HOJAS LIBRES
Las corcholatas de AMLO meten las patas
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1 año agoon
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Redacción
El calificativo que denosta la vulgaridad presidencial * La salida de Monreal de Morena puede provocar un cisma de consecuencias funestas para López Obrador y su grupo, en tanto que varios morenistas abandonarían un partido que al final del 2024 irá en decadencia junto con el Presidente.
ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS
Con absoluta falta de respeto a las personas y a las instituciones, López Obrador ha definido a los aspirantes a sucederlo como las corcholatas. Independientemente de la vulgaridad presidencial para dirigirse a sus “colaboradores”, en una ofensa y una mofa a Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, los más visibles herederos hasta este momento.
Hacia el interior de Morena, la militancia ha definido sus preferencias en favor de la frustrada aspirante a quinceañera, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al otorgarle un 30.8 por ciento en las encuestas morenistas.
Marcelo Ebrard, colaborador de Andrés López, desde la época de Manuel Camacho Solís regente del Distrito Federal, cuando López Obrador se apropiaba del Zócalo capitalino, empata con la Sheinbaum, al tener el 30 por ciento de las simpatías entre la militancia del partido en el poder.
Hay un dato curioso en dos de los contendientes del establo morenista. Ricardo Monreal tiene a su favor apenas el 10 por ciento de la militancia. No es poca cosa. Es el único que con fuerza propia ha desafiado al poder presidencial y no está entre la terna de cuatro que López Obrador, hasta ahora, ha definido como sus posibles candidatos (que no sucesores). Nada garantiza que el elegido gane la elección presidencial.
La sorpresa y la frustración política y personal la ha dado Adán Augusto López, secretario de Gobernación, cuando que apenas araña el 5 por ciento de reconocimiento entre las huestes del partido de López Obrador.
El dato es relevante por tres razones. Tradicionalmente el secretario de Gobernación ha sido el hombre más poderoso del gabinete presidencial. De facto es jefe de gabinete en funciones de vicepresidente, coordinador de la gobernación del país y con los Ejecutivos estatales, y en la época priísta jefe nato de los 32 gobernadores.
Y finalmente es el paisano de Andrés Manuel López Obrador, llevado al gabinete presidencial con el capelo cardenalicio de la sucesión. Nada de esto le ha valido a una de las corcholatas destapadas en una de las tantas soporíferas mañaneras, en contraste con el tapado del priísmo.
En la nueva distribución administrativa y geográfica del poder (16 gobernadores de Morena), Adán Augusto López se ha quedado relegado a pesar del peso político de la Secretaría de Gobernación y su indiscutible cercanía con López Obrador.
Hasta hoy la distancia entre la Sheinbaum y el otro López parece insuperable. De 30 a 5 puntos, la diferencia de 25 augura que los días en política de Adán López están contados y tienen fecha de caducidad anticipada, independientemente de si Marcelo Ebrard resultara beneficiado con el visto bueno presidencial.
En lo que sí compiten parejo Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum es en demostrar quién es más servil y genuflexo ante el supremo elector del 2024, con la advertencia de que López Obrador será el destapador de la corcholata escogida, pero no el que defina al próximo presidente de la República si la oposición mantiene la cohesión demostrada en el Congreso de la Unión, con la que ya derrotó a López Obrador en la reforma eléctrica.
López Hernández, en un acto de sumisión extrema, se atrevió a afirmar en Sonora: “Si por apoyar al Presidente tengo que renunciar, renunciaré”. Fue un acto demagógico por excelencia y ventajoso, al saber de antemano que halagaba la megalomanía de López Obrador, al darle gusto de mandar al diablo a las instituciones.
Sin algún recato López Hernández utilizó el tesoro público para hacer proselitismo en favor de su titiritero, al trasladarse en un avión de la Guardia Nacional y disponer de horas de trabajo en plena veda electoral a unos días de la farsa llamada revocación de mandato.
