyó, “me comprometo a no mentir, a no robar y a nunca traicionar al pueblo de México, me comprometo a seguir haciendo historia. ¡Que viva la Cuarta Transformación, que viva México!”.
Casi a las 6 de la tarde se entonó el Himno Nacional. Sheinbaum bajó del templete y saludó a algunas personas que estaban en las primeras filas detrás de las vallas, regresó al Palacio Nacional acompañada de su esposo y en la plaza continuó la fiesta.
Definitivamente fue una fiesta lo que se vivió en el Zócalo capitalino, en donde, de manera concreta, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se comprometió a consolidar el segundo piso de la Cuarta Transformación.
***Analista y consultor.
PULPO POLÍTICO
¿Quién se hará responsable de la seguridad: Sedena o SSPC?
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6 días agoon
septiembre 29, 2024By
RedacciónReformas, ¿herencia maldita? * El Estado Mexicano ha renunciado a su principal misión: Garante de la vida y el patrimonio de los mexicanos, mediante el uso legítimo de la fuerza pública
MARCO ANTONIO FLORES***
Las reformas constitucionales del Poder Judicial y de la Guardia Nacional están llamadas a ser la herencia “maldita” del Presidente Andrés Manuel López Obrador para Claudia Sheinbaum Pardo.
Las dos reformas atentan contra el régimen democrático constitucional que ha regido la vida de los mexicanos al menos desde 1857. Respecto a la del Poder Judicial ya se ha escrito y dicho mucho sobre el riesgo para la vida democrática y económica de México.
En relación con la reforma constitucional que formaliza que la Guardia Nacional dependa directamente de la Sedena es un paso, sin retorno, al militarismo del país.
Lo más importante es que dejan muy acotada la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que estará a cargo de Omar García Harfuch, ya que se quedará huérfana, sin policía ni Fuerzas Armadas bajo su mando.
García Harfuch tuvo buenos resultados en la CDMX, porque contaba con una policía experimentada y le agregó investigación e inteligencia. En la creación de la GN se estableció que tendría mando civil. Ahora la reforma establece que la GN quedará adscrita a la Sedena y se le otorga la facultad de investigación y de ministerio público, que la verdad suena descabellado.
Si la Guardia Nacional estará bajo el mando de la Sedena, ¿cómo operará el titular de la SSPC y quién será responsable: Sedena o SSPC? ¿Se abandonará el propósito de formar policías estatales eficaces como ocurrió en la CDMX, Coahuila y Yucatán?
Por otra parte, la modificación que se hizo del Artículo 129 Constitucional, que no había sido tocado desde 1917, declara abiertamente la militarización del país y da facultades a las Fuerzas Armadas para intervenir en todas las actividades de la vida pública de México, muy aparte de las que ya tiene: Constructor de obra pública, administrador de aduanas, puertos marítimos, aeropuertos, líneas aéreas, trenes, bancos, etc.
Irónicamente, con la consigna de “abrazos y no balazos” no combaten frontalmente el narcotráfico, para mejor ejemplo lo que está ocurriendo en Sinaloa. El Estado Mexicano ha renunciado a su principal misión: ser garante de la vida y el patrimonio de los mexicanos, mediante el uso legítimo de la fuerza pública.
Habrá que reconocer que la intervención del Ejército para combatir el narco ocurre -de facto- desde hace al menos 40 años. En la narrativa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, utilizada como bandera de campaña y aún de gobierno, la guerra contra el narco inició con Felipe Calderón, pero se recuerdan capturas y decomisos por parte del Ejército desde tiempos de Gustavo Díaz Ordaz.
En 2006, año en que Felipe Calderón “declaró” la guerra al narcotráfico, fue el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, quien disparó el arranque de esa guerra, cuando en un acto de desesperación, pidió al entonces presidente que enviara al Ejército a combatir a los grupos de la delincuencia organizada que tenían ahogada a la entidad con un creciente aumento de delitos de toda índole.
