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PULPO POLÍTICO

En 2024, ¿cambio de jugada o a la chingada?

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Con su voto los mexicanos decidirán el rumbo político del país * Aunque el Presidente López Obrador ya prepara maletas para descansar tranquilamente en su quinta de Palenque, Chiapas, y olvidarse de la política, sigue firme en su plan C, de mandar al carajo las instituciones

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

Cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador le cedió el bastón de mando a Claudia Sheinbaum Pardo, en septiembre de 2023, muchos creímos que efectivamente empezaría a diseñar y delinear su programa de gobierno, si bien en el marco de la Cuarta Transformación, pero con ideas propias y con cierta autonomía, tal como ocurría en las sucesiones presidenciales priístas, cuando una vez declarado el candidato ponía su sello personal a sus discursos.

Recuérdese el discurso de Luis Donaldo Colosio Murrieta del 6 de marzo de 1994, cuando dijo que veía un México con hambre y sed de justicia.

Sin embargo, en el caso de Claudia Sheinbaum, no sólo repite las ideas de AMLO, sino incluso su estilo y tono de voz, pero lo que más ha llamado la atención es que quiere hacer realidad el “Plan C”, que el Presidente había dado a conocer desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó su reforma electoral.

Se trata de un proyecto transexenal, por el cual Morena pretende obtener la mayoría calificada -carro completo- en ambas Cámaras, para con la mano en la cintura modificar la Constitución Política a su antojo.

Las mayorías calificadas están conformadas por las dos terceras partes de los miembros de cada una de las Cámaras del Congreso de la Unión, esto es, 334 de 500 diputados y 85 de 128 senadores.

Si lo logra Morena, se aprobarían, para empezar, reformas estsructurales pendientes, como la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), una reforma electoral y otra al Poder Judicial que hoy están estancadas.

¿Se imagina usted a México sin el INE, formalmente militarizado y con el Poder Judicial controlado por el Ejecutivo? La pregunta que rondaría sería ¿qué seguiría?

Recuérdese que Sheinbaum Pardo fue lideresa estudiantil en la UNAM y siempre, como todos los estudiantes cuando tienen veintitrés años, se opuso a la “privatización” de la industria petrolera y eléctrica, defiende la necesidad de la rectoría del Estado en la industria energética, pero de manera radical, lo que se opondría al T-MEC.

Cuando Claudia Sheinbaum afirma que ella representa la continuidad y la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, lo primero que se puede pensar es que está hablando de seguir con las mismas políticas que han dado resultados desastrosos en este gobierno.

En materia de salud con la desaparición del Seguro Popular, el número de personas que no tienen atención y seguridad social aumentó de 20 a 50 millones; en el rubro de educación, la prueba PISA mostró un retroceso de al menos quince años; en seguridad, además de que el gobierno de la 4T será el periodo que romperá récord en homicidios dolosos, podría llegar a los 200 mil muertos al cierre de la administración, lo que sería el sexenio más violento de toda la historia.

Enrique Peña Nieto cerró con 156 mil en todo el sexenio; 120 mil en el de Felipe Calderón y 60 mil en el de Vicente Fox.

La violencia ha crecido, a pesar de militarizar la seguridad pública, dotar de equipo y hombres a las Fuerzas Armadas.

La consigna de “Abrazos y no balazos” ha sido un fracaso y empeora día tras día. En el discurso oficial, se han reducido los índices delictivos.

En cuanto a la desaparición de personas, de un jalón se alteraron las cifras y ahora en vez de 112 mil desaparecidos en el sexenio sólo se registran 12 mil, de acuerdo con las cifras dadas a conocer por la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde.

En la perspectiva de la renovación de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, el proyecto del Presidente López Obrador es el más ambicioso de las últimas décadas: pretende, de manera legítima, a través del sufragio de millones de mexicanos, refrendar la permanencia en el poder y trascender su proyecto de “Transformación” para los próximos seis años por conducto de su candidata Claudia Sheinbaum, aunque reitere que se va a su quinta de Palenque, Chiapas, “La Chingada”, nombre que es del dominio público.

A juzgar por sus acciones de gobierno, AMLO sólo piensa en ganar las siguientes elecciones. Se estima que sus programas sociales y su permanente discurso de campaña, le garantizan alta popularidad. Mantener el poder gracias al “clientelismo electoral”, aunque sean pocos son los logros alcanzados.

El aumento al salario mínimo, el adecuado marketing de los programas sociales y el consecuente aumento de los ingresos en los hogares más pobres, son factores que jugarán en su favor. Sin embargo, en el balance general, los datos duros muestran saldos negativos para el gobierno de la 4T en los principales rubros de interés nacional: salud, educación, infraestructura, seguridad, entre otros.

Es cierto que el “obradorismo” ha sido un éxito en materia de comunicación política y percepción, pero ¿dónde quedó la “transformación”? En la realidad, solo en el discurso.

¿Qué se ha transformado para mejor? Quizá el mayor logro y mérito del Primer Mandatario es NO haber transformado, ni alterado, ni una coma del esquema económico “neoliberal”, incluido el obligado respeto a la función del Banco de México (Banxico), gracias a lo cual tenemos estabilidad macroeconómica, aunque en microeconomía, o sea el bolsillo de los mexicanos de a pie, los desorbitantes precios de productos básicos los están ahogando.

Innegable que tenemos un tipo de cambio estable, pero esto no es mérito gubernamental, se debe a factores externos, como el alto precio del petróleo, la consistencia en nuestras exportaciones por el T-MEC (herencia neoliberal), así como por los 60 mil millones de dólares que nuestros compatriotas que trabajan en Estados Unidos enviarán a México este año que ya terminó, el 2023.

