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PULPO POLÍTICO

AMLO, ¿líder demócrata o aprendiz de tirano?

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Populismo, el primer paso para el comunismo * ¿El Presidente está a la altura de un Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Daniel Ortega? Sus “adversarios” aseguran que ese puede ser su plan, pues muchos dictadores han dejado desgracias en sus países

 

POR FRAY LALITO

 

“Cómo convertirse en un tirano” es una serie documental de Netflix que explica detalladamente cuáles fueron los pasos, o las reglas, que siguieron grandes dictadores o tiranos del mundo del siglo XX, como Adolfo Hitler, Joseph Stalin, Mussolini, Saddam Hussein e Idi Amin.
Se establecen a través de las “reglas” características y acciones que fueron un común denominador para esos célebres personajes.
Aunque no se incluyen mandatarios recientes o actuales como Díaz Cannel, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, los patrones que se explican se ajustan al ciento por ciento.
Lo interesante es realizar el ensayo en la persona del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que son muchos políticos, intelectuales, periodistas y figuras públicas que lo han calificado como un potencial dictador.
Hasta antes de las elecciones de junio de 2021, esos mismos no dudaban que su intención era reelegirse y que ello ocurriría por dos motivos: Primero, porque al final del sexenio los avances serán inobjetables, aunque sea sólo en la “percepción” de una gran mayoría de mexicanos y no querrán que se interrumpa la transformación.
Segundo, porque se hará evidente que no se habrán alcanzado las metas de la Cuarta Transformación por culpa del coronavirus, por la herencia del periodo neoliberal, porque no bastan 6 años para remediar el mal que se hizo durante 36 años, por los “conservadores”, por la prensa “fifí”, por las clases medias.
En todo caso, la mayoría (clientela electoral) podría pedir la reelección a través de consultas públicas, revocación de mandato -a contario sensu- o mediante modificaciones constitucionales, lo cual sólo sería posible si se consolida la alianza PRI-mor en el Congreso y si lo permite Washington.
La pregunta que surge es: ¿podría AMLO aspirar a convertirse en un dictador o un tirano, al estilo Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Daniel Ortega?
Sus “adversarios” aseguran que ese puede ser su plan, pues muchos son los dictadores que han dejado desgracias en nuestra historia.
Cuando volvemos la vista hacia atrás y somos conscientes de la crueldad y la maldad que afligieron a su pueblo, nos queda una sensación de rabia, incredulidad y la necesidad de encontrar respuesta a muchas preguntas que buscan, precisamente, que la historia no se repita.
Lo que está claro es el mensaje que nos dejaron, como ciudadanos debemos estar alerta, pues una vez que nos van quitando poder, es un buen campo para que ellos afloren.

 

REGLAS DE LA TIRANÍA
Revisemos las “reglas” de “Cómo convertirse en un tirano”, que siguieron los más famosos dictadores contemporáneos, expuestas en el documental de Netflix.


Número uno: Cree en ti mismo.- El tirano se tiene una confianza megalómana, es un narcisista que se siente el centro del universo.


Duvalier, el dictador de Haití, se creía un “ser eterno” y Saddam Hussein un “Elegido de Dios”.
Hitler decía ser un “Iluminado que camina como sonámbulo hacía su destino”. AMLO dice que sólo le pertenece al pueblo.


Número 2: La indignación vende.- El tirano debe demostrar al pueblo, o a las masas, que sus enemigos son tus enemigos. Elegir ‘chivos expiatorios’. Hitler le metió en la cabeza al pueblo alemán que eran víctimas de una “conspiración judía”, atrás de la cual estaban Wall Street y el comunismo soviético.
El tirano debe “habilitar” a la gente a ser ellos mismos, ponerles un enemigo enfrente, los ricos, los yanquis, la prensa, las clases medias. Mostrarle al pueblo que eres uno de ellos. AMLO y Hugo Chávez coinciden al afirmar: “Ya no me pertenezco, ahora sólo le pertenezco al pueblo”.
Número 3: Diseña la identidad del movimiento.- Establecer los símbolos y la identidad. Con Hitler fue la lucha de Alemania contra la conspiración, el partido nazi abanderado por una suastica. AMLO estableció un Movimiento Regenación Nacional (Morena) para luchar contra el neoliberalismo y los conservadores enemigos del pueblo. Todas la mañanas vemos en el fondo del discurso el emblema con los héroes de la primeras tres transformaciones. El héroe de la cuarta, el que nos habla.
Número 4: Elige cuándo atacar. Paciencia y perseverancia para mantenerse listo para atacar y tomar el poder. A Hussein le llevó 16 años filtrarse en la primera esfera política de Irak.

