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HOJAS LIBRES

Abogado general de la Unach viola la autonomía universitaria

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Conoce el ‘Imperio de las mentiras’ de María de los Ángeles Pérez Zarazúa * La Universidad Autónoma de Chiapas, entre represión y amenazas * Ignorancia de la ley y de la Constitución de Enrique Pimentel González Pacheco

POR ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

El día 15 de enero de 2020 dio inicio a un intento de procedimiento administrativo en contra del doctor José Adriano Anaya, coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Chiapas.
La denuncia fue presentada por la alumna María de los Ángeles Pérez Zarazúa, quien acusó de omisión al catedrático, ante los reiterados acosos y hostigamientos sexuales por parte de los maestros que imparten diferentes cátedras en la Maestría de referencia.
La manipulación y la inducción de la maestra Pérez Zarazúa es evidente.

En su libelo involucra circunstancias que nada tienen que ver con el motivo de su queja. Dice, por ejemplo, que el doctor Adriano Anaya utiliza su diario Contrapoder para agredir a autoridades universitarias y funcionarios del gobierno del estado. Señala en específico las críticas, en ejercicio del periodismo libre e independiente, realizadas en contra del presidente del Tribunal de Justicia, Juan Óscar Trinidad Palacios.
La pregunta es obligada: ¿Cuál es la relación entre los acosos sexuales en la Universidad Autónoma de Chiapas y las críticas al jefe del Poder Judicial del Estado? Ello lleva inevitablemente a inferir que María de los Ángeles Pérez recibió instrucciones desde el poder, lo cual necesariamente lleva a la intervención del gobernador Rutilio Escandón, del rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, Carlos Natarén Nandayapa, y del propio Juan Óscar Trinidad Palacios.

En su perorata, Pérez Zarazúa manifiesta que envió un correo electrónico al doctor José Adriano Anaya, en el que le hacía saber de todos estos atentados en contra de la integridad física y moral de las alumnas, y que jamás respondió -Adriano Anaya- a su reiterada queja. Sólo que como después se comprobó, jamás hubo un correo de comunicación al coordinador de la Maestría en Derechos Humanos, como después corroboró la defensoría de los Derechos Humanos Universitarios de la propia Universidad Autónoma de Chiapas.
Es lamentable y desde luego denigrante, la casi imposibilidad de acabar con los acosos y hostigamiento sexuales, cuando que los maestros se valen de su posición docente y académica, con el ejemplo que desde la cúspide del poder, se utiliza la posición política y jerárquica laboral para condicionar el trabajo y la rendición femenina para acceder a las pretensiones de quienes dependen.
La exoneración al doctor José Adriano Anaya y liberado de toda responsabilidad administrativa y de un posible delito, la dio la propia defensoría de los Derechos Humanos y Universitarios de la máxima casa de estudios, cuando textual asienta: “Esta defensoría determina no existe (sic) suficientes elementos y evidencias que acrediten la omisión de prevenir y atender la violencia de género en agravio de (la supuesta víctima), toda vez que no se pudo acreditar si realmente le haya llegado la carta al doctor José Adriano Anaya, (y) como ha quedado demostrado fue enviado a otro correo personal que no es de Adriano Anaya o en su caso haya tenido conocimiento, además de que la víctima no presentó más pruebas o evidencias que pudiera (sic) demostrar que el día 16 de agosto de 2017, haya tenido contacto con Adriano Anaya para informarle directamente el presunto agravio a su persona por hostigamiento”, por lo que esta defensoría declara sin materia la acusación de referencia.