Aparte del rubro económico, ¿hay algún logro? Sus costosísimas y faraónicas obras: AIFA, Dos Bocas y Tren Maya han fracasado.

Un aeropuerto sin vuelos; una refinería sin un barril de gasolina y un Tren que, contra viento y marea, ya fue inaugurado.

El Ejecutivo federal no se cansa de presumir que cuenta con el 70% de aceptación, aunque las principales encuestadoras lo ubican en 58% en promedio.

Además, insiste en dos grandes “logros”: la “Revolución de las conciencias” y el apoyo con “programas sociales” a los más pobres.

¿En qué consiste la “Revolución de las conciencias”?, o acaso es una eficaz “manipulación de las conciencias”.

El propio AMLO lo reconoció públicamente en la Mañanera del 2 de febrero de 2022, al afirmar: “Con los pobres, de cada 10, podemos tener el apoyo de 9. Con la clase media-media, alta y alta, puede ser que de cada 10 tengamos el apoyo de uno”.

Añadió que “por niveles de escolaridad sucede algo similar y que entre mayor sea el grado, menos simpatía tiene su movimiento entre las personas. Podemos empatar en nivel licenciatura, pero en Maestría y en Doctorado, perdemos”.

Ante sus propias palabras, por ello no le preocupa que el número de pobres crezca. A mayor pobreza, mayor clientela electoral. Esto también explicaría su desprecio a la diplomacia, la educación, la salud, la ciencia, el INE y la democracia, la justa impartición de la justicia y el combate real a la impunidad y corrupción.

Quizá como lo afirma Sheinbaum, López Obrador habría sido el mejor presidente en la historia reciente de México, salvo por acciones y decisiones políticas que tomó y que dejan saldos negativos al país, tales como: La cancelación de Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que estaba construyéndose en Texcoco, que garantizaba ser un factor clave para el crecimiento y el desarrollo nacional y el primer Hub aeronáutico de Latinoamérica; los gastos excesivos en acciones propagandistas y populistas como la revocación de mandato y la consulta para juzgar a expresidentes; sus dislates en diplomacia, como el conato de rompimiento de relaciones con España, Panamá y Estados Unidos, como cuando pidió derribar la Estatua de la Libertad, no felicitar a Biden y su sometimiento a Trump.

Quizá habría alcanzado a ser un regular presidente, a no ser por atentar contra nuestro régimen democrático constitucional al pretender destruir al INE, al TEPJF y controlar el Poder Judicial; su desprecio por la ley y la Carta Magna con su consabida frase “No me vengan con que la ley es la ley” y su afán por destruir o al menos controlar los organismos autónomos constitucionales, como el INAI, Cofece, CNDH, Coneval.

Ante los resultados y las promesas no cumplidas, claro que no será el mejor expresidente, porque lejos de combatir la corrupción la alentó y toleró en sus círculos más cercanos; porque tampoco mejoró la impartición de justicia, al contrario, utilizó a la FGR para perseguir a sus enemigos políticos, por ejemplo, ahí están Cabeza de Vaca, Ricardo Anaya y Rosario Robles; porque ha premiado a los gobernadores priístas que le entregaron sus plazas; por destruir el sistema de salud y no poner en marcha otro mejor -fracasó el Insabi- y su última ocurrencia de la Megafarmacia, que será costosa y destinada al fracaso, según opinan los especialistas; por su desprecio a la ciencia, sus ataques a las universidades ,incluida la UNAM; por su falta de solidaridad con los acapulqueños; por su reiterada política de “abrazos y no balazos” que deja masacres de inocentes; por su falta de interés en la educación y el retroceso, que al menos tardaremos quince años en recuperar; porque tendrá el menor crecimiento económico de los últimos 30 años, en promedio el 0.5% anual; porque no cumplió su palabra de no robar, no mentir y no traicionar… por todo lo anterior, y ante los datos duros en la realidad que vive a diario el país, claro que AMLO no será el mejor expresidente, pues ¿cuál “Transformación”?

Es esa la continuidad de la “transformación” que nos ofrece la candidata morenista. Si llega a la Presidencia, serán esas las políticas de la continuidad o se agravarán con la puesta en marcha del plan “C” -si fuera el caso-, entonces sí nos lleva la “Sheinbada”.

El reto es enorme y único en la historia reciente de México: O nos sumergimos en los peligros de perder nuestro régimen democrático constitucional, o buscamos otra opción por el bien de nuestros hijos.

O bien nos llenamos de esperanza, con la certeza de que podríamos tener una gran lider, con capacidad de sacar al país de la crisis y reencausarlo por la via del bienestar y la justicia social.

Hay 30 millones -o menos- de mexicanos que creen en el Presidente AMLO, otros 30 millones que no están de acuerdo con su mandato, otros 30 millones que hasta el momento son indiferentes, son los que no votan.

En 2024, México se juega su futuro. ¿Quién querrá que nos gobierne: una populista, que en su afán de conservar el poder es capaz de las peores mentiras al defender lo indefendible, la “Transformación”?

Nadie desea el deterioro de su estatus, sin libertad democrática y con más bajos niveles de vida en lo económico, educativo, salud, científico-tecnológico, social y cultural.

El destino de México está en nosotros los mexicanos, quienes con nuestro voto decidiremos un cambio de jugada en la vida política del país o nos carga la chingada, una palabra ya aceptada en la Real Academia Española.

 

SE VA A “LA CHINGADA”

El Primer Mandatario confirmó lo que siempre ha reiterado: Terminando su mandato se retira de la política y se va a descansar a quinta “La Chingada”, localizada en Palenque, Chiapas.

