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HOJAS LIBRES

La libertad de prensa, masacrada en México

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Un referente internacional * Está supermolesto el Presidente Andrés Manuel López Obrador porque fue exhibido por la Casa Blanca y por el Parlamento Europeo

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

La libertad de expresión es la primera y más grande de todas las libertades. Es, por antonomasia, el medio idóneo para darle voz a los que no la tienen. A los agraviados, a los ofendidos, a los perseguidos injustamente, a los olvidados del destino. A los que quisieran hablar, pero callan por miedo, por conveniencia o complicidad.

Pero más allá de todos esos atributos inherentes a la libertad de expresión, es un derecho humano básico, Constitucional, esencial y fundamental para vigilar el ejercicio desproporcionado del poder, cuando falla el órgano legislativo para controlar los excesos del Poder Ejecutivo.

Si el equilibrio de Poderes no funciona, la prensa en todas sus modalidades y expresiones asume su condición de Cuarto Poder, como único freno a los Poderes formales conforme a lo que debería de ser un Estado de Derecho.

Lo malo emerge cuando todas esas virtudes atribuidas a la libertad de expresión, se ven empañadas por el acoso, la intimidación e incluso la muerte de quienes ejercen un periodismo libre e independiente.

Desafortunadamente para vergüenza de México, México tiene el primer lugar en asesinatos de periodistas, sólo por debajo de Irak y Siria, con la circunstancia de que en esos países se vive en estado permanente de guerra.

López Obrador es el heredero de los asesinatos contra periodistas ocurridos en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Sólo en el año 2015, ocho comunicadores fueron asesinados en México y ninguna respuesta hubo del Estado Mexicano para encontrar a los ejecutores de la libertad de expresión.

Lo trágico es que López Obrador ha superado con creces estos crímenes de Estado, en donde el 97 por ciento de los asesinatos en contra de periodistas quedan impunes.

Durante el gobierno de la retrógrada y frustrada Cuarta Transformación, en el periodo de tiempo que lleva López Obrador, 51 periodistas han sido asesinados, y en espera de respuesta para conocer a los culpables. En apenas 65 días del año 2022, ocho periodistas han sido asesinados.

Ha sido tan trascendente el ejercicio periodístico que el Constituyente Permanente legisló para considerar como delitos federales todo acto atentatorio en contra de la libertad de expresión. Así queda de manifiesto con la reforma constitucional al Artículo 73 de la Carta Magna: “Las autoridades federales podrán conocer de los delitos del fuero común, cuando estos tengan relación con (…) delitos contra periodistas, personas o instalaciones que afecten, limiten o menoscaben el derecho a la información o las libertades de expresión o imprenta”.

Lo malo es que en la realidad, todo lo pregonado alrededor de la libertad de expresión deriva en simple retórica y lamentable demagogia, desde el púlpito de la impunidad, en las mañaneras, manipulado por Andrés Manuel López Obrador, la delincuencia organizada y las fuerzas de seguridad pública. O sea, las instituciones encargadas de dar protección a los derechos humanos, convertidas en las primeras en atentar contra la difusión de las ideas y el derecho a informar a la ciudadanía.

Con relación a esta imparable ola de asesinatos contra periodistas, López Obrador ha dado respuestas evasivas y sin algún resultado en las investigaciones. En el pasado mes de febrero condenó el asesinato de Heber López, en el estado de Oaxaca, con el cuento de que “no habrá impunidad para los responsables”, y paralelamente enderezó sus impulsos personales en contra de los ingresos que recibe Carlos Loret de Mola, periodista severamente crítico de las veleidades y la corrupción de su hijo José Ramón López Beltrán y de su consorte Carolyn Adams, beneficiarios de una suntuosa residencia en Houston Texas, propiedad de la empresa Baker Hughes.

Los graves atentados en contra de la libertad de expresión en México se han convertido, ya, en referente internacional. El gobierno de López Obrador ha merecido la atención del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien ha calificado el ejercicio periodístico en México como el más riesgoso para la profesión.

Textual ha afirmado: “El alto número de periodistas asesinados en México este año y las continuas amenazas que enfrentan son preocupantes. Mi corazón está con los seres queridos de aquéllos que dieron su vida por la verdad”, en abierta alusión a las 60 mil mentiras que a López Obrador se le han documentado en las mañaneras.

