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PULPO POLÍTICO

El PRI no es vand(Alito)

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Se vendió más rápido que el avión presidencial * Consumó la traición en San Lázaro, pero no pasará la iniciativa de la Guardia Nacional en el Senado * Los priístas de la Cámara Alta mantendrán la unidad con el PAN y con el PRD * Si tiene dignidad y por bien de México, Alejandro Moreno debe dar un paso al costado * Alito y la “alianza” son ‘peccata minuta’ frente a la creciente inseguridad

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

En analogía a la ley de Lavoisier: “El PRI ni se crea ni se destruye, solamente se transforma”.

Fundado por Plutarco Elías Calles el 4 de marzo de 1929 como Partido Nacional Revolucionario (PNR), renombrado por Lázaro Cárdenas como Partido de la Revolución Mexicana (PRM), convertido por Manuel Ávila Camacho a Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Escindido por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, primero como Corriente Democrática y después como PRD, que desembocó en Morena. La presidencia que logró tiene ADN priísta. En 2022 parece consolidarse el Primor.

Aunque las siglas del PRI seguirán en el escenario político-electoral, son muchos los que afirman que ya está aniquilado, o al menos, a punto de desaparecer, con motivo del papelazo que su actual dirigente nacional, Alejandro Moreno, está protagonizando en la “Alianza” PRI-PAN-PRD.

Ni la “Alianza” ni el PRI se acaban porque así lo dramatice Marko Cortés. El PRI seguirá vivo y valiendo, al menos la quinta parte del voto nacional. Como lo acaba de afirmar Vicente Fox: “El PRI es más grande que su actual dirigente”.

El 18% de voto duro que posee es casi indestructible. El arraigo añejo que tiene en sectores obreros, campesinos y populares es real y lo continuará siendo. Por ello, la alianza político-electoral podría renacer con diferentes dirigentes de los partidos, en diferentes momentos y circunstancias.

La “Alianza Va por México” no sobrevivirá porque sus dirigentes actuales lo deseen, lo hará por la convergencia que logre un candidato en el Edomex en 2023.

Para las elecciones presidenciales de 2024, la “Alianza” se dará eventualmente, en cualquier momento, incluso ya iniciado el proceso electoral, por una sola razón: porque surja un candidato carismático y excepcional que convenza no solo a los militantes de partidos, sino a la sociedad en general. Ocurrió con Fox Quesada en el 2000. Con AMLO en 2018, mucho del voto duro del PRI votó por Morena, al menos un 7%, ya que el candidato priísta apenas alcanzó el 13% de su partido.

En la mesa política nacional hay tres temas: Primero, la viabilidad de la Alianza “Va por México”; segundo, el pase de la Guardia Nacional a mando directo de la Sedena con reformas a cuatro leyes secundarias, y tercero, la reforma constitucional para prolongar la presencia del Ejército en tareas de seguridad pública hasta 2028.

En la agenda parlamentaria se resolvieron dos temas. Lo relativo a la ruptura de la “alianza” se resolverá en 2023 o hasta 2024. Los tres temas van juntos, pero no revueltos, y habrá que analizarlos por cuerda separada.

El pase de la Guardia Nacional a mando directo de la Sedena con reformas a leyes secundarias, “consumatum-est”. Los legisladores de Morena y sus aliados aprobaron la polémica reforma que transfiere el control de la Guardia Nacional a la Sedena. Morena consiguió que la reforma fuera aprobada en ambas Cámaras, con sus mayorías simples. Se reformaron cuatro leyes, solo falta su publicación y entrada en vigor. Sin embargo, defensores de derechos humanos y partidos de oposición han criticado esta iniciativa, ya que es contraria a lo que establece el Artículo 21 Constitucional. Por ello se anticipa que legisladores opositores presenten una controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Lo que más preocupa a los adversarios de la 4T es la posibilidad de la ruptura de la “Alianza” (PRI-PAN-PRD), dado que el presidente del PRI violó y “traicionó” el acuerdo de “Moratoria de reforma constitucional”, al dar a conocer una iniciativa del PRI para reformar la Constitución y prolongar la presencia del Ejército en las calles para tareas de seguridad pública hasta 2028.Todos se preguntan qué le pudo haber dicho al oído el secretario de Gobernación a Alejandro Moreno, cuando el pasado 1 de septiembre acudió al Congreso a entregar el Informe de Gobierno.

“Haiga sido como haiga sido”, el mensaje y la estrategia de Adán Augusto parece haber sido muy eficaz y resulta ser una jugada maestra de uno de los tres presidenciables de AMLO, que le sumaría puntos a favor. Habría que preguntarse qué se le ofreció a Alito a cambio de impulsar esa iniciativa. Debemos recordar que el 31 de mayo de 2022, el presidente del CEN del PRI exhibió el audio de la llamada telefónica con Manuel Velasco, la cual, según se escucha en la llamada, fue para trasladarle una amenaza del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y del Presidente López Obrador. “Que si no jalabas se iban a ir con todo”, se escucha a decir al senador.

