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HOJAS LIBRES

La derrota estrepitosa de Rutilio Escandón

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Una afrenta realizar las elecciones extraordinarias en Chiapas * Lamentable que el pueblo de Chiapas tenga “representantes populares” de baja calidad moral y nula ética política a las que deberían de estar sometidos

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

El 13 de octubre de 2021, la Comisión Permanente del Congreso del Estado de Chiapas designó, en un acto de escandalosa inconstitucionalidad, seis Concejos Municipales en los que no hubo elecciones o bien fueron anuladas por voluntad del gobernador Rutilio Escandón Cadenas.

En un atentado al pacto federal y de respecto al municipio libre, la Comisión Permanente (léase Rutilio Escandón) impuso lo que jamás se había dado en Chiapas: nombrar Concejos Municipales por un periodo constitucional completo de tres años, entre el 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2024.

Ese ominoso acto legislativo constituyó una flagrante violación a los artículos 40 y 41 que regulan el pacto federal y la obligación de observar los dispositivos constitucionales de la Carta Magna.

Al respecto, el Artículo 41 de la Ley Suprema establece que la renovación de los Poderes Ejecutivo y Legislativo se hará mediante elecciones libres, auténticas y periódicas. Al mismo tiempo, el Artículo 40 define lo que es una república federal, sobre la base de estados libres y soberanos, pero sometidos a los mandatos de la Constitución mexicana.

En la designación de los Concejos Municipales se violentaron estos tres principios. No hubo elecciones libres porque la Comisión Permanente (léase Rutilio Escandón) usurpó la voluntad popular a cambio del voto espurio de siete diputados.

No hubo autenticidad porque en vez de ir a una elección directa prevista en el artículo 115 del Código Político Nacional, se optó por la elección indirecta como si se hubiesen designado titulares de organismos autónomos o magistrados del Poder Judicial, a propuesta del gobernador y sancionada por el Poder Legislativo.

Tampoco se observó el principio ineludible de la periodicidad con la concurrencia de los electores a las urnas. En el decreto emitido para imponer Concejos Municipales se debió de haber observado el principio contenido en el artículo 45, fracción XXI, de la Constitución Política del Estado de Chiapas: “Emitir la convocatoria para elecciones extraordinarias en los términos que señalen las leyes”. Esas leyes son el artículo 81 de la Constitución de Chiapas, el 179 del Código de Elecciones y Participación Ciudadana y el 19 y 23 de la ley de Desarrollo Constitucional del mismo Estado.

Todos estos mandatos jurídicos coinciden que a falta de elecciones o de su anulación, deberán nombrarse, transitoriamente, Concejos Municipales y convocar a elecciones extraordinarias.

Lo malo fue que en un acto de gravísimo atentado a la constitucionalidad de la República y del estado, los artículos para sostener un supuesto acto constitucional terminaron por ser severamente vulnerados por Rutilio Escandón, la Legislatura actual y la Legislatura anterior, en un acto de evidente complicidad entre el titular del Poder Ejecutivo y los diputados sometidos a una voluntad imperial.

Pero no sólo se torció el sentido de la ley. También se atentaba contra los derechos políticos de los electores que llevan imbíbita una abierta violación al derecho humano de votar y ser votado en términos de lo prescrito por el Artículo 35 de la Constitución federal.

Para desgracia de estos trúhanes disfrazados de garantes de la legalidad, la Sala Regional de Xalapa y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avalaron la ejecutoria del Tribunal Electoral del estado de Chiapas que ordenaba la celebración de elecciones extraordinarias en los seis municipios en donde Rutilio Escandón beneficiaba a sus incondicionales, por tres años, en una elección sin elección.

Afortunadamente hoy existe el mandato supremo de realizar elecciones extraordinarias en los seis municipios, el 3 de abril de 2022. Ello da la razón de que Rutilio Escandón y la comparsa de dos Legislaturas siempre se condujeron dentro de la ilegalidad para imponer incondicionales en cada uno de los seis Concejos Municipales, sobre todo en Venustiano Carranza liderado por el hermano incómodo Gerardo Escandón.

