PULPO POLÍTICO
¿Desmarque o maximato?
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4 meses agoon
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RedacciónDeslindarse del Presidente AMLO, el reto de Sheinbaum * En la historia de México hay claros ejemplos de que el Mandatario entrante hace a un lado a su antecesor
MARCO ANTONIO FLORES***
Es el 26 de mayo de 2024, la candidata oficial del partido en el poder, Claudia Sheinbaum Pardo, en el cierre de su campaña y ante un Zócalo atibiborrado, en el que se calcula se reunieron 250 mil personas para manifestarle su apoyo, pronuncia el discurso que la consolidará como la primera Presidenta de México. Esto ocurrió en el marco de la elección presidencial del 2 de junio pasado.
Los medios de comunicación nacionales destacan, del discurso de la candidata Sheinbaum Pardo, lo siguiente: “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales. Yo veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan… Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones…”.
Este escenario, “imaginario” (el famoso discurso de Luis Donaldo Colosio Murrieta que pasó a la historia), viene al caso por lo que está ocurriendo a finales del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien encabeza el gobierno de la 4T y afirma que “no habrá marcha atrás en la transformación, porque ya se logró la revolución de conciencias”.
Ante esto, los adversarios se asombran y le preguntan a AMLO: ¿Cuáles han sido los logros de su gobierno? ¿Revolución de conciencias o manipulación de conciencias?
Claudia Sheinbaum tiene como bandera de campaña defender los “logros “ de Andrés Manuel, la continuidad, el “segundo piso de la transformación”. Pero también surge el cuestionamiento: ¿De qué cambio o “transformación” se habla?
Si transformar se define como una “acción o proceso mediante el cual algo se modifica, altera o cambia de forma manteniendo su identidad”, entonces eso implica un cambio económico, político y educativo-cultural.
Hasta ahora estos tres aspectos del cambio social no han servido para mejorar. En lo económico la base de nuestra economía es el T-MEC, la expresión más simbólica del “neoliberalismo”.
En lo político, si Sheinbaum insiste en impulsar el plan C, estaríamos retrocediendo en nuestro régimen democrático constitucional.
Ponderar y valorar lo que ha pasado en educación, salud, seguridad, cultura, investigación científica, energía y medio ambiente deberían ser las prioridades de nueva presidenta de la República.
Son muchos, quizá 30 millones de mexicanos, los que se preguntan si Sheinbaum podrá deslindarse del Presidente Andrés Manuel López Obrador más pronto que tarde, aunque hay que destacar que ya mandó señales que sí lo hará.
Por un lado la estrategia es comprensible, insertarse en la popularidad del Presidente y subirse a ese camión para garantizar una votación de al menos 22 millones de beneficiarios de los programas sociales y seguir defendiendo la obra de la 4T, vender la continuidad del segundo piso de esa transformación.
Pero, por otro lado, están los inconformes con los resultados de la Cuarta Transformación y a quienes les preocupa la postura reiterada de Sheinbaum Pardo de poner en marcha el plan C, que significa modificar la Constitución Política respecto a la cuasi abolición del Poder Judicial y la aniquilación del Instituto Nacional Electoral (INE), en cuanto a su autonomía y papel fundamental en nuestro régimen democrático constitucional, es un factor que le juega en contra.
Además, el jueves 9 de mayo pasado Claudia Sheinbaum reiteró que seguirá buscando preservar la “soberanía” (y todo mundo expresa “¿de qué hablas Willis?”) energética, tanto en Pemex como en la CFE.
Esto acontece en medio de los apagones de la mitad del país por la insuficiencia de generación de energía eléctrica, ocasionada por la contrarreforma energética que dio por resultado la exclusión de los particulares en la generación de energía eléctrica.
Además, la situación financiera de Pemex es la más crítica de su historia, con una deuda gigantesca… y aún así Sheinbaum afirma que seguirá “apoyando” ese esquema financiero de soporte a Pemex. Esto, que pudiera ser una postura ideológica de “izquierda”, tiene implicaciones en el mundo empresarial que genera incertidumbre, ya que por un lado nunca aceptarían la inestabilidad democrática del país y menos aún que en aras de la “soberanía” energética se reduzca la capacidad del Estado para proporcionar la energía eléctrica que requieren las empresas y el país para su crecimiento económico, así como un Pemex traducido en un “barril sin fondo”.
MUJER PREPARADA: AMLO
Claudia Sheinbaum Pardo, quien cumplirá 62 años el próximo 24 de junio, tiene todas las cartas credenciales que se requieren para que sea la primera mujer presidenta del país, incluso el Primer Mandatario expresa que “es una mujer preparada”. Y añadió: “Ella es doctora, yo con trabajos terminé la licenciatura”.