Clàudia Sheinbaum hizo lo propio. En un acarreo desmesurado, ofensivo, ante el Monumento a la Revolución, se puso de rodillas ante López Obrador para decirle “aquí estoy Presidente, soy la mejor opción”. Y no ha tenido empacho en decir que México está preparado para tener una mujer presidente. Es posible que sí. Pero no ella.
En cambio Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal se conducen con más categoría y sin caer en servidumbres. Reconocen el trabajo de López Obrador y la 4T, pero en ningún momento han tenido los excesos que caracterizan a sus otros dos oponentes. Ni Ebrard ni Monreal han dado muestras de acróbatas circenses de la política.
Incluso Claudia Sheinbaum lleva colgado el sambenito del accidente de la Línea 12 del Metro. Cierto que se construyó durante la jefatura de Marcelo Ebrard, Miguel Mancera suspendió el servicio de esa línea para darle mantenimiento, pero a la que se le cayó y sobre la que recae la verdadera responsabilidad es en Sheinbaum, pues varias veces fue advertida del peligro latente, específicamente en ese tramo donde murieron 26 inocentes y si siquiera se les ha dado la indemnización y la atención debida.
A tal punto le fastidia y le ha pegado a la jefa de Gobierno ese trágico episodio que ha amenazado con demandar a la empresa noruega DNV, por hacer un peritaje poco profesional, casi casi amañado, cuando que antes de contratarla le dedicó los mejores elogios, y en los dos primeros peritajes le hizo un extenso reconocimiento.
Ello quiere decir que en el tercer peritaje se advierte la responsabilidad de Sheinbaum y la cesante directora del Metro Florencia Serranía.
En un país serio y de sólidas instituciones, las dos funcionarias ya estarían separadas del cargo y sujetas a responsabilidad criminal, civil y administrativa. Pero en México, país de ficción, no sólo se goza de cabal impunidad si no que se siente la futura presidenta de la República.
Antes de demandar a DNV, Claudia Sheinbaum debería de pensarlo dos veces, pues se le puede revertir en mayor medida y afectarla más de lo que ya tiene en su haber, como responsable de la tragedia del 3 de mayo de 2021. El prestigio de la empresa noruega lo avala su presencia en más de 100 países y con más de 150 peritajes certeros. Sólo un dato: En 2021 facturó 2 mil 500 millones de dólares por todo el mundo. De ser demandada, la respuesta de DNV ya se adivina para poner en ridículo y al descubierto la irresponsabilidad de la jefa de Gobierno.
Con Ricardo Monreal habrá que tener cuidado con todo y que 10 puntos son apenas un tercio de los acumulados por Ebrard y Sheinbaum. Ello le cancela las posibilidades reales de convertirse en candidato y ulterior Presidente, sólo que con un 10 por ciento de las preferencias, la salida de Monreal de Morena para irse por la libre, puede provocar un cisma de consecuencias funestas para López Obrador y su grupo, en tanto que varios morenistas abandonarían un partido que al final del 2024 irá en decadencia junto con su Presidente.
El desprendimiento en lo que hoy se presume como grupo compacto ya es evidente. Además, el uso indiscriminado del tesoro nacional para cumplir caprichos presidenciales y mantener una base electoral en los jóvenes sin futuro, adultos mayores y discapacitados anuncian una crisis fiscal de fin de sexenio.
Ya no habrá dinero para mantener los 350 mil millones de pesos anuales, destinados a la base electoral lopezobradorista disfrazados de programas sociales. Y ello se traduce en la derrota presidencial de 2024. Ampliaremos…

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HOJAS LIBRES
El destructor de las instituciones republicanas
Published
1 día agoon
septiembre 27, 2023By
Redacción
El 13 y 16 de septiembre AMLO asumió la representación unipersonal de la República * Es la advertencia abierta y amenazante de que no va a permitir la transmisión del poder a todo lo que signifique oposición y disidencia
ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS
Cuando Andrés Manuel López Obrador era oposición, todos sus discursos se centraban alrededor del respeto a la democracia y el combate a la corrupción. Así lo expresa mi extinto amigo Jaime Avilés en su libro “AMLO: vida privada de un hombre público”. De ahí derivó su falaz discurso: “No mentir, no robar, y no traicionar”. Traicionó sus ideales, terminó de mentiroso y finalmente traidor.