¿Cómo fue que Alito cambió su postura de un radical opositor a un “aliado” del Presidente de la República en el polémico tema de la “militarización”? El PRI no es “Alito”. ¿Habrá quién le crea al presidente del PRI cuando dice que NO le está haciendo el trabajo a Morena o al Gobierno, y que el PRI solo está trabajando por México..?

En relación a la propuesta priísta de prolongar la presencia de las Fuerzas Armadas hasta 2028 tiene un fondo serio que debatir, que al final de cuentas se le dio un año más, hasta el 2029, ya aprobada en San Lázaro.

No se trata solo de “Alito” y la “Alianza”, se trata de resolver el grave problema nacional de la inseguridad. Se trata de una reforma constitucional que requiere mayorías calificadas de ambas Cámaras. Ya se aprobó en la Cámara de Diputados, pero no pasará en el Senado.

En el hipotético caso de que se avale en la Cámara Alta, faltaría ver que gobernadores y Congresos estatales panistas o priístas la aprueben.

La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, afirmó: “…si hay miedo en el país, y por supuesto que sí lo hay, por supuesto que debe haber Guardia Nacional”.

Por su parte el gobernador de Guanajuato, también panista, ha solicitado mayor presencia de la Guardia Nacional y el Ejército para atacar los graves problemas de inseguridad que se viven en ese estado.
La necesidad de la presencia del Ejército en las calles para combatir la inseguridad ha estado presente al menos 20 años. En el gobierno de Vicente Fox, el secretario de Seguridad, Alejandro Gertz, y los gobernadores se apoyaron en el Ejército.

Con Calderón y Peña, a pesar del intento de fortalecer las policías federal y estatales, la participación de las Fuerzas Armadas fue grande y manifiesta, con la diferencia de que carecían de un marco legal y constitucional para desempeñar tareas de seguridad pública.

El fondo del asunto no es el debate sobre si se debe prolongar la intervención del Ejército en la seguridad pública. El debate útil debiera ser cuál es la estrategia seria para combatir la creciente y obvia inseguridad que priva en todo el país. Con un Ejército y Guardia Nacional cruzados de brazos porque la consigna es “Abrazos y no balazos”, nada se avanzará en materia de seguridad.

En el mediano plazo no habrá avances mientras no se planee y lleve a cabo la conformación de una Policía o Guardia Nacional capacitada para actuar coordinada y conjuntamente con las autoridades civiles, con el Ministerio Público y  con una policía investigadora capaz de respetar los derechos humanos, al tiempo que integre expedientes inteligentes y sustentados legalmente para la eficaz captura y encarcelamiento de los delincuentes.
El problema podría agravarse si ahora bajo el mando militar, desaparecen aproximadamente el 30% de policías que todavía conforman a la Guardia Nacional, muchos de los cuales habrían tenido una intensa capacitación de años.

El Presidente López Obrador ha insistido en que los gobiernos anteriores habían echado a perder a la policía y poco se podría hacer por ella, salvo desaparecerla. Especialistas en materia de seguridad advierten que de origen la Guardia Nacional tiene problemas importantes de cultura interna. “Los expolicías federales generalmente continúan identificándose a sí mismos como ‘policías’, en tensión con miembros de las Fuerzas Armadas, que solo se ven como militares”.

El militarismo no es propio de las democracias. Habría que adentrarse en las mejores prácticas internacionales de Guardias, Gendarmerías o Policías Nacionales, que son eficaces en el mundo, como la francesa, la española o la canadiense, para diseñar un plan a mediano y largo plazo, para que México combata con eficacia la inseguridad.

Las decisiones verticales, impositivas y sin sustento técnico y profesional corren el riesgo de caer en el autoritarismo, la improvisación y el fracaso. Ojalá ya no sea más el caso de nuestro país para que cesen o se aminoren la violencia, las masacres, los homicidios, los incendios, los colgados, los descuartizados, los ataques a las vías públicas, los cobros de derechos de piso, los secuestros, las extorsiones, los robos a particulares y a transportes de carga en carretera, entre otros.

México no se merece el creciente problema de inseguridad que vive a diario. Alito, la “Alianza” y la politiquería son “peccata minuta” al lado de uno de los grandes pendientes nacionales, la inseguridad.

 

***Académico y consultor

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Izquierda, la fabricante de pobres

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Es su arma perfecta para ir a la segura y mantenerse en el poder * Al Primer Mandatario no le preocupa que el número de pobres crezca, pues a mayor pobreza, mayor clientela electoral * No hay duda de que México tiene a un experto estratega, que ha logrado tener cautivos entre 22 y 25 millones de beneficiarios de sus programas, todo con tal de mantenerse en el trono presidencial a como dé lugar

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

Las izquierdas en el mundo no desaparecieron cuando en 1989 se declaró el fracaso del comunismo socialismo de la URSS, con el derrumbe del Muro de Berlín, al contrario, solo sufrieron transformaciones.

Sin embargo, en Latinoamérica algunos países no aprendieron la lección, pues Cuba, Venezuela y Nicaragua han sido sometidos por gobiernos radicales de “izquierda” encabezados por célebres dictadores, cuya arma principal es tener sometidos a sus pueblos a través de la falta de libertades y oportunidades para tener un mejor nivel socio-económico, es decir, dejarlos en la pobreza perpetua para seguir manipulándolos con dádivas y migajas, como “frijol con gorgojo”.