Con total descortesía diplomática y con absoluto desconocimiento de la política internacional, el Presidente López se atrevió a decir que el secretario Antony Blinken está mal informado sobre asesinatos de periodistas en México, o si no lo está actúa de mala fe. La afirmación es irrisoria. Blinken es seguramente el hombre más informado de lo que sucede en México y en el mundo.

Agregó además, el presidente López, que la ayuda financiera de Estados Unidos a la organización Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad es un atentado a la soberanía nacional. La molestia le viene porque esa organización ha exhibido la enorme corrupción que hay en el 80 por ciento de las obras y servicios sin licitar, y a los cuales tramposamente los ha decretado como obras de seguridad nacional para no dar a conocer a quién, cómo y en qué condiciones se compra.

El Parlamento Europeo también ha manifestado su preocupación y repudio por los resultados escasos que el gobierno lopezobradorista ha dado en las investigaciones en contra de los asesinatos de periodistas.  En un comunicado, dio a conocer su resolución para “garantizar protección a periodistas y activistas en México” aprobada abrumadoramente con 600 votos en favor, 63 abstenciones y apenas 2 en contra.

El resolutivo es lapidario para las presunciones, mentiras y veleidades de López Obrador: “México es el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona de guerra”. Pero al mencionar activistas, también hizo alusión a los 25 defensores de Derechos Humanos asesinados extrajudicialmente en 2021 y a los 30 asesinatos de ambientalistas durante el 2020. Y como en ningún otro gobierno, a la fecha se contabilizan 16 asesinatos de presidentes municipales, cifra superior en un 73 por ciento respecto del gobierno de Felipe Calderón y un 23 por ciento en el de Peña Nieto.

Así lo dieron a conocer en su intervención, desde la más alta tribuna del Parlamento Europeo, las eurodiputadas Inmaculada Rodríguez Piñero y Soraya Rodríguez, quienes con toda puntualidad y objetividad, criticaron los escasos resultados del gobierno de López Obrador en materia de libertad de expresión y la preocupante persecución en contra de aquellos que han dado su vida por la verdad (sic).

En respuesta, Marcelo Ebrard, el paradigma de la antidiplomacia respondió: “México rinde cuentas de esto sólo a sus ciudadanos e instituciones”. Sólo que lo malo es que ni cuentas ni resultados.

Molesto López Obrador porque fue exhibido por la Casa Blanca y por el Parlamento Europeo, por la inseguridad de los comunicadores, respondió con las groserías que lo caracterizan. Aseguró que en México a nadie se reprime y que existe total libertad de expresión. Sólo que a un precio muy alto: 51 periodistas asesinados en tres años y tres meses, y ocho en apenas 65 días. La libertad de expresión masacrada en México. Ampliaremos…

 

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Ángel Torres Culebro, el depredador de la obra pública en Chiapas

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Bajo el amparo del gobernador chiapaneco Rutilio Escandón * Ecocidio condena a desaparecer 144 especies de aves

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

El pasado 16 de febrero, el bufón Ángel Torres Culebro, secretario de Obras Públicas del estado de Chiapas, presentó un intento de proyecto vial, al cual denominó Circuito Interior “Chiapas de Corazón”.

En su disparatada alocución, el merolico escandonista aseguró que el proyecto obedece al crecimiento exponencial de Tuxtla Gutiérrez y “en búsqueda del progreso y desarrollo a través de obras amigables con el medio ambiente”.

Con la presentación de ese proyecto la ciudad de Tuxtla Gutiérrez se encuentra de luto con ese monumento a la corrupción que debería de ser llamado “Chiapas sin Corazón”.

Los datos presentados por el abogado Torres Culebro, metido a secretario de Obras Públicas, son un agravio al pueblo de Tuxtla Gutiérrez y un atraco al erario estatal.

El proyecto vial sí daña el ecosistema. Tendrá un segundo piso de 2.92 kilómetros, pero lo más inaudito será la construcción de un tercer piso de 900 metros sin alguna utilidad. Ni en la Ciudad de México se han construido terceros pisos.

En su intento por convencer a la ciudadanía presenta datos que demuestran la inutilidad de “Chiapas de Corazón”.