Sheinbaum Pardo es licenciada física por la UNAM, maestra en ingeniería energética y doctora en ingeniería ambiental por la misma Universidad.
Tuvo una estadía en California, EU, para obtener su doctorado en el Lawrence Berkeley Laboratory, durante 4 años becada por la UNAM. Además, estudió -en el Colegio de México- el Programa de Desarrollo Sustentable.
Fue investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la Máxima Casa de Estudios. Asimismo, es miembro del SNI y de la Academia Mexicana de Ciencias.
Sus primeras actividades políticas fueron como integrante del CEU de la UNAM, en donde se adhirió a un grupo de estudiantes que después se convirtió en el sector juvenil fundador del Partido de la Revolución Democrática. Posteriormente en el año 2000, alguien -que pudo haber sido su exesposo o su madre- la acercó al equipo de Andrés Manuel López Obrador, en ese entonces jefe de Gobierno del DF electo, quien la integró a su gabinete como secretaria de Medio Ambiente.
Ganó relevancia y cercanía con López Obrador cuando le encomendó la construcción del Segundo Piso (mismo slogan de su campaña) y la primera línea del Metrobús.
En 2006 y 2012 participó en el equipo de las campañas presidenciales de Andrés Manuel. En 2015 fue delegada en Tlalpan y en 2018 compitió por la candidatura para la Jefatura de Gobierno de la CDMX contra Ricardo Monreal Ávila, cargo para el que fue electa con el apoyo de AMLO y avalada por los partidos Morena, PT y PES.
Será que vuelva a su independencia como cuando siendo jefa de Gobierno de la CDMX, durante la pandemia, mostró criterio propio respecto de su jefe, pero resulta que al ser lanzada como “corcholata” para la Presidencia de la República, cambió radicalmente su discurso y actitud, mostrándose como una sumisa seguidora del Presidente, copiando y repitiendo su discurso.
En su gestión en la CDMX integró un equipo de colaboradores con perfiles interesantes, la mayoría con preparación académica y experiencia política. Un equipo plural con orígenes diferentes a su partido. Como ejemplos están el secretario de Desarrollo Económico, Fadala Akabani, que fue delegado en Benito Juárez por el PAN, y el secretario de Movilidad, Adrián Lajous Loaeza, hijo del exdirector de Pemex del mismo nombre y de la prestigiada escritora Soledad Loaeza.
En oposición tiene como segundo de a bordo a Martí Batres, quien lo sustituyó en la Jefatura de Gobierno de la capital del país, un radical morenista considerado de los duros y burdos en su trayectoria política.
Entre sus experimentadas mujeres tuvo a Rosa Icela Rodríguez y tiene a Ernestina Godoy Ramos, pero el que se convirtió en su colaborador estrella es Omar García Harfuch, por sus excelentes resultados en una de las áreas que más interesa a la ciudadanía, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX.
A Claudia Sheinbaum se le ve como una fiel seguidora de las instrucciones y del discurso de su jefe, y la imagen que ha proyectado es la de extrema sumisión.
Esto ha puesto en la mente de muchos observadores políticos la posibilidad de vivir un nuevo “maximato” recargado y remasterizado.
¿Será que Sheinbaum Pardo decida deslindarse de su mentor, como ocurría con los presidentes de las sucesiones priístas? Ejemplos hay muchos: Luis Echeverría con Gustavo Díaz Ordaz; José López Portillo de Luis Echeverría; Miguel de la Madrid de JLP (remember nacionalización de la banca); Carlos Salinas de Gortari de su antecesor; Luis Donaldo Colosio Murrieta de CSG (el discurso del 6 de marzo de 1994 sigue vigente, días antes de su muerte); Ernesto Zedillo de Salinas de Gortari, inculpando a su hermano.
Vicente Fox Quesada, la primera alternancia, acabaría con las víboras prietas y tepocatas del PRI; Felipe Calderón, el hijo desobediente (de Fox); Enrique Peña Nieto, segunda alternancia; y para terminar López Obrador se deslindó de los neoliberales con respeto a EPN.
Quizá si Sheinbaum lo decide, será solo Claudia y no ClaudiAndrés.
***Académico y consultor.
Claudia Sheinbaum detalla sus 100 compromisos de gobierno * La Primera Mandataria ofreció continuidad en medidas adoptadas por el exmandatario López Obrador, como los programas sociales, el IMSS-Bienestar; concluir las obras iniciadas por él y mantener la política de Austeridad Republicana
MARCO ANTONIO FLORES***
Este martes 1 de octubre de 2024 es una fecha que quedará enmarcada en la historia de México.
