ESPECTÁCULOS
El Chavo de Onda está esperando su camión como un niño sin amor, acompañado de su perro negro y callejero
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Redacción
Ya son más de 5 décadas y El TRI sigue tan campante, vigente y muy fresco
FERNANDO GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ*
Hace unos días concluyó la gira conmemorativa del 55 aniversario de la primera presentación pública del popular grupo de rock Three Souls in my Mind. La larga gira terminó prácticamente al cumplirse los 56 años de su irrupción en la escena musical de los años 70s del siglo pasado. El grupo original se escindió en dos, creándose con ello el TRI de Lora (parodiando al TRI de Bora del futbol mexicano) en los años ochenta. El baterista Carlos Hauptvogel conservó el nombre en inglés con menor éxito que el logrado por su compañero de secundaria José Alejandro Lora Serna, y por Celia García Guerrero, “su domadora”, a lo largo de más de 5 décadas.
El TRI celebró en la flamante Arena GNP este aniversario ante 65 mil adictos a la música y las letras de la agrupación comandada por el frontman poblano. Atrás, muy atrás, quedaron los días de la marginación y el desprecio por el rock en tu idioma. Se grabó un especial de televisión de este concierto por cierto, perdonando la obligada rima.
Durante 4 horas y alrededor de sesenta canciones de rock de su amplio repertorio además de “El Rey”, “Cielito Lindo” y la solemne interpretación del Himno Nacional Mexicano, Lora y los suyos retumbaron en las cercanías de Balbuena y los rumbos del Autódromo “Hermanos Rodríguez” de la CDMX.
Han pasado ya miles de horas y miles de rolas en estos cincuenta y tantos años y el TRI sigue fresco, vigente y tan campante como lo fue en su aparición en sus dos presentaciones en el “Festival de Rock y Ruedas” del año 1971 en Avándaro, Estado de México. Fue el único grupo que repitió presentación cerrando la mañana del domingo el festival gracias a la ausencia de más elenco. Es el único grupo vigente desde aquél lluvioso festival mostrando una sorprendente resiliencia a lo largo de tantos acontecimientos, tantos años y tantos cambios sociales.
Lora le dedicó una canción a la “Encuerada de Avándaro” primero identificada como Alma Rosa de Monterrey y luego reidentificada como Laura Patricia Rodríguez de Guadalajara. La chica se despojó de su blusa y exhibió su cuerpo a los cien o quinientos mil asistentes. Quedémonos con 150 mil pelados y peladas que gritaban en esa época: “Queremos rock”. (Un dato: Vicente Fox, entonces director de Mercadotecnia de Coca-Cola, y que más tarde portaría la banda presidencial, el hoy empresario agrícola “de avanzada” aportó el capital semilla o de trabajo para los organizadores del famoso Woodstock chilango, Luis de Llano y Justino Compeán. Los medios y el gobierno del partidazo tricolor envenenaron el ambiente mediático que se lanzó con todo a denostar el festival).
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Conocí a Lora en los lejanos setentas gracias a la amistad con mi vecino Sergio Mancera, guitarrista entonces del icónico grupo de rhythm and blues El Hangar Ambulante de Sergio Villalobos, fallecido en plena juventud. Mancera fue invitado a integrarse con todo y su guitarra al Trhee Souls in my Mind en sustitución de Ernesto de León, amigo de todos los integrantes de ese grupo a quienes dejó “por motivos religiosos”.
Conformada de nuevo la alineación de las tres almas en mi mente (Alejandro Lora, Carlos Hauptvogel y Sergio H. Mancera) se sumaron otros músicos que con su saxofón, su violín y la armónica le dieron al rock y al blues un sonido muy peculiar. Se agregó el poderosos factor del idioma entonces despreciado por los medios masivos que paradójicamente sembraron entre los jóvenes menos favorecidos un gusto extremo por canciones en su propio idioma al no hablar ni jota de inglés, aunque sus ídolos se nombraran en ese idioma.