A Stalin le llevó 7 años, primero adulando a Lenin y después tomando su lugar. A AMLO le llevó 18 años llegar al poder, en 2018 aprovechó la coyuntura de los casos oprobiosos de corrupción y la narrativa del neoliberalismo versus los pobres. No hay mejor oportunidad que una buena crisis para tomar el poder.
Número 5: Compra la lealtad.- Pon a los tuyos en defensa de los recursos naturales del pueblo: Petróleo y electricidad, además de repartir recursos económicos entre el pueblo, mejor conocidos como programas clientelares.
Número 6: Impón tu dominio mediante manipulación psicológica.- Mantener a los rivales asustados y con miedo. Legisladores y lideres prianistas. Cualquier crítica responde con ataques, como ha ocurrido con muchos periodistas e intelectuales.
Número 7: Gobernar mediante el miedo.- Común denominador de los dictadores. Ejemplos: Idi Amin y Hugo Chávez usaron al Ejército para tener todo el apoyo. Infundir miedo, si fuera el caso, para mantenerse en el poder. Apoderarse de las instancias de persecución legal y penal como el SAT, la UIF y la FGR con fines políticos.
Número 8: Usa leyes como armas.- Quita poder a los jueces, piérdele el respeto a los otros Poderes. Mandar una iniciativa de ley y ordenar al Legislativo que no se le cambie ni una coma es ignorar la división de Poderes. Manipular la impartición de justicia con sesgo y propósitos políticos.
Número 9: Controla la verdad y censura todo.- La verdad es un problema para los autoritarios. En las mañaneras se han contabilizado alrededor de 70 mil mentiras. Censura todo lo que digan los neoliberales e intelectuales… aunque sea verdad.
Número 10: Reescribe la historia.- Quién controla el pasado controla el futuro. Stalin reescribió la revolución rusa. Hugo Chávez revivió a Bolívar e instauró la república “bolivariana”.
En México también hay cambios en la historia. Ahora resulta que Iturbide fue un conservador y la conquista española, en realidad, fue la resistencia indígena.
Además, que la tercera revolución quedó inconclusa, por ello se requiere una cuarta revolución (transformación).
Estas son sólo algunas de las reglas que contiene el manual llamado “How to become a Tyrant”, que se describen de manera detallada en la serie de Netflix del mismo título. Cualquier semejanza con la realidad (mexicana) es mera coincidencia.

 

CARACTERÍSTICAS DE LOS DICTADORES
Por otra parte, algunos estudiosos del tema y prestigiados psicólogos han señalado algunas de las características que comparten esos dictadores:
Infancia difícil y distanciamiento de padres con falta de cariño. Muchos de ellos ya estaban destinados a la defensa de una idea desde pequeños a causa de sus padres.
Estilo vengativo, frustración de no tener una vida mejor. La atribución a esta falta de fortuna siempre era externa, contra los demás, que en sus fantasías aparecían como responsables de su desgracia y de la desgracia de las personas a las que querían. Odio acumulado.
Oratoria y carisma. La mayoría debe su llegada al poder a la sensación de seguridad con la que acompañaban a sus discursos y actuaciones.
Discurso directo, firme, con mensajes demoledores y un tono de voz seco y estridente.
Desprecio a la capacidad del pueblo. Tratan de impedir a toda costa que el pueblo sea capaz de pensar por sí mismo. Su palabra es la última y verdadera… y todo aquel que cuestionase comenzará a sufrir represalias.
Hacen propaganda de todo lo que realizan y que el pueblo pueda ver con buenos ojos. Amplias campañas de difusión y culto a su persona.


Comportamiento. Apariencia de ser grandes lectores de arte o historia. Una forma de querer formar parte de la élite intelectual a la que ellos nunca pudieron acceder. Desprecio por sus allegados y continuas sospechas de conspiraciones paranoicas en su contra.
Debemos estar atentos, que la historia no se repita. No creemos que sea el caso del México actual. Que el lector vea la serie y juzgue cualquier similitud.
Estamos obligados a procurar, al menos en nuestro entorno, un mundo cada vez menos ignorante, con un pueblo de capacidad autocrítica que sea gobernado por líderes con autoridad moral y que defiendan los valores más importantes: la libertad, la justicia, la honestidad, la igualdad y los derechos humanos. Líderes que sean ejemplo de las nuevas generaciones y factor de “Unidad nacional”.
Ojalá que así sea. Somos mexicanos y queremos lo mejor para el país sin tintes partidistas, porque México sólo hay uno, es una república que lo tiene todo y que merece tenerlo todo.