En la Cámara de Diputados, Claudia Sheinbaum Pardo tomó protesta como la primera presidenta. Al llegar al recinto, fue recibida por una comisión exclusiva de mujeres y, al ingresar al pleno, fue recibida con los gritos “¡Presidenta!” y “¡Es un honor estar con Claudia hoy!”.
Fue Ifigenia Martínez, catedrática y pionera política, quien le puso la banda presidencial a Sheinbaum Pardo en un acto simbólico.
En su primer mensaje a la nación, Claudia Sheinbaum agradeció la presencia de representantes de 105 países de América, Europa, Asia y África. Asimismo, hizo referencia a “la invasión española” y aplaudió la gestión del exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
La primera presidenta constitucional aseguró que “es tiempo de mujeres” y que “no había llegado sola” sino que habíamos “llegado todas”.
Tras subrayar que la reducción de la pobreza forma parte de un “humanismo mexicano”, la Mandataria textualmente condenó el clasismo, racismo y machismo. “No es sólo un asunto de tolerancia”, sostuvo. En su discurso, Claudia habló sobre la diversidad sexual y apuntó que la discriminación es un obstáculo para el acceso a la justicia.
Posteriormente, hizo un breve repaso por sus propuestas de campaña, resaltando la creación de nuevos programas del bienestar, las becas para estudiantes de educación pública, la creación de nuevas universidades, el aumento del salario mínimo, el fortalecimiento del uso de energías renovables y la ampliación de las vías de transporte (las rutas de tren).
La Presidenta dio especial atención a la reforma al Poder Judicial, asegurando que ésta tiene como finalidad la autonomía. La reforma a la Guardia Nacional fue otro de los temas en los que se detuvo aclarando que el que este mando pase a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mantiene una distancia considerable con la estrategia calderonista de “la guerra contra el narcotráfico” y que quien considerara que esta reforma es parte de un proyecto de militarización “está equivocado”.
También la Ejecutiva federal declaró que “jamás se usará la fuerza del Estado para reprimir al pueblo”.
Casi al final de su discurso, rescató la labor de las mujeres en la historia de México e hizo una mención especial a las trabajadoras del hogar por sostener la vida a través de los cuidados. Asimismo, la Primera Mandataria demandó que se hable en femenino en las profesiones y que se le llame Presidenta.
Luego de su discurso ante el Congreso de la Unión, la Primera Mandataria se dirigió a Palacio Nacional, para posteriormente dar un mensaje a la nación en el Zócalo capitalino.
SUS 100 COMPROMISOS
En su primer discurso ante el Zócalo de la Ciudad de México, la Presidenta Sheinbaum enumeró los cien compromisos de su administración; una lista muy parecida a la que hace seis años leyó Andrés Manuel López Obrador en el mismo lugar, con unas cuantas novedades, como la reforma para revertir la reelección de legisladores y presidentes municipales, la creación de la Secretaría Anticorrupción en sustitución de la actual Secretaría de la Función Pública y la creación de una red de Farmacias del Bienestar.
Claudia ofreció continuidad en medidas adoptadas por López Obrador, como los programas sociales, el IMSS-Bienestar; concluir las obras iniciadas por él y mantener la política de Austeridad Republicana.
Ofreció mantener y mejorar programas como “La escuela es nuestra”, “La clínica es nuestra”, “Jóvenes construyendo el futuro”, “Becas Benito Juárez” y el de pensión de adultos mayores -el más añejo del lopezobradorismo-.
Un satélite mexicano propio, el programa espacial mexicano, un programa de autos eléctricos, apoyos a la ciencia y la tecnología; fomento al deporte de alto rendimiento, a la cultura, a la educación artística y a la lectura, fueron también parte de sus compromisos.
La Primera Mandataria dividió su discurso en más de diez ejes que agrupan sus cien compromisos, a los que denominó República sana, República lectora, República segura, República con acceso a la vivienda, República de y para las mujeres, República con trabajo y salario justo, República justa y solidaria; República soberana y con energía sustentable, entre otros.
Entre las novedades, anunció una reforma constitucional para garantizar la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres; la creación de la Secretaría de la Mujer y una ley para que el agresor salga de casa, y evite que las mujeres tengan que abandonar sus hogares cuando hay violencia doméstica.
Anunció programas nuevos, como el “cosechando soberanía”, para garantizar la soberanía alimentaria en el país, y “Alimentación para el Bienestar”, con la fusión de Segalmex y Diconsa.
En materia energética, anunció que continuará con las políticas aplicadas por AMLO para fortalecer a Pemex y la CFE, aunque dijo que habrá una política de energías renovables que permitan que en 2030 tengan una participación del 45% en el sector.