Su mayor traición a la vida nacional comenzó al tratar de apoderarse de los mayores símbolos de la democracia representativa: el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación.
Sus reformas constitucionales para “fortalecer la democracia” llevaban la impronta de adueñarse del control de la elección presidencial del 2024, de las nueve elecciones para gobernador, las 128 senadurías y las 500 diputaciones federales. Casi nada quería el autócrata de Palacio Nacional: el control absoluto de la República.
Sólo que no pudo avasallar la dignidad y el decoro de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Con la Constitución como emblema y la razón que da el derecho, el Supremo Tribunal Constitucional le derogó por anticipado, todos sus intentos anticonstitucionales de apropiarse de los mayores símbolos democráticos propiedad del pueblo de México.
Esa osadía de la Corte Suprema tuvo consecuencias. En su deformada personalidad, Andrés Manuel no lo entendió como un acto de respeto a las instituciones autónomas republicanas. Acostumbrado a imponer su voluntad entre los lacayos de la cuarta regresión (Santa Anna, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta), una y otras resoluciones constitucionales de la Suprema Corte las calificó como afrentas y agravios a pesar de estar dentro del marco del Derecho.
Primero ofendió a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández y al presidente de la Cámara de Diputados Santiago Creel.
En la conmemoración del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, minimizó su presencia al mandarlos a una posición lejana dentro de la mesa de honor.
En sustitución de los flancos izquierdo y derecho que correspondía a los otros dos Poderes -Norma Lucía Piña y Santiago Creel- puso a su lado a los dos representantes de los dos órganos de represión consentidos del Estado Mexicano: Luis Crescencio Sandoval, y Raúl Ojeda Durán. El mensaje fue claro y preocupante. “A mí no me preocupa ni me importa la ley ni la Constitución. Si algo hay que dirimir por la vía de la fuerza aquí tengo a los dos artífices de la ‘tranquilidad’ nacional”.
López Obrador, el destructor de la vida pública de México, iniciaba así su venganza en contra de otro Poder que no se le ha subordinado. El Poder Judicial federal es par en una relación de coordinación, no de supra a subordinación. Ello quiere decir que están exactamente igual al mismo nivel.
El otro desacato de López Obrador a la Constitución fue peor y más detestable. En el 176 aniversario de la gesta heroica de los Niños Héroes de Chapultepec se atrevió a no invitar a los Poderes Legislativo y Judicial.
Más grave fue el desprecio por la soberanía nacional y el respeto entre Poderes.
En un acto de retobo infantil, decidió no invitar a la ministra presidenta de la Suprema Corte y al presidente de la Cámara de Diputados al acto de conmemoración de la Independencia de México.
Hay que recordarle a López Obrador que las celebraciones del 13 y 16 de septiembre son un acto republicano de Estado y no de gobierno, en el que necesariamente deben de coincidir los tres Poderes. Nuevamente insistió en transgredir la Constitución y la ley, al mandar al diablo las instituciones y calificar a la ley como un cuento que no vale la pena obedecer.
El Artículo 49 de la Constitución mandata, ordena, decreta, dispone y cualquier otro calificativo que lleva, la obligación ineludible de cumplir y hacer cumplir los ordenamientos constitucionales. Dice el numeral en comento: “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el legislativo en un individuo”.
La contravención y falta de respeto a este mandato supremo es evidente. El 13 y el 16 de septiembre López Obrador asumió la representación unipersonal de la República. Concentró en su desgarbada figura a los Poderes Legislativo y Judicial, y en un acto de autocracia extrema asumió la representación nacional de los 500 diputados y los 128 senadores.