Resulta que el youtuber Carlos Pozos, mejor conocido como “Lord Molécula”, fue rechazado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador cuando le propuso una partida de dominó, el próximo año cuando termine su periodo en la Presidencia de México.

En la Mañanera del pasado miércoles 27 de diciembre en Palacio Nacional, “Lord Molécula” le recordó a López Obrador que en el primer año de su gobierno le regaló un dominó de “The Beatles”, para luego proponerle una partida de ese juego en su quinta “La Chingada”, lugar en donde residirá tras entregar la banda presidencial.

“En diciembre es el mes de año en que se hace posible lo imposible […] mi pregunta sería, tal como Adolfo Ruiz Cortines le permitió a su compadre jugar dominó con él: ¿Me permitiría ahora en su retiro, allá en Palenque, echarme una manita de dominó?”, dijo “Lord Molécula”.

“Una vez que yo entregue la banda, ya me jubilo y no voy a atender a nadie, siempre voy a recordar a todos con amor, siempre con mucho cariño, pero yo ya no voy a tener ninguna relación, más que la familiar, y eso con la advertencia a mis hijos de que no hablemos de política”, expresó López Obrador.

Como en otras ocasiones, el Presidente reiteró que no aceptará invitaciones nacionales ni en el extranjero y que no participará en actos políticos ni sociales luego de que se retire.

Al señalar que no saldrá de su quinta “La Chingada”, López Obrador dijo que se llevará “una bibliografía amplia para no andar en bibliotecas, ni en hemerotecas, ni en librerías, en estos tiempos estoy reuniendo los textos que necesito para mi investigación que me va a llevar tres, cuatro años”.

También contó a detalle lo que hará luego de retirarse de la vida pública: “Mi rutina será levantarme temprano y caminar 5 kilómetros y luego al baño, desayuno, una o dos vueltecitas más cortas y a sentarme dos horas.

“Camino, me tomo un café o un pozol y me vuelvo a sentar hasta la una o una y media, que es la hora de la comida, caminar y luego a sentarme, a trabajar ocho horas y escribir”, señaló.

“Y así, desde luego cuando hablo de caminar es ir viendo los árboles, el maculi, la ceiba, ver si no tiene pudrición la guanábana, escuchar a los pájaros, las guacamayas, a ver si tengo suerte que se poden en las copas de los árboles. Contemplar los verdes, para qué quiero más vida política si ahí los verdes se amotinan”, declaró.

Un día después, el Ejecutivo federal ofreció disculpas a Carlos Pozos, expresando que “él es una gente muy decente que de ninguna manera puedo ofender, siempre se ha portado muy bien, lo estimo”.

“Le tuve que contestar de esa forma porque en realidad me voy a retirar, y no va a ser una simulación. Me voy a jubilar y ya no voy a participar en nada, y si recibo a un amigo, tengo que recibir a otro y otro”, agrega.

“Él es una persona de primera, de buenos sentimientos, bien intencionado y le mando un abrazo”, agregó.

Ante esto, “Lord Molécula” agradeció las palabras del Primer Mandatario.

“Agradezco sinceramente al Presidente López Obrador las palabras y conceptos que durante la conferencia Mañanera de hoy dedicó a su servidor”, expresó el youtuber en redes sociales.

 

***Académico y consultor.

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Sheinbaum, al rescate de la ciencia y tecnología

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De gran importancia y trascendental el anuncio de su secretaría * Contrariamente a lo que hizo el gobierno del Primer Mandatario López Obrador, con esta propuesta la virtual presidenta electa está poniendo en primer lugar la investigación científica y el desarrollo tecnológico, al tiempo que reivindica a la comunidad científica, que había sido perseguida, satanizada y acusada de delitos inverosímiles recientemente * Rosaura Ruiz Gutiérrez, a cumplir con la encomienda de Claudia

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, al presentar a su gabinete, anunció la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades y Tecnología, que elevará al actual Conacyt a ese rango.

La titular será Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien fue presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y conoce a la comunidad científica, incluidas las “vacas sagradas” de la ciencia en México.

Este anuncio resulta trascendental y de la mayor importancia, ya que, contrariamente a lo que hizo el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con esta propuesta la doctora Sheinbaum Pardo está rescatando y poniendo en primer lugar la investigación científica y el desarrollo tecnológico, al tiempo que reivindica a la comunidad científica, que había sido perseguida, satanizada y acusada de delitos inverosímiles recientemente.

La política científica en los últimos seis años sufrió el peor de los retrocesos en treinta y cinco años. Se promulgó una nueva Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (LGHCTI), que transformó el antiguo Conacyt e introdujo nuevas reglas para la labor científica y que terminó en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) enfrentando un proceso de impugnación.

La aprobación de esa ley generó preocupación en la comunidad científica y tecnológica del país, ya que introdujo cambios con rasgos ideológicos muy cuestionables en el sistema nacional de ciencia y tecnología, y alejado de los estándares y mejores prácticas internacionales.

En el gobierno de la 4T se mantuvieron las cifras más bajas en inversión en ciencia y tecnología como porcentaje del PIB, que ha tenido México desde hace dos décadas, que es del orden del 0.4% del PIB de 2019 a 2023, situación que nos coloca muy por debajo del promedio de países que integran la OCDE, con un porcentaje estimado de 3%, con países como Alemania y Estados Unidos, con promedios cercanos al 4 por ciento.

En materia de desarrollo tecnológico, representó un retroceso el hecho de que en este sexenio desapareció, en 2019, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), en la Secretaría de Economía, dejando de atender a miles de micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas, que impulsaba aceleradoras de empresas e incubadoras que ofrecían apoyo y maquilas a empresas de diversos servicios tecnológicos y de telecomunicaciones.

El IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) tiene el menor número de patentes industriales registrado en su historia. Mientras Estados Unidos tiene un promedio anual de patentes de 350, México apenas alcanza 5.

Nuestro país tendrá su Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2024. Varios países latinoamericanos ya se nos adelantaron: Chile en 2016, Argentina en 2007, Brasil en 1985, Costa Rica en 1990, Colombia en 2019 y Venezuela en 1999.

La demanda de convertir al Conacyt en Secretaría fue planteada públicamente desde 1992 por la comunidad científica, a través del entonces director de ese organismo, el doctor Fausto Alzati Araiza, cuyos logros, reconocidos por la propia comunidad, fueron los más significativos en los últimos treinta años.


Algunos perduran hasta la fecha, como la creación del Sistema Nacional de Centros de Investigación, integrado por 26 instituciones; desde entonces hasta ahora, el rediseño del Sistema Nacional de Investigadores con sus tres niveles actuales; la creación de fideicomisos para la investigación científica y el desarrollo tecnológico (desaparecidos en este gobierno); el fideicomiso para repatriación de cerebros (desaparecido); lo mismo que el fondo de cátedras de excelencia y el mayor número de becas al extranjero y nacionales otorgadas en su historia mediante la creación del padrón de universidades de excelencia, con comités de admisión integrados por los científicos más reconocidos en las áreas de ciencias exactas y sociales, así como la publicación del primer plan nacional de investigación científica y desarrollo tecnológico.

También se lograron importantes acuerdos en la materia con países como Corea del Sur, Cuba, Estados Unidos, Japón, Singapur y países de la comunidad europea.

La importancia de la investigación científica, la innovación y tecnología es un factor clave para que las empresas puedan ser más competitivas y mejorar su posición en los mercados. Invertir en innovación y tecnología se ha convertido en una inversión necesaria para lograr que las empresas crezcan y ofrezcan mejores bienes y servicios que contribuyen de forma comprobada al crecimiento económico de un país.

Para ilustrar cómo la ciencia y la tecnología contribuye a elevar el PIB de un país, tenemos que Corea del Sur creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología desde 1967 y ha sido destacado como ejemplo a nivel mundial.

Al inicio de la década de los sesenta, el PIB per cápita de ese país era de 82 dólares y el de México era de 1,098 dólares, de acuerdo con los indicadores del Banco Mundial.

Para el año 2020, el PIB por habitante en México alcanzó los 9,480 dólares y en Corea del Sur logró rebasar los 33,300. Gran parte de ese crecimiento del PIB per cápita en Corea del Sur, se sustenta en políticas públicas orientadas a promover e invertir en cultura de innovación, tecnología y educación.

Sin duda que México tenga una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación pondrá en lugar preponderante la gestión en la materia, clave para coadyuvar al crecimiento económico y para conformar una sociedad de la información. La investigación científica y el desarrollo tecnológico apoyan el incremento de la productividad de las empresas y facilitan el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), transforman la vida y las relaciones entre individuos, gobiernos, empresas y organizaciones en la sociedad. Así, se facilita la creación, distribución y manipulación de datos esenciales para las actividades sociales, culturales y económicas.

Hoy los organismos internacionales que miden el desarrollo de cada país exigen que se establezcan planes, políticas públicas, estrategias y acuerdos en investigación científica y desarrollo tecnológico. Así se favorece el crecimiento de las empresas, se facilita el acceso a la información y se conforma un gobierno digital.

En la administración pública federal ya resulta indispensable que todas las dependencias y organismos descentralizados deban trabajar en forma coordinada, interrelacionada y sincronizada.

Cada entidad relacionada a la ciencia, tecnología e innovación no debe trabajar en forma separada, sino que debe existir una institución responsable de coordinar las políticas públicas, leyes y otras disposiciones para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de una manera planificada, integrada para el desarrollo del país hacia una sociedad de la información y del conocimiento.

En el siglo XXI, China y Estados Unidos se disputan la supremacía mundial, el posicionamiento internacional, la prosperidad económica y la seguridad militar, con base en el liderazgo tecnológico mundial.


Estados Unidos observa el “ascenso” en la jerarquía internacional de China con preocupación, ya que se está posicionando como uno de los principales países exportadores del mundo en la provisión de diversos bienes de alta y media tecnología, y ha comenzado a generar un desplazamiento de los tradicionales centros de acumulación de capital y desarrollo tecnológico de EU y la Unión Europea.

Esta transición hegemónica se produce en el contexto de un nuevo ciclo de innovación tecnológica basado en la reorganización de la producción a partir de las plataformas digitales, la automatización y la inteligencia artificial, en lo que China es uno de los países líderes.

Para los autores neoschumpeterianos o evolucionistas (economista austriaco que definió el emprendimiento como la innovación que determina la prosperidad y el cambio a partir de la destrucción creativa), el sistema internacional atraviesa una etapa de transición hacia un nuevo paradigma tecnoeconómico (PTE) impulsado por la última revolución tecnológica global.

El PTE puede ser entendido como el conjunto de principios tecnológicos y organizacionales difundidos y generalizados que se expresan como sentido común “para la organización de cualquier actividad y la reestructuración de cualquier institución”, y que representan la “forma más efectiva de aplicar la revolución tecnológica y de usarla para modernizar y rejuvenecer el resto de la economía”.

En efecto, estamos atravesando una nueva revolución científica y tecnológica de grandes dimensiones que caracterizará a la nueva etapa del desarrollo global, donde el acceso inmediato a la información y a recursos intangibles permitirá innovaciones más complejas y flexibles.