La disputa de la plaza para el control, tránsito y distribución de la droga había alcanzado niveles no sospechados. Todos los gobiernos “neoliberales” mandaban al Ejército a las operaciones contra el narcotráfico, se recuerdan decomisos gigantescos de mariguana, cocaína y la quema de grandes áreas de sembradíos, incluidos los de amapola.
López Obrador, al igual que lo hizo Hugo Chávez en Venezuela, expulsó a la DEA de México, toda vez que al Ejército -en coordinación con la DEA- correspondía hacer la captura final de grandes capos.
Entre las capturas más célebres están: Rafael Caro Quintero, detenido en 1985 (Miguel de la Madrid); Félix Gallardo, capturado en 1989 (Carlos Salinas); Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, arrestado en 1993 (Carlos Salinas), por primera vez en Guatemala y entregado a las autoridades mexicanas; en 2001 (Vicente Fox) se fugó. En 2014 (Peña Nieto) lo recapturan, en 2015 se fugó, en 2016 fue recapturado y en 2017 extraditado; Arturo Beltrán, abatido en 2010 (Calderón) y ese mismo año detenido “La Barbie”; Héctor Beltrán Leyva, “El H”, capturado en octubre de 2014 (Peña Nieto).
En este sexenio de “Abrazos y no balazos”, la captura más importante en años, la del Mayo Zambada, no la hizo el Ejército Mexicano, la hizo el gobierno de Estados Unidos en tratos con los Chapitos.
Otro capo muy importante que no ha sido capturado es Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación, actualmente la más poderosa y sanguinaria organización delictiva, rival a muerte del Cártel de Sinaloa.
Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, líder de Los Zetas y brazo armado del Cártel del Golfo con Osiel Cárdenas Guillén (capturado en 2003 con Vicente Fox), con quien empezó a trabajar en 1997 fue capturado por marinos mexicanos en 2013 (Felipe Calderón).
Nazario Moreno González, “El Chayo”, líder y fundador de La Familia Michoacana, también creó Los Caballeros Templarios, de los iniciadores en 2006 de la guerra contra el narcotráfico en Michoacán, su tierra natal, en 2013 (Peña Nieto) fue oficialmente declarado muerto.
Tras la caída de “El Chayo”, Servando Gómez Martínez, “La Tuta” o “El Profe”, quedó al frente del grupo delictivo Los Caballeros Templarios, que también en 2006 fue ubicado como uno de los fundadores de La Familia Michoacana. Fue detenido en febrero de 2015 (Peña Nieto).
Omar Alejandro Treviño Morales, “Z-42”, líder de Los Zetas, detenido en marzo de 2015 (Peña Nieto).
Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, quien tenía en su haber más de mil ejecuciones, abatido en octubre de 2012 (Calderón).
Ahora en 2024, Morena, con la mayoría calificada, usó la aplanadora y no escuchó voces contra la reforma de la Guardia Nacional, como ocurrió en octubre de 2021, cuando surgieron parlamentarios de la oposición que expusieron argumentos sólidos en contra de la militarización, como Beatriz Paredes, Damián Zepeda y Claudia Ruiz Massieu. En esa ocasión, los senadores de oposición celebraron que se suspendiera la discusión en el pleno del Senado del dictamen de reforma constitucional para ampliar la participación del Ejército en tareas de seguridad hasta 2028.
Dante Delgado -en 2021- celebró que pese a toda la movilización del gobierno para presionar al bloque de contención no pudieron conseguir los votos que les faltaban. Precisó el senador: “Para intentar romper el bloque de contención se han utilizado las prácticas más perversas, mezquinas, inimaginables, para agraviar, ofender y lastimar la independencia de las decisiones de las y los senadores”.
A Ricardo Monreal, líder del Senado en 2021, todavía lo caracterizaba la sensatez y espíritu de conciliación. Decía: “Yo sí creo en los consensos, ampliar el plazo no significa militarización. Es simplemente ampliar el plazo para el cual la Constitución les permita actuar a soldados y marinos en labores de seguridad pública”.
El INEGI dio a conocer en agosto de 2024 que el índice de percepción de inseguridad de los mexicanos es del 73%. Por ello, la designación de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana es un acierto.