También es cierto que las izquierdas en América Latina han tenido diferentes matices.

En la década de los 2000, candidatos de izquierda obtuvieron el poder, pero lo ejercieron con marcadas diferencias: Hugo Chávez, en Venezuela; Lula da Silva, en Brasil; Néstor Kirchner, en Argentina; Michellle Bachelet, en Chile, José Mujica, en Uruguay; Evo Morales, en Bolivia; Rafael Correa, en Ecuador, entre otros.

No se puede comparar una izquierda radical, como la de Chávez, con la izquierda moderada de Lula da Silva o Bachelet. Cada país tiene una realidad política y social distinta. Lo mismo sigue ocurriendo ahora, pero el rasgo fundamental es saber si trata de sistemas políticos democráticos o no democráticos.

Los ejemplos más acabados de los no democráticos son Venezuela, Nicaragua o Cuba. El ejemplo de una izquierda moderada lo tenemos en Chile, con Boric, quien ha mostrado compromiso y respeto por las instituciones, los derechos humanos y las libertades. Petro y Lula, en Colombia y Brasil, respectivamente, parecen permanecer en esa línea de moderación.

 

POTENCIAL POPULISTA AUTORITARIO

En México el Presidente Andrés Manuel López Obrador había sido considerado como de centro-izquierda, sin embargo, ha tenido desplantes y acciones que ya lo ubican como un potencial populista autoritario, o aprendiz de dictador a juzgar por la abierta intención de destruir las instituciones democráticas, como el INE y el Poder Judicial.

Ha hecho pública su estrategia para mantenerse en el poder a cualquier costo. A confesión de parte relevo de pruebas, dicen los abogados.

El innegable apoyo popular de que goza y presume el Presidente de la República, por parte de los más pobres e ignorantes del país, le alcanza para atentar contra las instituciones a su antojo.

En la Mañanera del 2 de febrero de 2022, fue explícita la confesión: El Presidente López Obrador afirmó: “Con los pobres, de cada 10 podemos tener el apoyo de 9. Con la clase media-media, alta y alta, puede ser que de cada 10 tengamos el apoyo de 1”.

Añadió que “por niveles de escolaridad sucede algo similar y que entre mayor sea el grado, menos simpatía tiene su movimiento entre las personas. Podemos empatar en nivel licenciatura, pero en Maestría y en Doctorado perdemos”. Por ello no le preocupa que el número de pobres crezca. A mayor pobreza, mayor clientela electoral.

También se entendería su aparente desprecio a la diplomacia, la educación, la salud, la ciencia, la democracia, la justa impartición de la justicia, la rendición de cuentas y el combate real a la impunidad y a la corrupción.

 

POR LA DESTRUCCIÓN DE LAS INSTITUCIONES

Lo dicho por el Presidente, en la Mañanera del 2 de febrero, es relevante y explicaría la destrucción de las instituciones nacionales. Sus agresiones a la educación, a la ciencia, a las clases medias y su intromisión en prestigiadas escuelas de nivel superior y posgrado como la UNAM, el CIDE, el ITAM, la persecución a científicos por parte de la FGR. Del mismo modo se entendería su obsesión por desaparecer la transparencia y rendición de cuentas, en este caso borrar del mapa al INAI.

El 4 de enero de 2023, el Primer Mandatario reconoció que parte de su estrategia política consiste en ayudar a la gente de escasos recursos, porque ellos regresan el apoyo a la transformación.

Afirmó: “No hay nada que compense o que se equipare con la satisfacción que produce la dicha de ayudar a la gente humilde, a la gente pobre, ni todo el oro del mundo vale eso. Pero, además, ayudando a los pobres va uno a la segura”. Agregó: “Porque ya sabe de que cuando se necesite defender, en este caso, la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos”.

Y subrayó: “No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”.

En esa ocasión López Obrador criticó a intelectuales y opositores a su gobierno -lo hace de manera permanente-, asegura que ya no tienen la relevancia de tiempos pasados.

“No hay que molestarse tanto, ellos jugaron un papel en un tiempo, sobre todo en el periodo neoliberal. Ahora ya no tienen la importancia política ni la creatividad de antes… su campaña contra la ‘prensa del antiguo régimen’ es otra estrategia cotidiana”.

La interrogante que surge es dónde queda el slogan de la 4T: “No mentir, no robar y no traicionar”. Afirmar que la prioridad de este gobierno es el combate a la pobreza, “Primero los pobres”, es de aplaudirse, pero incrementar su número y no mejorar su estatus socioeconómico, es una mentira, una omisión y hasta una traición”.

 

HAY SEIS MILLONES DE NUEVOS POBRES

México tiene una población de 130 millones de habitantes, con más de la mitad, 66.5 millones en situación de pobreza  y pobreza extrema. Casi 6 millones de nuevos pobres entre 2018 y 2023, reconocidos oficialmente por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). El número de mexicanos en situación de pobreza pasó de 51.9 millones a 55.7 millones, y el porcentaje de la población en pobreza extrema, paso de 7% a 8.5% en el mismo lapso para un total de 10.8 millones.

