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PULPO POLÍTICO

PRIAN contra PRImor

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Todos los morenistas tienen un pasado político * Entérate de lo que no se dijo en el debate * Claudia hizo mutis, no respondió a ningún ataque * Xóchitl debió defender al PRI y al PAN, gracias a ellos y sus obras se tiene un México moderno * A votar todos el 2 de junio, no por las personas sino por el país que quieres: ¿Por la construcción de un país mejor o por la destrucción de la democracia?

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

Estoy seguro que millones de ciudadanos, como yo, estaban prendidos del televisor para ver si efectivamente la candidata opositora, Xóchitl Gálvez Ruiz, era capaz de mostrar personalidad y atributos para ser la primera presidenta de México para el periodo 2024-2030.

Esperábamos que su carácter, valentía e inteligencia la hicieran, si no ganar el debate, al menos mostrar que la razón está de su lado y que tiene la capacidad para corregir el rumbo del país, para rescatar a México de la inseguridad, de los retrocesos en educación y salud, del combate a la corrupción, impunidad e impartición de justicia .

Asimismo, queríamos convencernos si está a la altura para ser la lideresa que reclama el país para acabar con el encono y la polarización de los mexicanos y devolvernos la unidad y la reconciliación nacional.

Queríamos saber si Xóchitl Gálvez puede detener la amenaza contra nuestro régimen democrático constitucional, la vulneración de la división de Poderes y la pretensión de desaparecer los organismos constitucionales, y con ello la democracia, transparencia y el respeto a los derechos humanos.

Después del primer debate de presidenciales, las redes se apresuraron a señalar como ganadoras tanto a Claudia como a Xóchitl, pero hubo muchos “Xochilovers” que se dijeron decepcionados, ya que la candidata opositora se mostró insegura, nerviosa y leyendo tarjetas en la parte más importante del mensaje final, al tiempo que colocó el escudo de la Bandera Nacional de cabeza.

En el contexto de este primer debate, vamos a tratar de esbozar con objetividad y verdad lo que le faltó a Xóchitl Gálvez, que no pudo hacer por el formato del debate, pero que, en todo caso, puede hacer en nuevos spots y entrevistas que realice en estos días que todavía serán parte del post-debate.

Durante el debate, Claudia Sheinbaum nunca llamó a Xóchitl por su nombre, siempre en forma irónica y despectiva la llama la “candidata del PRIAN”.

Para rebatir ese calificativo, Gálvez Ruiz podría tener varios apelativos para Claudia: “Candidata del dedazo presidencial”, “corcholata destapada y tapadera”, “abanderada de la imposición”, “consentida del profesor”, pero sin duda el calificativo que bien podría rebatir a la abanderada oficial sería llamarla como “la candidata de PRIMOR”.

En ninguna de esas versiones estaría diciendo una mentira. Todos sabían desde hace tres años que Sheinbaum Pardo sería la ungida del Presidente Andrés Manuel López Obrador al puro estilo del PRI de los 70s y la simulación del concurso de corcholatas fue puesta al descubierto por el principal opositor de Claudia, Marcelo Ebrard, al acusar de los gigantescos apoyos oficiales de la Secretaría del Bienestar y la cargada de los todos los gobernadores de Morena.

El procedimiento para elegir a la candidata opositora -a diferencia de la candidata oficial- sí fue transparente y democrático, respaldada por un millón de firmas de ciudadanos, muchos de ellos pertenecen a alguno de los partidos PRI, PAN o PRD, así como decenas de organizaciones de la sociedad civil.

Por ello la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México no debe negar ni sentirse avergonzada de los partidos que la postulan, por el contrario, lo debe destacar, para que los jóvenes sepan que PRI y PAN fueron los constructores del México moderno, el del siglo XX e inicios del XXI.

Desde 1929 hasta 2018, los gobiernos priístas y panistas -con sus respectivas Legislaturas- crearon instituciones como el Banco de México, IMSS, ISSSTE, Infonavit, Ferrocarriles Nacionales, Mexicana de Aviación, Pemex, CFE, Nafinsa, Banobras, Bansefi, Banrural, Fertimex, Metro de la CDMX, infraestructura de telecomunicaciones, incluidos satélites desde los años 80s, UNAM, IPN, treinta universidades públicas estatales, Colmex, Universidad Pedagógica, Sistema Nacional de Normales, Conade y Conacyt.

También el Sistema Nacional de Centros de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (suman 25), entre los que destacan: Cide, Cicese, CIB, Conabio, Cimat Ciateq, Cicy.

En el ámbito cultural: Conaculta, INBA, Cineteca Nacional, Inmecine. En infraestructura: Capufe, la red carretera nacional, la Policía Federal de Caminos, incluidos los Ángeles Verdes.

De los programas sociales destacan el Sistema Nacional de Becas para todos los niveles educativos, el programa Solidaridad, después convertido en Prospera, que probó ser uno de los mejores del mundo por la inserción de sus beneficiarios en mejores niveles de vida a largo plazo, a través de la educación y la salud; el programa 70 y más de apoyo a los adultos mayores, creado por Vicente Fox Quesada, el programa Acerca de apoyos al campo, ciencia, cultura y el deporte.

Para promover la democracia, transparencia y la fiscalización surgieron el INE, TEPJF, INAI, INEGI, Coneval, CNDH, ASF y el Sistema Nacional Anticorrupción.