Es la advertencia abierta y amenazante de que no va a permitir la transmisión del poder a todo lo que signifique oposición y disidencia. Después de la funesta experiencia de invadir facultades del Congreso de la Unión y del Poder Judicial Federal, puede inferirse que si Xochitl Gálvez vence a su desangelada y patética corcholata Claudia Sheinbaum, López está dispuesto a transformarse, de facto, en el usurpador y propietario de las instituciones electorales.
No tendrá freno si está de por medio la seguridad y la libertad personal de Beatriz Gutiérrez Müller, y la de José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, pillados en actos de corrupción.
La actitud de López Obrador el 13 y 16 de septiembre es lúgubre y trágica para la República. No invitó a la ministra presidenta Norma Lucía Piña ni a los representantes del Poder Legislativo, pero sí permitió que el heredero de los asesinos Fidel Castro y Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, pronunciara el discurso oficial el 16 de septiembre de 2021.
El espectáculo fue gravísimo y un atentado a la memoria de don Miguel Hidalgo, José María Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez, Vicente Guerrero, Ignacio Allende, próceres y artífices de la Independencia nacional.
Grotesco el espectáculo. El dictador Díaz-Canel hablando de independencia, cuando que Cuba lleva 64 años sin elecciones, cientos y miles de encarcelados disidentes, represión a la libertad de expresión y restricciones a la libertad de tránsito. Es el México que quisiera López Obrador.
Andrés Manuel fue artífice también de un atentado constitucional más, en la toma de posesión de Delfina Gómez. Para que pudiera asistir cambiaron la fecha de protesta del 16 al 14 de septiembre. El Artículo 116 de la Constitución federal establece que los gobernadores durarán en su encargo seis años.
Por su parte la Constitución del Estado de México establece en su artículo 67 la misma prevención: “El gobernador del estado durará en su encargo seis años y el artículo 69 mandata que la toma de protesta del gobernador entrante será el 16 de septiembre”.
No había pues por qué cambiar la fecha sólo para satisfacer el ego de López Obrador y mandar el mensaje al grupo Atlacomulco que había terminado su reinado de 84 años. Era innecesario. La toma de protesta debió de haber sido en el primer minuto del 16 de septiembre y no adelantarla al 14 de septiembre, puesto que los seis años previstos en la Constitución Federal y la del Estado de México terminaban el 15 de septiembre a las doce de la noche. Ni un minuto más ni un minuto menos.
Incluso, el lacayo de la Cuarta Transformación, el diputado vicecoordinador de la Junta de Coordinación Política, Maurilio Hernández González, aseguró que la Constitución mexiquense no preveía en específico el día de la toma de protesta. “Puede ser uno o dos días después”, diría el improvisado y locuaz legislador. Vergonzoso que ni siquiera ha leído la Constitución del estado que dice representar ante sus defraudados electores.
Así, López Obrador es el destructor de la nación, el transgresor del orden constitucional federal y por extensión a la Constitución del Estado Libre y Soberano de México. Ampliaremos…
HOJAS LIBRES
La ruta del fraude electoral de López Obrador
Published
2 semanas agoon
septiembre 17, 2023By
Redacción
La imposición de Claudia como presidenta, gane o pierda la elección presidencial * Dentro de la constelación de atributos, el Presidente prepara un Golpe de Estado para imponer a su alter ego Sheinbaum Pardo * Desde que protestó el cargo, urdió quién y cómo aseguraría la continuidad de la 4T que lleva al país a la destrucción. A López ya le falta poco para culminar su macabro proyecto de destrozar a México
ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS
La imposición de Claudia Sheinbaum como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación fue la culminación de las trampas con que siempre ha operado Andrés Manuel López Obrador.
Se dice demócrata y es un vulgar agresor de sus oponentes, presume de hablar con la verdad y es un mitómano consumado, se ufana de practicar la honestidad y es un conspicuo ladrón, y se promueve como ejemplo de lealtad y es un contumaz traidor a México y a sus instituciones.
Dentro de la constelación de atributos, López Obrador prepara un Golpe de Estado para imponer a su alter ego Sheinbaum Pardo.