Señala que va a concluir el Tren Maya y anunció su extensión hasta la ciudad de Progreso, Yucatán.
En su programa de construcción de red ferroviaria, enumeró trenes de pasajeros como el México-Querétaro; terminar el México-Toluca, las rutas México-Puebla y Guadalajara a Hermosillo, entre otras.
En el punto noveno, prometió -otra vez- atender el Caso Ayotzinapa, “hasta encontrar” a los normalistas desaparecidos hace diez años.
Y de los puntos 95 a 99, enumeró acciones para una República medioambiental y la República con derecho al agua.
Su compromiso número cien y último lo dedicó a una de las demandas más sentidas: República segura y con justicia.
“Garantizaremos la disminución de los delitos de alto impacto, no regresará la irresponsable guerra contra el narco de Calderón. Mantenemos nuestra convicción de que la seguridad y la paz son fruto de la justicia”, dijo.
“La Comandanta Suprema es una civil y es mujer, y nunca vamos a dar la orden para reprimir al pueblo de México”, prometió ya casi al final de su discurso.
Con Jesusa Rodríguez como maestra de ceremonias, Sheinbaum recibió el bastón y se fundió en un abrazo con mujeres de diferentes etnias, que hicieron sonar caracolas y quemaron copal en su honor.
Eran las 16:40 horas cuando Claudia Sheinbaum inició su discurso ante el Zócalo y, en las primeras líneas, hizo un nuevo elogio al expresidente, gritando la arenga de batalla: “es un honor estar con Obrador”.
Y repitió dos de sus frases clásicas: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre” y “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.
Como hizo en el Congreso, llamó presidente a AMLO y explicó: “Y digo presidente porque es el mejor presidente que ha tenido México”.
De inmediato, y como también hizo AMLO en 2018, Claudia pidió paciencia al público para leer los cien compromisos de su administración.
El primero, también reminiscencia del lopezobradorismo, fue el de “mantener la separación entre el poder económico y el poder político”.
La Presidenta leyó su discurso en un templete colocado bajo los balcones del Palacio Nacional, y con un colorido mosaico de mujeres indígenas, vestidas con sus trajes bordados a mano.
Frente al templete, en una zona habilitada para invitados especiales, estaba su gabinete legal y ampliado, con el que a partir de hoy ejerce el gobierno; gobernadoras y gobernadores, y cientos de legisladores de los partidos de la coalición gobernante. En otra zona había asientos reservados para “directivos de medios e influencers”.
Cerró su discurso, de poco más de una hora, con nuevas referencias a López Obrador y repitiendo otras frases del expresidente, de quien dijo haber aprendido la obligación de recorrer el país.
“Tengo claro que nuestra vía es la felicidad del pueblo, tengo claro que el segundo piso de la Cuarta Transformación lo vamos a hacer todas y todos; me comprometo a entregar lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo de México. Me comprometo a defender siempre a México.
“No les voy a fallar”, concluyó, “me comprometo a no mentir, a no robar y a nunca traicionar al pueblo de México, me comprometo a seguir haciendo historia. ¡Que viva la Cuarta Transformación, que viva México!”.
Casi a las 6 de la tarde se entonó el Himno Nacional. Sheinbaum bajó del templete y saludó a algunas personas que estaban en las primeras filas detrás de las vallas, regresó al Palacio Nacional acompañada de su esposo y en la plaza continuó la fiesta.
Definitivamente fue una fiesta lo que se vivió en el Zócalo capitalino, en donde, de manera concreta, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se comprometió a consolidar el segundo piso de la Cuarta Transformación.
***Analista y consultor.
PULPO POLÍTICO
¿Quién se hará responsable de la seguridad: Sedena o SSPC?
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6 días agoon
septiembre 29, 2024By
RedacciónReformas, ¿herencia maldita? * El Estado Mexicano ha renunciado a su principal misión: Garante de la vida y el patrimonio de los mexicanos, mediante el uso legítimo de la fuerza pública
MARCO ANTONIO FLORES***
Las reformas constitucionales del Poder Judicial y de la Guardia Nacional están llamadas a ser la herencia “maldita” del Presidente Andrés Manuel López Obrador para Claudia Sheinbaum Pardo.
Las dos reformas atentan contra el régimen democrático constitucional que ha regido la vida de los mexicanos al menos desde 1857. Respecto a la del Poder Judicial ya se ha escrito y dicho mucho sobre el riesgo para la vida democrática y económica de México.
En relación con la reforma constitucional que formaliza que la Guardia Nacional dependa directamente de la Sedena es un paso, sin retorno, al militarismo del país.