Hasta 2018 los programas sociales federales contribuían a reducir la pobreza, o a mejorar el acceso efectivo a los derechos. El ejemplo más ilustrativo es el de “Oportunidades-Prospera”, uno de los programas sociales con reconocimiento internacional, que se había sostenido durante 4 sexenios, gracias a que -estaba científicamente comprobado- contribuía fuertemente a mejorar el ingreso, a la disminución del rezago educativo, mediante el acceso efectivo a servicios sociales, incluidos los derechos a la educación, la salud y la no discriminación. También permitía el acceso real al derecho a la alimentación nutritiva y de calidad. En cambio, a partir de 2018 solo se cumple el propósito de mantener la “clientela electoral”. Prueba de ello es el incremento porcentual en la carencia “por acceso a los servicios de salud”. Del mismo modo, aumentaron, el rezago educativo y el acceso a alimentación nutritiva y de calidad

Hay quienes defienden la política de programas sociales como ayuda novedosa a las clases más vulnerables. Sin embargo, la mayoría de los programas existía desde hace décadas, pero no se ofrecían como una dádiva presidencial.

El Programa Nacional de Becas SEP-Cultura tiene similitud al 100% con Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez de la SEP, y los anteriores programas -el Nacional de Becas y la Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez, tiene similitud a 98% con la de ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’.

Entre los programas “novedosos” de la 4T destacan: Mano de obra para la edificación de caminos rurales; aumento al doble de la pensión para adultos mayores y pensiones para personas discapacitadas; sembrando árboles (frutales y maderables); becas de 2,400 pesos mensuales para universitarios, de 3,600 pesos para aprendices en empresas y becas para estudiantes de preparatoria.

El ex director de Coneval, Dr. Gonzalo Hernández Licona, fue relevado, en una Mañanera, por hacer públicos datos duros, mismos que en julio de 2021 el INEGI  avaló.

En la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) se dio a conocer lo siguiente: “Se observa que los hogares mexicanos más pobres -específicamente el diez por ciento más pobre, que recibieron las transferencias gubernamentales- cayeron 32%. AMLO incrementó los programas sociales respecto a 2018, pero le redujo el apoyo a la población más pobre. ¿ A dónde se fue entonces el ingreso de los programas gubernamentales? Los hogares más ricos, el decil X, incrementaron en 93% lo que recibían de transferencias gubernamentales entre 2018 y 2021. El decil IX lo incrementó en 148%, el decil VIII en 145%. Es decir, al 30 por ciento de las familias más ricas del país se les incrementó en 129% el apoyo de programas sociales y becas gubernamentales. Sin embargo, para el 20 por ciento de las familias más pobres las transferencias del gobierno cayeron.

Sería interesante revisar que INEGI y Coneval dieran a conocer estas referencias en 2023. Lo que teníamos de acuerdo con la ENIGH, era que el apoyo total a adultos mayores aumentó 185% a partir de 2018, pero mientras que el incremento para el primer decil fue de 17%, para el decil más rico fue de 457%. En las transferencias para adultos mayores se prefirió a quienes más ganaban.

En el caso del programa Oportunidades-Prospera, que fue eliminado en esta administración, éste fue sustituido desde 2019 por tres programas: Becas Benito Juárez para Educación Básica, para la Educación Media Superior y Jóvenes Escribiendo el Futuro (becas universitarias). El monto total se redujo 35%, pero la disminución fue de 63% para el decil más pobre y hubo un incremento de 380% para el decil más rico.

 

CON AMLO RECIBEN MENOS APOYO

La conclusión del Dr. Hernández Licona fue que “para el setenta por ciento de las familias más pobres el apoyo gubernamental se redujo 42% en promedio en este sexenio”.

Agregó: “He tenido oportunidad de tener el testimonio reciente de familias en Morelos y en Oaxaca que coinciden que hoy reciben menos apoyo para sus hijos en primaria, secundaria y preparatoria de lo que recibían anteriormente con Prospera”.

No hay duda de que México tiene como presidente a un experto estratega, a todo un “ingeniero electoral”, que ha logrado una clientela electoral que oscila entre los 22 y los 25 millones de beneficiarios de sus programas, todo en aras de mantener el poder a como dé lugar.

Lamentablemente para el futuro del país se trata de los más pobres y más ignorantes. Lo grave es que no se dan cuenta que esa conformidad o “simpatía”, por el gobierno que les da recursos, los condena a no salir de su pobreza nunca… y peor aún: condena a sus hijos y nietos a sufrir la misma suerte.

Ante esta problemática social y de desigualdad económica en el país, ¿habrá algún líder o lideresa capaz de detener la fabricación de pobres y la destrucción del país? La oposición de la coalición Va por México tiene la última palabra. El país es más grande que todos sus problemas, México está por encima de todo y todavía hay millones de ciudadanos que tenemos la esperanza de vivir mejor, de tener aspiraciones en el crecimiento personal y de luchar para el bienestar de las familias, de buscar la superación y el crecimiento económica y de no estancarse en el conformismo. Estaremos pendientes.