Desde que protestó el cargo, urdió quién y cómo aseguraría la continuidad de la 4T que lleva al país a la destrucción. A López ya le falta poco para culminar su macabro proyecto de destrozar a México.
Nadie mejor que Claudia Sheinbaum para consolidar la ruina de la nación. Son de la misma secta, es la más tonta, la más manipulable y la más servil. Basta con ver los pronunciamientos de desquiciado de Palacio Nacional y cómo Sheinbaum los pepena íntegramente.
En la marcha por la defensa del INE (no se toca), López Obrador aseguró que la concurrencia había sido de 60 a 70 mil asistentes. Claudita tomó y repitió como merolico la misma cifra. Cuando se refiere a los conservadores y neoliberales, aun cuando desconozca el contenido y el alcance de estos conceptos, lo hace para identificarse con el remedo de dictador.
Así, Sheinbaum sin discurso ni gramática política propia va a la guerra con una formidable opositora independiente de figura más auténtica, fresca y agradable: Xochitl Gálvez. Pero sobre todo sin patrocinador más que la confianza de los electores y los partidos políticos que la apoyan, incluido el PRI que por primera vez no tiene candidato propio.
Solo que López Obrador ya dio signos letales de que va con todo el poder del Estado para imponer a su marioneta, una desangelada candidata sin luz ni brillo propio, más que la soberana voluntad del autócrata morenista.
La secuencia y la relación de los acontecimientos propiciados por López Obrador evidencian su intención de apropiarse para siempre del país y de sus instituciones. Comenzó con su intento de controlar al INE con ataques violentos en contra de su presidente Lorenzo Córdova.
Siguió con su plan A, con la manifiesta intención de adueñarse de la elección presidencial del 2024. La Suprema Corte de Justicia de la Nación echó abajo sus malévolos intentos de Reforma Constitucional para apropiarse del Instituto Nacional Electoral y desde ahí manipular todo el 2024.
Frustrado por la derrota jurisdiccional, fue por el plan B para que mediante leyes secundarias pudiera manipular el proceso electoral del próximo año. Nuevamente la Corte Suprema estropeó su desaseada reforma electoral y en definitiva lo dejó sin ninguna posibilidad de controlar a modo una elección que pertenece a 95 millones de mexicanos.
Cínico y prepotente dio a conocer su plan C. Sin ningún rubor se atrevió a sentenciar: “Si creen que con haber echado abajo el plan A y el plan B estamos derrotados, todavía nos queda el plan C” de gran preocupación para la democracia mexicana.
Él mismo ha definido con toda anticipación el triunfo de su candidata a cualquier precio aun cuando deba de correr sangre.
Diría el aspirante a dictador: “La oposición jamás volverá a ganar”. Incluso ya repartió cargos aun cuando faltan 9 meses para la elección constitucional y haya cesado en sus funciones presidenciales.
El segundo lugar lo ha destinado para el liderazgo en el Senado, el tercer lugar para presidir la Cámara de diputados, y el cuarto lugar para la Secretaría de Gobernación. Sólo que ahora deberá modificar sus planes porque el segundo lugar, Marcelo Ebrard, ya manifestó su inconformidad y ha optado por retirarse de las huestes morenistas.
La amenaza no es en contra de los partidos políticos y sus candidatos. La intimidación y la provocación va dirigida al pueblo de México, con la advertencia de que Claudia Sheinbaum, gane o pierda la elección constitucional, está escogida para ser la próxima Presidenta de la República. No importa si es poco atractiva, si tiene en el rostro signos de amargura o se irrita con facilidad.
En suma el voto no cuenta. Sólo la de voluntad de un delincuente electoral y jefe declarado de la nueva mafia del poder para asaltar la Presidencia de la República, cuando Claudia Sheinbaum termine vencida por Xóchitl Gálvez.
Ya demostró López Obrador que ni la militancia morenista ni la ciudadanía ni el electorado definirán el destino nacional. Si López fue capaz de defraudar a sus propios correligionarios, ningún respeto tendrá por México y los mexicanos. La designación de Claudia Sheinbaum fue un cochinero y una farsa.