Con excepción de la CDMX, en todo el país los resultados están a la vista. Cifras récord de casi 200 mil homicidios y de 60 mil desaparecidos; expansión de los grandes cárteles de la droga y pulverización de los grupos de la delincuencia organizada, con incrementos en delitos como el cobro de piso que afectan a la población de muchos sectores sociales y económicos. Además, un creciente número de levantamientos de jóvenes y niños para alistarlos como sicarios, extorsiones, secuestros, y asaltos a transportes de mercancías.
Con la formal adscripción de la Guardia Nacional a Sedena, ¿cómo le hará Omar García Harfuch para operar a nivel nacional? En CDMX dijo: “Cambiamos la forma de operar de la policía ya que siempre había sido preventiva. Lo que se hizo fue otorgarle la facultad de investigar y con ello se logró dar seguimiento, desde que ocurre el delito hasta la detención”. ¿Será ese mismo resultado que se espera de la GN? El 80% de la Guardia está integrada por militares, cuya formación, mentalidad, disciplina, aptitud y actitud es diametralmente diferente a la de un policía. Militar y policía no puede ser lo mismo, ni en México ni en ninguna parte del mundo.
Urge para México una nueva, inteligente y creativa política en seguridad, con las reformas legales necesarias para incluir en sus investigaciones y capturas una estrecha coordinación con la Fiscalía, la Guardia Nacional, Ejército y Armada. Actualización del Ministerio Público, cuya función es fundamental para evitar la “puerta giratoria”. Un nuevo y único Código Penal federal para unificar delitos del orden común y federal. México reclama liderazgos en los mandos civiles superiores (gobernadores) y renacimiento de policías eficaces.
Sin seguridad no hay Estado de Derecho, ni mayores inversiones para el crecimiento económico.
Sin seguridad no hay transformación y se cancela el futuro y la viabilidad de México como nación.
***Académico y consultor.
PULPO POLÍTICO
Termina como empezó: Mostrando Poder
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2 semanas agoon
septiembre 22, 2024By
Redacción¿De qué tamaño serán las presiones y los compromisos a que estará sometida Claudia en pago por ser presidenta? * Que nadie se diga sorprendido, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo sentenció desde el 6 de septiembre de 2006, “¡al diablo con sus instituciones!”
MARCO ANTONIO FLORES***
¡Pero qué necesidad! Iniciar el gobierno de la primera presidenta en México con gran desgaste político, con un país dividido, con importantes actores de la vida económica y política nacional e internacional manifestándose en contra de una reforma judicial regresiva.
Finalmente la Constitución se modificó, al ser aprobada la reforma por las dos terceras partes del Congreso de la Unión y por la mayoría de Las legislaturas estatales.
Será un regalo a medias, pues el Presidente Andrés Manuel López Obrador no la puede promulgar ni la verá publicada como mandatario en el Diario Oficial de la Federación por decisión de un juez. La suspensión provisional estará vigente por lo menos hasta el 11 de octubre, pero es previsible que los Poderes Legislativo y Ejecutivo no la van a acatar.
Un tribunal federal de Colima ordenó al Poder Ejecutivo no publicar la reforma judicial en el Diario Oficial de la Federación.
Haber ganado con el apoyo popular de casi 36 millones de mexicanos no le da derecho a los legisladores morenistas y a la presidenta electa a interpretar que las reformas regresivas de AMLO eran un “anhelo del pueblo”. Además, ¿qué era lo que deseaban los otros 74 millones de mexicanos que no votaron por ella?
Cierto que la reforma no convertirá a México en una dictadura, pero será lo que conviene al país. ¿Es esta la forma de mejorar la justicia? ¿Es sólo un desplante de poder o una solución de fondo que beneficiará a 130 millones de mexicanos?
Más parece una borrachera de poder en la que 86 senadores y 370 diputados no saben lo que festejan.