El Three Souls se escindió y se crearon dos agrupaciones. La primera conservó el nombre original y el comando de Charlie Hauptvogel. La segunda se llamó como siempre se le había llamado: TRI, así de simple y en español. Así le decían los fans, los empresarios, los músicos y hasta la abusiva autoridad que merodeaba los lugares de las de tocadas para “solicitar” un moche de las taquillas.
A raíz de esa incorporación, el requinto Sergio Mancera me invitaba frecuentemente a ver al TRI en los más diversos escenarios: bodegas, gimnasios, estacionamientos, deportivos, canchas de futbol y demás inmuebles ruinosos e inseguros que caían todos ellos en la categoría de los “hoyos funkys”, bautizados así por el escritor de la ONDA Parménides García Saldaña, de origen orizabeño y autor de “Pasto Verde” y “El Rey Criollo”, obras populares entre los chavos y que le valieron ese mote al joven literato.
Recluidos en esos antros; marginados de toda promoción radiofónica y mucho menos televisiva como grupos de rock en México quedaron condenados a las periferias de los escenarios, de los medios y de las presentaciones mas o menos organizadas en lo que podría llamarse conciertos masivos. No cabían en ninguna parte.
El TRI deambuló por las mal llamadas ciudades perdidas tocando en esos hoyos oscuros y mal olientes cuyo público adolescente y juvenil quedaba muy bien retratados en las letras de “Chavo de Onda” y de “Perro Negro”.
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Antes de esa división, en el año 1980 como alumno de la carrera de comunicación, formamos un staff de televisión con el propósito de producir un documental sobre el rock en México como trabajo final de la materia en la Universidad Autónoma Metropolitana en la Unidad Xochimilco. (Por cierto, la UAM está cumpliendo en estos meses 50 años de fundación. ¡Nació la Metro cinco largos años después de que se fundara el Three Souls in my Mind!).
Nuevamente gracias a los buenos oficios del guitarrista del Conservatorio Nacional, mi amigo Mancera, pudimos llevar cámaras y micrófonos a diversas locaciones a donde se presentaba para grabar nuestro documental “Chavo de Onda”. Logramos entrevistas con Juan Villoro, Guillermo Briseño, Marcial Alejandro, entre otros músicos y analistas. La Productora Nacional de Radio y Televisión (Pronarte) de la Segob nos regaló pietaje en video de escenas musicales de grupos y orquestas extranjeros, no tenía nada de rock mexicano. Lo más valioso para “Chavo de Onda” fueron las muchas horas de grabación que logramos con Lora y los suyos en los escenarios menos imaginables.
Cada lugar era una fuente muy rica en imágenes y anécdotas. Cada tocada nos regalaba escenas y momentos muy apropiados para retratar en video las condiciones en las que se sucedían los conciertos de rock en nuestro país en esos tiempos.
Grabamos entrevistas y canciones (hoy le llaman videoclips o videítos) en arenas como la Revolución, la Cinco de Mayo y el Ferrocarrilero en el Tlatelolco de Paco Gruexxo. La Plaza de Toros “La Aurora” en Ciudad Neza. En el Deportivo Morelos de Ecatepec o un polvoriento solar en el “lejanísimo” Chalco.
En ese Edomex, en Santa María Atarasquillo, en los rumbos de Lerma, al grito de corre cámara fundimos todos los fusibles nada mas conectar nuestras luces lo que obligó a Alex Lora a cantar a capela un buen rato y a Charlie a prolongar sus solos de batería hasta restablecida la corriente media hora después. La intentona de suspender la tocada rápidamente se canceló con sólo mirar las caras de muy pocos amigos de cientos de chavos de onda que pagaban su boleto con extremo esfuerzo por un par de horas de relax. “Son toda nuestra vida”, nos dijo una groupie que traía cual corbata a tremenda serpiente viva que parecía estar también enojada como la audiencia. Échate un traguito “güero” me dijo la chamaca -yo moreno que soy- al acercarme una caguama de cerveza tibia. Me supo a gloria, pues la temperatura en el lugar era de 38 grados.