Algunos de los sectores impulsores más importantes del nuevo paradigma son: la inteligencia artificial, los nuevos materiales inteligentes basados en nanotecnología, la geoingeniería y la sustentabilidad, las impresiones 3D en distintas escalas, la potenciación y expansión de las TICs, los nuevos accesos a la realidad virtual, la biotecnología dominada por la ingeniería genética, el aumento de la capacidad de energías renovables y su almacenamiento, las nuevas tecnologías blockchain para el desarrollo financiero y de seguridad de la información.

Gran acierto de la doctora Claudia Sheinbaum es dotar a México de las mejores herramientas para la ciencia, tecnología e innovación con la creación de la Secretaría en la materia. Con ello, se tiene una nueva perspectiva de modernizar al país y llevarlo por mejores caminos para lograr un crecimiento económico sostenido, así como la anhelada prosperidad “compartida”, lo que representaría contar con mayores recursos para contar con mejores servicios en salud, alimentación, educación, vivienda, agua, energías limpias, seguridad e incluso mejor justicia.
También para insertar a México como una de las economías más importantes del mundo. ¡Enhorabuena para el futuro de México y los mexicanos!

 

***Académico y consultor.

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Inteligencia, la apuesta de Claudia

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Omar García Harfuch,  por un México seguro * Su nombramiento como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tiene como fin acabar con la inseguridad que vive el país * El reto es titánico ante el sexenio más violento de toda la historia que deja el “primer piso” de la Cuarta Transformación * Fortalecer la Guardia Nacional, la primera encomienda de la presidenta electa Sheinbaum

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La designación de Omar García Harfuch como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) en el gabinete de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo es un gran acierto.

Nadie mejor que él luego de que la inseguridad se ha convertido en el tema que más preocupa a decenas de millones de mexicanos.

Es el gran reto y la oportunidad para que el gobierno del “segundo piso” de la Cuarta Transformación rescate el desastre que deja el “primer piso” del gobierno de la 4T durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.

La consigna del slogan “abrazos y no balazos” fue un rotundo fracaso, con todo y que Claudia Sheinbaum Pardo le corrigió la plana al Presidente durante su campaña, ya que aclaraba que se trataba de dar “abrazos” a los jóvenes y “balazos” a la delincuencia.

Con excepción de la Ciudad de México, en todo el país los resultados están a la vista. Hay una cifra récord de casi 200 mil homicidios, expansión de los grandes cárteles de la droga y pulverización de los grupos de la delincuencia organizada, con incrementos en delitos que afectan a la población de muchos sectores sociales y económicos: giros agrícolas, como el aguacate, limón y diversos cultivos de frutas y verduras; empresas medianas, lo mismo que cobro de piso a pequeños comercios, incluidas tortillerías y vendedoras de aguas frescas.

Todo esto en medio de un creciente número de desapariciones, levantamientos de jóvenes y niños para alistarlos como sicarios, extorsiones, secuestros, cobros de piso y asaltos a transportes de mercancías.

La política de “abrazos y no balazos” fue aprovechada por la delincuencia organizada para, al amparo de una especie de concesión de inmunidad, incrementar su presencia en Guerrero, Chiapas, Zacatecas, Nayarit, Colima, Guanajuato, Tabasco, Tamaulipas, Sinaloa, Morelos… y en vías de ampliar la lista de estados.

Se evidenció la apropiación criminal de los ayuntamientos; la manipulación en favor de la delincuencia de las elecciones locales; crecieron las capacidades militares de los grupos criminales; bandas de la delincuencia metidas en licitaciones públicas para resolverlas a su favor en muchos municipios chicos y medianos; así como 36 candidatos a cargos de elección popular, asesinados en el pasado proceso electoral. En el listado dado a conocer por el organismo internacional especializado en medir la inseguridad de los países, el territorio mexicano se ubica en la última posición de la lista en protección a locales, turistas y negocios, antecedido por Mali, Nigeria, Colombia, Camerún, Venezuela y Sudáfrica, que ocupan de los lugares 118 al 113 del ranking.

Sin duda, la asignatura pendiente de la 4T es la inseguridad. Aunque la CDMX fue una excepción, el resto del territorio nacional requiere una cirugía completa y de fondo.

 

CDMX, EJEMPLO POLICIAL DE SEGURIDAD CIUDADANA

Omar García Harfuch demostró en la capital del país tener el “modelo” de seguridad y de policía que debería extenderse a todas y cada una de las entidades del país.

La SSC de la CDMX logró lo que ninguna entidad en todo el país. De acuerdo con cifras del INEGI, se tiene el nivel más bajo de percepción de inseguridad desde 2014.

García Harfuch es uno de los activos más valiosos con que contará Sheinbaum Pardo, su relación es de gran confianza y entendimiento.

Recuérdese que Claudia Sheinbaum tuvo la intención de dejarlo como su sucesor en la CDMX, ya que ella sabía que era un funcionario bien evaluado por la ciudadanía, debido a su eficiencia y logros: disminución de los principales delitos que azotan a la ciudad, como los homicidios, el robo a personas, casas, vehículos y transporte. Asimismo, cobros de derechos de piso, el secuestro, la extorsión, principalmente el narcotráfico.

 

BATMAN, AL RESCATE DE NACIÓN GÓTICA

Por ello algunos allegados de la corporación policiaca lo bautizaron como “Batman”, en analogía a la conocida “historieta”, ya que, al igual que él, es el vigilante y protector de la ciudadanía en “Ciudad Gótica”.

Omar García lo fue en la CDMX. No es exagerado, ni ilusorio afirmar que el nuevo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana irá al rescate de “Nación Gótica”.