 

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La juventud, pieza vital en el destino de México

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Luis Donaldo Colosio Riojas y Zoé Robledo, con todas las cartas credenciales para el relevo generacional fueron borrados por sus propios partidos * Uno de los mayores incentivos que pueden tener los jóvenes para sufragar el 2 de junio es que tengan la certeza de que su voto tendrá impacto real en la sociedad

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

En México la poca participación de los jóvenes, en las últimas elecciones federales, ha confirmado que este sector es el más abstencionista de toda la población.

Por ello, la candidata que logre convencer a los muchachos entre 18 y 34 años -37 millones de potenciales votantes- a que salga a votar a su favor en la elección presidencial del 2 de junio de 2024, podría definir quién será la próxima presidenta de la República.

Los votantes “primerizos”, los de 18 años, son los que más votan. En 2021 el INE muestra que mientras el promedio de participación nacional ascendió a 52.7%, entre los mexicanos de 18 años fue de 56 por ciento.

Al año siguiente, cuando cumplen 19 años, su participación bajó al 48%; después, entre 20 y 24 años, bajó a 41.7% y en el grupo de 25 a 29 años solo votó el 39.6%.

Si consideramos que el rango entre votantes de 18 a 34 años suma casi el 38% del padrón electoral, es decir, 37 millones de potenciales votantes, 33 millones entre 20 y 34 años.

El promedio de abstencionismo en este rango, de 18 a 34 años, es del orden de 54.2%, lo que resulta en casi 20 millones de votos. Si se logra convencer a un 10%. de abstencionistas para que salgan a votar se agregarían 4 millones de votos en la votación efectiva.

La falta de participación de los jóvenes entre 20 y 29 años no es un fenómeno nuevo: los análisis del INE, desde los comicios del año 2000, muestran que se trata de una tendencia constante en el perfil del votante joven, sea elecciones presidenciales o intermedias.

Esto, a pesar de que los jóvenes están interesados -por moda- en derechos humanos, feminismo, medio ambiente. Además, dependiendo del nivel de educación y de su situación socio-económica y laboral, los jóvenes deben saber que, del gobierno que se elija, quieran o no, les guste o no, es de lo que dependerá la educación que recibirán, los servicios de salud, la seguridad de ellos y sus familias, el valor de la moneda que usarán, las libertades y el nivel de justicia que se tendrá en el país.

El abstencionismo a nivel mundial, especialmente entre los jóvenes, es el más alto. En Estados Unidos ronda el 55% de la generación millennial. Porcentajes similares hay en muchos países europeos y de América Latina.

En las últimas dos décadas se ha observado una tendencia del voto juvenil por la derecha. En Francia, en todas las elecciones realizadas desde 2002, el voto joven para el partido de la extrema derecha -Agrupación Nacional- ha aumentado: en 2022, alrededor del 50% de los jóvenes entre 25 y 34 años, y del 40% de aquellos entre 18 y 24 años, votaron en ese sentido y algo similar ocurre en países como Italia, Austria y Dinamarca.

En países como Suecia, Holanda y Corea del Sur, los jóvenes salen a votar en números que rondan el 80%. ¿Cómo podemos incrementar el voto joven en México? Entre otras medidas, haciendo campañas informativas en temas de interés para los jóvenes y como puede afectarles a ellos, a sus familias y a su país, votar por algún candidato o, peor aún, no votar. También es un tema cultural de años, promoviendo el registro en el padrón de electores e impulsando la educación cívica desde la niñez.

Uno de los mayores incentivos que pueden tener los jóvenes para votar es que tengan certeza de que su voto tendrá impacto real en la sociedad.

Existen otros factores por los que se da el desencanto juvenil por la participación política a quienes sí tienen deseos y capacidad para participar. La consigna general parece ser “El pueblo unido avanza sin partido”.