Pero la ausencia de responsabilidad omisiva, dolosamente señalada, fue todavía más allá con la recomendación R/DDHU/002/2021 de fecha 24 de marzo de ese mismo año, emitida por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, deja una vez más en evidencia las mentiras y falsedades de la “maestra” María de los Ángeles Pérez Zarazúa, cuando la propia Comisión sentencia: “Dejar sin efecto el procedimiento administrativo por no existir elementos de responsabilidad”.
Las agresiones al doctor Adriano Anaya continuaron el 4 de noviembre de 2021, cuando fue citado a declarar, en calidad de testigo, sobre un catedrático imputado como acosador y hostigador sexual, en las oficinas del Abogado General de la Universidad Autónoma de Chiapas, Enrique Pimentel González Pacheco.
El episodio de la comparecencia fue en exceso lamentable por la prepotencia de las autoridades universitarias. Acompañado de su abogado, Adriano Anaya solicitó la filmación de la audiencia a que fue convocado por las trampas y manipulaciones de que pudiera ser objeto. El fútil argumento de los abogados al mando de Pimentel González Pacheco fue que el espacio era muy reducido y que por prevención de la pandemia únicamente se permitía el acceso a dos personas.
Sin embargo, por instrucciones del Abogado General, Enrique Pimentel González Pacheco, clandestinamente ordenó filmar nuestra comparecencia. Al reclamar al asistente de González Pacheco, éste buscó refugio en las oficinas del propio Abogado General. Increpado éste último sobre el nombre del improvisado cineasta universitario, González Pacheco brindó toda la protección a su esbirro, al ocultar el nombre y cargo con el cual se desempeña dentro de las instalaciones de la oficina del Abogado General.


Cualquier funcionario público, incluidos los de la Universidad Autónoma de Chiapas, tienen la obligación de identificarse y proporcionar nombre, apellidos y función que desempeñan. Una violación más a los Derechos Humanos de los comparecientes.
Más grave resultó todavía que el Abogado General, en funciones de Ministerio Público, indicó que al doctor Adriano Anaya se le había citado únicamente como testigo para hacerle unas preguntas respecto del comportamiento del catedrático que se le sindica por acoso y hostigamiento sexual a diversas alumnas en la maestría en Derechos Humanos.
Y como colofón para intimidar, el Abogado General mandó llamar a la policía sectorial, quienes se presentaron con armas largas, en abierta violación a la autonomía universitaria, en un espacio que pertenece a un organismo público autónomo.

Todo cuanto ahí sucedió fue en flagrante violación a los artículos 1, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuando que todavía no existe ordenamiento alguno, por parte de la Universidad Autónoma de Chiapas, que regule el procedimiento bajo el cual deberá de comparecer cada persona citada. Ello indica carencia de la debida fundamentación y motivación, inserta en el artículo 16 de la Carta Magna, y se omiten las formalidades esenciales del procedimiento reguladas por el artículo 14 del mismo ordenamiento constitucional.
Es entendible esta grave deficiencia. En el año 2016 el hoy senador, Eduardo Ramírez Aguilar, encargó al director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Chiapas, Carlos Natarén Nandayapa, las reformas constitucionales al Código político estatal.
La ignorancia del hoy rector, Natarén Nandayapa, sobre cuestiones constitucionales, fue en extremo evidente. Después hablaremos de ellas. Hasta la fecha todavía prevalecen esas contradicciones entre la Constitución del estado de Chiapas y la Constitución General de la República como obra de Natarén.


Por su parte, el Abogado General, Enrique Pimentel González Pacheco, incurre en el delito de ejercicio ilegal de funciones públicas, previsto y sancionado por el artículo 417 del Código Penal del estado de Chiapas: “Ejerza funciones que no le correspondan, (…) o se exceda en el ejercicio de las que tiene conferidas”. Ampliaremos…

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El futuro incierto y de terror de AMLO

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La Cuarta Transformación, precursora de las tragedias históricas de la Independencia, la Reforma y la Revolución * Los mensajes al pueblo de México de perpetuarse en el poder son funestos y constituyen un atentado a la democracia y a las instituciones republicanas

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

Durante toda su campaña de una decena de años, López Obrador llamó a la ciudadanía y al electorado a sumarse lo que hoy es su fallido proyecto de la Cuarta Transformación, como continuación de los tres grandes momentos estelares de la historia de México.

Según López, se erige en el continuador de la grandeza histórica de Miguel Hidalgo y José María Morelos, héroes de la Independencia de México de la Corona Española.

Según López, es precursor de la Reforma con Benito Juárez, a quien tocó el segundo gran movimiento nacional que consolidó la Independencia nacional.

En su deformada personalidad y de percepción histórica, López se asume también como heredero del mártir de la democracia, Francisco I. Madero, con la Revolución de 1910.

Lo que olvida el gran corruptor de la democracia y de atentado permanente a las instituciones nacionales, es que estos tres movimientos “transformadores” derivaron en severas y nefastas tiranías como la que hoy pretende extender con su corcholata marioneta Claudia Sheinbaum.