Lo más importante es que dejan muy acotada la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que estará a cargo de Omar García Harfuch, ya que se quedará huérfana, sin policía ni Fuerzas Armadas bajo su mando.
García Harfuch tuvo buenos resultados en la CDMX, porque contaba con una policía experimentada y le agregó investigación e inteligencia. En la creación de la GN se estableció que tendría mando civil. Ahora la reforma establece que la GN quedará adscrita a la Sedena y se le otorga la facultad de investigación y de ministerio público, que la verdad suena descabellado.
Si la Guardia Nacional estará bajo el mando de la Sedena, ¿cómo operará el titular de la SSPC y quién será responsable: Sedena o SSPC? ¿Se abandonará el propósito de formar policías estatales eficaces como ocurrió en la CDMX, Coahuila y Yucatán?
Por otra parte, la modificación que se hizo del Artículo 129 Constitucional, que no había sido tocado desde 1917, declara abiertamente la militarización del país y da facultades a las Fuerzas Armadas para intervenir en todas las actividades de la vida pública de México, muy aparte de las que ya tiene: Constructor de obra pública, administrador de aduanas, puertos marítimos, aeropuertos, líneas aéreas, trenes, bancos, etc.
Irónicamente, con la consigna de “abrazos y no balazos” no combaten frontalmente el narcotráfico, para mejor ejemplo lo que está ocurriendo en Sinaloa. El Estado Mexicano ha renunciado a su principal misión: ser garante de la vida y el patrimonio de los mexicanos, mediante el uso legítimo de la fuerza pública.
Habrá que reconocer que la intervención del Ejército para combatir el narco ocurre -de facto- desde hace al menos 40 años. En la narrativa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, utilizada como bandera de campaña y aún de gobierno, la guerra contra el narco inició con Felipe Calderón, pero se recuerdan capturas y decomisos por parte del Ejército desde tiempos de Gustavo Díaz Ordaz.
En 2006, año en que Felipe Calderón “declaró” la guerra al narcotráfico, fue el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, quien disparó el arranque de esa guerra, cuando en un acto de desesperación, pidió al entonces presidente que enviara al Ejército a combatir a los grupos de la delincuencia organizada que tenían ahogada a la entidad con un creciente aumento de delitos de toda índole.
La disputa de la plaza para el control, tránsito y distribución de la droga había alcanzado niveles no sospechados. Todos los gobiernos “neoliberales” mandaban al Ejército a las operaciones contra el narcotráfico, se recuerdan decomisos gigantescos de mariguana, cocaína y la quema de grandes áreas de sembradíos, incluidos los de amapola.
López Obrador, al igual que lo hizo Hugo Chávez en Venezuela, expulsó a la DEA de México, toda vez que al Ejército -en coordinación con la DEA- correspondía hacer la captura final de grandes capos.
Entre las capturas más célebres están: Rafael Caro Quintero, detenido en 1985 (Miguel de la Madrid); Félix Gallardo, capturado en 1989 (Carlos Salinas); Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, arrestado en 1993 (Carlos Salinas), por primera vez en Guatemala y entregado a las autoridades mexicanas; en 2001 (Vicente Fox) se fugó. En 2014 (Peña Nieto) lo recapturan, en 2015 se fugó, en 2016 fue recapturado y en 2017 extraditado; Arturo Beltrán, abatido en 2010 (Calderón) y ese mismo año detenido “La Barbie”; Héctor Beltrán Leyva, “El H”, capturado en octubre de 2014 (Peña Nieto).
En este sexenio de “Abrazos y no balazos”, la captura más importante en años, la del Mayo Zambada, no la hizo el Ejército Mexicano, la hizo el gobierno de Estados Unidos en tratos con los Chapitos.
Otro capo muy importante que no ha sido capturado es Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación, actualmente la más poderosa y sanguinaria organización delictiva, rival a muerte del Cártel de Sinaloa.
Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, líder de Los Zetas y brazo armado del Cártel del Golfo con Osiel Cárdenas Guillén (capturado en 2003 con Vicente Fox), con quien empezó a trabajar en 1997 fue capturado por marinos mexicanos en 2013 (Felipe Calderón).
Nazario Moreno González, “El Chayo”, líder y fundador de La Familia Michoacana, también creó Los Caballeros Templarios, de los iniciadores en 2006 de la guerra contra el narcotráfico en Michoacán, su tierra natal, en 2013 (Peña Nieto) fue oficialmente declarado muerto.
Tras la caída de “El Chayo”, Servando Gómez Martínez, “La Tuta” o “El Profe”, quedó al frente del grupo delictivo Los Caballeros Templarios, que también en 2006 fue ubicado como uno de los fundadores de La Familia Michoacana. Fue detenido en febrero de 2015 (Peña Nieto).