El depredador de la obra pública asegura que en la zona metropolitana (aunque no define cuál es esa zona), hay un total de 375 mil vehículos, y sobre los puntos por donde se construirá el Circuito Interior, los días viernes circulan 174 mil unidades, o sea, el 45 por ciento del parque vehicular.

El dispendio anunciado por Torres Culebro es un exceso. Gastarse 2,300 millones de pesos para dar mejor movilidad vehicular tan solo cuatro veces al mes, es la expresión más acabada de la irresponsabilidad, la improvisación y la corrupción.

Basta con señalar que los otros dos puentes construidos sobre el libramiento sur, también con exceso de corrupción, han resultado inoperantes. El tráfico sigue con los mismos problemas y en algunos casos más embotellamientos. Se necesitarían otros cuatro puentes para salvar el mismo número de semáforos que regularmente congestionan el tráfico.

La mentira del improvisado secretario Torres Culebro queda inmediatamente al descubierto. No puede haber una obra amigable con el medio ambiente ni la preservación de áreas verdes, desde el momento en que el presidente municipal, Carlos Morales Vázquez, autorizó derribar 485 árboles en la zona que se levantará un circuito vial condenado al fracaso técnico y ecológico. Esos árboles representan el 6 por ciento de los 8 mil registrados y documentados en Tuxtla.

En su intento por justificar su trágica decisión sobre el daño ambiental irreversible, Carlos Morales atentó en contra del equilibrio ambiental tuxtleco y la inteligencia misma de los capitalinos a los cuales endilgó la categoría de discapacitados mentales en su intento por engañarlos.

En declaraciones sin sentido, sin ningún rubor aseguró que esos 485 árboles serán trasplantados para continuar con su cometido de seguir proporcionando oxígeno y carbono suficientes. Es el colmo de la ignominia para quedar bien y satisfacer los apetitos financieros de Rutilio Escandón y su cáfila de maleantes.

¿Quién va a creer? que así como se derriban 485 árboles, será tan fácil acomodarlos en otro lugar. ¿Cuál es la garantía de que todos los árboles no estarán condenados a la muerte? ¿Cuál es la maquinaria y el personal especializado para proteger la vida de los árboles? Esa afirmación extrema, Carlos Morales debería de darla por escrito con todas las especificaciones técnicas y ambientales, y bajo palabra de honor de que ningún árbol saldrá dañado. Sobre todo porque fue secretario del Medio Ambiente e Historia Natural.

Pero más allá de las mentiras oficiales, la ciencia y la honestidad intelectual terminan por imponerse a las barbaridades retóricas del truhan Ángel Carlos Torres Culebro. Una de las voces más autorizadas en materia ambiental ha desestimado los argumentos de los representantes de la fracasada cuarta transformación en Chiapas.

En un impecable análisis la bióloga Cinthya Reyes Hartman, representante de la Asociación Civil Tierra Verde, Naturaleza y Cultura, ha puesto al descubierto la enorme corrupción que hay detrás del circuito “Chiapas de Corazón”.

Los datos son de verdadera preocupación para los próximos 20 a 50 años en contra de los habitantes de Tuxtla Gutiérrez.  Cinthya predice el enorme daño que se ocasionará al ecosistema de los parques Tuchtlán, Joyyo Mayu y Caña Hueca en donde habitan 144 especies de aves.

Este número representa el 13 por ciento de las 1145 especies de aves conocidas en México y el  21 por ciento de las 689  conocidas en Chiapas. El daño ambiental será irreversible y grave.

Los parques Caña Hueca, Tuchtlán y Joyyo Mayu tienen una ubicación en extremo estratégica. Son un paso intermedio entre el parque nacional Cañón del Sumidero, Cerro Mactumatzá y la Reserva Ecológica El Zapotal, consideradas “Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves” (AICAS).

En su espléndida disertación la bióloga Reyes Hartman sostiene que las 144 especies se componen de 64 residentes, 62 migratorias de invierno, 7 transitorias, 5 exóticas invasoras, 3 migrantes de verano, una especie doméstica, una endémica de México y una cuasi endémica.

Sostiene la bióloga Cinthya Reyes que de las 5 especies de psitácidos nativos (familias de loros, cotorras, papagayos y guacamayos), 4 de ellas utilizan el corredor Joyyo Mayu-Caña Hueca-Tuchtlán como sitio clave para su reproducción.