Sus logros en la materia no son fantasiosos ni milagros, son producto de un minucioso trabajo profesional. Algunas acciones que tomó en la CDMX ya las ha explicado: “Cambiamos la forma de operar de la policía, ya que siempre había sido preventiva y solo era posible capturar delincuentes en ‘flagrancia’. Lo que se hizo fue enviar una iniciativa al Congreso para que la SSC tuviera la facultad de investigar, con ello se logró dar seguimiento, desde que ocurre el delito, hasta la detención”.

Con franqueza y honestidad, propias de su personalidad, García Harfuch reconoció que existen células del narcotráfico en la Ciudad de México, situación que sus predecesores habían negado.

Y lo más importante: Logró, con sólidas investigaciones, con elementos y pruebas, vincular a proceso a importantes jefes de esos grupos delictivos. Tan solo en los primeros años de su gestión, dio a conocer la detención de mil 400 presuntos generadores de violencia, como líderes de organizaciones criminales, jefes de plaza, operadores financieros, extorsionadores o distribuidores de droga.

Resaltó que esas detenciones ayudaron a la disminución de delitos como homicidios o robos de vehículo.

Es innegable que desde que asumió el cargo en la CDMX combatió a los cárteles más visibles de la ciudad y contuvo el ingreso de otros más poderosos del interior del país, como el Cártel de Jalisco Nueva Generación, al cual se atribuye haber sido el autor del atentado contra su vida, realizado el 26 de junio de 2020, en el que recibió 414 impactos de bala y de armas de alta potencia.

Aunque estuvo en un hilo su vida, gracias al blindaje de su vehículo solo resultó herido por tres impactos de bala, de los que se recuperó.

Un ejemplo de su eficiente capacidad de investigación y captura de delincuentes fue el atentado contra la vida del prestigiado periodista Ciro Gómez Leyva, ocurrido en diciembre de 2022. Logró, en menos de dos meses, meter a la cárcel a todos los autores materiales, con videos y pruebas fehacientes públicas y sin fabricar culpables.

Aunque a los duros y radicales de Morena les pese, García Harfuch trae en las venas la sangre y la convicción del servicio público en materia de seguridad y protección a la sociedad civil.

Es una herencia de su padre Javier García Paniagua y de su abuelo Marcelino García Barragán, quienes dejaron huella en su tiempo como funcionarios probos, valientes, honestos y eficientes en gobiernos priístas, que eran los únicos que existían.

El también llamado “superpolicía” es producto de la cultura del esfuerzo, pues se ha preparado y escalado todos los niveles en materia de seguridad.

Es licenciado en Seguridad Pública y licenciado en Derecho. Tiene constancias y estudios de especialización en seguridad en el FBI, la DEA y en Harvard.

En 2008 Ingresó a la Policía Federal como jefe de Departamento de la Coordinación de Inteligencia para la Prevención del Delito; en 2012 fue condecorado por la Policía Federal al Mérito Policial.

En 2015 asumió el cargo de titular de la División de Investigación de la Policía Federal.

En noviembre de 2016 fue nombrado comisionado de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

En 2018 estuvo en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en la Jefatura de la Policía de Investigación.

En 2019, Claudia lo nombra secretario de Seguridad Ciudadana; en 2023 renunció para ser candidato a jefe de Gobierno de la CDMX y cuando iba a la cabeza en las tres encuestas de Morena, fue bajado por razones de “género” para que Clara Brugada fuera la candidata.

Luego se convirtió en candidato a senador, cargo que logró en los pasados comicios del 2 de junio de 2024 y hoy en día es senador electo por la Ciudad de México.

La ruta de García Harfuch será tomar protesta en la Cámara Alta para posteriormente pedir licencia a su cargo… y el ganón será Francisco Chíguil, quien hoy en día es su senador suplente.

 

RETO TITÁNICO

El reto es enorme. La herencia de los rezagos y el desastroso estado de inseguridad que sufre el país, de al menos quince años de ir “en crecendo”, quizá no se resuelva en cinco años. Sin embargo, con Omar García se pueden sentar los cimientos de una política nacional que devuelva la paz y la seguridad a 130 millones de mexicanos.

Urge para México una nueva, inteligente y creativa política en seguridad, con las reformas legales necesarias para incluir, en sus investigaciones y capturas una estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional, Ejército y Armada, así como con la procuración de justicia y el ya no tan nuevo Sistema Penal Acusatorio.

 

FORTALECER LA GUARDIA NACIONAL, LA PRIMERA ENCOMIENDA DE CLAUDIA

En los últimos nombramientos de integrantes del gabinete de la virtual presidenta electa, dados a conocer el pasado 4 de julio, destaca el de Omar García Harfuch como titular de la SSPC.

“Trabajaremos en equipo y en coordinación absoluta con la Secretaría de la Defensa Nacional y la de Marina. La instrucción de nuestra presidenta electa es clara: el fortalecimiento de la Guardia Nacional, que creó el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional”, comentó García Harfuch tras hacerse pública su designación.

Omar García prometió “trabajar incansablemente por la seguridad del país, pero también con las 32 entidades federativas, ya que la seguridad del país es una responsabilidad compartida”.

Asimismo, ofreció fortalecer la capacidad de investigación del Gobierno en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que está a cargo de la SSPC.

“Tenemos una misión crucial, que es acompañar a nuestra futura presidenta y trabajar incansablemente para construir juntas y juntos un México más fuerte, más seguro y más próspero para todos”, manifestó.