La Independencia de México -en vez de abrir el camino hacia la prosperidad de la nación- derivó en la dictadura militar del general Anastasio Bustamante.

El presidente Vicente Guerrero fue asesinado cuando el traidor italiano Picaluga lo entregó para que el vicepresidente de la República Bustamante implantara la dictadura militar.

Más grave fue cuando otro de los funestos resultados de la Independencia fue la dictadura de Antonio López de Santa Anna, quien usurpó la primera magistratura del país durante once periodos presidenciales.

Así, el resultado del primer gran movimiento transformador fue la dictadura militar y los intentos de perpetuidad santannista.

La Reforma iniciada por Juárez terminó también en un fracaso de la democracia mexicana. El resultado de la segunda gran transformación propició los treinta años de la dictadura de Porfirio Díaz. Por segunda ocasión México y sus próceres no supieron encontrar el camino de la democracia.

Francisco I. Madero, el líder revolucionario al que no se le puede negar sus méritos de haber destronado a Porfirio Díaz, no pudo concluir su obra para la pacificación y la prosperidad de la unión. Apenas gobernó 15 meses entre noviembre de 1911 y febrero de 1913 en que fue asesinado.

El movimiento revolucionario culminó con la traición de Victoriano Huerta, responsable del golpe de Estado, el asesinato del presidente Madero, del vicepresidente Pino Suárez y la usurpación de la Presidencia de la República.

La revolución mutó también en dos severas dictaduras: la surgida de la diarquía Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. La reelección de Obregón llevaba a la impronta de transferirse el poder alternadamente entre ambos personajes del grupo Sonora.

Y la segunda gran dictadura fueron los 71 años consecutivos que gobernó el PRI, sin oposición enfrente entre 1929 y el 2000.

Artífice de esa dictadura fue el presidente Lázaro Cárdenas. Si bien es cierto terminó con el intento del maximato callista, fue el artífice de la dictadura priísta y el presidencialismo mexicano que prevaleció hasta el último día del siglo XX.

Cárdenas, al que tanto admira el señor López, autorizó que el jefe de la campaña presidencial de Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, operara el fraude electoral y el asesinato de cientos de opositores para impedir el triunfo de general Juan Andrew Almazán.

Tiene razón López cuando dice que va por la Cuarta Transformación. Ya se avizora que los resultados serán los mismos, heredados de la Independencia, la Reforma y la Revolución.

López Obrador, quien llegó a la Presidencia de la República con el discurso de la democracia y la anticorrupción, resultó ser el más autoritario y el más corrupto de todos los presidentes de los ciclos priístas y panistas a los que tanto critica.

Los mensajes al pueblo de México de perpetuarse en el poder son funestos y constituyen un atentado a la democracia y a las instituciones republicanas.

Ha amenazado con que la oposición no volverá a ganar y que será presidenta una mujer que piensa como él. El único referente de tan cruenta amenaza es la corcholata Claudia Sheinbaum.

La premonición del usurpador adelantado de la voluntad popular es de un significado de proporciones incalculables. Sin ningún recato advierte que utilizará todo el aparato de Estado para que Morena y sus secuaces permanezcan en el poder como calca del PRI octogenario.

Sigue así los mismos pasos en que terminaron los tres grandes movimientos transformadores que según él, dice, precedieron a su hoy frustrada Cuarta Transformación.

Está a la vista que la cuarta regresión está diseñada para imitar las dictaduras militares de Anastasio Bustamante y Antonio López de Santa Anna, así como al sempiterno porfiriato al que tanto fustiga para compararlo con los conservadores, cuando que él es un retrato del santannismo, el porfirismo y el priísmo en México.

La cuarta regresión va en camino de imitar el golpe de Estado de Victoriano Huerta si los resultados electorales no le favorecen a la asesina del Metro de la Ciudad de México, aunque trate de ocultar sus intentos golpistas con el cuento de que la oposición prepara un gran fraude electoral.

Lo malo es que López Obrador no conoce las lecciones de la historia patria o pretende ignorarlas. Todos los que han pretendido perpetuarse en el poder, finalmente han sido defenestrados y han terminado en el basurero de la historia. Ahora López Obrador es candidato de irse a La Chingada y no precisamente a su rancho de Palenque.