Pero todavía más. Para terminar de destruir el medio ambiente con un circuito interior concebido como negocio, las aves migratorias son un himno y un monumento a la “fidelidad del sitio”, desconocido absolutamente por Rutilio Escandón, Ángel Torres y Carlos Morales. Esas aves por generaciones han utilizado estos espacios considerados seguros para su reproducción y supervivencia invernal.

La construcción del circuito “Chiapas sin Corazón” (sic) afectará la anidación y ahuyentará a las especies. Por obra y gracia gubernamental ya no tendrán a dónde pernoctar y terminarán por perecer ante la ausencia de los 485 árboles próximos a derribarse por disposición del edil Carlos Morales Vázquez. Para sustituirlos se necesitan cuando menos 30 años para generar la misma cantidad de carbono que drásticamente se cancela hoy.

Corolario: Es criminal y ecocida la política de obra pública del gobierno de Rutilio Escandón. Ojalá Ángel Torres tenga argumentos para contradecir los bien fundamentados comentarios de la bióloga Reyes Hartman.

Por el contrario, la catarata de mentiras de Ángel Torres es interminable. Textual afirma: “Se espera que este proyecto genere también mayores oportunidades comerciales. La competitividad económica es un tema importantísimo” (sic).  Sabrá este mediocre funcionario que durante la construcción el puente oriente sobre el libramiento sur hubo una gran cantidad de quiebras y cierres de comercios: Matrix, Subway, Llantera Avante, Auto Hangar, Restaurante Más Rico y otros tantos que en su deformada personalidad, Ángel Torres llama prosperidad comercial.

Por espacio queda pendiente por comentar la Marcha del Silencio del 25 de marzo para oponerse a la construcción del Circuito Interior, el fracaso de los puentes en Villahermosa, el proyecto alterno presentado por un grupo de profesionales de la construcción y el urbanismo, y la entrega de los Chimalapas como parte de la política gubernamental de Rutilio Escandón.

Proverbio español: “Dios perdona. El hombre a veces. La naturaleza nunca”. Ampliaremos…

 

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HOJAS LIBRES

AMLO ya prepara el fraude electoral

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Para entronizar a su corcholata * Hará de lo que tanto se queja que le hicieron en 2006 *Perdido en la irracionalidad amenaza que en el 2024 la oposición jamás podrá recuperar la Presidencia * Su enfrentamiento con el Partido Republicano también le traerá graves y severas consecuencias

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

El pasado 26 de febrero la ciudadanía mexicana organizó una marcha para la defensa del voto y del Instituto Nacional Electoral (INE), ante los intentos golpistas de Andrés Manuel López Obrador para apropiarse del control electoral en la elección presidencial del próximo año.

Como respuesta amenazó que él, López, haría una concentración mayor para superar la manifestación que sin acarreos y sin amenazas había hecho la sociedad civil. Ello, en repudio por el autoritarismo del Presidente de una parte de los mexicanos.

López Obrador no quiso quedarse atrás e intentó superar el acto espontáneo en el que las voces de la audiencia nacional reclamaban: “Fuera López, fuera López.”

En respuesta a la manifestación ciudadana, en 100 ciudades de la República y con alcances en Estados Unidos, España, Francia y Suiza, el tránsfuga de la izquierda y de la democracia mexicana se fusiló íntegro el Artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En su desgastada perorata agradeció a los contingentes llegados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas y así… hasta llegar a Zacatecas, en el mismo orden alfabético consignado en la Carta Magna.

Como no pudo organizar su faramalla en toda la geografía nacional, se fue por el lado cómodo y fácil de asegurar que sus simpatizantes habían llegado de todas partes de la República.

Sólo que con esas expresiones dejó al descubierto el abuso y el desprecio con que se utiliza a los pobres destinatarios de los programas sociales.

Son escaparates de feria para exhibirlos en el Zócalo de la Ciudad de México, el lugar favorito del entonces férreo opositor del sistema político mexicano, el farsante de una izquierda que nunca ha practicado.

En vez de presumir la llegada de contingentes de las 32 entidades federativas, debería de darle vergüenza. Viajar desde las dos Baja California, Sonora, Yucatán o Chiapas son trayectos de 3 mil, 2 mil o mil kilómetros para llegar a la Ciudad de México en un recorrido de 50, 25 o 20 horas.