Omar Alejandro Treviño Morales, “Z-42”, líder de Los Zetas, detenido en marzo de 2015 (Peña Nieto).
Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, quien tenía en su haber más de mil ejecuciones, abatido en octubre de 2012 (Calderón).
Ahora en 2024, Morena, con la mayoría calificada, usó la aplanadora y no escuchó voces contra la reforma de la Guardia Nacional, como ocurrió en octubre de 2021, cuando surgieron parlamentarios de la oposición que expusieron argumentos sólidos en contra de la militarización, como Beatriz Paredes, Damián Zepeda y Claudia Ruiz Massieu. En esa ocasión, los senadores de oposición celebraron que se suspendiera la discusión en el pleno del Senado del dictamen de reforma constitucional para ampliar la participación del Ejército en tareas de seguridad hasta 2028.
Dante Delgado -en 2021- celebró que pese a toda la movilización del gobierno para presionar al bloque de contención no pudieron conseguir los votos que les faltaban. Precisó el senador: “Para intentar romper el bloque de contención se han utilizado las prácticas más perversas, mezquinas, inimaginables, para agraviar, ofender y lastimar la independencia de las decisiones de las y los senadores”.
A Ricardo Monreal, líder del Senado en 2021, todavía lo caracterizaba la sensatez y espíritu de conciliación. Decía: “Yo sí creo en los consensos, ampliar el plazo no significa militarización. Es simplemente ampliar el plazo para el cual la Constitución les permita actuar a soldados y marinos en labores de seguridad pública”.
El INEGI dio a conocer en agosto de 2024 que el índice de percepción de inseguridad de los mexicanos es del 73%. Por ello, la designación de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana es un acierto.
Con excepción de la CDMX, en todo el país los resultados están a la vista. Cifras récord de casi 200 mil homicidios y de 60 mil desaparecidos; expansión de los grandes cárteles de la droga y pulverización de los grupos de la delincuencia organizada, con incrementos en delitos como el cobro de piso que afectan a la población de muchos sectores sociales y económicos. Además, un creciente número de levantamientos de jóvenes y niños para alistarlos como sicarios, extorsiones, secuestros, y asaltos a transportes de mercancías.
Con la formal adscripción de la Guardia Nacional a Sedena, ¿cómo le hará Omar García Harfuch para operar a nivel nacional? En CDMX dijo: “Cambiamos la forma de operar de la policía ya que siempre había sido preventiva. Lo que se hizo fue otorgarle la facultad de investigar y con ello se logró dar seguimiento, desde que ocurre el delito hasta la detención”. ¿Será ese mismo resultado que se espera de la GN? El 80% de la Guardia está integrada por militares, cuya formación, mentalidad, disciplina, aptitud y actitud es diametralmente diferente a la de un policía. Militar y policía no puede ser lo mismo, ni en México ni en ninguna parte del mundo.
Urge para México una nueva, inteligente y creativa política en seguridad, con las reformas legales necesarias para incluir en sus investigaciones y capturas una estrecha coordinación con la Fiscalía, la Guardia Nacional, Ejército y Armada. Actualización del Ministerio Público, cuya función es fundamental para evitar la “puerta giratoria”. Un nuevo y único Código Penal federal para unificar delitos del orden común y federal. México reclama liderazgos en los mandos civiles superiores (gobernadores) y renacimiento de policías eficaces.
Sin seguridad no hay Estado de Derecho, ni mayores inversiones para el crecimiento económico.
Sin seguridad no hay transformación y se cancela el futuro y la viabilidad de México como nación.
***Académico y consultor.
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Termina como empezó: Mostrando Poder
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2 semanas agoon
septiembre 22, 2024By
Redacción¿De qué tamaño serán las presiones y los compromisos a que estará sometida Claudia en pago por ser presidenta? * Que nadie se diga sorprendido, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo sentenció desde el 6 de septiembre de 2006, “¡al diablo con sus instituciones!”
MARCO ANTONIO FLORES***
¡Pero qué necesidad! Iniciar el gobierno de la primera presidenta en México con gran desgaste político, con un país dividido, con importantes actores de la vida económica y política nacional e internacional manifestándose en contra de una reforma judicial regresiva.
Finalmente la Constitución se modificó, al ser aprobada la reforma por las dos terceras partes del Congreso de la Unión y por la mayoría de Las legislaturas estatales.
Será un regalo a medias, pues el Presidente Andrés Manuel López Obrador no la puede promulgar ni la verá publicada como mandatario en el Diario Oficial de la Federación por decisión de un juez. La suspensión provisional estará vigente por lo menos hasta el 11 de octubre, pero es previsible que los Poderes Legislativo y Ejecutivo no la van a acatar.