La falta de oportunidades para la participación política de los jóvenes se refleja en las listas de candidatos a puestos de elección popular. En todos los partidos la mayoría de los personajes designados como candidatos a legisladores federales y cargos estatales o municipales son los mismos de hace, al menos, dos décadas. Hartos de desempeñar cargos públicos y de haberlo hecho sin mayores méritos.

 

PADRÓN ELECTORAL

El padrón electoral, hasta el 22 de febrero pasado, es de 98’703,939 y la lista nominal es de 98’265,518.

 

DESGLOSE POR EDAD

El padrón electoral y la lista nominal tienen el siguiente desglose por edad.

 

DESGLOSE POR SEXO

Según el padrón electoral, el desglose por sexo es el siguiente.

DESGLOSE POR ENTIDAD

Según el padrón electoral y la lista nominal, el desglose por entidad es el siguiente.

 

RELEVO GENERACIONAL

Otro factor que podría jalar a los jóvenes sería una competencia para la Presidencia de la República que se tradujera en el “relevo generacional”, como ocurrió en Chile con Boric y en El Salvador con Bukele.

Quizá en México hubiera ocurrido con una competencia en la que figurara Luis Donaldo Colosio Riojas, quien alcanzaba el mayor porcentaje de preferencia entre todos los precandidatos de la oposición.

Por el lado de Morena, otro “joven” que hubiera representado un “cambio generacional”, de la generación de los millenials es Zoé Robledo, director general del IMSS. En 2010 fue electo presidente del H. Congreso del Estado de Chiapas, siendo en ese momento el político más joven en ocupar ese espacio. Sin embargo, Zoé Robledo como Luis Donaldo Colosio quedaron fuera de la jugada.

Por el lado del frente opositor (PAN-PRI-PRD), a manera de ejemplo, estarán Enrique Vargas o Aurelio Nuño, ambos también con gran preparación académica y experiencia política, a pesar de su juventud.

Como el factor “relevo generacional” no se dio en esta competencia presidencial de 2024, los jóvenes deberán ser atraídos y convencidos por el factor “género”, ya que por primera vez México elegirá una presidenta de la República.

Esto debe ser un punto interesante en el proceso de sucesión presidencial y en las campañas. Que las candidatas sean capaces de interesarlos y a muchos (de los 20 millones de abstencionistas) convencerlos de que voten por los programas y políticas públicas que proponen para llevar a México a mejores estados de prosperidad y justicia.

Quizá las candidatas, cuando den a conocer los gabinetes que proponen para acompañarlas, incluyan jóvenes, preparados y capaces, con méritos en la sociedad civil y no los mismos de siempre, políticos “quemados” de todos los partidos políticos.

Ante la crisis de representatividad de los partidos políticos, estos deberán enfrentar la coyuntura de representar a la nueva sociedad civil, siempre y cuando adapten sus lógicas de reproducción del poder y cedan espacios a las nuevas generaciones de militantes y líderes sociales.

Se conforma una forma diferente de vinculación entre los partidos políticos y la ciudadanía, cuyos límites e impacto habría que analizar con detalle.

En principio podría plantearse el vínculo a través de un gobierno de coalición, que daría pie a la ansiada y pendiente “transición”, a través de una “plataforma de políticas públicas” más cercana al pragmatismo de las convergencias, que a las divergencias ideológicas.

La fórmula para 2024 es factor “género”. Candidata que convenza a las nuevas generaciones, apoyada por la sociedad civil y por las organizaciones y partidos políticos.

Ningún partido político es capaz de liderar a la sociedad civil, ni de comprender sus códigos. Las circunstancias del México actual exigen que los partidos se adapten a las nuevas reglas del juego de la sociedad civil.

Adicionalmente los casi 40 millones de votos potenciales de los jóvenes se traducen, por el abstencionismo, en casi la mitad del padrón.

Urge una nueva oferta política para los jóvenes para que abandonen la consigna “El pueblo unido avanza sin partido”.

 

Académico y consultor***

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Habrá presidenta que hará historia: Mujer contra mujer

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Banderazo de salida a la carrera presidencial * ¿La ganadora de la elección del 2 de junio próximo será la de Morena o la del Frente Fuerza y Corazón por México? Al principio era mucha la diferencia, pero se acortan las distancias y se anticipa una competencia cerrada * Qué tal una versión -del color o partido que sea- de una moderna “Angela Merkel mexicana”, que sepa gobernar con firmeza a un México plural, democrático y de inclusión

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

A 90 días de la elección presidencial, todo indica que habrá un final de pronóstico reservado. “Hagan sus apuestas”.