López Obrador ordenó la cargada de gobernadores, de diputados federales y senadores, y puso a su disposición a otra corrupta funcionaria, Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, en funciones de secretaria de Elecciones de Claudia Sheinbaum.
Así quedó de manifiesto cuando para desafiar a la Soberanía Nacional, López Obrador se atrevió a entregar el bastón de mando a la homicida del Metro de la Ciudad de México, y destinataria del delito de peculado con grave afectación del patrimonio nacional para hacer la campaña más cara entre las seis corcholatas, exactamente igual que el nefasto Adán Augusto López Hernández.
La falta de respeto a la ciudadanía y al electorado es patética. Desde sus adentros diría López: “En este mismo momento te entrego la Presidencia de la República, al margen de cualquier inútil sufragio”. Esa falta de respeto también es a los pueblos indígenas, en donde por tradición, la transmisión del poder es por usos y costumbres, pero dentro del marco constitucional, lo que ni siquiera respetó López Obrador.
En México la alternancia en el poder es periódica, como corresponde a una República democrática, representativa y popular mediante sufragio universal, libre, secreto y directo.
Habría que recordarle a López que México no es una monarquía como lo pretende, al entregar por anticipado el gobierno de la República. Con ese solo acto violó el Artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual contiene el mandato supremo y la fórmula en extremo solemne de jurar cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Lo bueno de haber entregado el bastón de mando a la Sheinbaum fue que exhibió su medianía intelectual y retórica. Incapaz de improvisar un breve discurso, a pesar de estar advertida con tiempo del evento, hubo de leer su agradecimiento y aceptar que el mandato constitucional del sufragio efectivo ha sido sustituido por la sucesión hereditaria. López Obrador, que tanto admira a Francisco I. Madero, ha cometido un agravio más en contra del mártir de la democracia.
Solo que Marcelo Ebrard no aceptó el fraudulento resultado al denunciar una serie de irregularidades y exigir reposición de procedimiento. Al acudir a las instancias jurisdiccionales electorales, existe la posibilidad de que se derrumben los afanes sucesorios de López y Sheinbaum.
Si el resultado le resultara adverso a Marcelo Ebrard solo le queda un camino: Adherirse al Frente Amplio por México.
Participar como candidato independiente, que ya no puede, o de Movimiento Ciudadano, los votos que lograra dividir sería para Morena y no para la Alianza PRI-PAN-PRD.
Si Marcelo Ebrard de verdad quiere derrotar a quienes le hicieron trampa, es la única opción con que cuenta y provocaría el segundo desprendimiento del PRI, dentro de Morena, al igual que en 1988 Cuauhtémoc Cárdenas provocó un desgajamiento del PRI, en el que el ingeniero Heberto Castillo y Rosario Ibarra de Piedra renunciaron a su candidatura presidencial para entregársela al creador del Frente Democrático Nacional.
El resultado ya es historia. Carlos Salinas de Gortari resultó derrotado y sólo pudo acceder a la Presidencia de la República mediante un escandaloso fraude electoral, como el que hoy pretende repetir López Obrador, quien como oposición era demócrata y como poder es un autócrata con intentos dictatoriales. Ampliaremos…
HOJAS LIBRES
El destierro o encierro, en el horizonte de AMLO
Published
3 semanas agoon
septiembre 9, 2023By
Redacción
Por sus graves actos de despilfarro y corrupción * Xóchitl Gálvez Ruiz es la aspirante incómoda para el Presidente de la República * El desastre económico y la enorme corrupción de López Obrador en su familia, sus colaboradores y sus beneficiarios, lo hacen destinatario de una prisión federal de alta seguridad
ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS
Finalmente a López Obrador lo alcanzó el destino. Cuando destapó a sus ridículas corcholatas, Claudia Sheinbaum y Adán López, fustigaba a la oposición para que diera a conocer a su candidato. Le urgía conocer el nombre de su contrincante para decidir entre el corrupto chocolataje cuál era su mejor opción.