López, quien pretende reelegirse en la figura de Claudia Sheinbaum, si bien le va terminará exiliado en algún país de las dictaduras cubana, venezolana o nicaragüense. Pero si los vientos no le favorecen terminará en la cárcel. Ni en La Chingada tendrá la oportunidad de ir a vivir.

Su futuro es incierto y de terror. La DEA, la Oficina de Inteligencia de Estados Unidos y el Comando Norte andan detrás de él y ni aun cuando la usurpadora corcholata fuera presidenta de México podrá salvarse.

Queda pues a la vista que la pretensión de López Obrador es continuar por el camino de las regresiones que se gestaron desde la Independencia, la Reforma y la Revolución. López Obrador le queda deber todo a los mexicanos en desarrollo político, democracia, educación, salud, transparencia y -sobre todo- seguridad.

Así, las lecciones de la historia por las que hemos transitado desde la Independencia, la Reforma y la Revolución, llevan a la conclusión de que López Obrador pretende terminar su trágico gobierno con los intentos de continuación de los tres grandes procesos históricos a los que él apela para postularse como el gran heredero de Hidalgo y Morelos, Juárez y Francisco I. Madero. Ampliaremos…

 

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AMLO será vencido por el peso de la historia

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Las triquiñuelas electorales de López Obrador * Al presidente le ha dado por inventar que la oposición prepara un fraude electoral para el 2024. López, que se dice historiador, se equivoca. La historia demuestra que los fraudes electorales se provocan desde el poder y no desde la oposición

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

Andrés Manuel López Obrador ha sido exhibido como un mentiroso contumaz ante la ciudadanía y el electorado. Sustentan esta afirmación las más de cien mil mentiras en sus amañadas mañaneras, entrevistas y discursos vacíos con que se presenta ante el país.

Ahora le ha dado por inventar que la oposición prepara un fraude electoral para el 2024. López, que se dice historiador, se equivoca. La historia demuestra que los fraudes electorales se provocan desde el poder y no desde la oposición.

Los adversarios no tienen a su disposición el aparato de Estado, los recursos del gobierno federal, el sometimiento de las instituciones electorales, la complicidad de 23 gobernadores morenistas ni la sumisión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Un breve recorrido de la historia le demostrará al Presidente que los fraudes vienen del poder. Cuando en la segunda elección presidencial de 1829, Manuel Gómez Pedraza derrotó a Vicente Guerrero, esta soberbia figura de la Independencia dio un funesto ejemplo a la nación que prevaleció casi para siempre.

Desconoció el resultado electoral y al encabezar un golpe de Estado vulneró el orden constitucional que se había alcanzado con la primera presidencia de México en la figura del general Guadalupe Victoria.

Después todo fue desorden y caos desde el poder. Antonio López de Santa Anna ocupó 11 veces la Presidencia de la República con la disposición de las instituciones para perpetuarse en el poder.

Benito Juárez, el prócer de la Reforma, se entronizó en la Presidencia durante 15 años. Y si no hubiera muerto en 1872 se sigue de largo. Famosa fue su percepción sobre la elección de candidatos: “Si el gobierno no organiza las elecciones ¿entonces quién lo hará?”. Un símil exacto de la Comisión Federal Electoral que privó hasta 1992 a cargo del secretario de Gobernación, juez y parte en cada uno de los comicios.

Muerto Juárez, lo sucedió en el cargo Sebastián Lerdo de Tejada. Con trampas y argucias derrotó a Porfirio Díaz furibundo antirreeleccionista. Así lo evidencia en el Plan Tuxtepec y el Plan de la Noria, en los cuales se oponía a la reelección de Juárez y a la presidencia de Lerdo de Tejada.

Diría Díaz: “Que ningún ciudadano se imponga y se perpetúe en el poder y esta será la última revolución”. Sin proponerselo vaticinó su futuro. La revolución de 1910 terminó con sus 30 años de dictadura y lo expulsó para siempre de la Presidencia de la República.

Ninguna oposición pudo derrotarlo. Cada una de sus seis reelecciones se fraguó con el apoyo y el uso del poder del Estado.

El célebre constitucionalista Venustiano Carranza ocupó tres veces la primera magistratura del país. Ello sólo fue posible con la manipulación de las instituciones republicanas subordinadas al poder presidencial.