El 1 de marzo de 2024, una de las encuestadoras más confiables, la de El Financiero, señala que Claudia Sheinbaum, de Morena, PT y PVEM, tiene 50% de intención de voto; Xóchitl Gálvez, de Frente Fuerza y Corazón por México, que agrupa a PAN, PRI y PRD, tiene 33%, y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, tiene 8 por ciento.

De los encuestados 9% no declaró preferencia. Hace apenas dos meses varias encuestadoras apuntaban una diferencia de 30 puntos porcentuales. Lo anterior permite asegurar que la disputa por el primer cargo político del país se resolverá en el ámbito de género, “MUJER CONTRA MUJER”, tal como lo anticipó esta su revista política IMPACTO desde agosto de 2023.

Ello también anticipa que México tendrá su primera presidenta de la República, único país importante de América Latina que no ha tenido presidenta.

Han tenido presidenta Chile, Brasil, Argentina, Costa Rica, Honduras y Nicaragua.

 

ÁLVAREZ MÁYNEZ, BENDITO ENTRE LAS MUJERES

Jorge Álvarez Máynez será el único candidato del género masculino y aunque en política todo puede suceder, su 8% de preferencia a tres meses de la competencia, parece que lo ubicará en un lejano tercer lugar respecto de las dos mujeres que estarán en la gran final.

A Jorge Álvarez no le restamos méritos, tiene juventud -39 años-, preparación académica y experiencia política.

Es licenciado en relaciones internacionales por el ITESO y tres maestrías: una en Administración Pública y Políticas Públicas por el Tec de Monterrey (ITESM); otra en Estudios Internacionales por el mismo ITESM.

Asimismo, concluyó la maestría en derecho constitucional y derechos humanos en el Centro de Estudios Jurídicos Carbonell.

Su trayectoria política inició en 2003 en el PRD, diputado federal por el PRI en 2010. En MC inició en 2013, fue secretario de Organización del Comité Nacional y diputado federal, además de coordinador de la bancada de ese partido.

El 9 de enero de 2024 fue designado abanderado presidencial de MC, después de la fallida candidatura del gobernador de Nuevo León, Samuel García.

El viernes 1 de marzo de 2024 inició su campaña en Lagos de Moreno, Jalisco, bastión de posiciones políticas de su partido Movimiento Ciudadano.

 

CABALLO QUE ALCANZA… GANA

Xóchitl y Claudia, por su parte, rompen los cánones tradicionales de la política mexicana. Tienen una trayectoria similar en cuanto a sus formaciones académicas sólidas en las ciencias exactas, antes de incursionar en actividades políticas.

Xóchitl Gálvez es ingeniera en Computación por la UNAM. Tiene especialidad en Robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía.

En 1992 fundó la empresa High Tech Services, dedicada al desarrollo de proyectos de alta tecnología.

En 1999 obtuvo el reconocimiento por  el World Economic Forum de Davos, Suiza, como una de las “100 líderes globales del futuro del mundo”, siendo la primera mujer mexicana en lograrlo.

Claudia Sheinbaum es licenciada en Física por la UNAM, maestra en Ingeniería Energética y doctora en Ingeniería Ambiental por la misma Universidad.

Tuvo una estadía en California para obtener su doctorado en el Lawrence Berkeley Laboratory; durante 4 años becada por la UNAM. Además, estudio en el Colegio de México el Programa de Desarrollo Sustentable.

Fue investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM. Asimismo, es miembro del SNI y de la Academia Mexicana de Ciencias.

Xóchitl Gálvez, la “ciudadana-panista” que irrumpió en el escenario político nacional apenas en julio de 2023, ya que tuvo la valentía de debatir frontalmente con el Presidente López Obrador, lo cual le valió subir como la espuma y ser la  candidata presidencial opositora.

En esas fechas le dijo a AMLO: “Señor Presidente… respéteme que usted será quien me entregue la banda presidencial”.

La en ese tiempo senadora lo calificó de machista, ya que “es incapaz de imaginar que una mujer obtenga una candidatura por méritos propios”.

En septiembre de 2023 fue designada formalmente candidata opositora por la coalición PAN-PRI-PRD con una popularidad que pareció derrumbarse a finales de año.