El Frente Amplio por México postuló exactamente a la que no quería como opositora: Xóchitl Gálvez Ruiz.
Del fugaz triunfalismo pasó a la derrota anticipada. Xóchitl Gálvez representa para López aquella célebre sentencia que el general Francisco J. Grajales, gobernador de Chiapas entre 1948 y 1952, emitió en contra de don Marciano Culebro Escandón, prestigiado panista de los años cincuenta que aun a costa de su libertad y de su vida se enfrentaba al régimen priísta corrupto y depredador.
Ser oposición en esos tiempos era un suicidio físico y político. Así lo evidenció el general Grajales al amenazar al distinguido correligionario de Manuel Gómez Morín con una contundente advertencia: destierro, encierro o entierro. Frase de la que después quiso apropiarse como suya Patrocinio González Garrido, gobernador de Chiapas de 1988 a 1992.
Desde luego Xóchitl Gálvez no llegaría jamás a la última premonición, pero sí procederá en consecuencia para que López Obrador sea destinatario de destierro o encierro por sus graves actos de despilfarro y corrupción.
Ni siquiera en La Chingada palencana podrá vivir. O huye o se recluye y termina en Chirona.
Ya Xóchitl Gálvez le vaticinó: “Usted me va a entregar la banda presidencial señor Presidente y yo se la voy a recibir con una sonrisa”. Sólo le faltó agregar: para encarcelarlo señor Presidente, como usted se merece, por todos los agravios al pueblo de México.
El desastre económico y la enorme corrupción de López Obrador en su familia, sus colaboradores y sus beneficiarios lo hacen destinatario de una prisión federal de alta seguridad. Segalmex ha costado 15 mil millones de pesos sin justificación al erario nacional, y su responsable el bandido de Ignacio Ovalle, despacha cómodamente sentado y protegido desde la Secretaría de Gobernación en la absoluta impunidad. Es la mejor referencia de que “el impoluto López” recibió el generoso moche que tanto critica.
Ahora que la improvisada y locuaz secretaria de gobernación, Luisa María Alcalde, entregó el quinto informe de gobierno de López, con esa desafinada voz que la acompaña, se ufanó de que la inversión pública, antes de 500 mil millones de pesos, ahora es de un billón de pesos.
Es la forma más artera y cínica de robar y engañar al pueblo de México. Omitió decir que el aeropuerto de Texcoco, presupuestado en 150 mil millones de pesos, terminó en 415 mil millones para edificar un AIFA a donde no llegan aviones, y obligan por decreto a reducir los vuelos, por hora, del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, de 63 a 42, es decir, en un 30 por ciento para esconder los enormes yerros del demente de Palacio Nacional.
La refinería de Dos Bocas, originalmente con un costo de 8 mil millones de dólares, ya ronda los 18 mil millones de dólares, o sea, 180 mil millones de pesos en sobreprecio de lo previsto inicialmente. En un principio López Obrador dijo que se iban a procesar 340 mil barriles de petróleo diarios, y ahora en sus mentiras del quinto informe de gobierno le bajó a 290 mil barriles diarios. Inaugurada el 21 de marzo de 2022, hasta la fecha no refina un solo barril de petróleo, lo que la convierte en la refinería más cara del mundo.
Y el Tren Falla (sic) también tiene su cuota de atraco al tesoro público. De 140 mil millones de pesos originales, la cifra se elevó a 280 mil millones sin ninguna explicación. Todo eso no lo dijo la inepta y cómplice secretaria de gobernación Luisa María Alcalde. Si lo ignora malo. Y si lo sabe y lo esconde peor porque se convierte en parte del atraco al tesoro público de los mexicanos.
Todo ello representa un despilfarro innecesario de más de un billón de pesos, y un robo a la nación de 585 mil millones por la pésima presupuestación de lo que originalmente costarían las tres obras emblemáticas del destructor de la República. Ahí está el billón de pesos del fraude cometido y presentado como logro por Luisa María Alcalde.