Todos se preguntan por cuanto tiempo la próxima presidenta Claudia Sheinbaum seguirá cumpliendo los caprichos de su jefe, mentor y maestro, el Mandatario Andrés Manuel López Obrador. ¿De qué tamaño serán las presiones y los compromisos a que estará sometida Claudia en pago por haberla hecho presidenta? ¿Hasta cuándo y hasta dónde debe mostrar su “gratitud” al gran líder? ¿A qué grado arriesgará su capital político la presidenta? ¿Se seguirá dando disparos al pie, a sabiendas de todas las advertencias y el riesgo para la vida democrática y económica del país que han manifestado: Nuestros socios comerciales a través de sus embajadores de Estados Unidos y Canadá, legisladores norteamericanos, calificadoras como Fitch Ratings o Morgan Stanley, organismos empresariales, bancos nacionales y extranjeros, la Iglesia, publicaciones como el Wall Street Journal y el Financial Times, así como los más reconocidos juristas del país?
El Presidente López Obrador está terminando su sexenio como lo inició, mostrando que él manda. Una ostentosa forma de mostrar que tiene el poder y que ahora con la posibilidad de modificar la Constitución puede hacer lo que le plazca. Todo un país sometido a sus caprichos y designios. Los tres Poderes de la Unión ya dominados y acotados por el Ejecutivo. Mostrando que el poder político está por encima del económico y que ahora el futuro de los mexicanos depende de lo que determinen él y su pupila.
Lo hizo al iniciar su gobierno, al cancelar un aeropuerto que abría amplias perspectivas al futuro económico del país, se habían tardado 20 años en planearlo, diseñarlo e iniciar su construcción estaba llamado a ser el nuevo “Hub”, centro de operaciones o gran puente aéreo de Latinoamérica. Sin embargo, como ahora, pasando por encima del interés nacional, impuso su voluntad personal. Fue su primera muestra de ostentación de poder.
Que nadie se diga sorprendido, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo sentenció desde el 6 de septiembre de 2006, “¡al diablo con sus instituciones!”.
La destrucción de las instituciones pareció un despropósito presidencial. Treinta y seis millones de mexicanos seguirán apoyando ciegamente a su líder y a su heredera, sin darse cuenta de las consecuencias, en el largo plazo, para ellos, sobre todo para sus hijos.
Para quienes no se explican por qué el gran apoyo popular a AMLO (léase Claudia Sheinbaum), el propio López Obrador lo explicó desde la Mañanera del 2 de febrero de 2022: “Con los pobres de cada 10, podemos tener el apoyo de 9”. En un país con 60 millones de pobres, haber mejorado los ingresos reales de 5 millones con dádivas no es gran mérito.
Durante todo su gobierno Andrés Manuel se caracterizó por promover la división entre los mexicanos. Parece disfrutar el encono que vive el país. Su sonrisa socarrona de las Mañaneras, cada que fustiga e ironiza a sus “adversarios”, recuerda la sonrisa de Don King el promotor de boxeo estadounidense, solo que en el caso que nos ocupa, la arena de pelea es México. Los buenos, que están con la Transformación, y los malos, que no comparten su proyecto, han mostrado animadversión por todo lo que implique contrapesos al poder presidencial y lo que pueda ponerlo en el banquillo de los acusados.
Quisiera aniquilar no sólo al Poder Judicial, en Perú ese poder juzgó y metió a la cárcel a un presidente en funciones. Del mismo modo, ataca a periodistas y a la prensa, que exhiben corruptelas e ineptitud de su gobierno. Quiere exterminar a los organismos autónomos que exhiben la opacidad y falta de transparencia.
La gente preparada y con deseos de superación es aspiracionista, y por ello ha atacado a los académicos y científicos, a las universidades públicas y privadas.
Su desprecio por la diplomacia ha sido una constante, con desplantes contra países amigos y vecinos, España, Perú, Ecuador, Panamá, Estados Unidos, Canadá y toda la Unión Europea. Sus actitudes pendencieras como el célebre “Uy qué miedo”, de Chico Che, se deben a su temperamento incendiario y de confrontación, como de un peleonero de barrio o de un “porro” estudiantil.
Lo que vivió en la UNAM durante su larga estancia -14 años al cursar su licenciatura- habría de moldear su estilo de hacer política. Lidiar con “porros”, controlar y manipular grupos estudiantiles, son parte de su formación.