Sin embargo, al concluir las precampañas en los últimos días de enero de 2024, cambió su estrategia y volvió a ponérsele enfrente al Presidente de la República subrayando que él es su real opositor, ya que su “corcholata” pretende ser sólo una réplica de su jefe AMLO.

Esta estrategia le ha resultado y ha iniciado una tendencia de alza en las preferencias electorales, que de no frenarse podría llevarla a una cerrada votación final y eventualmente al triunfo el 2 de junio de 2024. Caballo que alcanza gana.

Una de las principales banderas que está enarbolando es la seguridad. Prueba de ello es que inició su campaña en Fresnillo, Zacatecas, la ciudad con mayor percepción de inseguridad del país, donde el 97% de la población se siente insegura y temerosa respecto de la delincuencia.

Ahí en Fresnillo, la candidata Gálvez dijo que la Guardia Nacional volverá a realizar las funciones que le corresponden, que capacitará y profesionalizará a las policías estatales para combatir el crimen, que utilizará la investigación e inteligencia contra la inseguridad.

Sentenció que se acabarán “los abrazos” para los delincuentes.

 

LA ALUMNA CONSENTIDA DE AMLO

Claudia Sheinbaum Pardo ha mostrado una probada agudeza y malicia política, no en balde es la alumna consentida de su mentor y maestro, el Primer Mandatario Andrés Manuel.

Se ha montado en la personalidad, el discurso y el proyecto político del Ejecutivo federal, que aún goza de una preferencia de 56%.

Se recuerda que Claudia, al inicio de su gestión y durante la pandemia, mostró cierta independencia y criterio propio respecto de su jefe, pero al ser lanzada como “corcholata” para la Presidencia, cambió radicalmente su discurso y actitud, mostrándose como una sumisa seguidora del Presidente, copiando y repitiendo su discurso.

Por ello se ganó ser la preferida y la indicada para la continuidad de la “transformación”, o más bien podría ser que iniciara una auténtica transformación o cambio, quizá de izquierda moderada.

El abierto apoyo de AMLO a la exjefa de Gobierno de la CDMX ha dado por resultado un gigantesco aparato electoral en su favor. Tiene el abierto apoyo de los 23 gobernadores morenistas.

En el proceso interno todos vimos kilómetros de bardas y espectaculares en favor de Sheinbaum en todo el país.

Al respecto, el excanciller Marcelo Ebrard denunció, el 16 de agosto, presuntos “delitos electorales”, al hacer público que se estaban gastando recursos públicos a través de los gobernadores y la Secretaría del Bienestar, poniendo a operar a cientos de “siervos de la nación” en todo México, con acarreos y uso de “programas sociales” en favor de Claudia.

El viernes 1 de marzo de 2024, Sheinbaum Pardo inició su campaña atascando el Zócalo capitalino de cientos de miles de personas, con los mismos apoyos de gobernadores, incluido el jefe de Gobierno de la CDMX y todas las alcaldías morenistas. No en balde la CDMX es el bastión por excelencia de Morena y de su ahora candidata presidencial. Al puro estilo de su mentor AMLO, Claudia Sheinbaum realizó un evento para mostrar su “músculo” político, su capacidad de convocatoria y movilización de gente, con las mismas prácticas que solía tener el PRI, en tiempos del partido único, acarreos y utilización velada de recursos públicos.

Su discurso es el de la continuidad de la “Transformación” y un programa de gobierno enunciativo, muy parecido a los 100 puntos de gobierno que prometió AMLO en su toma de posesión.

Con todos esos elementos en favor de Sheinbaum, los escándalos recientes del Presidente López Obrador podrían incidir en forma negativa en la opinión del electorado.

Los escándalos de corrupción de parientes y cercanos al Primer Mandatario podrían repercutir negativamente en la “popularidad” de Sheinbaum Pardo.

El top “Hashtag” de #NarcoPresidente y #NarcaCandidata, con casi 200 millones de toques, podría ser factor decisivo.

Los insultos y pleitos del Ejecutivo federal contra prestigiados periodistas y medios de comunicación serían otro factor.

Los dislates diplomáticos del Presidente y muchas de sus intervenciones en el proceso electoral, a través de las consabidas Mañaneras, podría tener un efecto bumerang, además de implicar delitos electorales en contra de su candidata.