Esa orden de realizar elecciones constituye también un fracaso al servilismo de la presidenta del Congreso del Estado, María de los Ángeles Trejo Huerta, y al camaleón de la política, Felipe Granda Pastrana.

En un acto de sometimiento y sin un ápice de vergüenza frente a la “soberanía popular” que dicen representar, ambos diputados manifestaron que el nombramiento de los Concejos Municipales era una facultad del Congreso y no había ya mayor discusión.

Lamentable que el pueblo de Chiapas tenga “representantes populares” de esa baja calidad moral y nula ética política a las que deberían de estar sometidos. En fin, vale más la abyección y la adulación que cumplir con el mandato de las urnas para el cual fueron elegidos.

Para fortuna de los chiapanecos hoy Rutilio Escandón, Victoria Cecilia Flores Pérez y las dos Legislaturas que sirvieron de comparsa, se encuentran en el linde del juicio político, al haber violentado severamente intereses públicos fundamentales y de su buen despacho.

Ello se encuentra previsto en el Artículo 110 de la Carta Magna que contiene el procedimiento en contra de los gobernadores de los estados, los diputados locales y los magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia.

Para proceder en contra de los funcionarios a que se hace mención, existe la acción popular contenida en el Artículo 109 constitucional: “Cualquier ciudadano bajo su más estricta responsabilidad y mediante la presentación de elementos de prueba, podrá formular denuncia ante la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión respecto de la conducta a la que se refiere el presente artículo”.

Los hechos violatorios de Rutilio Escandón y diputados que lo acompañaron y acompañan, son del dominio público, bajo el principio de que los hechos notorios no necesitan ser probados. Hay suficientes pruebas para proceder en juicio político.

Para corregir las graves violaciones constitucionales cometidas en Chiapas, el autor de esta colaboración se dirigió a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para solicitar la interposición de la acción de inconstitucionalidad.

La respuesta del organismo autónomo bajo la égida de la señora Rosario Piedra Ibarra fue de antología para evadir su responsabilidad constitucional.

Textual manifestó la CNDH: “Este organismo autónomo llevó a cabo el análisis de los decretos por los que se designaron Concejos Municipales oaxaqueños (sic) de Venustiano Carranza, Honduras de la Sierra, Siltepec, El Parral, Emiliano Zapata y Frontera Comalapa, concluyendo que dicho acto escapa de las atribuciones constitucionales reconocidas a esta institución”.

Y más adelante la Comisión explicita sin algún sustento: “Ello, en virtud de que la designación llevada a cabo por la Comisión Permanente del Congreso del Estado Libre y Soberano de Oaxaca de los Concejos Municipales de referencia, no se erige como una ley o norma general susceptible de impugnación vía acción de inconstitucionalidad por parte de esta CNDH (…)”. Firma licenciado José Luis Esquivel Ruiz, subdirector de Acciones de Inconstitucionalidad, encargado de despacho de la Dirección.

Independientemente de la pésima sintaxis, Esquivel Ruiz exhibe la forma de operar del organismo “protector de Derechos Humanos”: las resoluciones son de machote.

Se solicitó Acción de Inconstitucionalidad en contra de Concejos Municipales del estado de Chiapas y no de Oaxaca. Lamentable proceder. Ampliaremos…

 

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La ruta del fraude electoral de López Obrador

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La imposición de Claudia como presidenta, gane o pierda la elección presidencial * Dentro de la constelación de atributos, el Presidente prepara un Golpe de Estado para imponer a su alter ego Sheinbaum Pardo * Desde que protestó el cargo, urdió quién y cómo aseguraría la continuidad de la 4T que lleva al país a la destrucción. A López ya le falta poco para culminar su macabro proyecto de destrozar a México

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

La imposición de Claudia Sheinbaum como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación fue la culminación de las trampas con que siempre ha operado Andrés Manuel López Obrador.