Con lluvia, frío y sol, una espera de 12 horas para oír al mitómano de Palacio es el atentado más grande a los derechos humanos de los pobres para recoger migajas de los programas sociales.

Tiene razón López cuando asegura “Primero los pobres”. Con todo y el despilfarro del patrimonio nacional para mantener a su clientela electoral, entre 2019 y lo que va de 2023 se han incorporado a la miseria 5 millones de mexicanos.

Las contradicciones de Andrés Manuel son evidentes como todas sus mentiras difundidas en cada mañana. Aprovechó el aniversario de la Expropiación Petrolera para dar respuesta a la conciencia ciudadana que protestó por todos los actos dictatoriales de un personaje imposibilitado para gobernar desde la racionalidad.

Pero López Obrador fue mucho más allá en sus pronunciamientos. Bajo el disfraz de homicida intelectual encubierto, aprovechó el momento de su autoexaltación para amenazar de muerte a los opositores de la fracasada Cuarta Transformación.

En el exceso de su megalomanía se llegó a comparar con Jesucristo sacrificado en la Cruz por intentar redimir a los pobres. Por eso se le linchaba y se le agredía diría López Obrador en una ridícula comparación con el hombre universal, cuyo recuerdo ha perdurado durante 20 siglos, en tanto López Obrador se alista para irse al basurero de la historia.

Advierte a sus críticos de la pena de muerte a que se exponen por oponerse  a su gobierno en decadencia. La profusa circulación de panfletos con la leyenda: “Periodistas con malos pensamientos contra nuestro Presidente serán desaparecidos”. La amenaza no puede ser más abierta que desde la voz y la orden presidencial.  Eso explica los más de 50 asesinatos de periodistas durante el sexenio lopezobradorista y los 17 sólo en el 2022.

En el mitin morenista del 18 de marzo, López Obrador volvió a arremeter en contra de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Hordas de fanáticos adiestradas desde el poder, quemaban un monigote semejando la persona de Norma Lucía Peña Hernández y la consigna: “Fuego, fuego. Fuera Piña”. Esa es la democracia y el respeto a las instituciones que desde siempre ha practicado López Obrador.

El insulto a la presidenta Norma Piña llegó a límites inaceptables para un gobierno que se dice democrático y de respeto al Estado de Derecho: “Norma Piña, santa patrona de los narcos”, cuando que el cómplice de la delincuencia organizada se llama Andrés Manuel López Obrador. Así lo han denunciado los senadores republicanos Ted Cruz y Marco Rubio, con lo que López Obrador ya se puso en el camino para su perseguida ex presidencia.

Sin el más mínimo recato y desprovisto de toda vergüenza se atreve a vociferar que encabeza una presidencia humanista aun cuando él sea prototipo de la deshumanización.  Hay varios acontecimientos que así lo advierten.

Ordenó ocultar el remdesivir para beneficiar a sus cercanos, entre ellos al bandido de su hijo José Ramón López Beltrán.  Esa actitud ocasionó la muerte de 200 mil mexicanos que pudieron haber salvado la vida si el medicamento hubiese estado disponible para afectados de Covid-19.

Humanismo es dedicar presupuesto excesivo a sus tres fracasados megaproyectos, mientras miles de niños mueren de cáncer ante el dolor y la impotencia de sus padres.  Humanismo es desaparecer el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para dejar a 16 millones de mexicanos sin acceso a los servicios de salud.

Humanismo es desaparecer 27 mil escuelas de tiempo completo para dejar sin educación y el único alimento del día a más de 4 millones de niños. Basta con señalar que el 55 por ciento de esos menores estaba por debajo de la línea de pobreza.

Humanismo es mentirles todos los días a los mexicanos con la fantasía de una transformación a todas luces sin regresión.  Humanismo es incitar a la violencia para desaparecer a sus opositores vistos como enemigos. En fin, humanismo es la deshumanización del lopezobradorismo.

Obnubilado por una presidencia que le quedó en extremo grande, ahora López Obrador se convierte en supremo elector al atentar en contra de las instituciones republicanas.  Perdido en la irracionalidad amenaza que en el 2024 la oposición jamás podrá recuperar la Presidencia. Es la abierta advertencia de que ya prepara el fraude electoral del que tanto se duele, para entronizar a una de sus tres destartaladas corcholatas.