En democracia hubo una creciente apertura hasta llegar a la primera alternancia en 2000 con Fox Quesada, la segunda se dio en 2012, el regreso del PRI con Peña Nieto, y la tercera en 2018 con la llegada de Morena y López Obrador.

El PRD surgió en 1987 como escisión del PRI como “Corriente Democrática”, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, al cual se incorporó AMLO después de haber sido priísta y apoyado a Carlos Salinas de Gortari en 1988.

Debería Xóchitl recordarle a Claudia que, aunque hubo célebres casos de corrupción en todos los gobiernos, todo indica que con la 4T se vive la peor de todas las corrupciones. Así se recuerdan los escándalos de gobiernos anteriores, como las toallas caras de Vicente Fox para Los Pinos, el sobreprecio de la Estela de Luz de Felipe Calderón Hinojosa, la Casa Blanca y la Estafa Maestra de Peña Nieto.

Pero las corruptelas de gobiernos anteriores se quedan cortos ante lo que se vive en este gobierno: los sobres amarillos de los hermanos del Presidente López Obrador, la nueva “estafa maestra”, los 15 mil millones de pesos en Segalmex y el más reciente escándalo de corrupción, el caso del hijo mayor del Presidente Andrés Manuel, que se dio a conocer en un reportaje de Latinus.

Resulta que “Amílcar Olán, amigo de la infancia de Andrés López Beltrán, ganó contratos por 300 millones de pesos para abastecer medicinas en el IMSS y en el gobierno de Quintana Roo, también resultó ser proveedor VIP de la construcción del Tren Maya y de la refinería Dos Bocas”, lo cual representa miles de millones de pesos en contratos.

Ya había un antecedente, desde hace dos años. Se hizo público y se comprobó que la empresa donde trabajaba el casero de José Ramón López Beltrán en Houston, el dueño de la ‘Casa Gris’, recibió contratos de la filial de Pemex en Estados Unidos por 150 millones de pesos.

Otros grandes casos de corrupción, que la propia Fiscalía General de la República (FGR) ha denunciado y perseguido, pero se han quedado en la impunidad son: Odebrecht y Agronitrogenados en Pemex, en donde no hay sanciones ni los responsables llevados a juicio.

Se sabe que en este gobierno el 70% de los contratos se ha adjudicado de manera directa. La opacidad y el dispendio con sobreprecios han sido evidentes en los proyectos y obras más emblemáticas: Refinería Dos Bocas, Tren Maya, AIFA, la “Megafarmacia”, en donde se han rebasado por cientos o miles de millones de pesos sus presupuestos originales… y lo más grave es que son ineficientes, por no decir “elefantes blancos”.

Xóchitl debería dejar en claro que los partidos que la apoyan -pese a sus errores- fueron grandes constructores de instituciones, en cambio el gobierno de la 4T ha sido el incuestionable destructor de las mismas.

Además, los partidos que integran la coalición que apoya a Claudia Sheinbaum resultan ser peores que el PRIAN. Morena, PT y PVEM no son del todo perfectos. Morena, que es el partido de un solo hombre -AMLO- apenas nació en 2014, tiene como presidente nacional a Mario Delgado, quien ya fue exhibido públicamente (Latinus) como el principal socio del “rey del huachicol” con negocios de miles de millones de pesos, producto del robo de combustible, además era el encargado de las finanzas en la administración capitalina de Marcelo Ebrard cuando se demostró que la Línea 12 del Metro tuvo un sobreprecio de11 mil mdp.

El Partido del Trabajo,  cuyo coordinador y operador, además de vocero de Sheinbaum, el porro Gerardo Fernández Noroña se ha declarado públicamente admirador del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, y el PVEM, lejos de ser un partido ecologista, se ha convertido en partido satélite que se vende al mejor postor, ¿pruebas?, ahí está el apoyo a Vicente Fox en 2000, a Peña Nieto en 2012 y a AMLO en 2018.

Como parte del post-debate, Gálvez acertó al realizar un spot, en el cual Sheinbaum reconoce que sí tiene cuentas de familiares suyos en “Panama Papers”. Así, podría hacer spots para comparar la designación de sus candidaturas, hablar de los partidos que la apoyan, de las tragedias de la Línea 12 del Metro, del Colegio Rébsamen, del constructor-colaborador del grupo Indy y de los desastrosos resultados del primer piso del gobierno de la “Transformación” en materia de salud, educación, inseguridad, combate a la corrupción e impunidad.

Destacar el peligro de elegir a quien pretende llevar a cabo el “segundo piso” y la continuidad de la “Transformación”, que lo único que ha demostrado es sólo ser la destrucción y la simulación, con el agregado de la insistencia en llevar a cabo el plan “C”, que para muchos es el plan de la Corrupción, pues pretende desaparecer al INE y a la SCJN.

Por cierto, la bandera del “Segundo piso” debió surgir cuando Sheinbaum fue la responsable de realizar el segundo piso de la CDMX con completa opacidad, ya que nunca se dieron a conocer los costos reales de esa obra.

En la reciente visita de Xóchitl a la Universidad Iberoamericana, un joven saco una cartulina con las “deudas históricas del PRIAN”, haciendo alusión al 68, la guardería ABC y los 43 de Ayotzinapa.