Un tribunal federal de Colima ordenó al Poder Ejecutivo no publicar la reforma judicial en el Diario Oficial de la Federación.
Haber ganado con el apoyo popular de casi 36 millones de mexicanos no le da derecho a los legisladores morenistas y a la presidenta electa a interpretar que las reformas regresivas de AMLO eran un “anhelo del pueblo”. Además, ¿qué era lo que deseaban los otros 74 millones de mexicanos que no votaron por ella?
Cierto que la reforma no convertirá a México en una dictadura, pero será lo que conviene al país. ¿Es esta la forma de mejorar la justicia? ¿Es sólo un desplante de poder o una solución de fondo que beneficiará a 130 millones de mexicanos?
Más parece una borrachera de poder en la que 86 senadores y 370 diputados no saben lo que festejan.
Todos se preguntan por cuanto tiempo la próxima presidenta Claudia Sheinbaum seguirá cumpliendo los caprichos de su jefe, mentor y maestro, el Mandatario Andrés Manuel López Obrador. ¿De qué tamaño serán las presiones y los compromisos a que estará sometida Claudia en pago por haberla hecho presidenta? ¿Hasta cuándo y hasta dónde debe mostrar su “gratitud” al gran líder? ¿A qué grado arriesgará su capital político la presidenta? ¿Se seguirá dando disparos al pie, a sabiendas de todas las advertencias y el riesgo para la vida democrática y económica del país que han manifestado: Nuestros socios comerciales a través de sus embajadores de Estados Unidos y Canadá, legisladores norteamericanos, calificadoras como Fitch Ratings o Morgan Stanley, organismos empresariales, bancos nacionales y extranjeros, la Iglesia, publicaciones como el Wall Street Journal y el Financial Times, así como los más reconocidos juristas del país?
El Presidente López Obrador está terminando su sexenio como lo inició, mostrando que él manda. Una ostentosa forma de mostrar que tiene el poder y que ahora con la posibilidad de modificar la Constitución puede hacer lo que le plazca. Todo un país sometido a sus caprichos y designios. Los tres Poderes de la Unión ya dominados y acotados por el Ejecutivo. Mostrando que el poder político está por encima del económico y que ahora el futuro de los mexicanos depende de lo que determinen él y su pupila.
Lo hizo al iniciar su gobierno, al cancelar un aeropuerto que abría amplias perspectivas al futuro económico del país, se habían tardado 20 años en planearlo, diseñarlo e iniciar su construcción estaba llamado a ser el nuevo “Hub”, centro de operaciones o gran puente aéreo de Latinoamérica. Sin embargo, como ahora, pasando por encima del interés nacional, impuso su voluntad personal. Fue su primera muestra de ostentación de poder.
Que nadie se diga sorprendido, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo sentenció desde el 6 de septiembre de 2006, “¡al diablo con sus instituciones!”.
La destrucción de las instituciones pareció un despropósito presidencial. Treinta y seis millones de mexicanos seguirán apoyando ciegamente a su líder y a su heredera, sin darse cuenta de las consecuencias, en el largo plazo, para ellos, sobre todo para sus hijos.
Para quienes no se explican por qué el gran apoyo popular a AMLO (léase Claudia Sheinbaum), el propio López Obrador lo explicó desde la Mañanera del 2 de febrero de 2022: “Con los pobres de cada 10, podemos tener el apoyo de 9”. En un país con 60 millones de pobres, haber mejorado los ingresos reales de 5 millones con dádivas no es gran mérito.
Durante todo su gobierno Andrés Manuel se caracterizó por promover la división entre los mexicanos. Parece disfrutar el encono que vive el país. Su sonrisa socarrona de las Mañaneras, cada que fustiga e ironiza a sus “adversarios”, recuerda la sonrisa de Don King el promotor de boxeo estadounidense, solo que en el caso que nos ocupa, la arena de pelea es México. Los buenos, que están con la Transformación, y los malos, que no comparten su proyecto, han mostrado animadversión por todo lo que implique contrapesos al poder presidencial y lo que pueda ponerlo en el banquillo de los acusados.
Quisiera aniquilar no sólo al Poder Judicial, en Perú ese poder juzgó y metió a la cárcel a un presidente en funciones. Del mismo modo, ataca a periodistas y a la prensa, que exhiben corruptelas e ineptitud de su gobierno. Quiere exterminar a los organismos autónomos que exhiben la opacidad y falta de transparencia.
La gente preparada y con deseos de superación es aspiracionista, y por ello ha atacado a los académicos y científicos, a las universidades públicas y privadas.