Sólo que en política la velocidad de los acontecimientos son impredecibles. De un día para otro las circunstancias pueden cambiar radicalmente, sobre todo porque López Obrador deberá enfrentar obstáculos que se advierten irremontables.

Hacia el interior se encuentra enfrentado con los empresarios y las clases medias de las cuales se ha distanciado y ya perdió.

La iglesia le ha dirigido severas críticas y señalamientos en contra de un gobierno que jamás pudo cristalizar las promesas de campaña. Y desde luego los periodistas y los medios más influyentes son una severa advertencia a su destartalada presidencia.

Su enfrentamiento con el Partido Republicano también le traerá graves y severas consecuencias. Fue un gravísimo error enviar a Marcelo Ebrard para instruir a los 52 cónsules, tengan reuniones informativas con los mexicanos e inducirlos a votar en contra del Partido Republicano. Y desde luego ya compró innecesariamente pleito con la poderosa prensa estadounidense tan crítica de su gobierno.

Desde hoy se advierte no le alcanzarán sus 23 millones de clientes electorales para perpetuarse en el poder, en un fallido intento de instaurar un minimaximato.  Ampliaremos…

 

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HOJAS LIBRES

La cárcel, el verdadero temor de AMLO

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De perder la elección presidencial en el 2024 * Sabe que la oposición podría meter a prisión al primer expresidente de México en el 2025 * López Obrador, asesino intelectual encubierto

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

Desde su paso por la oposición hasta su ejercicio como Presidente de la República, López Obrador ha utilizado la amenaza, la descalificación y la diatriba para atacar a sus adversarios reales o supuestos.

Así ha transitado desde el “cállate chachalaca”, “al diablo con las instituciones” y “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.

Al principio, y como opositor, se pensó era su posición política para enfrentar al priísmo y al panismo, hasta llegar a inventar un gobierno de ficción y su payasada de protestar como “presidente legítimo” en el Zócalo de la Ciudad de México.

Lo malo fue que ya después desde el poder, el tono virulento de su discurso se acrecentó contra todo síntoma de crítica y disidencia. Todos los que no están con él son enemigos del régimen: neoporfiristas, conservadores, neoliberales y cuánto epíteto se le ocurre desde la insania de su personalidad deformada.

La última destinataria de sus léperos pronunciamientos fue la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, al calificarla como protectora de jueces y magistrados que han liberado a delincuentes de cuello blanco. Ello en alusión a la negativa de girar orden de aprehensión en contra del ex gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

La mayor descomposición mental le vino al ciudadano López cuando un juez federal ordenó liberar las cuentas de la esposa de Genaro García Luna. Era más de lo que podía soportar. Al punto de la paranoia se atrevió a amenazar de enjuiciar a los jueces que se atrevieron a contradecir sus designios.

El ignorante de Palacio ignora que para proceder contra un juez o un magistrado, debe de esperarse hasta la resolución final para determinar si hubo o no transgresión a la ley.

Lo malo para López fue que en su incontinencia verbal no pudo ocultar su complicidad con el abyecto ministro Arturo Zaldívar Lelo (da) de Larrea, al reconocerle que con él había más vigilancia sobre los jueces y magistrados. El mismo que desde su posición de presidente de la Suprema Corte, en un acto de sumisión, diría: “Hay que escuchar el mandato de las urnas” en alusión a los 30 millones de votos de López Obrador. Vergonzosamente olvidó el ministro que la Corte no se mueve por votos sino por la constitucionalidad de sus actos.

Zaldívar, el mismo que permaneció semanas en la inconstitucionalidad, al no pronunciarse y callar cobardemente ante el intento de prolongar su mandato por dos años más para someterse a López Obrador. El mismo que permitió a López Obrador llamar mafiosos a los ministros que no votaran por la extensión de su mandato. En fin, el mismo que no exigió respeto para sus “compañeros” integrantes del máximo órgano jurisdiccional del país.

El coraje en contra de la ministra Piña Hernández le viene a López Obrador porque perdió a su alfil para presidir a la Corte. Yasmín Esquivel Mossa resultó una vulgar delincuente plagiaria de tesis doctoral y de licenciatura. Tanto intentó exonerarla el demente de Palacio que terminó por hundirla más en el desprestigio.