Álvaro Obregón, presidente de México entre 1920 y 1924, mató a todos sus opositores para poderse reelegir en 1928 con el ciento por ciento de la votación nacional.

Finalmente el peso de la historia lo alcanzó. Terminó asesinado bajo el apotegma que él mismo acuñó: “Mientras más matas, más gobiernas”. Su vida terminó desde el poder (Plutarco Elías Calles) y no desde la oposición.

Solamente en este proceso electoral han sido asesinados 44 presidentes municipales y aspirantes a cargos de elección popular. Se actualiza la sentencia de Álvaro Obregón para la elección del 2 de junio de 2024 en la que habrá indudablemente la consigna de que “mientras más matas, más gobiernas”.

Cuando en 1929 José Vasconcelos, el maestro de América, se enfrentó al candidato oficial Pascual Ortiz Rubio, el fraude monumental lo operó y ejecutó el entonces presidente Emilio Portes Gill por instrucciones del caudillo de la Revolución Plutarco Elías Calles. Otra vez la oposición no se pudo apropiar fraudulentamente del poder… y el poder se volvió a apropiar del poder.

A López Obrador debería de dársele unas clases elementales de historia de México y enseñarle a no mentir, no robar y no traicionar.

En la elección de 1940 se vaticinaba el triunfo del general Juan Andrew Almazán sobre el candidato oficial Manuel Ávila Camacho. El entonces gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Valdés, jefe de la campaña presidencial, propició la masacre de cientos de simpatizantes almazanistas y uno de los fraudes electorales más espectaculares de la historia patria.

El más reciente fue el fraude que llevó a la Presidencia de México a Carlos Salinas de Gortari. Quinientos perredistas asesinados confirman este aserto.

El artífice de la famosa “caída del sistema” fue Manuel Bartlett, en ese entonces secretario de Gobernación.

La entonces combativa, comprometida social, férrea disidente del sistema y defensora de las instituciones electorales, Claudia Sheinbaum, lo llamó dinosaurio, usurpador y delincuente electoral al asegurar: “El pueblo votó y Cárdenas ganó”.

Hoy esta inconsistente ideológica y política, Claudia, la asesina del Metro de la Ciudad de México y del colegio Rébsamen, lo llama patriota y prócer de la patria, al ponerlo al nivel de Hidalgo, Juárez y Madero.

Este breve recorrido por la historia demuestra que la oposición jamás ha podido perpetrar un fraude electoral y todos han venido desde el ejercicio autoritario del poder.

Quien sí prepara un funesto y lamentable fraude electoral en contra de la soberanía popular se llama Andrés Manuel López Obrador. Así lo ha manifestado en cada una de sus intervenciones cuando dice que la oposición jamás volverá a ganar.

Ya dio muestras de su intromisión en la elección de candidatos. Manipuló las encuestas internas de Morena para imponer a la desangelada Claudia Sheinbaum, cuando que siempre se supo que el favorito era Marcelo Ebrard y no la tal Claudia.

López se adelantó también a nombrar por anticipado a los futuros dirigentes de la nación. Diría que el segundo lugar de las “corcholatas” sería líder del Senado de la República; el tercero, presidente de la Cámara de Diputados, y el cuarto sería secretario de Gobernación.

De dónde saca este funesto personaje repartir nombramientos, aun cuando ni siquiera se sabe cómo será el resultado de la elección del 2 de junio, aun cuando ya anticipa un megafraude electoral.

La denuncia de un fraude electoral por parte de la oposición, sólo obedece a la razón fundada de que no tiene la certeza del triunfo de su trágica “corcholata”.

Con todo y que pregonan que va 20 o 25 puntos arriba de Xóchitl Gálvez, ya se le descompuso el escenario político electoral.

Acapulco y todo el estado de Guerrero estará en contra de Claudia Sheinbaum.

Las madres buscadoras, a las cuales se les ha ignorado y humillado, están también en contra de la favorita del régimen. Ayotzinapa es otro de los pendientes a los que López Obrador no les ha cumplido y ha ofendido permanentemente a los padres de los 44 desaparecidos.

Estados Unidos también ya mandó sus propios mensajes. El Comando Norte dice que un tercio del territorio nacional está invadido por el narcotráfico con la complicidad de López Obrador. La DEA monitorea permanentemente las actividades de la delincuencia organizada y su relación con el gobierno federal. Y la oficina de inteligencia investiga también las actividades de la delincuencia organizada en México.