Se dice demócrata y es un vulgar agresor de sus oponentes, presume de hablar con la verdad y es un mitómano consumado, se ufana de practicar la honestidad y es un conspicuo ladrón, y se promueve como ejemplo de lealtad y es un contumaz traidor a México y a sus instituciones.

Dentro de la constelación de atributos, López Obrador prepara un Golpe de Estado para imponer a su alter ego Sheinbaum Pardo.

Desde que protestó el cargo, urdió quién y cómo aseguraría la continuidad de la 4T que lleva al país a la destrucción. A López ya le falta poco para culminar su macabro proyecto de destrozar a México.

Nadie mejor que Claudia Sheinbaum para consolidar la ruina de la nación. Son de la misma secta, es la más tonta, la más manipulable y la más servil. Basta con ver los pronunciamientos de desquiciado de Palacio Nacional y cómo Sheinbaum los pepena íntegramente.

En la marcha por la defensa del INE (no se toca), López Obrador aseguró que la concurrencia había sido de 60 a 70 mil asistentes. Claudita tomó y repitió como merolico la misma cifra. Cuando se refiere a los conservadores y neoliberales, aun cuando desconozca el contenido y el alcance de estos conceptos, lo hace para identificarse con el remedo de dictador.

Así, Sheinbaum sin discurso ni gramática política propia va a la guerra con una formidable opositora independiente de figura más auténtica, fresca y agradable: Xochitl Gálvez. Pero sobre todo sin patrocinador más que la confianza de los electores y los partidos políticos que la apoyan, incluido el PRI que por primera vez no tiene candidato propio.

Solo que López Obrador ya dio signos letales de que va con todo el poder del Estado para imponer a su marioneta, una desangelada candidata sin luz ni brillo propio, más que la soberana voluntad del autócrata morenista.

La secuencia y la relación de los acontecimientos propiciados por López Obrador evidencian su intención de apropiarse para siempre del país y de sus instituciones. Comenzó con su intento de controlar al INE con ataques violentos en contra de su presidente Lorenzo Córdova.

Siguió con su plan A, con la manifiesta intención de adueñarse de la elección presidencial del 2024. La Suprema Corte de Justicia de la Nación echó abajo sus malévolos intentos de Reforma Constitucional para apropiarse del Instituto Nacional Electoral y desde ahí manipular todo el 2024.

Frustrado por la derrota jurisdiccional, fue por el plan B para que mediante leyes secundarias pudiera manipular el proceso electoral del próximo año. Nuevamente la Corte Suprema estropeó su desaseada reforma electoral y en definitiva lo dejó sin ninguna posibilidad de controlar a modo una elección que pertenece a 95 millones de mexicanos.

Cínico y prepotente dio a conocer su plan C. Sin ningún rubor se atrevió a sentenciar: “Si creen que con haber echado abajo el plan A y el plan B estamos derrotados, todavía nos queda el plan C” de gran preocupación para la democracia mexicana.

Él mismo ha definido con toda anticipación el triunfo de su candidata a cualquier precio aun cuando deba de correr sangre.

Diría el aspirante a dictador: “La oposición jamás volverá a ganar”. Incluso ya repartió cargos aun cuando faltan 9 meses para la elección constitucional y haya cesado en sus funciones presidenciales.

El segundo lugar lo ha destinado para el liderazgo en el Senado, el tercer lugar para presidir la Cámara de diputados, y el cuarto lugar para la Secretaría de Gobernación. Sólo que ahora deberá modificar sus planes porque el segundo lugar, Marcelo Ebrard, ya manifestó su inconformidad y ha optado por retirarse de las huestes morenistas.

La amenaza no es en contra de los partidos políticos y sus candidatos. La intimidación y la provocación va dirigida al pueblo de México, con la advertencia de que Claudia Sheinbaum, gane o pierda la elección constitucional, está escogida para ser la próxima Presidenta de la República. No importa si es poco atractiva, si tiene en el rostro signos de amargura o se irrita con facilidad.