En el 68 se estimó que el 2 de octubre mataron a unos 300 estudiantes, pero en este gobierno -entre masacres y homicidios- oficialmente casi llegamos a 200 mil.

La tragedia de la guardería ABC arrojó 49 niños muertos, mas en este gobierno han muerto mil 700 niños por falta de medicamentos contra el cáncer, y en la tragedia del Rébsamen fallecieron 19 menores de edad.

Los 43 desaparecidos de Ayotzinapa no son comparables con las decenas de jóvenes masacrados y los 12 mil desaparecidos en este sexenio.

Los organismos internacionales de salud han reconocido que en México -durante la pandemia- se debieron haber evitado más de 200 mil muertes, como también se debían haber evitado los 39 de Tlahuelipan, los 40 migrantes de Ciudad Juárez y los que se acumulen en las 24 semanas que restan de este gobierno.

Ante la aparente y gran posibilidad de que la candidata oficial Sheinbaum fuera la primera presidenta de México, tendría que ser congruente, hablar con la verdad y reconocer los datos que hemos expuesto, que son oficiales y públicos.

Sólo así, al menos 60 millones de mexicanos nos sentiríamos orgullosos de que México tenga su primera mujer presidenta.

 

***Académico y consultor.

 

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Sheinbaum, al rescate de la ciencia y tecnología

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De gran importancia y trascendental el anuncio de su secretaría * Contrariamente a lo que hizo el gobierno del Primer Mandatario López Obrador, con esta propuesta la virtual presidenta electa está poniendo en primer lugar la investigación científica y el desarrollo tecnológico, al tiempo que reivindica a la comunidad científica, que había sido perseguida, satanizada y acusada de delitos inverosímiles recientemente * Rosaura Ruiz Gutiérrez, a cumplir con la encomienda de Claudia

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, al presentar a su gabinete, anunció la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades y Tecnología, que elevará al actual Conacyt a ese rango.

La titular será Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien fue presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y conoce a la comunidad científica, incluidas las “vacas sagradas” de la ciencia en México.

Este anuncio resulta trascendental y de la mayor importancia, ya que, contrariamente a lo que hizo el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con esta propuesta la doctora Sheinbaum Pardo está rescatando y poniendo en primer lugar la investigación científica y el desarrollo tecnológico, al tiempo que reivindica a la comunidad científica, que había sido perseguida, satanizada y acusada de delitos inverosímiles recientemente.

La política científica en los últimos seis años sufrió el peor de los retrocesos en treinta y cinco años. Se promulgó una nueva Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (LGHCTI), que transformó el antiguo Conacyt e introdujo nuevas reglas para la labor científica y que terminó en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) enfrentando un proceso de impugnación.

La aprobación de esa ley generó preocupación en la comunidad científica y tecnológica del país, ya que introdujo cambios con rasgos ideológicos muy cuestionables en el sistema nacional de ciencia y tecnología, y alejado de los estándares y mejores prácticas internacionales.

En el gobierno de la 4T se mantuvieron las cifras más bajas en inversión en ciencia y tecnología como porcentaje del PIB, que ha tenido México desde hace dos décadas, que es del orden del 0.4% del PIB de 2019 a 2023, situación que nos coloca muy por debajo del promedio de países que integran la OCDE, con un porcentaje estimado de 3%, con países como Alemania y Estados Unidos, con promedios cercanos al 4 por ciento.

En materia de desarrollo tecnológico, representó un retroceso el hecho de que en este sexenio desapareció, en 2019, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), en la Secretaría de Economía, dejando de atender a miles de micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas, que impulsaba aceleradoras de empresas e incubadoras que ofrecían apoyo y maquilas a empresas de diversos servicios tecnológicos y de telecomunicaciones.

El IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) tiene el menor número de patentes industriales registrado en su historia. Mientras Estados Unidos tiene un promedio anual de patentes de 350, México apenas alcanza 5.

Nuestro país tendrá su Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2024. Varios países latinoamericanos ya se nos adelantaron: Chile en 2016, Argentina en 2007, Brasil en 1985, Costa Rica en 1990, Colombia en 2019 y Venezuela en 1999.

La demanda de convertir al Conacyt en Secretaría fue planteada públicamente desde 1992 por la comunidad científica, a través del entonces director de ese organismo, el doctor Fausto Alzati Araiza, cuyos logros, reconocidos por la propia comunidad, fueron los más significativos en los últimos treinta años.


Algunos perduran hasta la fecha, como la creación del Sistema Nacional de Centros de Investigación, integrado por 26 instituciones; desde entonces hasta ahora, el rediseño del Sistema Nacional de Investigadores con sus tres niveles actuales; la creación de fideicomisos para la investigación científica y el desarrollo tecnológico (desaparecidos en este gobierno); el fideicomiso para repatriación de cerebros (desaparecido); lo mismo que el fondo de cátedras de excelencia y el mayor número de becas al extranjero y nacionales otorgadas en su historia mediante la creación del padrón de universidades de excelencia, con comités de admisión integrados por los científicos más reconocidos en las áreas de ciencias exactas y sociales, así como la publicación del primer plan nacional de investigación científica y desarrollo tecnológico.

También se lograron importantes acuerdos en la materia con países como Corea del Sur, Cuba, Estados Unidos, Japón, Singapur y países de la comunidad europea.