Alejandro Lora, capitán histórico del Three y del TRI gozaba mentándole la madre a la banda que asistía y recibía también con gusto los chiflidos y el “óorale, óorale cabrones” que le espetaban los de abajo -del escenario y de la vida- para que ya empezaran a tocar que para eso pagaron. Una vez echados a andar era muy difícil parar al TRI. Nunca -como Chente Fernández- dejaban de tocar si había personal bailando su cuatro por cuatro tan parecido al baile de los concheros del Templo Mayor. La razón única para despedirse de esos públicos era que había que rodar como las piedras a otra locación, a otro hoyo funky.
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En el Reclusorio Oriente fui testigo de cómo presos chavitos le contaban al grupo que abogansters leguleyos se había vendido y los tenían atorados por asuntos menores e incluso injustos con tal de seguirlos exprimiendo hasta lo que no tenían. En descansos se acercaban y pedían a miembros del grupo que hablaran con los jefes para que revisaran sus procesos a todas luces abusivos y que les tenían encerrados y soltando mordidas por todo, quizá excepto la respiración que aún la maldad carcelaria no ha descubierto cómo sancionarla.
La mayoría de los reclusos se la pasaba echando desmadre y bailando al ritmo del ADO o del Metro Balderas. Lora comenta que ha visitado prácticamente todas las cárceles importantes de México. Confiesa emocionado el rockero que le satisface mucho ver cómo por un par de horas los espíritus se iluminan y se sienten libres mientras dura la música. Le gusta mucho llevar esas letras y esos cantos a esas almas que por un buen rato les quitan los grilletes y bailan sin descanso.
En la Arena México de la colonia Doctores, catedral del box y la lucha, estábamos grabando una entrevista al Jagger mexicano, el jefe Lora, cuando nos interrumpió un knock-knock en la puerta del “camerino”. Oscuro, estrecho y oloroso a campeones boxeadores o al Santo y el Blue Demon después de tres caídas, se escuchó: “Lora, tiene un minuto”. Alex se levantó al tiempo que un asistente abría la puerta. Era un jefe policiaco al decir de unas barras y unas estrellas en su uniforme que no porta la tropa de a pie.
El cantante acompañó al pasillo al coronel. Yo apuré una visita al sanitario que tenía postergada aprovechando la interrupción. Cuando pasé junto a ellos alcancé a escuchar que el policía en tono firme le decía que de ninguna manera podían cantar “Abuso de autoridad” y “Nuestros impuestos”. De regreso del baño atisbé que mi comandante en tono más amable se despedía satisfecho por su instrucción y le decía a Alejandro Lora: “Te lo encargo mi buen”.
Lora volvió al camerino sólo para enfundarse su chamarra de cuero como un auténtico Rolling Stone. Aun no usaba la imagen guadalupana frecuente en su indumentaria; tomó un trago largo de Anis del Mono para aclarar la garganta y se encaminó al escenario. “Luego le seguimos Juanito” (así me decía por el exfutbolista Juan Dosal, entonces colaborador de Guillermo Ochoa, líder de la televisión de entretenimiento matutino. Decía que nos parecíamos. Ve tú a saber, pensaba yo). Corrimos todos al escenario jalando cables y lámparas para grabar el concierto.
Se oyó fuerte y claro el primer acorde del requinto de Mancera, la nota poderosa del bajo eléctrico y un retumbar sonoro de tambores con la luz apagada. Al escucharse la voz grave de Lora se encendió un cañón de luz apuntando sólo a él. Los sonidos pararon para escuchar al cantante y líder: “Un güey de uniforme me acaba de pedir que no toque dos rolitas que sé que a ustedes les gustan mucho. Quiero decirles banda que al Three Souls nadie le dice qué tocar, así que ahí les van para empezar esas rolitas, aunque se enoje la chota.
“Vivir en México es lo peor. Nuestro gobierno está muy mal y nadie puede protestar porque lo llevan a encerrar… muchos azules en la ciudad a toda hora queriendo agandallar”.
A mitad de la canción abrimos la toma para ver al público. A minutos de iniciar la presentación del grupo se veía a los cuicos apretar su macana y su gorra contra el pecho para no ser desarmados por chavitos banda que lo único que querían era cotorrear y ya inundaban hasta los pasillos del coloso de la colonia Doctores.