En suma el voto no cuenta. Sólo la de voluntad de un delincuente electoral y jefe declarado de la nueva mafia del poder para asaltar la Presidencia de la República, cuando Claudia Sheinbaum termine vencida por Xóchitl Gálvez.

Ya demostró López Obrador que ni la militancia morenista ni la ciudadanía ni el electorado definirán el destino nacional. Si López fue capaz de defraudar a sus propios correligionarios, ningún respeto tendrá por México y los mexicanos. La designación de Claudia Sheinbaum fue un cochinero y una farsa.

López Obrador ordenó la cargada de gobernadores, de diputados federales y senadores, y puso a su disposición a otra corrupta funcionaria, Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, en funciones de secretaria de Elecciones de Claudia Sheinbaum.

Así quedó de manifiesto cuando para desafiar a la Soberanía Nacional, López Obrador se atrevió a entregar el bastón de mando a la homicida del Metro de la Ciudad de México, y destinataria del delito de peculado con grave afectación del patrimonio nacional para hacer la campaña más cara entre las seis corcholatas, exactamente igual que el nefasto Adán Augusto López Hernández.

La falta de respeto a la ciudadanía y al electorado es patética. Desde sus adentros diría López: “En este mismo momento te entrego la Presidencia de la República, al margen de cualquier inútil sufragio”. Esa falta de respeto también es a los pueblos indígenas, en donde por tradición, la transmisión del poder es por usos y costumbres, pero dentro del marco constitucional, lo que ni siquiera respetó López Obrador.

En México la alternancia en el poder es periódica, como corresponde a una República democrática, representativa y popular mediante sufragio universal, libre, secreto y directo.

Habría que recordarle a López que México no es una monarquía como lo pretende, al entregar por anticipado el gobierno de la República. Con ese solo acto violó el Artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual contiene el mandato supremo y la fórmula en extremo solemne de jurar cumplir y hacer cumplir la Constitución.

Lo bueno de haber entregado el bastón de mando a la Sheinbaum fue que exhibió su medianía intelectual y retórica. Incapaz de improvisar un breve discurso, a pesar de estar advertida con tiempo del evento, hubo de leer su agradecimiento y aceptar que el mandato constitucional del sufragio efectivo ha sido sustituido por la sucesión hereditaria. López Obrador, que tanto admira a Francisco I. Madero, ha cometido un agravio más en contra del mártir de la democracia.

Solo que Marcelo Ebrard no aceptó el fraudulento resultado al denunciar una serie de irregularidades y exigir reposición de procedimiento. Al acudir a las instancias jurisdiccionales electorales, existe la posibilidad de que se derrumben los afanes sucesorios de López y Sheinbaum.

Si el resultado le resultara adverso a Marcelo Ebrard solo le queda un camino: Adherirse al Frente Amplio por México.

Participar como candidato independiente, que ya no puede, o de Movimiento Ciudadano, los votos que lograra dividir sería para Morena y no para la Alianza PRI-PAN-PRD.

Si Marcelo Ebrard de verdad quiere derrotar a quienes le hicieron trampa, es la única opción con que cuenta y provocaría el segundo desprendimiento del PRI, dentro de Morena, al igual que en 1988 Cuauhtémoc Cárdenas provocó un desgajamiento del PRI, en el que el ingeniero Heberto Castillo y Rosario Ibarra de Piedra renunciaron a su candidatura presidencial para entregársela al creador del Frente Democrático Nacional.

El resultado ya es historia. Carlos Salinas de Gortari resultó derrotado y sólo pudo acceder a la Presidencia de la República mediante un escandaloso fraude electoral, como el que hoy pretende repetir López Obrador, quien como oposición era demócrata y como poder es un autócrata con intentos dictatoriales. Ampliaremos…

 

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El destierro o encierro, en el horizonte de AMLO

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Por sus graves actos de despilfarro y corrupción * Xóchitl Gálvez Ruiz es la aspirante incómoda para el Presidente de la República * El desastre económico y la enorme corrupción de López Obrador en su familia, sus colaboradores y sus beneficiarios, lo hacen destinatario de una prisión federal de alta seguridad

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

Finalmente a López Obrador lo alcanzó el destino. Cuando destapó a sus ridículas corcholatas, Claudia Sheinbaum y Adán López, fustigaba a la oposición para que diera a conocer a su candidato. Le urgía conocer el nombre de su contrincante para decidir entre el corrupto chocolataje cuál era su mejor opción.