La importancia de la investigación científica, la innovación y tecnología es un factor clave para que las empresas puedan ser más competitivas y mejorar su posición en los mercados. Invertir en innovación y tecnología se ha convertido en una inversión necesaria para lograr que las empresas crezcan y ofrezcan mejores bienes y servicios que contribuyen de forma comprobada al crecimiento económico de un país.

Para ilustrar cómo la ciencia y la tecnología contribuye a elevar el PIB de un país, tenemos que Corea del Sur creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología desde 1967 y ha sido destacado como ejemplo a nivel mundial.

Al inicio de la década de los sesenta, el PIB per cápita de ese país era de 82 dólares y el de México era de 1,098 dólares, de acuerdo con los indicadores del Banco Mundial.

Para el año 2020, el PIB por habitante en México alcanzó los 9,480 dólares y en Corea del Sur logró rebasar los 33,300. Gran parte de ese crecimiento del PIB per cápita en Corea del Sur, se sustenta en políticas públicas orientadas a promover e invertir en cultura de innovación, tecnología y educación.

Sin duda que México tenga una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación pondrá en lugar preponderante la gestión en la materia, clave para coadyuvar al crecimiento económico y para conformar una sociedad de la información. La investigación científica y el desarrollo tecnológico apoyan el incremento de la productividad de las empresas y facilitan el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), transforman la vida y las relaciones entre individuos, gobiernos, empresas y organizaciones en la sociedad. Así, se facilita la creación, distribución y manipulación de datos esenciales para las actividades sociales, culturales y económicas.

Hoy los organismos internacionales que miden el desarrollo de cada país exigen que se establezcan planes, políticas públicas, estrategias y acuerdos en investigación científica y desarrollo tecnológico. Así se favorece el crecimiento de las empresas, se facilita el acceso a la información y se conforma un gobierno digital.

En la administración pública federal ya resulta indispensable que todas las dependencias y organismos descentralizados deban trabajar en forma coordinada, interrelacionada y sincronizada.

Cada entidad relacionada a la ciencia, tecnología e innovación no debe trabajar en forma separada, sino que debe existir una institución responsable de coordinar las políticas públicas, leyes y otras disposiciones para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de una manera planificada, integrada para el desarrollo del país hacia una sociedad de la información y del conocimiento.

En el siglo XXI, China y Estados Unidos se disputan la supremacía mundial, el posicionamiento internacional, la prosperidad económica y la seguridad militar, con base en el liderazgo tecnológico mundial.


Estados Unidos observa el “ascenso” en la jerarquía internacional de China con preocupación, ya que se está posicionando como uno de los principales países exportadores del mundo en la provisión de diversos bienes de alta y media tecnología, y ha comenzado a generar un desplazamiento de los tradicionales centros de acumulación de capital y desarrollo tecnológico de EU y la Unión Europea.

Esta transición hegemónica se produce en el contexto de un nuevo ciclo de innovación tecnológica basado en la reorganización de la producción a partir de las plataformas digitales, la automatización y la inteligencia artificial, en lo que China es uno de los países líderes.

Para los autores neoschumpeterianos o evolucionistas (economista austriaco que definió el emprendimiento como la innovación que determina la prosperidad y el cambio a partir de la destrucción creativa), el sistema internacional atraviesa una etapa de transición hacia un nuevo paradigma tecnoeconómico (PTE) impulsado por la última revolución tecnológica global.

El PTE puede ser entendido como el conjunto de principios tecnológicos y organizacionales difundidos y generalizados que se expresan como sentido común “para la organización de cualquier actividad y la reestructuración de cualquier institución”, y que representan la “forma más efectiva de aplicar la revolución tecnológica y de usarla para modernizar y rejuvenecer el resto de la economía”.

En efecto, estamos atravesando una nueva revolución científica y tecnológica de grandes dimensiones que caracterizará a la nueva etapa del desarrollo global, donde el acceso inmediato a la información y a recursos intangibles permitirá innovaciones más complejas y flexibles.

Algunos de los sectores impulsores más importantes del nuevo paradigma son: la inteligencia artificial, los nuevos materiales inteligentes basados en nanotecnología, la geoingeniería y la sustentabilidad, las impresiones 3D en distintas escalas, la potenciación y expansión de las TICs, los nuevos accesos a la realidad virtual, la biotecnología dominada por la ingeniería genética, el aumento de la capacidad de energías renovables y su almacenamiento, las nuevas tecnologías blockchain para el desarrollo financiero y de seguridad de la información.

Gran acierto de la doctora Claudia Sheinbaum es dotar a México de las mejores herramientas para la ciencia, tecnología e innovación con la creación de la Secretaría en la materia. Con ello, se tiene una nueva perspectiva de modernizar al país y llevarlo por mejores caminos para lograr un crecimiento económico sostenido, así como la anhelada prosperidad “compartida”, lo que representaría contar con mayores recursos para contar con mejores servicios en salud, alimentación, educación, vivienda, agua, energías limpias, seguridad e incluso mejor justicia.
También para insertar a México como una de las economías más importantes del mundo. ¡Enhorabuena para el futuro de México y los mexicanos!