 

*** Consultor y Académico.

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¿Austeridad cuando se vive en un Palacio?

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Para AMLO son válidos sólo los privilegios presidenciales… Las conquistas de la SCJN son derroches millonarios y una ofensa para el pueblo * Los mexicanos queremos ver un Presidente bien vestido y hasta elegante, pero decepciona su incongruencia, la mentira y el engaño

 

MARCO ANTONIO FLORES ***

 

El Presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) está en contra de su gobierno y de la transformación del país.

Criticó que junto con algunos periodistas y comunicadores, ahora se les suman “las niñas y los niños héroes” de la Corte. No hay día que el Ejecutivo federal no utilice su costosísima tribuna para golpear a la SCJN y a periodistas. Todo el que no está conmigo está contra mí, parece ser su premisa.

En cuanto conoce una resolución de la SCJN o una crítica de periodistas no tiene el menor recato en exhibirlos desde Palacio Nacional. Uno de sus clientes preferidos es Carlos Loret de Mola, quien desde LatinUs ha dado a  conocer investigaciones periodísticas que han puesto al descubierto escándalos de corrupción cercanos a AMLO, entre otros: la Casa Gris de su hijo José Ramón; los sobres de dinero de los hermanos Martín y Pio; las 23 casas de Manuel Barttlet; estafa maestra Segalmex por 15 mmdp y recientemente los contratos para los amigos de otro de sus hijos, Andrés, para el desmantelamiento del aeropuerto “Texcoco”, así como los viajes y el departamento del titular de la Sedena.

“Lo mío no es la venganza”, pregona el Primer Mandatario y con la exhibición de los sueldos, lo mismo de ministros de la Suprema Corte, que de periodistas parece acusar “allá va el ladrón”.

No soporta que alguno de sus adversarios gane más que él, cuando todos saben que el bajarse el sueldo no fue más que una medida populista publicitaria y arbitraria.

De acuerdo con un documento elaborado en el Senado, el Presidente de la República hizo públicos en la Mañanera los “40 privilegios de ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial”. Sueldos y prestaciones que han logrado a lo largo de décadas y apegados a la ley, que son publicitados como “privilegios”.

Acaso el Primer Mandatario no merece tener a su servicio en Palacio Nacional a miles de militares, cocineros, ayudantes, asesores, médicos, enfermeras y hasta un sastre que le tiene un estreno diario de trajes con finísimos cortes.

En sus giras convoyes con hasta 20 Suburban blindadas, con cientos de escoltas militares y civiles (nuevo Estado Mayor Presidencial). Claro que su investidura lo merece, pero él no puede reconocer que otro de los Poderes, que en teoría es de sus “iguales”, se merezca tener dignos sueldos y prestaciones.

Lo que no es congruente es “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Hablar de “austeridad” cuando se vive como un rey en un gran Palacio rodeado de lujos.

Es un engaño recomendar al “pueblo”, como lo ha hecho en sus Mañaneras, no tener aspiraciones materiales, conformarse con el vestido y el sustento básico, hablar de espiritualidad y de sencillez, cuando ahora no hay día que no estrene traje de finos casimires y atuendos de marca. Y qué bueno, los mexicanos queremos ver un Presidente bien vestido y hasta elegante, pero decepciona su incongruencia, la mentira y el engaño.

 

MAÑANERA, EFICAZ ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN PARA LANZAR SUS OFENSIVAS

La Mañanera desde Palacio Nacional se convirtió en una eficaz estrategia de comunicación del Presidente, dirigida a su clientela electoral. Sin embargo, el sitio SPIN de Luis Estrada, afirma que se han dicho hasta la fecha casi unas 100 mil mentiras.

Aunque el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, afirma que el costo de las conferencias presidenciales es mínimo, ya que se hace con el equipo de producción que ya existía, ya se había publicado en estimaciones de especialistas que el costo por segundo televisado en el horario matutino en promedio es de 13,000 pesos, si tiene una duración estimada de 3 horas, podría tener un costo para los mexicanos de más de 130 millones de pesos, pero a estos cálculos acumular el costo de transmisión de los principales canales de TV públicos: Canal 11, Canal 14, Canal 22.

Además, se hacen costosas ridículas parodias y burlas de los adversarios por parte de los aduladores oficiales al servicio de Jenaro Villamil y de la 4T.

Canal 11 dedicó su programa “Mamut” a ridiculizar a la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña, en la persona de uno de los serviles, Jairo Calixto, disfrazado al estilo de “La Jitomata” de los Mascabrothers.
Con estos hechos, también se ha distorsionado el papel de los medios públicos, Canal 11 ya perdió su tradición de ser un canal cultural y educativo y pasó a ser una herramienta de propaganda “ideológica” y de pleitesía a AMLO, con el sello especial de los regímenes autoritarios. Incluso en sus promocionales se está haciendo a un lado el slogan de ser “el canal del IPN”.

Otra gran incongruencia que es pública y enturbia el discurso de austeridad y anticorrupción del Presidente es la forma de vivir de sus hijos, se convirtieron públicamente en el ejemplo de la opulencia, el oprobio y los excesos.