El Frente Amplio por México postuló exactamente a la que no quería como opositora: Xóchitl Gálvez Ruiz.

Del fugaz triunfalismo pasó a la derrota anticipada. Xóchitl Gálvez representa para López aquella célebre sentencia que el general Francisco J. Grajales, gobernador de Chiapas entre 1948 y 1952, emitió en contra de don Marciano Culebro Escandón, prestigiado panista de los años cincuenta que aun a costa de su libertad y de su vida se enfrentaba al régimen priísta corrupto y depredador.

Ser oposición en esos tiempos era un suicidio físico y político. Así lo evidenció el general Grajales al amenazar al distinguido correligionario de Manuel Gómez Morín con una contundente advertencia: destierro, encierro o entierro. Frase de la que después quiso apropiarse como suya Patrocinio González Garrido, gobernador de Chiapas de 1988 a 1992.

Desde luego Xóchitl Gálvez no llegaría jamás a la última premonición, pero sí procederá en consecuencia para que López Obrador sea destinatario de destierro o encierro por sus graves actos de despilfarro y corrupción.

Ni siquiera en La Chingada palencana podrá vivir. O huye o se recluye y termina en Chirona.

Ya Xóchitl Gálvez le vaticinó: “Usted me va a entregar la banda presidencial señor Presidente y yo se la voy a recibir con una sonrisa”. Sólo le faltó agregar: para encarcelarlo señor Presidente, como usted se merece, por todos los agravios al pueblo de México.

El desastre económico y la enorme corrupción de López Obrador en su familia, sus colaboradores y sus beneficiarios lo hacen destinatario de una prisión federal de alta seguridad. Segalmex ha costado 15 mil millones de pesos sin justificación al erario nacional, y su responsable el bandido de Ignacio Ovalle, despacha cómodamente sentado y protegido desde la Secretaría de Gobernación en la absoluta impunidad. Es la mejor referencia de que “el impoluto López” recibió el generoso moche que tanto critica.

Ahora que la improvisada y locuaz secretaria de gobernación, Luisa María Alcalde, entregó el quinto informe de gobierno de López, con esa desafinada voz que la acompaña, se ufanó de que la inversión pública, antes de 500 mil millones de pesos, ahora es de un billón de pesos.

Es la forma más artera y cínica de robar y engañar al pueblo de México. Omitió decir que el aeropuerto de Texcoco, presupuestado en 150 mil millones de pesos, terminó en 415 mil millones para edificar un AIFA a donde no llegan aviones, y obligan por decreto a reducir los vuelos, por hora, del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, de 63 a 42, es decir, en un 30 por ciento para esconder los enormes yerros del demente de Palacio Nacional.

La refinería de Dos Bocas, originalmente con un costo de 8 mil millones de dólares, ya ronda los 18 mil millones de dólares, o sea, 180 mil millones de pesos en sobreprecio de lo previsto inicialmente. En un principio López Obrador dijo que se iban a procesar 340 mil barriles de petróleo diarios, y ahora en sus mentiras del quinto informe de gobierno le bajó a 290 mil barriles diarios. Inaugurada el 21 de marzo de 2022, hasta la fecha no refina un solo barril de petróleo, lo que la convierte en la refinería más cara del mundo.

Y el Tren Falla (sic) también tiene su cuota de atraco al tesoro público. De 140 mil millones de pesos originales, la cifra se elevó a 280 mil millones sin ninguna explicación. Todo eso no lo dijo la inepta y cómplice secretaria de gobernación Luisa María Alcalde. Si lo ignora malo. Y si lo sabe y lo esconde peor porque se convierte en parte del atraco al tesoro público de los mexicanos.