 

CON OMAR, ESPERANZA Y CERTEZA

La política de “abrazos y no balazos” ató de manos a la todavía secretaria de Seguridad y recién nombrada secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, al Ejército, Marina y Guardia Nacional, que debieron soportar humillaciones de delincuentes, con tal de abrazarlos y no atacarlos, ni aún en el caso justificado del uso legítimo de la violencia, como potestad exclusiva del Estado.

México reclama liderazgos y voluntad política como los de Claudia Sheinbaum y García Harfuch, así como de mandos civiles superiores (gobernadores).

Se abre la esperanza y la certeza de que en México vendrán mejores tiempos de seguridad y paz, combate eficaz a la impunidad, una mejor impartición de justicia penal y el fortalecimiento del ansiado Estado de Derecho.

Sin seguridad no hay transformación, ni mayores inversiones para el crecimiento económico. Sin seguridad se cancela el futuro y la viabilidad de México como nación.

Con seguridad, el país reencontrará la ruta de la prosperidad, la paz y la justicia. Eso lo sabe Sheinbaum y por eso nombra a Omar García, un especialista para dar tranquilidad y seguridad a los ciudadanos, un secretario que dará una lucha frontal a la delincuencia organizada y que seguramente le entregará buenas cuentas a la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

 

***Académico y consultor.

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PULPO POLÍTICO

El voto popular no acaba con la corrupción

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Para muestra varios botones: impera en la Presidencia de la República, en el gobierno federal, en legisladores, en gobernadores, funcionarios que son electos por el pueblo * La División de Poderes evita el autoritarismo y el control del país en manos de un solo hombre * La reforma al Poder Judicial es para que todos estemos indefensos ante los abusos del poder, de ahí el peligro de que se vayan las inversiones a otro país * ¿Por qué no se pone a votación popular a los integrantes del gabinete?, pues ahí también prolifera el cáncer de la corrupción

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La “Reforma del Poder Judicial” será el parteaguas de este inicio de sexenio 2024-2030. El voto popular para elegir jueces, magistrados y ministros no es garantía para acabar con la corrupción. Sí, así es, como lo leyó bien, y para muestra un ejemplo claro: El voto popular llevó a la Presidencia de la República a célebres personajes que tuvieron escándalos de corrupción.

Quién no se acuerda de Vicente Fox con los hijos de Marta Sahagún; Felipe Calderón con la Estela de Luz; Enrique Peña Nieto con la “Casa Blanca” y el actual Presidente con Segalmex y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Tampoco la decisión del pueblo en la elección de gobernadores ha contribuido a abatir la corrupción. Aquí unos casos sobresalientes: Javier Duarte en Veracruz, Tomás Yarrington en Tamaulipa, Roberto Borge en Quintana Roo, Eugenio Hernández Flores en Tamaulipas. y César Duarte en Chihuahua.

En la actualidad también hay escándalos de corrupción: Cuitláhuac García en Veracruz, Cuauhtémoc Blanco en Morelos, Layda Sansores en Campeche, Alfredo del Mazo en el Estado de México y Marcelo Ebrard en la CDMX (Mario Delgado duplicó costo de la Línea 12).

Las anteriores menciones son un claro ejemplo de que el voto popular no garantiza acabar con la corrupción, el argumento principal para implementar la reforma judicial.

En el caso de lograr elegir a los miembros del Poder Judicial, solo se desvirtúa su estatus de independencia y capacidad técnica. A todas luces la “Reforma Judicial” es un despropósito presidencial que raya entre la venganza política y el rencor a quienes en el Poder Judicial no se arrodillaron a sus designios.

Está claro que será un acto de sumisión de legisladores y de sus líderes de las Cámaras de Diputados y Senadores secundar esta reforma que pretende ignorar el espíritu y principio fundamental de los creadores de la teoría de la División de Poderes, John Locke y Charles Louis de Secondat (Montesquieu), cuya esencia parte de la necesidad de que las decisiones no deben concentrarse, por lo que los órganos del poder han de autocontrolarse a través de un sistema de contrapesos y equilibrios.

Este principio fundamental, en un régimen democrático, evita la concentración del poder y se consolida como uno de los pilares de nuestra Constitución Política.

La campaña presidencial, que culminó con la victoria arrolladora de Claudia Sheinbaum Pardo, el pasado 2 de junio de 2024, fue la “Crónica de un triunfo anunciado”. Desde junio de 2021 el Presidente Andrés Manuel López Obrador nos lo había anticipado, cuando destapó a sus corcholatas, dando por descontado que la favorecida sería Claudia Sheinbaum Pardo.

Lo que nadie adivinaba ni se imaginaba es que el partido oficial obtuviera la anhelada mayoría calificada, muy deseada y no lograda por el Presidente.

Desde el 6 de septiembre de 2006, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo había sentenciado: “¡Al diablo con sus instituciones!”.

El 2 de junio de 2024, 35 millones de mexicanos apoyaron el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, sin darse cuenta de las consecuencias para ellos, sobre todo para sus hijos. Un deseo general es que la nueva presidenta rectifique el rumbo por el bien del país.

 

LOS MÁS POBRES APOYAN A LA 4T

En la Mañanera del 2 de febrero de 2022, el Presidente López Obrador explicó por qué cuenta con el apoyo popular al afirmar: “Con los pobres, de cada 10 podemos tener el apoyo de 9”. (Según el INEGI, la pobreza y extrema pobreza alcanza el 55% de la población, significan 70 millones de pobres).

Agregó: “Con la clase media, media alta y alta, puede ser que de cada 10 tengamos el apoyo de uno”. Añadió que “por niveles de escolaridad sucede algo similar y que entre mayor sea el grado, menos simpatía tiene su movimiento”.