La Casa Gris de José Ramón; los contratos “Texcoco” de Andrés Manuel y la superestructura de funcionarios que tiene en el gobierno 4T, y Gonzalo Alfonso, cuya afición por el beisbol es conocida.

Se hizo viral una fotografía en la que el hijo del Presidente compartía el palco de honor del estadio regiomontano de los Sultanes con los empresarios Alfonso Romo, Carlos Bremer y Carlos Slim.

La pregunta que surge es ¿Primero la familia o “primero los pobres”? ¿Qué autoridad moral le dejan sus hijos al Ejecutivo federal para insistir con su discurso de austeridad? ¿Cómo puede fustigar públicamente a sus adversarios por sus sueldos o propiedades? No puede haber gobierno rico con pueblo pobre, ¿o sí?

Para una austeridad genuina, se requiere predicar con el ejemplo. ¿Austeridad Republicana para quién? López Obrador ve en la austeridad una medida propobre y protrabajador: en su lógica, los pobres ya están siendo protegidos por programas sociales y el resto de la población tiene dinero suficiente para salir adelante. La interpretación del Primer Mandatario no solo es incorrecta, sino también es perjudicial.

El costo para los más pobres será enorme: los programas sociales de AMLO no cubren a todos. En México, hay 22 millones de beneficiarios de estos programas y 52 millones de pobres en “crescendo” día tras día.

Y si de medidas de austeridad hablamos, podríamos hacer un recuento de los miles de millones de pesos del erario público que se han ido a la basura o a la clientela electoral.

Rubén Moreira, coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, denunció un despilfarro multimillonario, que podría llegar hasta los 270 mil millones de pesos.

Informó que del Fondo de Estabilización Presupuestal que inició este sexenio con aproximadamente 300 mil millones de pesos, ahora cuenta con 30 mil mdp, el 10% de su capital inicial.

La eliminación del Insabi mostró el fracaso en el sector salud con un enorme costo, tanto financiero como humano. Tener un sistema de salud como el de Dinamarca se quedará como otra promesa incumplida.

Para empezar el Gobierno de México invierte menos en salud (2.8% del PIB) que todos los países de la OCDE y que nuestros principales peers de América Latina.

Tan solo Chile gasta el 5% de su PIB, el doble de México. En su momento la Auditoría Superior de la Federación (ASF) dio a conocer que el costo de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se elevó a casi 332 mil millones de pesos, equivalente a 231% más respecto a lo estimado originalmente por el gobierno federal.

En relación al Tren Maya, una de las obras faraónicas de este gobierno, el diputado panista Jorge Romero afirmó que -por las fallas en su planeación- podría elevar su costo hasta 18 mil millones de dólares, prácticamente al doble de lo previsto.

En infraestructura, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y los bancos del Bienestar acapararon 15 pesos de cada 100 pesos invertidos, lo que contrasta enormemente con los servicios públicos de salud y educación, que reciben uno y dos pesos de 100 pesos, respectivamente.

El gobierno de la 4T invierte poco en infraestructura. La mitad de la inversión no se destina a proyectos que fortalecen directamente el desarrollo económico y social, sino que se dirige a proyectos de las empresas del Estado: Pemex y CFE se llevan el 43.1% y el 7.0% de la inversión física total, respectivamente.

Que esta inversión produzca beneficios es al menos cuestionable; basta recordar que Pemex ha acumulado pérdidas hasta por 100 mil millones de dólares. La CFE gasta en subsidio al consumo eléctrico, en promedio, 70 mmdp anuales.

El gasto en programas de subsidios -esto es programas sociales para la clientela electoral- ocupa una porción considerable del presupuesto.

Para el PEF 2023 se consideraron 73 de estos programas -con y sin reglas de operación- por un monto que asciende a 550 mmdp, que representará alrededor del 10% del gasto neto total.

Desde 2020 el Coneval documentó hallazgos preocupantes en torno al funcionamiento de 17 programas, los cuales presentaron problemas en su diseño o de plano no contaron con él al momento de la evaluación, por lo que el Consejo anticipó su fracaso, con el riesgo de aumentar el número de pobres.

¿Acaso en nuestro México ya se cumplió la profecía de José López Portillo, cuando desde hace mas de cuatro décadas advirtió: “Lo peor que le puede ocurrir a México es convertirse en un país de cínicos…”?

Cínico es la “actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta, algo que merece general desaprobación”.

En relación con este concepto, el filósofo francés Bédard propuso algunas “dimensiones filosóficas del cinismo” que lo caracterizan especialmente en los “dirigentes”, dígase los políticos: Las prácticas que son el humor, la hostilidad, el sarcasmo, el irrespeto, la risa, la broma, la burla, la provocación; los criterios de validez, que son la no coherencia entre pensamiento, palabra y acción; las fundamentales,  la resistencia, la impasibilidad, la maldad, la mentira; y las de raíz, que son el dominio de sí mismo, la ironía, el escándalo, la exageración y el  dogmatismo artificial.

¿Debemos considerar a México un país de cínicos? Son millones de mexicanos cómplices del cinismo cuando creen que está en marcha una Transformación; cuando creen que ya se acabaron la corrupción, nepotismo y las prácticas del neoliberalismo… y cuando aún hay la esperanza de que el líder del país tiene la capacidad de sacar al país de la crisis y reencausarlo por la vía del bienestar y la justicia social.