Todo ello representa un despilfarro innecesario de más de un billón de pesos, y un robo a la nación de 585 mil millones por la pésima presupuestación de lo que originalmente costarían las tres obras emblemáticas del destructor de la República. Ahí está el billón de pesos del fraude cometido y presentado como logro por Luisa María Alcalde.

El pasado 2 de septiembre estuvo Xóchitl Gálvez en Chiapas. En su exposición acusó a López Obrador de delincuente fiscal, al dar a conocer sus datos patrimoniales que la ponen a ella y a su familia en riesgo, con cifras manipuladas para hacer creer a la ciudadanía y al electorado que el monto de cada contrato es la ganancia total. Mentiroso como es López Obrador, con toda maldad ocultó convenientemente que la ganancia es de un 20 o 30 por ciento y no la cantidad total con la que engaña permanentemente en sus soporíferas mañaneras.

De la exposición de Xóchitl Gálvez en Chiapas, rescato la referencia a los hijos de López Obrador, a quienes con toda certeza llamó baquetones que no trabajan. El señalamiento tiene sustento. José Ramón y Andrés Manuel López Beltrán parasitan dentro de la Cuarta Transformación y trafican con el cargo presidencial para hacerse de propiedades y dineros clandestinos que no tienen origen cierto.

Ahí está la Casa Gris de Houston, endosada a José Ramón por tiempo indefinido gracias a sus buenos oficios como interlocutor entre Pemex y grupos empresariales. Y desde luego las influencias de Andy López para dar en usufructo a los cuates, el parque ecológico de Texcoco a donde debió edificarse el aeropuerto internacional y no esa basura llamada AIFA. Y qué decir del malecón de Villa Hermosa concesionado a otro amigo íntimo en tres mil millones de pesos, pero sin que eso signifique corrupción, porque todo lo que toca el padre López Obrador lo purifica con su sola falsa palabra.

López Obrador ha causado dos grandes agravios a Chiapas: Juan Sabines Guerrero y Rutilio Escandón Cadenas impuestos como candidatos y gobernadores de la entidad mediante un escandaloso fraude electoral los dos. Sabines dejó una deuda de 40 mil millones de pesos que cuesta al empobrecido erario estatal, 6 millones de pesos diarios en intereses, o sea, más de dos mil millones de pesos anuales.

Sabines además defraudó en más de 2 mil millones de pesos con las ciudades rurales, adonde ahora son pueblos fantasmas y empobreció más a la gente. Engañó también con el biodisel, bajo sus ocurrencias de reconvertir 200 mil hectáreas para la siembra de la Jatropha Curcas para la producción de biodisel.

Y presa de sus vicios y de sus fantasías, logró en sólo dos años, entre 2010 y 2012, la enorme proeza de duplicar la pobreza y la pobreza extrema, al pasar del 39 al 78 por ciento de la población.

Rutilio Escandón también ha resultado un fiasco y un profundo fracaso como gobernante.

La violencia en Chiapas ha alcanzado niveles intolerables de ingobernabilidad. A diario hay muertos en la zona limítrofe con Guatemala: Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Mazapa de Madero, Chamic, Comitán y zonas aledañas.

Los 17 municipios de la zona indígena son tierra de nadie. La ausencia del Estado es absoluta cuando que en Chenalhó y Pantelhó ni siquiera la Guardia Nacional ni el Ejército y mucho menos Seguridad Pública estatal pueden entrar. El ejemplo más patético de la ingobernabilidad son los 24 desaparecidos de Chenalhó desde el mes de julio de 2021. Es el nuevo Ayotzinapa con cargo a la incapacidad y corrupción del pésimo gobierno de Rutilio Escandón.

Y desde luego la corrupción familiar no podía faltar. Rosalinda López Hernández, esposa de Rutilio Escandón y hermana de Adán Augusto, ha recibido contratos por 500 millones de pesos del gobierno de su esposo, a través de su incondicional Ernesto Carballo Zurita. Tema en próxima colaboración.