Su desprecio por la diplomacia ha sido una constante, con desplantes contra países amigos y vecinos, España, Perú, Ecuador, Panamá, Estados Unidos, Canadá y toda la Unión Europea. Sus actitudes pendencieras como el célebre “Uy qué miedo”, de Chico Che, se deben a su temperamento incendiario y de confrontación, como de un peleonero de barrio o de un “porro” estudiantil.
Lo que vivió en la UNAM durante su larga estancia -14 años al cursar su licenciatura- habría de moldear su estilo de hacer política. Lidiar con “porros”, controlar y manipular grupos estudiantiles, son parte de su formación.
El porrismo está ligado estrechamente al fin explícito de controlar, golpear, anular, debilitar o, en su defecto, exterminar a grupos opositores. No sorprenden los métodos gansteriles utilizados para asegurar la votación en el Senado. Extorsiones, amenazas y otras ofertas -del testaferro, el padrinito Adán-, a las que no se pudieron rehusar otros gangters como la familia Yunes.
En la paz y en la democracia todo es posible, incluso que un porro y desquiciado populista llegue a la Presidencia. No en balde Gerardo Fernández Noroña ya se ve en la silla presidencial.
La próxima presidenta, Sheinbaum Pardo, aunque también hizo sus pininos políticos en la UNAM, está muy lejos de haber seguido la misma ruta del porrismo que hizo López Obrador. Ella es una mujer inteligente que se dedicó a estudiar, hasta el nivel de Doctorado con estancias en el extranjero.
Por ello, hay quienes creemos que está jugando el juego de su maestro, mentor y quien la hizo presidenta, el todavía Mandatario Andrés Manuel López Obrador y lo seguirá haciendo al menos hasta el 1 de octubre de 2024, fecha en que Sheinbaum asumirá el Poder Ejecutivo.
Con ello, a partir de ese día, se convertirá en Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas y empezará a ejercer todas las facultades que la Constitución le otorga.
Aunque la próxima presidenta Sheinbaum todavía defiende radicalmente la reforma, deberá -ya con la banda presidencial-, mostrar su inteligencia y habilidad política para no autodevaluarse.
Los tiempos que señala la reforma judicial le permitirían realizar todos los ajustes que juzgue pertinentes, en las leyes secundarias o reglamentarias e incluso en el contenido de fondo de la polémica reforma.
Sus colaboradores y asesores como Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y Rogelio de la O, pese a que por el momento también están con AMLO y reclaman a EU respeto a la soberanía nacional, saben del verdadero peligro que la reforma representa para el T-MEC y las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá.
Ya aprobada y publicada la reforma judicial continuará un gran enfrentamiento entre los Poderes de la Unión, lo que nos podría llevar a una crisis constitucional sin precedentes, aunada a la económica, un escenario desastroso que recibirá Sheinbaum de parte de López Obrador.
Luego de que pase la borrachera del poder, la próxima presidenta deberá dimensionar los daños que hereda y que aflorarán en el mediano y largo plazo.
No olvidar que la administradora de fondos más grande del mundo, BlackRock, demandó en Estados Unidos a la CFE. Lo más relevante no es la demanda, es el mensaje que se envía: “No inviertan en México” porque no cumplen los contratos. Se largan y dejan al país hecho un desastre.
Sin confianza y reglas claras no habrá inversión, crecimiento económico y tampoco recursos para el bienestar compartido.
Seguridad y Estado de Derecho son las asignaturas pendientes, que incluye combate a la impunidad, así como impartición y administración de justicia, por lo que urge una reforma integral de la justicia.
Hay la esperanza de que Claudia Sheinbaum actúe como jefa de Estado y gobierne para todos los mexicanos al margen de partidos e ideologías. En un nuevo ambiente plural, participativo y democrático, su gobierno debe abocarse a planear, diseñar e implementar las reformas que requiere México para iniciar una auténtica transformación, que ubique a México como una de las diez economías más importantes del mundo.
Un gobierno que genere mejores condiciones de vida para la totalidad del pueblo de México, que incluya a los más pobres, clases medias y medias altas.
Sheinbaum Pardo debería dejar atrás el primer piso de la transformación (simulación) que estuvo lleno de ineptitud, corrupción e impunidad. Debe poner cimientos sólidos para una auténtica transformación con cambios radicales en las políticas en materia de seguridad pública, salud, educación, economía, procuración y administración de justicia, sustentabilidad, política energética y alimentaria, entre otros. Avanzar para lograr lo que todos los mexicanos anhelamos: Un México, con justicia, democracia y prosperidad compartida.
***Académico y consultor.
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