 

***Académico y consultor.

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Inteligencia, la apuesta de Claudia

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Omar García Harfuch,  por un México seguro * Su nombramiento como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tiene como fin acabar con la inseguridad que vive el país * El reto es titánico ante el sexenio más violento de toda la historia que deja el “primer piso” de la Cuarta Transformación * Fortalecer la Guardia Nacional, la primera encomienda de la presidenta electa Sheinbaum

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La designación de Omar García Harfuch como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) en el gabinete de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo es un gran acierto.

Nadie mejor que él luego de que la inseguridad se ha convertido en el tema que más preocupa a decenas de millones de mexicanos.

Es el gran reto y la oportunidad para que el gobierno del “segundo piso” de la Cuarta Transformación rescate el desastre que deja el “primer piso” del gobierno de la 4T durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.

La consigna del slogan “abrazos y no balazos” fue un rotundo fracaso, con todo y que Claudia Sheinbaum Pardo le corrigió la plana al Presidente durante su campaña, ya que aclaraba que se trataba de dar “abrazos” a los jóvenes y “balazos” a la delincuencia.

Con excepción de la Ciudad de México, en todo el país los resultados están a la vista. Hay una cifra récord de casi 200 mil homicidios, expansión de los grandes cárteles de la droga y pulverización de los grupos de la delincuencia organizada, con incrementos en delitos que afectan a la población de muchos sectores sociales y económicos: giros agrícolas, como el aguacate, limón y diversos cultivos de frutas y verduras; empresas medianas, lo mismo que cobro de piso a pequeños comercios, incluidas tortillerías y vendedoras de aguas frescas.

Todo esto en medio de un creciente número de desapariciones, levantamientos de jóvenes y niños para alistarlos como sicarios, extorsiones, secuestros, cobros de piso y asaltos a transportes de mercancías.

La política de “abrazos y no balazos” fue aprovechada por la delincuencia organizada para, al amparo de una especie de concesión de inmunidad, incrementar su presencia en Guerrero, Chiapas, Zacatecas, Nayarit, Colima, Guanajuato, Tabasco, Tamaulipas, Sinaloa, Morelos… y en vías de ampliar la lista de estados.

Se evidenció la apropiación criminal de los ayuntamientos; la manipulación en favor de la delincuencia de las elecciones locales; crecieron las capacidades militares de los grupos criminales; bandas de la delincuencia metidas en licitaciones públicas para resolverlas a su favor en muchos municipios chicos y medianos; así como 36 candidatos a cargos de elección popular, asesinados en el pasado proceso electoral. En el listado dado a conocer por el organismo internacional especializado en medir la inseguridad de los países, el territorio mexicano se ubica en la última posición de la lista en protección a locales, turistas y negocios, antecedido por Mali, Nigeria, Colombia, Camerún, Venezuela y Sudáfrica, que ocupan de los lugares 118 al 113 del ranking.

Sin duda, la asignatura pendiente de la 4T es la inseguridad. Aunque la CDMX fue una excepción, el resto del territorio nacional requiere una cirugía completa y de fondo.

 

CDMX, EJEMPLO POLICIAL DE SEGURIDAD CIUDADANA

Omar García Harfuch demostró en la capital del país tener el “modelo” de seguridad y de policía que debería extenderse a todas y cada una de las entidades del país.

La SSC de la CDMX logró lo que ninguna entidad en todo el país. De acuerdo con cifras del INEGI, se tiene el nivel más bajo de percepción de inseguridad desde 2014.

García Harfuch es uno de los activos más valiosos con que contará Sheinbaum Pardo, su relación es de gran confianza y entendimiento.

Recuérdese que Claudia Sheinbaum tuvo la intención de dejarlo como su sucesor en la CDMX, ya que ella sabía que era un funcionario bien evaluado por la ciudadanía, debido a su eficiencia y logros: disminución de los principales delitos que azotan a la ciudad, como los homicidios, el robo a personas, casas, vehículos y transporte. Asimismo, cobros de derechos de piso, el secuestro, la extorsión, principalmente el narcotráfico.

 

BATMAN, AL RESCATE DE NACIÓN GÓTICA

Por ello algunos allegados de la corporación policiaca lo bautizaron como “Batman”, en analogía a la conocida “historieta”, ya que, al igual que él, es el vigilante y protector de la ciudadanía en “Ciudad Gótica”.

Omar García lo fue en la CDMX. No es exagerado, ni ilusorio afirmar que el nuevo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana irá al rescate de “Nación Gótica”.

Sus logros en la materia no son fantasiosos ni milagros, son producto de un minucioso trabajo profesional. Algunas acciones que tomó en la CDMX ya las ha explicado: “Cambiamos la forma de operar de la policía, ya que siempre había sido preventiva y solo era posible capturar delincuentes en ‘flagrancia’. Lo que se hizo fue enviar una iniciativa al Congreso para que la SSC tuviera la facultad de investigar, con ello se logró dar seguimiento, desde que ocurre el delito, hasta la detención”.

Con franqueza y honestidad, propias de su personalidad, García Harfuch reconoció que existen células del narcotráfico en la Ciudad de México, situación que sus predecesores habían negado.

Y lo más importante: Logró, con sólidas investigaciones, con elementos y pruebas, vincular a proceso a importantes jefes de esos grupos delictivos. Tan solo en los primeros años de su gestión, dio a conocer la detención de mil 400 presuntos generadores de violencia, como líderes de organizaciones criminales, jefes de plaza, operadores financieros, extorsionadores o distribuidores de droga.