El porrismo está ligado estrechamente al fin explícito de controlar, golpear, anular, debilitar o, en su defecto, exterminar a grupos opositores. No sorprenden los métodos gansteriles utilizados para asegurar la votación en el Senado. Extorsiones, amenazas y otras ofertas -del testaferro, el padrinito Adán-, a las que no se pudieron rehusar otros gangters como la familia Yunes.
En la paz y en la democracia todo es posible, incluso que un porro y desquiciado populista llegue a la Presidencia. No en balde Gerardo Fernández Noroña ya se ve en la silla presidencial.
La próxima presidenta, Sheinbaum Pardo, aunque también hizo sus pininos políticos en la UNAM, está muy lejos de haber seguido la misma ruta del porrismo que hizo López Obrador. Ella es una mujer inteligente que se dedicó a estudiar, hasta el nivel de Doctorado con estancias en el extranjero.
Por ello, hay quienes creemos que está jugando el juego de su maestro, mentor y quien la hizo presidenta, el todavía Mandatario Andrés Manuel López Obrador y lo seguirá haciendo al menos hasta el 1 de octubre de 2024, fecha en que Sheinbaum asumirá el Poder Ejecutivo.
Con ello, a partir de ese día, se convertirá en Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas y empezará a ejercer todas las facultades que la Constitución le otorga.
Aunque la próxima presidenta Sheinbaum todavía defiende radicalmente la reforma, deberá -ya con la banda presidencial-, mostrar su inteligencia y habilidad política para no autodevaluarse.
Los tiempos que señala la reforma judicial le permitirían realizar todos los ajustes que juzgue pertinentes, en las leyes secundarias o reglamentarias e incluso en el contenido de fondo de la polémica reforma.
Sus colaboradores y asesores como Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y Rogelio de la O, pese a que por el momento también están con AMLO y reclaman a EU respeto a la soberanía nacional, saben del verdadero peligro que la reforma representa para el T-MEC y las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá.
Ya aprobada y publicada la reforma judicial continuará un gran enfrentamiento entre los Poderes de la Unión, lo que nos podría llevar a una crisis constitucional sin precedentes, aunada a la económica, un escenario desastroso que recibirá Sheinbaum de parte de López Obrador.
Luego de que pase la borrachera del poder, la próxima presidenta deberá dimensionar los daños que hereda y que aflorarán en el mediano y largo plazo.
No olvidar que la administradora de fondos más grande del mundo, BlackRock, demandó en Estados Unidos a la CFE. Lo más relevante no es la demanda, es el mensaje que se envía: “No inviertan en México” porque no cumplen los contratos. Se largan y dejan al país hecho un desastre.
Sin confianza y reglas claras no habrá inversión, crecimiento económico y tampoco recursos para el bienestar compartido.
Seguridad y Estado de Derecho son las asignaturas pendientes, que incluye combate a la impunidad, así como impartición y administración de justicia, por lo que urge una reforma integral de la justicia.
Hay la esperanza de que Claudia Sheinbaum actúe como jefa de Estado y gobierne para todos los mexicanos al margen de partidos e ideologías. En un nuevo ambiente plural, participativo y democrático, su gobierno debe abocarse a planear, diseñar e implementar las reformas que requiere México para iniciar una auténtica transformación, que ubique a México como una de las diez economías más importantes del mundo.
Un gobierno que genere mejores condiciones de vida para la totalidad del pueblo de México, que incluya a los más pobres, clases medias y medias altas.
Sheinbaum Pardo debería dejar atrás el primer piso de la transformación (simulación) que estuvo lleno de ineptitud, corrupción e impunidad. Debe poner cimientos sólidos para una auténtica transformación con cambios radicales en las políticas en materia de seguridad pública, salud, educación, economía, procuración y administración de justicia, sustentabilidad, política energética y alimentaria, entre otros. Avanzar para lograr lo que todos los mexicanos anhelamos: Un México, con justicia, democracia y prosperidad compartida.
***Académico y consultor.
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