Estamos a menos de 3 meses de tener a la primera Presidenta de México… ¿Será la de Morena o la del Frente Fuerza y Corazón por México? Al principio era mucha la diferencia, pero se acortan las distancias y se anticipa una competencia cerrada.

A México todavía le espera un verdadero cambio, una auténtica trasformación que dé por resultado un Estado de Derecho, una mejor impartición de justicia, el combate eficaz a la corrupción y la impunidad.

El país espera un nuevo gobierno, con un gran apoyo popular y con nuevas políticas públicas en salud, educación y seguridad, que lleven a México a mejores estados de bienestar y prosperidad.

A partir de junio de 2024, millones de mexicanos esperan que inicie una nueva etapa en la vida nacional que sustituya la unidad nacional por la división y el encono; la transparencia por la opacidad y la verdad por la mentira.

Qué tal una versión -del color o partido que sea- de una moderna “Angela Merkel mexicana”, que sepa gobernar con firmeza a un México plural, democrático y de inclusión.

En 2024 está sonando la hora de las mujeres, llegó el tiempo de que México tenga su primera Presidenta de la República.

Por el bien de México, primero la democracia.

 

Académico y consultor***

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Se le caen los juicios a la 4T

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Rosario Robles, Juan Collado, Emilio Lozoya, entre otros, ya están en libertad * El Presidente AMLO tuvo como bandera combatir la corrupción, bien usado de forma mediática y políticamente, pero muy mal sustentados los casos jurídicamente * ¿Será en el sexenio 2024-2030 cuando veamos el primer caso de un expresidente que sea juzgado y sentenciado?, ¿con argumentos jurídicos y no políticos?

 

MARCO ANTONIO FLORES***

 

El caso más emblemático del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que prometía ser la vanguardia y el ejemplo de combate a la corrupción y llevar a la cárcel a “peces gordos” del sexenio pasado, se desinfló y resultó ser un fiasco.

Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), salió este 20 de febrero de 2024 del Reclusorio Norte para enfrentar su proceso penal en libertad tras un cambio de medida cautelar.

Desde que fue traído de España, la Fiscalía General de la República (FGR) argumentó que no había peligro de que se fugara. Ahora el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal en la Ciudad de México utilizó el mismo argumento, que Lozoya Austin no representa un riesgo de fuga.

El juicio más emblemático de la 4T y de la FGR, el caso Emilio Lozoya Austin, operado en forma escandalosa y con clara “consigna política”.

Desde el principio, con su pretendido estatus de “testigo colaborador”, estuvo lleno de privilegios, contradicciones e intereses políticos.

Tuvo que darse una especie de indignación nacional al ver a Lozoya cenando pato pekinés, que todo indica fue la gota que derramó la paciencia de AMLO y provocó presionar a la FGR. Fue hasta el miércoles 3 de noviembre de 2021 que la FGR solicitó la prisión preventiva oficiosa contra Lozoya Austin, pero podría haberlo hecho desde que el sujeto fue extraditado de España en julio de 2020.

Los elementos ahí estaban: se había fugado de México, negó facilitar la extradición y tenía cuentas en el extranjero, además de múltiples domicilios.

En la audiencia inicial de 2021, el juez Artemio Zúñiga Mendoza se extrañó que la FGR no solicitara la prisión preventiva contra el exfuncionario, pues existían los elementos suficientes para argumentar riesgo de fuga.

“Y yo no puedo poner una medida más grave que la que me piden los fiscales”, dijo el juzgador en aquella ocasión.

 

PACTO POR MÉXICO

El grupo de posibles inculpados serían funcionarios públicos y legisladores que participaron en el Pacto por México y en la Reforma Energética.

El periódico Reforma informó en esos días que el extitular de Pemex tendría en su poder unos 12 videos con 16 horas de contenido audiovisual que inculparían a varios funcionarios públicos que supuestamente aceptaron sobornos a cambio de aprobar la Reforma Energética impulsada por Enrique Peña Nieto.

Los legisladores que participaron en el Senado fueron los panistas Salvador Vega Casillas, Jorge Luis Lavalle y Raúl Gracia Guzmán; también Francisco Domínguez, Francisco García Cabeza de Vaca y Miguel Barbosa.

En la Cámara de Diputados habrían participado los panistas Ricardo Anaya y Luis Alberto Villarreal. Por el PVEM participaron Arturo Escobar y Pablo Escudero.