Años más tarde sí hubo quien le pidiera a Lora que no tocara una rola: Le abrían el concierto en el Foro Sol a nada menos que a The Rolling Stones. En la primera fecha el TRI, además de todo su repertorio, cerró con “Ella es como un Arco Iris”. Con firmeza y agradecidos por el cover la agrupación inglesa les pidió que al abrir el segundo concierto no tocaran piezas de sus Satánicas Majestades, pues ellos las tendrían incluidas en su play list, como se dice ahora. Lora, en tono de broma, dijo “¡ah, pus que chinguen a su madre, no la tocamos!”. Tenían previsto cerrar con “Píntalo de Negro”. Ya no se tocó.
Al finalizar los conciertos fueron convidados a convivir con la tremenda banda en reconocimiento a su larga trayectoria, sólo un poco más breve que la de los Stones. Idolazos por cierto de todo aquel que paga por ver a su Tri simplemente. Caballeros los ingleses por ese reconocimiento y humilde Lora por no cabrearse por una petición mas que sensata. No venía de un policía sino de la más grande agrupación viva y debatible -quizá sean los Beatles- del máximo grupo musical de todos los tiempos. Nada menos.
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Lora tiene una canción que hizo famoso el grito de “Agua mi niño”. Se refiere a la solicitud que desde el tapanco repleto de cartones de cerveza le hacía a su amigo Fidel, gerente, mesero y chalán de la cervecería “La Curva”. Alejandro vivió muchos años a unos metros de División del Norte y avenida Coyoacán, sitio de la famosa chelería de las de antes, no de las nais de hoy que le ponen gomitas y chilito del que no pica a la cerveza.
Me tocó un par de veces compartir la tarde de caguamas con Lora y con Mancera disfrutando el anecdotario de un rockero. Lora era banda de la calle como los protagonistas de sus rolas y de otros como la de Rockdrigo y su Metro Balderas o de Niño sin Amor o Perro Negro o el Vicioso del Rock. Ahí en “La Curva” escuchando las decenas de anécdotas entendí cómo Lora construía sus canciones.
“¡Que viva el rocanrol!”, grita Alejandro Lora cada que puede e invoca ahora desde el más allá a su mamá Eloísa Serna: “¡Mamá, pon la grabadora que está saliendo el TRI!”.
Rinde tributo cada que puede a su domadora Chela, arquitecta principal del éxito de la agrupación y solidez de la familia con su hija, la bella modelo Chela Lora. Siempre fiel a la Guadalupana, la pareja ha llegado a renovar sus votos matrimoniales en la mismísima Basílica de Guadalupe.
En el 50 aniversario del TRI, en la Plaza Morelos de Cuernavaca, se le rindió un homenaje por su trayectoria. Fieles seguidores le entregaron un busto y diplomas y reconocimientos varios. Se improvisó un concierto de 6 rolitas y se hizo público el agradecimiento de los morelenses por los donativos -hasta entonces secretos- de Lora a los damnificados por el sismo de 2017 en poblaciones del estado de Morelos. Calladito se vio mas bonito. Gesto bello. Impensable para una estrella del rock mexicana.
Después de décadas de marginación, resistencia y éxitos, el TRI cuenta con un Grammy por Trayectoria; con estatuas en Los Ángeles California y Puebla de los Ángeles o de Zaragoza. En Perú se les recibe “como si fuéramos Los Beatles”. Tienen discos de oro y sold-outs casi permanentes (a donde se presenten llenan). Han tocado en Europa y Sudamérica y en prácticamente todas las ciudades importantes de nuestro país. Gracias a su constancia y verdad el TRI sigue vigente 56 años después sin rival cercano y tan reconocidos por los públicos bravos de las colonias populares y las barriadas suburbanas.