Pero el aviso más significativo es el del embajador Ken Salazar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sin mencionarlo por su nombre, pidió respeto para el poder que se ha enfrentado a las veleidades, a las ocurrencias y a las amenazas de López Obrador, cuando pidió un aplauso para la ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández.

Así, el fraude electoral se prepara desde la Presidencia de la República y todos sus órganos represivos del poder, con el jefe de campaña de Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador. Ampliaremos…

 

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El exceso del populismo demagógico

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También recurre al chantaje y la mentira para apropiarse de las instituciones republicanas * López Obrador sabe que sus barbaridades no van a prosperar, pero son parte de su estrategia electoral para denostar a la oposición y agredir a la Suprema Corte de aquí hasta las elecciones de junio

 

ROBERTO DOMÍNGUEZ CORTÉS

 

En su enésimo intento por apropiarse de las instituciones republicanas, Andrés Manuel López Obrador nuevamente recurre al chantaje, la mentira y la demagogia.

Asegura que las 18 iniciativas de reformas constitucionales y las dos legales son para beneficio del pueblo de México al propiciar importantes ahorros en el tesoro público nacional. Falso. Si alguien ha depredado el presupuesto público es precisamente el gobierno de la cuarta regresión.

El Tren Falla (sic) significa 500 mil millones de pesos sin ninguna utilidad, destinados al precipicio y con una incuantificable deforestación por los lugares donde supuestamente pasará.

El capricho de la refinería Dos Bocas ya impactó al erario federal en 400 mil millones de pesos. Inaugurada el 21 de marzo de 2022, después de dos años no ha refinado un solo barril de petróleo, así como tampoco ha producido un solo litro de gasolina.

Y en cuanto al aeropuerto Felipe Ángeles, el despilfarro alcanza la estratosférica cantidad de 415 mil millones de pesos. Un aeropuerto al que no llegan aviones, a pesar de obligar a transferir pasaje y carga desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Irremediablemente está condenado al fracaso.

Se trata entonces de un gasto inútil e innecesario de casi un billón y medio de pesos sin alguna utilidad hasta el día de hoy.

La mentira de López Obrador es evidente. La dilapidación presupuestal atenta en contra de la salud, la educación y sobre todo la seguridad de los mexicanos, a lo que tanto invoca en su perorata del 5 de febrero.

En su breve recorrido histórico con la exaltación de los próceres de la Independencia, la Reforma y la Revolución se presenta como lo que es: un consumado demagogo.

Retoma principios y postulados que no practica. Cuando habla de Morelos y sus Sentimientos de la Nación, reafirma que somos “una República con división de Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El gobierno liberal debe sustituir al tiránico”.

El cinismo de López Obrador es patético y de antología. Si alguien ha intentado someter a los tres Poderes, al Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal y al Instituto Nacional Electoral es precisamente el tiránico déspota con anhelos de dictador: “Al diablo con las instituciones. Y no me vengan con el cuento de la que la ley es la ley”.

Pues sí López. Las instituciones republicanas son el soporte de la Nación y las leyes el medio para preservar la paz, la tranquilidad y el Estado de Derecho que jamás se ha respetado durante la Cuarta Regresión.

Su trágica perorata no mide las consecuencias de sus palabras cuando cita al Benemérito de las Américas: “No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa sino con sujeción a las leyes”.

Si alguien vulnera permanentemente el orden legal y constitucional es Andrés Manuel López Obrador. Cuando presentó por primera vez su inconstitucional plan A para apropiarse del INE, ni el “fast track” más elaborado habría probado en el Congreso de la Unión un paquete de reformas inconstitucionales con celeridad inusitada.

En tres horas aprobaron lo que, por el número de hojas, ni siquiera hubieran podido contar una por una. El fraude legislativo fue tan evidente que la propuesta pasó sin cambiarle un solo punto y ni una coma. Hasta con errores gramaticales y de ortografía lo ratificaron sus lacayos de la Cuarta Regresión.

El que convoca sujetarse a las leyes como Juárez, gobierna en la improvisación, la mentira y la diatriba en contra de sus críticos y opositores.