Por supuesto que no somos un país de cínicos solo porque algunos de sus dirigentes lo sean.

Somos como 70 millones de mexicanos que no estamos de acuerdo con la polarización, el encono y la mentira. Esperamos un liderazgo con autoridad moral que predique con el ejemplo.

 

*** Académico y consultor.

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Habemus división de Poderes

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A prueba la Suprema Corte de Justicia de la Nación * La ministra presidente Norma Piña hace valer su misión de salvaguardar la Carta Magna

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

Nuevamente suena la alarma por la pretensión de instaurar el populismo autoritario al no respetar la división de Poderes, que es uno de los pilares del régimen republicano y federal que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Los mexicanos estamos en alerta por las inéditas agresiones del Poder Ejecutivo contra el Poder Judicial con declaraciones que muestran supina ignorancia jurídica o perversos propósitos políticos y ambiciones de poder.

Al mismo tiempo, ante la calumnia y la diatriba, los mexicanos debemos estar tranquilos, porque contamos con un Poder Judicial que hace valer su misión de salvaguardar la Carta Magna.

Politólogos y constitucionalistas han alertado de una ruptura que lesiona la división de Poderes y puede abonar más a la polarización entre los ciudadanos. También se advierte que el Presidente Andrés Manuel López Obrador construye una narrativa de conspiración que utilizará como estrategia política en los comicios federales de 2024.

En medio de las agresiones, habrá que reconocer que en el Poder Judicial existe liderazgo y unión al interior del máximo tribunal del país.

La ministra presidente Norma Piña ha mostrado, serenidad, mano firme y dignidad para sortear los embates.

Las agresiones y declaraciones del Presidente López Obrador y de prominentes líderes de su gobierno, cuestionando la autonomía e integridad del Poder Judicial, revive la sospecha de un plan para desmantelar y reestructurar todo el PJF. Falta que les alcancen los comicios presidenciales de 2024 para obtener mayorías calificadas en el Poder Legislativo.

La obvia aversión personal del Primer Mandatario contra la ministra presidenta de la SCJN se evidenció desde el pasado 5 de febrero, cuando en Querétaro, la ministra Piña no se mostró sumisa y aduladora con la presencia del Ejecutivo federal. Ello le valió a la ministra presidenta que los “simpatizantes” del Presidente, durante el mitin del 18 de marzo, al grito de “¡Vendida!” y “¡Fuera Piña!” prendieran fuego a una figura con el rostro de Norma Piña.

Quizá si pudiera, López Obrador obligaría a renunciar a la presidenta de la SCJN, como ocurrió en el siglo XIX cuando en 1882, el presidente de la SCJN, Ignacio Luis Vallarta Ogazón, fue obligado a renunciar por el Mandatario Manuel González y el gobernador de Oaxaca, Porfirio Díaz, pues lo consideraron un enemigo peligroso, un obstáculo para sus ambiciones y un gran estorbo en su afán de controlar las decisiones del Poder Judicial.

Este suceso sirvió de “laboratorio de ensayo” para la posterior reelección del mandato presidencial de Porfirio Díaz.

Acontecimientos recientes en el Poder Judicial federal parecen haber cimbrado y puesto a prueba su misión, solidez y autonomía.

Existe un plantón en las afueras del máximo tribunal del país, desde hace más de un mes con un discurso de odio y llenos de groserías y agresiones contra la ministra presidenta y la SCJN, que son propias de un grupo de “porros” vándalos, alentados y patrocinados por la 4T.

Antes, el Presidente López Obrador agredió a los ministros que votaron contra el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El 9 de mayo, el Presidente arremetió nuevamente contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por echar abajo el Plan B de la Reforma Electoral, al asegurar en tono molesto y agresivo que: “no tiene remedio el Poder Judicial, está podrido”, luego de que el pleno de la SCJN invalidó con 9 votos contra 2 la primera parte del plan B.

AMLO dio a conocer que ahora pondrá en marcha el Plan C de la Reforma Electoral para que pueda continuar la Cuarta Transformación. Explicó que dicho plan consiste en lograr -en 2024- la mayoría calificada en la Cámara de Diputados (334 curules) para que las reformas constitucionales que envíe sean aprobadas.

El Ejecutivo federal amenazó con cambiar la forma en la que se eligen a los ministros de la SCJN para que deje de existir el “intervencionismo faccioso”; será el pueblo quien elija a los ministros, agregó.

Se trata de actitudes pendencieras, el enfrentamiento de López Obrador con la SCJN con sus agresivas declaraciones. Lo sucedido el 18 de marzo, al incendiar una efigie de la ministra Norma Piña y el escandaloso y grosero plantón frente a la SCJN, para presionar sus resoluciones, son producto de un discurso de odio y obedecen más a un temperamento incendiario y de confrontación. Parece el de un peleonero de barrio o, más bien, de un “porro” estudiantil. Las circunstancias que vivió en la UNAM el Presidente López Obrador no fueron desafortunadas para despegar su carrera política, por el contrario, durante su larga estancia en el campus universitario desarrolló muchas de las habilidades y prácticas que le permitieron alcanzar la Presidencia.