Después de ser ignorados por los medios masivos durante gran parte de su trayectoria, el concierto de aniversario de hace unos días en el nuevo Estadio GNP (antes Foro Sol), pudo ser visto en red nacional en televisión abierta sin censura alguna. La edición de una hora permitió ver a Lora y los suyos mentarles la madre a su público y recordarle a la autoridad que siempre habrá quien con una guitarra y un micrófono le jalará las orejas, aunque crean esas autoridades de hoy y de antes, tricolores, azules o morenos que de nada les sirve. Larga vida al TRI.
***Director general de Factor D Consultores.

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ESPECTÁCULOS
Enrique se fue con su música a otra parte
Published
Hace 1 semanaon
abril 9, 2025By
Redacción
“En mi orquesta nadie tiene derecho a equivocarse”: Bátiz * Muere a los 83 años de edad el exitoso pianista y director de orquesta, chilango de nacimiento y ciudadano del mundo por la cantidad de agrupaciones musicales a las que fue invitado a dirigir
FERNANDO GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ***
La semana pasada murió a los 83 años de edad el pianista y director de orquesta Enrique Bátiz Campbell, chilango de nacimiento y ciudadano del mundo por la cantidad de agrupaciones musicales a las que fue invitado a dirigir.
Es ya leyenda su duro carácter y su exigencia por la excelencia en todas las salas de concierto en las que se presentó. Prácticamente todas las referencias biográficas, en entrevistas, y a propósito de su partida inician recordando que Don Enrique, a la edad de cinco años, ya realizaba impecables presentaciones al piano del que fue un ejecutante virtuoso como se dice en el argot musical.
Hijo y nieto de pianistas cursó estudios en Varsovia, Polonia, antes de ser aceptado en la rigurosa academia Julliard en Nueva York.
Cursó estudios también en la Universidad Metodista del Sur en la ciudad de Dallas, Texas. Casó con la jovencita Eva María Zuk de origen ucraniano formada en Caracas, Venezuela.
Pianista también prodigio y también hija de pianista fue observada cuando apenas tenía diez años de edad, por el mítico Arthur Rubinstein, quien recomendó que sin mayor dilación se le inscribiera en la Julliard como su futuro esposo Enrique Bátiz becado en esa institución.
Se casaron en el año 64, un día después de la Navidad en la Gran Manzana. La boda religiosa se celebró en Caracas, en septiembre siguiente, donde radicaba la familia de la consorte.
Bátiz Campbell fue un joven precoz que fundó la Orquesta Juvenil de México; participó en la Filarmónica de la Ciudad de México antes de presentarse por primera vez en Bellas Artes dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Xalapa a sus 27 años de edad.
Fue invitado a fundar la Orquesta Sinfónica del Estado de México al amparo del gobernador Carlos Hank González. Dirigió esa agrupación por 42 años en dos etapas.
La grilla polaca de los mexiquenses lo alejaron por un tiempo del año 1983 al 89. Volvió a Toluca ese año para cerrar el ciclo en el lejano 2018, año en que se retiró por motivos de salud.
El mal del Parkinson avanzaba y le iba alejando de la música lentamente. Hasta su deceso era el responsable de la Orquesta de la Universidad Autónoma de Hidalgo.
“Aún enfermo dirigía con parálisis cerebral, calambres y sudores. He controlado la enfermedad”. Su médico le consentía, confiesa en entrevista a la periodista Laura Cortés hace cinco años.
De entre decenas de orquestas probablemente su mejor momento fue las ocasiones que dirigió a la Royal Philarmonic Orchesta de Londres, donde logró grandes presentaciones y grabaciones por demás impecables.
“Una clara batuta, una cabeza fría, un temperamento completo para lograr diferentes estados musicales” -decía Christopher Grier- fueron ejecutados con un completo, intenso y máximo poderío a propósito de su dirección con Tchai y Strauss, eso hubieran escrito en lugar de insultos, reclamaba al reportero.
Para muchos Enrique Bátiz era el prototipo del director duro, estricto. Tenía una exigencia natural que sacaba las mejores notas de sus músicos en cada ensayo y bastaban unas miradas fulminantes para lograr lo mejor de sus presentaciones. Era muy severo refieren sus acompañantes.