Su objetivo son los dos pilares de la democracia mexicana y el sometimiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la que no ha podido doblegar. Siempre ha querido apropiarse del control electoral a cargo del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para manipular la elección presidencial e imponer a su desangelada candidata Claudia Sheinbaum.

Hoy lo ha logrado a medias con el ascenso de Guadalupe Tadei Zavala, representante del morenismo en el Instituto Nacional Electoral, pero sin que Tadei ni López puedan definir el rumbo del instituto por el contrapeso de los otros consejeros, aunque haya otros adictos a los caprichos del tirano.

En un exceso en contra del orden republicano y constitucional, López Obrador se ha atrevido a proponer que los ministros, magistrados y jueces sean electos por el voto popular, con el cuento de que así estaba previsto en la Constitución liberal de 1857. En entrega posterior demostraremos su falacia.

El mismo injustificado argumento plantea también para la elección de jueces y magistrados de los Tribunales Superiores de Justicia de las entidades federativas.

El derecho es tan complicado que sería aberrante caer en la improvisación, la corrupción y la inepcia de los “garantes” de la administración de justicia, sin carrera judicial, sin conocimiento de la ley y sin responsabilidad para sentenciar con imparcialidad y apegados al marco constitucional.

Nada más imagínese al acusado de violación Félix Salgado Macedonio, al lépero de Cuitláhuac García, a la impresentable Layda Sansores, al “inteligentísimo” Cuauhtémoc Blanco, a Rutilio Escandón y varios etcéteras más de la fauna lopezobradorista, en busca del voto popular para presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los poderes judiciales de los estados.

López Obrador sabe que estas barbaridades no van a prosperar. Sólo que son parte de su estrategia electoral para denostar a la oposición y agredir a la Suprema Corte, con el desgastado argumento de que los neoliberales y conservadores se oponen a la democracia, al progreso y al bienestar del pueblo.

Ese pueblo que tanto ha ofendido con el despilfarro del patrimonio nacional. Con los cuatro millones de niños que ha dejado en el desamparo, sin alimentación y sin educación al desaparecer 27 mil escuelas de tiempo completo.

Los atentados a la salud ante la imposibilidad de surtir 45 millones de recetas. La falta de mastografías a un millón 300 mil mujeres. Las 7 mil 300 operaciones quirúrgicas dejadas de practicar. Y los más de un millón y medio de muertos por la irresponsabilidad y ligereza con el que se trató el Covid-19 y la enorme corrupción con los dineros sanitarios.

Esa sí es una canallada y un atentado a la Soberanía Nacional y al pueblo de México.

En el exceso de su populismo demagógico se atreve a proponer una jubilación de 100 por ciento que sólo puede concebirse en una personalidad deformada. En su inmensa ignorancia, como escolapio de primaria propone crear un fondo semilla de 64 mil millones de pesos a partir del 1 de mayo de 2024 para garantizar el ciento por ciento de jubilación a los trabajadores retirados.

Es de carcajada su propuesta. Para cubrir el ciento por ciento de jubilación al salario de los trabajadores se requeriría el doble, entre 130 mil y 140 mil millones de pesos sólo para el 2024. Habría que preguntarle al “prócer” de la patria de dónde van a salir esos 130 mil millones de pesos anuales sin una reforma fiscal para conseguir los recursos necesarios.

En medio de esa comedia laboral, la ignorancia de Claudia Sheinbaum le permite afirmar que ya revisó las cuentas y que esos 64 mil millones de pesos resuelven el problema de jubilación hasta el año 2030, cuando que el fondo semilla inicial apenas alcanzará para la mitad del año que corre.

Y desde luego como sus intereses personales son mayores que los del pueblo de México no se atreve a hacer una reforma fiscal. Sería el tiro de gracia a su desangelada candidata Claudia Sheinbaum con aumentos a los impuestos o la creación de nuevas cargas tributarias.

Tampoco habrá cómo financiar los 5 billones de deuda contratada en este trágico quinquenio, aunque López juró jamás endeudar al país, cuando que sólo en este año se ha contratado deuda por un billón de pesos.

Con ello se documenta su mentira número 100,001 desde las Mañaneras. Ampliaremos…

 

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PD.- En próxima entrega cuánto se necesita para los gastos de jubilación, de Jóvenes Construyendo el Futuro, adultos mayores y discapacitados.

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