AMLO podría haber tenido el mejor curso “propedeútico” para ingresar a la política nacional.

Con casi tres lustros de lidiar con “porros”, controlar y manipular grupos estudiantiles, la Universidad le permitió graduarse para llegar a las “big leaguers” de la política nacional.

Los adversarios “neoliberales” del Presidente Andrés Manuel López Obrador afirman que la larga estancia en la UNAM como “seudoestudiante” permite afirmar que vivió, o al menos aprendió las prácticas del porrismo en el sentido de controlar, golpear, anular, debilitar o, en su defecto, exterminar movimientos contrarios a sus intereses.

Que nadie se diga sorprendido: El Presidente Andrés Manuel López Obrador lo sentenció desde el 6 de septiembre de 2006, “¡Al diablo con sus instituciones!”, después de que el IFE lo declaró perdedor de la elección presidencial, cuando sus seguidores tenían tomado Paseo de la Reforma en plantón total como protesta.

La destrucción de las instituciones parece irreversible. Es de sobra conocida su actitud, atacar y tratar de destruir a organismos autónomos como el INE, Banxico, ASF, Cofece, INAI, CNDH, CRE, incluidos los Poderes Legislativo y Judicial.

La destrucción abarca todos los ámbitos de la vida pública. Hay van otros ejemplos: La administración pública con 25 mil servidores públicos experimentados, cesados; mandos medios y superiores especializados obligados a renunciar por la drástica baja de sus sueldos. El sistema de salud Insabi, destruido con el encarecimiento de los servicios y medicamentos.

La educación en retroceso, con la supresión del INEE y con ello la posibilidad de evaluar al magisterio y al sistema educativo nacional. La vulneración del Estado de Derecho, con la violación de leyes y sentencias judiciales.

Los ejemplos están a la orden del día en materia electoral, las “corcholatas” violando las leyes electorales con su descarada campaña que iniciaron hace 13 meses.

Violaciones en materia de adquisiciones, incluso en materia penal, con las consignas políticas en las acusaciones contra adversarios. “No me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley”.

Los esfuerzos de periodistas, intelectuales y ciudadanos por circular artículos, videos, declaraciones, memes, tuits y evidencias contra los escándalos y pésimos resultados del gobierno de la 4T parecen no tener  ningún efecto para corregir el rumbo.

Estamos obligados a procurar, al menos en nuestro entorno, un mundo cada vez menos ignorante, con un pueblo de capacidad autocrítica que sea gobernado por líderes con autoridad moral y que defiendan los valores más importantes: la libertad, la justicia, la honestidad, la igualdad y los derechos humanos.

Parece una moda que presidentes de América Latina se enfrenten con el Poder Judicial. Señaladamente se trata de los líderes populistas de izquierda con rasgos autoritarios o dictatoriales. Tal es el caso de Colombia y Argentina. El caso más célebre es el de Perú, en el que la Suprema Corte de Justicia enfrentó con firmeza y argumentos al presidente Castillo, cuando quiso disolver el Congreso y ahora se encuentra preso por sentencia del propio Poder Judicial.

Es diferente el caso de Israel, donde también se conoció la intención del primer ministro Netanyahu de reformar y mermar al Poder Judicial. El primer ministro israelí con más años en el cargo siempre defendió un sistema judicial independiente y una Corte capaz de bloquear las legislaciones más extremas de los políticos. Sin embargo, su opinión cambió al convertirse en un acusado penal, pues enfrenta cargos de soborno, fraude y abuso de confianza.

Su juicio por corrupción está en curso en el Tribunal de Jerusalén desde mayo de 2020 y no se hace difícil ligarlo a esta revisión judicial que lo beneficiaría si se controlan los jueces que presiden su caso; si se controlan los magistrados del Supremo; o, finalmente, se fuerza al sistema a negociar un acuerdo de culpabilidad.

En el caso de México, se trata de un intento más de destruir las instituciones construidas por el pueblo mexicano durante los últimos dos siglos.

El Presidente de la República, descalificando a la SCJN y violando la ley a diario, pidiendo desde el púlpito de Palacio Nacional el voto en favor de su partido.

Nunca antes nadie se había atrevido a tratar de destruir nuestro régimen constitucional y nuestro sistema democrático, sustentados en la división de Poderes. Este régimen que ha permitido tres alternancias en el Poder Ejecutivo. La primera del año 2000, la segunda del año 2012 y la tercera de 2018, por la cual llegó al poder el Presidente López Obrador.

Ciertamente la SCJN y el Poder Judicial en su conjunto deben introducir mejoras y avances tan necesarios y urgentes desde hace décadas. Sin embargo, no es por el procedimiento o mecanismo “Insabi” (destrúyase lo existente y luego averiguamos) como los mexicanos alcanzaremos una eficiente impartición de justicia, que contribuya de manera definitiva a un auténtico Estado de Derecho.

Millones de mexicanos mantenemos el anhelo y la esperanza de que se logre.

 

***Académico y consultor.

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