Esos dos grandes agravios a Chiapas, López Obrador trata de esconderlos con sus mentiras, cuando con todo cinismo asegura que Chiapas está tranquilo y todas las señales de alarma no son más que politiquería y obra de los conservadores. Ampliaremos…

 

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Ante Xóchitl el Presidente se topa con Pared-es

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La catapultó y ahora no puede con la panista * En la elección del 2024 cuidado con el autoritarismo y la represión contra la democracia

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

Andrés Manuel López Obrador se dice el gran demócrata y autor de la Cuarta Transformación de la República. Se promueve además como incorruptible, lleno de veracidad y leal a las instituciones. Falso. Pasó de moda el no mentir, no robar y no traicionar. Terminó en la mitomanía, el hurto al erario federal y la traición a las instituciones nacionales.

Su bandera con la cual surge a la oposición en los años ochenta fue el antipriísmo corrupto, depredador y antidemocrático. Lo malo para el tan desgastado discurso de Andrés Manuel López Obrador es que copió todas las prácticas antidemocráticas del PRI y las perfeccionó. Hoy López representa la antidemocracia y el autoritarismo que tanto criticó.

Su talante dictatorial está a la vista en el destape de sus tres corcholatas: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard. De los demás no vale la pena hablar. Fernández Noroña es el bufón de la 4T, Ricardo Monreal terminó vencido por el peso de la conveniencia y Manuel Velasco seguirá siempre en su papel de camaleón y esquirol de la política.

López Obrador retrocedió más de 50 años en el avance democrático de la política nacional. Nada tiene que envidiar Morena al antiguo priísmo. En esas épocas el presidente de la República tenía dos grandes facultades: era el jefe del partido y el gran elector de su sucesor. Además, a la par designaba a todos los gobernadores y a todos los senadores.

Recuérdese las confidencias de don Adolfo Ruiz Cortines, presidente de México entre 1952 y 1958: Los gobernadores y los senadores son del Presidente. Los diputados federales son de los gobernadores y los presidentes municipales son del pueblo. De este tamaño era el autoritarismo priísta.

El sentido autocrático de la política no podía ocultarse. En una jerarquía piramidal de una relación feudo-vasallática, Ruiz Cortines definía la realidad del sistema político mexicano: nosotros somos los dueños de todo y al pueblo le dejamos lo último de los cargos de elección popular. Pero ni siquiera eso era verdad. Las presidencias municipales terminaban apropiadas por caciques. O sea, al pueblo nada.

Andrés Manuel López Obrador copió y perfeccionó esas prácticas autoritarias del viejo PRI. Él es el verdadero jefe de Morena y el gran elector del candidato de su partido. Con absoluto cinismo y falta de decoro político, ha amenazado con que la oposición jamás volverá a ganar, aunque con su actuar corra sangre de los mexicanos.

Pero López Obrador ha ido más allá de ser dirigente de su partido. En realidad es el dueño de Morena. Lo atestiguan las tres autoimposiciones con que consumó su postulación presidencial en el 2006, 2012 y 2018, como supremo elector de sí mismo.

Lo acompañan en sus intentos de secuestro de la República para el 2024, dos partidos con la misma catadura moral y política del morenismo. El Partido del Trabajo no es un partido, es una agencia de colocaciones cuyo fundador y propietario, Alberto Anaya, detenta el cargo desde 1990, es decir, desde su creación hace 23 años.

Surgió a la vida política nacional durante el trágico salinato, cuando hubo cientos de asesinatos políticos de perredistas.   Ese es el tributo que López Obrador rinde a los perredistas inmolados para que él llegara a la presidencia y los traicionara.

El Partido Verde es un negocio familiar con ganancias por más de 500 millones de pesos anuales en favor de los González Martínez. Hoy, el tendero del negocio, Manuel Velasco, busca venderse al que mejor pague, con unas siglas que antes fueron del PRI y Peña Nieto, y hoy son de Morena y del señor López. Manuelito repite la misma historia tantas veces contada y actuada: la traición y el servilismo.