La confesión del Presidente Andrés Manuel lo consolida como un experto ingeniero electoral, sus cálculos fueron precisos y confirma que la prioridad en su gobierno fue mantener la clientela electoral.

Lo anterior explica el innegable apoyo popular de que goza y presume el Presidente de la República por parte de los más pobres, pero eso no le da derecho para atentar contra las instituciones a su antojo. Existe la esperanza de que la virtual presidenta electa no siga esa ruta.

El verdadero dilema se encuentra entre la defensa de la “Transformación” (simulación) o la “Reconstrucción nacional” de las instituciones democráticas, de impartición de justicia, de la transparencia, del respeto a la División de Poderes, del combate a la corrupción y la impunidad. Por un México unido y reconciliado para encontrarse con el futuro de grandeza que le aguarda.

Será que en el subconsciente nacional, expresado el pasado 2 de junio, subyace una especie de fijación por la adoración al Tlatoani de nuestras culturas prehispánicas… ¿Será que el colectivo nacional ya extraña al partidazo y sus poderosos presidentes (tlatoanis)?

Surge el “deja-Vu” de un nuevo “estilo personal de gobernar” del Presidente -en palabras de Cossío Villegas-. O podríamos estar frente a una “presidencia” hereditaria o la “dictadura perfecta”, como la definió Vargas Llosa. Para algunos, razón de estabilidad política y de paz social. Para otros, motivo de preocupación.

Si se continúa con la “Transformación” con el sello obradorista, estaremos en la antesala del presidencialismo de los mejores años del PRI en los 70s y 80s, con los Poderes Legislativo y Judicial acotados a modo y a su “servicio”, cuando no existían los organismos autónomos.

De esta forma Morena se consolidaría como el nuevo PRI, o más bien Morena es el viejo PRI, empezando por su Presidente, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, por mencionar sólo algunos.

Morena revive la aplanadora, el gusto por el carro completo, la simulación de escuchar a los otros, la cerrazón y la obediencia ciega al Presidente; da lo mismo el PRI de los 80 que el Morena de 2024. Para muchos expertos en la política, AMLO tiene el ADN priísta, pues quiere que volvamos al PRI de antes.

La Reforma Judicial sí es necesaria, pero que se enfoque a rediseñar al Consejo de la Judicatura, con facultades de vigilancia y sanción a jueces corruptos o ineptos y el adelgazamiento de su gruesa estructura administrativa. Se debería descartar la obsesiva propuesta de elección de jueces, magistrados y ministros.

Quienes defienden esta reforma presidencial ponen como ejemplo que en Estados Unidos se eligen jueces locales. Sin embargo, hay que considerar que el “federalismo” americano, que por cierto copiamos, tiene una historia singular y es auténtico y real desde sus orígenes. Por ello el sistema judicial estadounidense es también singular como fruto de su historia irrepetible.

Ningún Estado del mundo presenta una pluralidad de métodos de selección de los miembros del Poder Judicial similar a la de Estados Unidos, empezando por el modelo de selección de los jueces federales y continuando por el de cada uno de sus cincuenta estados.

Hablar del sistema judicial estadounidense es hablar de 51 sistemas judiciales (50 estatales y uno federal), es abordar un sistema federal judicial creado siguiendo la senda del propio federalismo del país, que es similar al mexicano en la designación de jueces, magistrados y ministros federales.

Los requisitos, en todos los casos, para lograr ser candidatos a jueces son muy amplios y estrictos.

Como regla general, antes de servir como juez deberán acumular años de experiencia en el campo legal. Muchos jueces comienzan su trayectoria como abogados defensores o fiscales.

Entre los requisitos están: Obtener una licenciatura, realizar el examen de admisión a la Facultad de Derecho, asistir a la Facultad de Derecho y obtener un doctorado en jurisprudencia; aprobar el examen de la barra, ejercer la abogacía y ganar el puesto de juez o jueza.

También contar con los estudios de Derecho (3 años) en una School of Law, acreditada por la Asociación Americana de Abogados (ABA).

Entre los exámenes que realizan están un ensayo con secciones sobre razonamiento lógico, juegos de lógica, comprensión lectora y una sección práctica.

Tras la realización y finalización de los estudios en la School of Law como Juris Doctor, para poder ejercer como abogado hay que superar el examen de la Bar Association, un logro que exige meses de preparación y estudio.

Cada estado tiene un examen distinto, ya que hay que demostrar el conocimiento en la aplicación del Derecho del estado en el que el candidato pretende ejercer la abogacía y en la aplicación de las leyes federales.

Para ser seleccionado como juez el aspirante debió ejercer el Derecho como mínimo dos años. Muchos candidatos acceden a la condición de juez después de décadas de experiencia profesional. Lo esencial es ganarse una reputación profesional respetable y entrar a formar parte de las listas de posibles candidatos a juez.

Imagínese en México, destruir un sistema judicial que lleva casi dos siglos para saltar al abismo a experimentar uno nuevo, que huele, más que nada, a un “afán controlador”. Podría repetirse la historia reciente: la destrucción del Seguro Popular para sustituirlo por el inexistente y fracasado Insabi.

O lo que ocurrió cuando se demolió el aeropuerto de “Texcoco”, que cumplía con los requisitos de calidad mundial para sustituirlo por el inoperante y limitado AIFA, con los costos y dispendio de recursos públicos que ocasionaron las decisiones y caprichos personales escudados en el poder presidencial.

¿Acaso continuaremos sometidos al poderoso monarca indefinidamente o solo hasta el 30 de septiembre de 2024 al rey que sostiene “Le Etat je suis”?

 

***Académico y consultor.

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