Resaltó que esas detenciones ayudaron a la disminución de delitos como homicidios o robos de vehículo.

Es innegable que desde que asumió el cargo en la CDMX combatió a los cárteles más visibles de la ciudad y contuvo el ingreso de otros más poderosos del interior del país, como el Cártel de Jalisco Nueva Generación, al cual se atribuye haber sido el autor del atentado contra su vida, realizado el 26 de junio de 2020, en el que recibió 414 impactos de bala y de armas de alta potencia.

Aunque estuvo en un hilo su vida, gracias al blindaje de su vehículo solo resultó herido por tres impactos de bala, de los que se recuperó.

Un ejemplo de su eficiente capacidad de investigación y captura de delincuentes fue el atentado contra la vida del prestigiado periodista Ciro Gómez Leyva, ocurrido en diciembre de 2022. Logró, en menos de dos meses, meter a la cárcel a todos los autores materiales, con videos y pruebas fehacientes públicas y sin fabricar culpables.

Aunque a los duros y radicales de Morena les pese, García Harfuch trae en las venas la sangre y la convicción del servicio público en materia de seguridad y protección a la sociedad civil.

Es una herencia de su padre Javier García Paniagua y de su abuelo Marcelino García Barragán, quienes dejaron huella en su tiempo como funcionarios probos, valientes, honestos y eficientes en gobiernos priístas, que eran los únicos que existían.

El también llamado “superpolicía” es producto de la cultura del esfuerzo, pues se ha preparado y escalado todos los niveles en materia de seguridad.

Es licenciado en Seguridad Pública y licenciado en Derecho. Tiene constancias y estudios de especialización en seguridad en el FBI, la DEA y en Harvard.

En 2008 Ingresó a la Policía Federal como jefe de Departamento de la Coordinación de Inteligencia para la Prevención del Delito; en 2012 fue condecorado por la Policía Federal al Mérito Policial.

En 2015 asumió el cargo de titular de la División de Investigación de la Policía Federal.

En noviembre de 2016 fue nombrado comisionado de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

En 2018 estuvo en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en la Jefatura de la Policía de Investigación.

En 2019, Claudia lo nombra secretario de Seguridad Ciudadana; en 2023 renunció para ser candidato a jefe de Gobierno de la CDMX y cuando iba a la cabeza en las tres encuestas de Morena, fue bajado por razones de “género” para que Clara Brugada fuera la candidata.

Luego se convirtió en candidato a senador, cargo que logró en los pasados comicios del 2 de junio de 2024 y hoy en día es senador electo por la Ciudad de México.

La ruta de García Harfuch será tomar protesta en la Cámara Alta para posteriormente pedir licencia a su cargo… y el ganón será Francisco Chíguil, quien hoy en día es su senador suplente.

 

RETO TITÁNICO

El reto es enorme. La herencia de los rezagos y el desastroso estado de inseguridad que sufre el país, de al menos quince años de ir “en crecendo”, quizá no se resuelva en cinco años. Sin embargo, con Omar García se pueden sentar los cimientos de una política nacional que devuelva la paz y la seguridad a 130 millones de mexicanos.

Urge para México una nueva, inteligente y creativa política en seguridad, con las reformas legales necesarias para incluir, en sus investigaciones y capturas una estrecha coordinación con la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional, Ejército y Armada, así como con la procuración de justicia y el ya no tan nuevo Sistema Penal Acusatorio.

 

FORTALECER LA GUARDIA NACIONAL, LA PRIMERA ENCOMIENDA DE CLAUDIA

En los últimos nombramientos de integrantes del gabinete de la virtual presidenta electa, dados a conocer el pasado 4 de julio, destaca el de Omar García Harfuch como titular de la SSPC.

“Trabajaremos en equipo y en coordinación absoluta con la Secretaría de la Defensa Nacional y la de Marina. La instrucción de nuestra presidenta electa es clara: el fortalecimiento de la Guardia Nacional, que creó el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional”, comentó García Harfuch tras hacerse pública su designación.

Omar García prometió “trabajar incansablemente por la seguridad del país, pero también con las 32 entidades federativas, ya que la seguridad del país es una responsabilidad compartida”.

Asimismo, ofreció fortalecer la capacidad de investigación del Gobierno en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que está a cargo de la SSPC.

“Tenemos una misión crucial, que es acompañar a nuestra futura presidenta y trabajar incansablemente para construir juntas y juntos un México más fuerte, más seguro y más próspero para todos”, manifestó.

 

CON OMAR, ESPERANZA Y CERTEZA

La política de “abrazos y no balazos” ató de manos a la todavía secretaria de Seguridad y recién nombrada secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, al Ejército, Marina y Guardia Nacional, que debieron soportar humillaciones de delincuentes, con tal de abrazarlos y no atacarlos, ni aún en el caso justificado del uso legítimo de la violencia, como potestad exclusiva del Estado.

México reclama liderazgos y voluntad política como los de Claudia Sheinbaum y García Harfuch, así como de mandos civiles superiores (gobernadores).

Se abre la esperanza y la certeza de que en México vendrán mejores tiempos de seguridad y paz, combate eficaz a la impunidad, una mejor impartición de justicia penal y el fortalecimiento del ansiado Estado de Derecho.