El pasado 2 de septiembre estuvo Xóchitl Gálvez en Chiapas. En su exposición acusó a López Obrador de delincuente fiscal, al dar a conocer sus datos patrimoniales que la ponen a ella y a su familia en riesgo, con cifras manipuladas para hacer creer a la ciudadanía y al electorado que el monto de cada contrato es la ganancia total. Mentiroso como es López Obrador, con toda maldad ocultó convenientemente que la ganancia es de un 20 o 30 por ciento y no la cantidad total con la que engaña permanentemente en sus soporíferas mañaneras.
De la exposición de Xóchitl Gálvez en Chiapas, rescato la referencia a los hijos de López Obrador, a quienes con toda certeza llamó baquetones que no trabajan. El señalamiento tiene sustento. José Ramón y Andrés Manuel López Beltrán parasitan dentro de la Cuarta Transformación y trafican con el cargo presidencial para hacerse de propiedades y dineros clandestinos que no tienen origen cierto.
Ahí está la Casa Gris de Houston, endosada a José Ramón por tiempo indefinido gracias a sus buenos oficios como interlocutor entre Pemex y grupos empresariales. Y desde luego las influencias de Andy López para dar en usufructo a los cuates, el parque ecológico de Texcoco a donde debió edificarse el aeropuerto internacional y no esa basura llamada AIFA. Y qué decir del malecón de Villa Hermosa concesionado a otro amigo íntimo en tres mil millones de pesos, pero sin que eso signifique corrupción, porque todo lo que toca el padre López Obrador lo purifica con su sola falsa palabra.
López Obrador ha causado dos grandes agravios a Chiapas: Juan Sabines Guerrero y Rutilio Escandón Cadenas impuestos como candidatos y gobernadores de la entidad mediante un escandaloso fraude electoral los dos. Sabines dejó una deuda de 40 mil millones de pesos que cuesta al empobrecido erario estatal, 6 millones de pesos diarios en intereses, o sea, más de dos mil millones de pesos anuales.
Sabines además defraudó en más de 2 mil millones de pesos con las ciudades rurales, adonde ahora son pueblos fantasmas y empobreció más a la gente. Engañó también con el biodisel, bajo sus ocurrencias de reconvertir 200 mil hectáreas para la siembra de la Jatropha Curcas para la producción de biodisel.
Y presa de sus vicios y de sus fantasías, logró en sólo dos años, entre 2010 y 2012, la enorme proeza de duplicar la pobreza y la pobreza extrema, al pasar del 39 al 78 por ciento de la población.
Rutilio Escandón también ha resultado un fiasco y un profundo fracaso como gobernante.
La violencia en Chiapas ha alcanzado niveles intolerables de ingobernabilidad. A diario hay muertos en la zona limítrofe con Guatemala: Frontera Comalapa, Chicomuselo, Motozintla, Mazapa de Madero, Chamic, Comitán y zonas aledañas.
Los 17 municipios de la zona indígena son tierra de nadie. La ausencia del Estado es absoluta cuando que en Chenalhó y Pantelhó ni siquiera la Guardia Nacional ni el Ejército y mucho menos Seguridad Pública estatal pueden entrar. El ejemplo más patético de la ingobernabilidad son los 24 desaparecidos de Chenalhó desde el mes de julio de 2021. Es el nuevo Ayotzinapa con cargo a la incapacidad y corrupción del pésimo gobierno de Rutilio Escandón.
Y desde luego la corrupción familiar no podía faltar. Rosalinda López Hernández, esposa de Rutilio Escandón y hermana de Adán Augusto, ha recibido contratos por 500 millones de pesos del gobierno de su esposo, a través de su incondicional Ernesto Carballo Zurita. Tema en próxima colaboración.
Esos dos grandes agravios a Chiapas, López Obrador trata de esconderlos con sus mentiras, cuando con todo cinismo asegura que Chiapas está tranquilo y todas las señales de alarma no son más que politiquería y obra de los conservadores. Ampliaremos…
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¡A disfrutar dos veladas románticas con Francisco Céspedes!

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