Sólo que Andrés Manuel se exhibió como protector de la delincuencia femenina de la 4T. Exactamente igual como lo hizo con la delincuente electoral Delfina Gómez, y observada con 800 millones de pesos en apenas siete meses como secretaria de Educación Pública.

Y desde luego la homicida por acción y omisión del Metro de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Una espléndida trilogía de la 4T como le gusta al lopezobradorismo.

Por eso sus desmesurados ataques en contra de una respetable ministra de carrera judicial y sin los pasivos que arrastra Esquivel Trampoossa. López Obrador, el tartufo que tanto lucra con la religión y sus estampitas mañaneras, pida a Dios no haya un atentado en contra de la ministra Piña Hernández y menos con resultados de consecuencias funestas. Iría con cargo a la cuenta de su discurso incendiario para predisponer  los ánimos de sus fanáticos seguidores o de sus propios enemigos para culparlo de sus lamentables provocaciones.

Ya hubo dos manifestaciones severas y graves en contra de la ministra presidenta. La primera cuando en redes sociales la presentan como el problema para la justicia. La solución, una bala. Y la segunda cuando una mujer vestida de toga y birrete, y un arma de utilería de alto poder, se apersonó a las puertas de la Suprema Corte para ofender a la institución que representa la ministra Norma Lucía Piña. El estribillo fue copiado de una espléndida canción infantil francesa: Martinillo.

Con voz aguardentosa y desafinada pretendía quedar bien con el jefe López cuando desentonó: “Norma Piña, Norma Piña, ¿dónde estás, dónde estás? Chingas a tu madre y te vas. Chingas a tu madre y te vas. Esta no es magistrada, es una naca de cabaret”.

El papel y el personaje la acomodó a la perfección. Se exhibió como la prostituta de la política que representa, al dejar al aire su extremidad inferior izquierda con una abertura en el vestido como se usa en los antros de arrabal. No hubo sorpresa. Es el lenguaje diario que utiliza e inyecta ánimos a López Obrador.

Esta agresión a las puertas de la Suprema Corte se viene a sumar a los enormes daños que López Obrador ha causado a diversos actores sociales y políticos, con su lenguaje ofensivo y de incitación a la violencia secundados por los fanáticos lopezobradoristas, como el espurio dirigente morenista Mario Delgado.

López Obrador ha arremetido también en contra de periodistas y ambientalistas defensores de la tierra. Los datos oficiales expresados por el mismo subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, el 27 de enero anterior, deberían de preocupar al Presidente de una parte de los mexicanos. Son 61 periodistas asesinados en lo que va del gobierno de López Obrador y 17 por lo que respecta únicamente al 2022.

Preocupante son también los datos que Global Witness da a conocer de los activistas de los Derechos de la Tierra asesinados en México durante el funesto gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Son 54 activistas que forman parte de un patrón por defender los grandes recursos naturales en contra de trasnacionales explotadoras de la flora y la fauna, grupos criminales violentos y gran corrupción gubernamental.

Según la misma Global Witness, el Cártel de Jalisco Nueva Generación ha hecho incursiones ilegales en la minería y sin respuesta por parte del Estado Mexicano, así como en los recursos maderables y pesqueros. Ello ha culminado en el asesinato de 27 defensores de los Derechos Humanos y de protección al Medio Ambiente.

Habría que preguntar, ¿cuántos de estos homicidios dolosos son con cargo al discurso beligerante y de incitación a la violencia de Andrés Manuel López Obrador?

Pero la mayor tragedia viene en los últimos meses del gobierno de López Obrador. Ante el temor de perder la elección presidencial del próximo año, desde ahora puede predecirse que va a intensificar su campaña de odio en contra de sus opositores, de los conservadores y de los neoliberales, quienes son sus enemigos imaginarios en su deformada personalidad.

Ello puede advertirse porque ya no pudo contra la corrupción, cuando en su gobierno hay mucho más corrupción que en el priísmo y el panismo a los que tanto critica. Y ya no pudo controlar la violencia de la que siempre ha dicho “vamos muy bien en materia de seguridad”, aun cuando las cifras de muertos y desaparecidos son mayores a las reportadas oficialmente durante los gobiernos de Peña Nieto y Felipe Calderón.

Ese es su verdadero temor. Perder las elecciones y que de llegar la oposición a la Presidencia, encarcele al primer expresidente de México en el 2025.  Ampliaremos…

 

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