Sin seguridad no hay transformación, ni mayores inversiones para el crecimiento económico. Sin seguridad se cancela el futuro y la viabilidad de México como nación.

Con seguridad, el país reencontrará la ruta de la prosperidad, la paz y la justicia. Eso lo sabe Sheinbaum y por eso nombra a Omar García, un especialista para dar tranquilidad y seguridad a los ciudadanos, un secretario que dará una lucha frontal a la delincuencia organizada y que seguramente le entregará buenas cuentas a la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

 

***Académico y consultor.

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El voto popular no acaba con la corrupción

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Para muestra varios botones: impera en la Presidencia de la República, en el gobierno federal, en legisladores, en gobernadores, funcionarios que son electos por el pueblo * La División de Poderes evita el autoritarismo y el control del país en manos de un solo hombre * La reforma al Poder Judicial es para que todos estemos indefensos ante los abusos del poder, de ahí el peligro de que se vayan las inversiones a otro país * ¿Por qué no se pone a votación popular a los integrantes del gabinete?, pues ahí también prolifera el cáncer de la corrupción

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

La “Reforma del Poder Judicial” será el parteaguas de este inicio de sexenio 2024-2030. El voto popular para elegir jueces, magistrados y ministros no es garantía para acabar con la corrupción. Sí, así es, como lo leyó bien, y para muestra un ejemplo claro: El voto popular llevó a la Presidencia de la República a célebres personajes que tuvieron escándalos de corrupción.

Quién no se acuerda de Vicente Fox con los hijos de Marta Sahagún; Felipe Calderón con la Estela de Luz; Enrique Peña Nieto con la “Casa Blanca” y el actual Presidente con Segalmex y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Tampoco la decisión del pueblo en la elección de gobernadores ha contribuido a abatir la corrupción. Aquí unos casos sobresalientes: Javier Duarte en Veracruz, Tomás Yarrington en Tamaulipa, Roberto Borge en Quintana Roo, Eugenio Hernández Flores en Tamaulipas. y César Duarte en Chihuahua.

En la actualidad también hay escándalos de corrupción: Cuitláhuac García en Veracruz, Cuauhtémoc Blanco en Morelos, Layda Sansores en Campeche, Alfredo del Mazo en el Estado de México y Marcelo Ebrard en la CDMX (Mario Delgado duplicó costo de la Línea 12).

Las anteriores menciones son un claro ejemplo de que el voto popular no garantiza acabar con la corrupción, el argumento principal para implementar la reforma judicial.

En el caso de lograr elegir a los miembros del Poder Judicial, solo se desvirtúa su estatus de independencia y capacidad técnica. A todas luces la “Reforma Judicial” es un despropósito presidencial que raya entre la venganza política y el rencor a quienes en el Poder Judicial no se arrodillaron a sus designios.

Está claro que será un acto de sumisión de legisladores y de sus líderes de las Cámaras de Diputados y Senadores secundar esta reforma que pretende ignorar el espíritu y principio fundamental de los creadores de la teoría de la División de Poderes, John Locke y Charles Louis de Secondat (Montesquieu), cuya esencia parte de la necesidad de que las decisiones no deben concentrarse, por lo que los órganos del poder han de autocontrolarse a través de un sistema de contrapesos y equilibrios.

Este principio fundamental, en un régimen democrático, evita la concentración del poder y se consolida como uno de los pilares de nuestra Constitución Política.

La campaña presidencial, que culminó con la victoria arrolladora de Claudia Sheinbaum Pardo, el pasado 2 de junio de 2024, fue la “Crónica de un triunfo anunciado”. Desde junio de 2021 el Presidente Andrés Manuel López Obrador nos lo había anticipado, cuando destapó a sus corcholatas, dando por descontado que la favorecida sería Claudia Sheinbaum Pardo.

Lo que nadie adivinaba ni se imaginaba es que el partido oficial obtuviera la anhelada mayoría calificada, muy deseada y no lograda por el Presidente.

Desde el 6 de septiembre de 2006, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo había sentenciado: “¡Al diablo con sus instituciones!”.

El 2 de junio de 2024, 35 millones de mexicanos apoyaron el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, sin darse cuenta de las consecuencias para ellos, sobre todo para sus hijos. Un deseo general es que la nueva presidenta rectifique el rumbo por el bien del país.

 

LOS MÁS POBRES APOYAN A LA 4T

En la Mañanera del 2 de febrero de 2022, el Presidente López Obrador explicó por qué cuenta con el apoyo popular al afirmar: “Con los pobres, de cada 10 podemos tener el apoyo de 9”. (Según el INEGI, la pobreza y extrema pobreza alcanza el 55% de la población, significan 70 millones de pobres).

Agregó: “Con la clase media, media alta y alta, puede ser que de cada 10 tengamos el apoyo de uno”. Añadió que “por niveles de escolaridad sucede algo similar y que entre mayor sea el grado, menos simpatía tiene su movimiento”.

La confesión del Presidente Andrés Manuel lo consolida como un experto ingeniero electoral, sus cálculos fueron precisos y confirma que la prioridad en su gobierno fue mantener la clientela electoral.

Lo anterior explica el innegable apoyo popular de que goza y presume el Presidente de la República por parte de los más pobres, pero eso no le da derecho para atentar contra las instituciones a su antojo. Existe la esperanza de que la virtual presidenta electa no siga esa ruta.