Pero pesa también sobre el Verde la muerte nunca aclarada de la búlgara Galina Chankova Chaneva, quien cayó desde el piso 19 de la Torre Emerald, y ligada al entonces senador Emilio González Martínez, principal sospechoso de ese acontecimiento.

Tiene razón el senador Emilio Álvarez Icaza cuando en entrevista exclusiva en el periódico Contrapoder de Chiapas sentencia: “El Partido Verde es la expresión más corrupta del PRI”. Hoy se actualiza este axioma: El Partido Verde es la expresión más corrupta de Morena.

A pesar de todos esos negativos de Morena y sus secuaces, el peleador callejero López Obrador se atreve a decir que el proceso de selección del Frente Amplio por México es pura faramalla. No López, la faramalla está del lado de la nueva mafia del poder.

A la desangelada y antipática Claudia Sheinbaum le han allanado todos los caminos hacia la candidatura de Morena.  Por órdenes del dueño de Morena se prohibieron los debates para no exhibir las limitaciones retóricas y su ausencia de conocimiento sobre los grandes problemas del país. Marcelo Ebrard la habría triturado en unos cuantos segundos de la confrontación.

Pero Claudia tiene la complicidad lopezobradorista. Es homicida por omisión de 30 vidas en el Metro, y en vez de enjuiciarla y encarcelarla, la premian con hacerla candidata. Y no sólo eso. El erario nacional está presente en cada mitin de acarreados, mientras Ariadna Montiel, la secretaria del Bienestar, destina más de 2 mil millones de pesos para inflar una candidatura que nada vale sin la presencia del jefe López.
Tiene razón al decir “no somos iguales”… pues la verdad son peores: Más corruptos, más ladrones y más traidores.

Contrasta el dedazo de López Obrador con la consulta ciudadana del Frente Amplio por México. Esa coalición puso como condición que cada aspirante consiguiera 150 mil firmas cuando menos en 17 estados de la República. La presencia de Xóchitl Gálvez fue contundente al reunir el 38.3 de las firmas, Beatriz Paredes el 26 por ciento y Santiago Creel con apenas el 20 por ciento.

Sólo que hay una gran diferencia: Xóchitl las obtuvo de la ciudadanía, en tanto Beatriz Paredes y Santiago Creel necesitaron recurrir a su militancia para poder permanecer como aspirantes.

Esa presencia de Xóchitl Gálvez ha desquiciado al destructor del país y en su desesperación ha lanzado una serie de improperios que atentan contra la vida privada de Gálvez Ruiz y constituyen violencia política de género.

A sus pasivos suma ahora el de la cobardía al agredir sin fundamento a la aspirante presidencial. Es la medida de cuánto pesa la panista en unas cuantas semanas de haber aparecido en escena y manifestar su intención de competir por la candidatura presidencial.

El panismo y el perredismo están al ciento por ciento por la candidatura de Xóchitl. Incluso una parte importante del priísmo avala esta candidatura más fresca, más actual y más novedosa, en contraposición a la larga y decadente carrera política de Beatriz Paredes, siempre apoyada en el dedazo y las decisiones cupulares en su paso por la gubernatura de Tlaxcala, el Senado de la República y sus múltiples diputaciones federales.

Xóchitl Gálvez le lleva a Beatriz Paredes entre 25 y 26 puntos de ventaja en las encuestas. Ir a una elección se corre el riesgo de que el tramposo López Obrador se inmiscuya para hacer ganar a Beatriz Paredes, por lo que el PRI y Paredes deberían de declinar en favor de Xóchitl Gálvez, ante la imposibilidad de que Paredes le gane a Claudia Sheinbaum.

Y para acabarle de descomponer el panorama a López Obrador, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, con enorme peso político dentro de Movimiento Ciudadano, ha manifestado abiertamente su simpatía por la candidatura de Xóchitl Gálvez.

Ante estos sucesos, la derrota anticipada de Claudia Sheinbaum es bastante predecible, sobre todo si Marcelo Ebrard se llegara a rebelar y Movimiento Ciudadano se suma al Frente Amplio por México. Ampliaremos…

 

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