Para Bátiz ese era el catalizador que hacía de músicos medianos aparentemente, a grandes intérpretes que en suma generaban la belleza de la música que don Enrique traía en su memoria auditiva para ofrecérselas a los muchos que le vieron en Toluca, en Bellas Artes de la CDMX y en las salas más importantes de Estados Unidos, de Europa y lejanos países de Asia, a donde llevó a la orquesta mexiquense.
Siempre fue cuestionado por ese carácter áspero e incluso intolerante. Él mismo declaraba que no consentía la mediocridad. Fue de lo más exigente con sus músicos.
Le llegaron a demandar por malos tratos y faltas a la integridad de los colaboradores en su entorno. La Comisión de Derechos Humanos le dio la razón.
También fue demandado por un supuesto abuso sexual contra una violinista suiza. Presentó pruebas documentales, cartas que describían una relación consentida. La demandante retiró a los escasos cinco días su alegato y pidió no seguir en un posible juicio, sin embargo, el daño estaba hecho, Bátiz sufrió una depresión y el acoso de algunos medios escandalosos a los que también demandó consiguiendo castigarles, sin embargo, como se ha dicho, el daño estaba hecho.
La virtuosa pianista Zuk se separó de Bátiz después de haber procreado a dos hijos: Eugenio “Tito” Enrique y Martha “Tita”. Ambos sufrieron -como sus músicos- la alta exigencia de su padre.
Eugenio es un economista destacado del Banco de México con reconocimientos nacionales y Martha una exitosa escritora autora, radica desde hace años en Toronto, Canadá. Ambos sufrieron el rigor de un obsesivo con la excelencia.
A Bátiz le gustaban los medios. Le gustaba ser entrevistado e incluso participar en ellos como conductor. Tuvo emisiones dedicadas a la enseñanza musical y con frecuencia se le veía en entrevistas previas a su infinidad de conciertos.
Eva María Zuk compartió esa inquietud de enseñar música. Fue editora de un libro de partituras de autores mexicanos producto de una intensa investigación y también participaba con frecuencia en emisiones televisivas.
El histórico Jorge Saldaña tenía a ambos con frecuencia en sus emisiones de los lejanos 70s. Ella falleció en el año 2017.
En diversas entrevistas Bátiz desliza aspectos de su carácter: el reportero Antonio le conoció en una noche de copas en una tertulia donde abundaron los tragos; Bátiz suelta dicterios contra la prensa, especialmente a los jovencitos que calificó de analfabetas.
El joven reportero le encara y le reclama haberse vendido por sus comerciales con American Express. Se retan a los golpes a la salida y ya en la calle los otros invitados impiden la reyerta.
Bátiz lo busca días después para disculparse y de ahí nace una relación que le permite al reportero hurgar -mediante entrevistas con un tequila o un tinto- a la difícil personalidad del maestro.
A la reportera de Milenio, Laura Cortés, le revela anécdotas.
En la semana de su deceso la periodista Gilda Montaño, cercana a Bátiz, publica recuerdos de Enrique en diferentes medios a través de un portal digital.
MERRY MAC MASTERS
Se une Bátiz a la pléyade de músicos y directores mexicanos que brillaron a nivel internacional: Blas Galindo, Ricardo Castro, Felipe Villanueva, Eduardo Mata y decenas de estrellas virtuosos y excelsos melómanos de gran estatura que dieron lustre a las batutas y los instrumentos de virtuosos mexicanos que constituyen el orgullo nacional desde el pentagrama.
Polémico fue siempre y lo seguirá siendo mientras se recuerde su modo de infante terrible. “Sáqueme buenas fotos sonriendo, dicen que siempre salgo enojado en las fotos”.
***Director general de Factor D Consultores.
ESPECTÁCULOS
Problemas de salud impidieron la presentación de Diva Gorgorcha en el Vive Latino 2025
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Hace 1 meson
marzo 18, 2025By
Redacción
“Tengo sentimientos encontrados y con diversas preguntas del por qué tenía que padecer problemitas de salud que me impidieron asistir al famoso festival”, añade.