El verdadero dilema se encuentra entre la defensa de la “Transformación” (simulación) o la “Reconstrucción nacional” de las instituciones democráticas, de impartición de justicia, de la transparencia, del respeto a la División de Poderes, del combate a la corrupción y la impunidad. Por un México unido y reconciliado para encontrarse con el futuro de grandeza que le aguarda.

Será que en el subconsciente nacional, expresado el pasado 2 de junio, subyace una especie de fijación por la adoración al Tlatoani de nuestras culturas prehispánicas… ¿Será que el colectivo nacional ya extraña al partidazo y sus poderosos presidentes (tlatoanis)?

Surge el “deja-Vu” de un nuevo “estilo personal de gobernar” del Presidente -en palabras de Cossío Villegas-. O podríamos estar frente a una “presidencia” hereditaria o la “dictadura perfecta”, como la definió Vargas Llosa. Para algunos, razón de estabilidad política y de paz social. Para otros, motivo de preocupación.

Si se continúa con la “Transformación” con el sello obradorista, estaremos en la antesala del presidencialismo de los mejores años del PRI en los 70s y 80s, con los Poderes Legislativo y Judicial acotados a modo y a su “servicio”, cuando no existían los organismos autónomos.

De esta forma Morena se consolidaría como el nuevo PRI, o más bien Morena es el viejo PRI, empezando por su Presidente, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, por mencionar sólo algunos.

Morena revive la aplanadora, el gusto por el carro completo, la simulación de escuchar a los otros, la cerrazón y la obediencia ciega al Presidente; da lo mismo el PRI de los 80 que el Morena de 2024. Para muchos expertos en la política, AMLO tiene el ADN priísta, pues quiere que volvamos al PRI de antes.

La Reforma Judicial sí es necesaria, pero que se enfoque a rediseñar al Consejo de la Judicatura, con facultades de vigilancia y sanción a jueces corruptos o ineptos y el adelgazamiento de su gruesa estructura administrativa. Se debería descartar la obsesiva propuesta de elección de jueces, magistrados y ministros.

Quienes defienden esta reforma presidencial ponen como ejemplo que en Estados Unidos se eligen jueces locales. Sin embargo, hay que considerar que el “federalismo” americano, que por cierto copiamos, tiene una historia singular y es auténtico y real desde sus orígenes. Por ello el sistema judicial estadounidense es también singular como fruto de su historia irrepetible.

Ningún Estado del mundo presenta una pluralidad de métodos de selección de los miembros del Poder Judicial similar a la de Estados Unidos, empezando por el modelo de selección de los jueces federales y continuando por el de cada uno de sus cincuenta estados.

Hablar del sistema judicial estadounidense es hablar de 51 sistemas judiciales (50 estatales y uno federal), es abordar un sistema federal judicial creado siguiendo la senda del propio federalismo del país, que es similar al mexicano en la designación de jueces, magistrados y ministros federales.

Los requisitos, en todos los casos, para lograr ser candidatos a jueces son muy amplios y estrictos.

Como regla general, antes de servir como juez deberán acumular años de experiencia en el campo legal. Muchos jueces comienzan su trayectoria como abogados defensores o fiscales.

Entre los requisitos están: Obtener una licenciatura, realizar el examen de admisión a la Facultad de Derecho, asistir a la Facultad de Derecho y obtener un doctorado en jurisprudencia; aprobar el examen de la barra, ejercer la abogacía y ganar el puesto de juez o jueza.

También contar con los estudios de Derecho (3 años) en una School of Law, acreditada por la Asociación Americana de Abogados (ABA).

Entre los exámenes que realizan están un ensayo con secciones sobre razonamiento lógico, juegos de lógica, comprensión lectora y una sección práctica.

Tras la realización y finalización de los estudios en la School of Law como Juris Doctor, para poder ejercer como abogado hay que superar el examen de la Bar Association, un logro que exige meses de preparación y estudio.

Cada estado tiene un examen distinto, ya que hay que demostrar el conocimiento en la aplicación del Derecho del estado en el que el candidato pretende ejercer la abogacía y en la aplicación de las leyes federales.

Para ser seleccionado como juez el aspirante debió ejercer el Derecho como mínimo dos años. Muchos candidatos acceden a la condición de juez después de décadas de experiencia profesional. Lo esencial es ganarse una reputación profesional respetable y entrar a formar parte de las listas de posibles candidatos a juez.

Imagínese en México, destruir un sistema judicial que lleva casi dos siglos para saltar al abismo a experimentar uno nuevo, que huele, más que nada, a un “afán controlador”. Podría repetirse la historia reciente: la destrucción del Seguro Popular para sustituirlo por el inexistente y fracasado Insabi.

O lo que ocurrió cuando se demolió el aeropuerto de “Texcoco”, que cumplía con los requisitos de calidad mundial para sustituirlo por el inoperante y limitado AIFA, con los costos y dispendio de recursos públicos que ocasionaron las decisiones y caprichos personales escudados en el poder presidencial.

¿Acaso continuaremos sometidos al poderoso monarca indefinidamente o solo hasta el 30 de septiembre de 2024 al rey que sostiene “Le Etat je suis”?

 

***Académico y consultor.

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