ERIC GARCÍA
Profunda tristeza pasa por este momento Diva Gorgorcha, la cantante de pop.
Y es que por problemas de salud no tuvo la dicha de participar en el Vive Latino 2025 el sábado pasado.
Pese a que se preparó para dar lo mejor de sí y tener la oportunidad de estar en uno de los eventos más importantes, todo se le vino abajo, por lo que sus fans se quedaron con las ganas de verla cantar en el Vive Latino.
“Tengo sentimientos encontrados y con diversas preguntas del por qué tenía que padecer problemitas de salud que me impidieron asistir al famoso festival”, añade.
Al ser interrogada por su problema de salud, Gorgorcha responde: “Ahora se le conoce como Covid. Una gripe muy intensa y ronquera. Tuve completamente la garganta cerrada, no podía hablar y unas temperaturas muy altas, por esa situación tuve que avisar para que no me mencionaran. Me da mucha tristeza no asistir, pero como sabemos todos, primero está la salud”.
La Diva dijo que estaba muy emocionada. Ya estaba en ensayos con su cuerpo de bailarines para dar lo mejor de sí.
“Espero poder estar el próximo año. Nunca me habían convocado, pero ahora sé el caminito y espero lograrlo en el 2026”, agrega.
DIOS LE CONCEDIÓ LA DICHA DE SER MADRE
Es de resaltar que la también actriz de novelas se ausentó de los escenarios para cuidar su embarazo.
Pensó que no podía ser mala y cuando menos lo imaginó Dios le dio la oportunidad de ejercer esa faceta.
“Fue un embarazo bonito, pero de cuidados”, comenta.
Por si no lo sabes, estimado lector, su hijo Max nació el 31 de diciembre de 2024 y la Diva se dedicó en cuerpo y alma para disfrutar a su bebé.
Hizo una pausa en los escenarios y ahora que ya ve la fortaleza y la independencia del niño retoma su carrera.
“Voy pian pianito. Mi hijo ya quiere caminar y ya balbucea algunas palabras; eso me da mucha fe y confianza de que ya puedo continuar con mi carrera que tanto quiero: La cantada y artisteada”, expresa con mucha emoción Gorgorcha.
“Lo del Vive Latino me da tiempo para que mi hijo esté más grandecito y pueda subirme al escenario el año entrante”, afirma la bella cantante Diva.
Antes de que se suelten comentarios y una serie de rumores, Gorgorcha sale al paso y expresa de viva voz las razones que le impidieron asistir al Vive Latino.
Es así como Diva quiere que sus admiradores estén muy bien informados y desde ahorita ya se prepara para el Vive Latino 2026.
ESPECTÁCULOS
Gloria Trevi, solidaria con las mujeres trabajadoras
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Hace 2 meseson
marzo 3, 2025By
Redacción
La estrella regiomontana ofrecerá un magistral concierto en la Arena Ciudad de México a invitación de los secretarios generales y comités de las secciones sindicales 1, 6, 7 , 8, 12, 15, 16, 18, 20, 21, 23, 32, 33 y 38
ERIC GARCÍA
Gloria Trevi, la cantante regiomontana y quien se ha ganado el cariño, respeto y admiración del público mexicano, hará las delicias de las mujeres trabajadoras de la capital del país.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la estrella regia ofrecerá un magistral concierto en la Arena Ciudad de México a invitación de los secretarios generales y comités de las secciones sindicales 1, 6, 7 , 8, 12, 15, 16, 18, 20, 21, 23, 32, 33 y 38.
El evento musical, también organizado por Hugo Alonso Ortiz, vicepresidente del Sindicato Único de los Trabajadores del Gobierno de la CDMX, es esperado con mucha alegría por parte de sus fans capitalinas.
Ni duda cabe que el coloso del norte de la capital estará lleno a todo lo que da, gracias a que las mujeres trabajadoras harán un pequeño espacio de sus múltiples actividades para apreciar a su cantante favorita.
El punto de encuentro será a las 12:00 horas. ¡No falten!
G
LA REVISTA NO ES RESPONSABLE DE LA OPINIÓN DE LOS COLABORADORES


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