También organizaciones, como Estrategia Contra la Impunidad y Transparencia Mexicana, pedían que Lozoya fuera transparente durante su proceso y que se respetara la publicidad de las audiencias.

En el gobierno de la 4T, los únicos casos que llevaron a la cárcel o, al menos, se les giró orden de aprehensión, al final se convirtieron en cacería política, más mediática que legal.

 

VENGANZAS POLÍTICAS

Los casos más célebres de “venganzas políticas” y uso faccioso de la justicia penal de esta administración morenista son: Emilio Lozoya, Rosario Robles, Francisco García Cabeza de Vaca, Ricardo Anaya y el del abogado Juan Collado, por mencionar los más relevantes.

Todos estos casos, que fueron bandera de combate a la corrupción del Presidente AMLO, fueron bien usados mediática y políticamente, pero muy mal sustentados jurídicamente, por lo que todos ya están en libertad.

Apenas en febrero de este año un juez federal ordenó la liberación inmediata del abogado Juan Collado tras determinar que no había un delito qué perseguir.

Al respecto AMLO dijo (como en todos los casos que resuelve el Poder Judicial): “Ya dejaron en libertad al abogado Collado, al abogado de Salinas de Gortari… está podrido el Poder Judicial o -para no decirlo tan fuerte- está secuestrado por la oligarquía. Está al servicio de una minoría, no ayudan en nada al pueblo, no representan al pueblo de México”.

Otro asunto muy polémico fue el de Rosario Robles, que se operó como una “venganza política”, ya que “la FGR, con la ayuda del juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, sobrino de Dolores Padierna y enemiga pública de Rosario Robles, judicializaron un expediente sin haber confirmado un delito”.

Estuvo en la cárcel privada de su libertad durante tres años, como medida cautelar, toda vez que se le aplicó por utilizar una licencia “falsa”, que en su momento sus abogados comprobaron le “fabricaron”… y por ello al final un juez le otorgó su libertad.

Otro proceso penal mediático, considerado faccioso y con sesgo político, es el del ex candidato presidencial Ricardo Anaya, vinculado con Emilio Lozoya Austin, quien acusó que altos funcionarios de Odebrecht sobornaron a legisladores de oposición -entre ellos Anaya- para que votaran en favor de la Reforma Energética que impulsó en su momento el entonces presidente Enrique Peña Nieto.

La FGR aseguró que “según consta en diligencias ministeriales”, el jefe de escoltas del propio Emilio Lozoya, Norberto Gallardo Vargas, le entregó a Anaya los 6.8 millones de pesos en las instalaciones de la Cámara de Diputados, en el año 2014.

En la actualidad existe, virtualmente, una orden de aprehensión contra Ricardo Anaya, por esta razón vive en el extranjero y ahora tendrá una curul en el Senado de la República.

El caso del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, también fue considerado por analistas y abogados como una burda “venganza política”.

El mandatario estatal fue acusado por la FGR de haber incurrido en el delito de defraudación fiscal por un monto de 6.5 millones de pesos, por lo cual el Ministerio Público solicitó su desafuero al Congreso de la Unión, en abril de 2020.

En diciembre de ese año, el Primer Tribunal Colegiado del Decimonoveno de Circuito rechazó el recurso de revisión que interpuso la FGR para apelar el fallo de un juez federal que amparó al mandatario tamaulipeco contra la orden de aprehensión en su contra por el delito de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, debido a que la presentó de manera extemporánea.

García Cabeza de Vaca obtuvo el amparo relacionado con el proceso mediante el cual el mandatario estatal ya había obtenido una suspensión provisional, y luego definitiva, que le impide que se ejecute en contra la orden de captura solicitada por la FGR; al final también se resolvió en su favor y quedó absuelto por el Poder Judicial.

El escándalo Lozoya se dio en forma paralela a la publicitada “Consulta para juzgar expresidentes”, todo ello generó una gran expectativa de que podría inculparse a más de un expresidente en casos de corrupción y que incluso podrían ir a prisión, pero en México todavía no se da un caso de tal dimensión.

 

LAVA JATO

Países como Brasil, Perú, Uruguay, Chile, Colombia y Argentina nos llevan ventaja en esta materia de combate a la corrupción. Algunos han llevado a prisión a expresidentes, como Perú, Brasil, Guatemala y Argentina.

En Brasil, la operación “Lava Jato” fue el escándalo que destapó una red de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos de casi todos los partidos para obtener contratos con Petrobras, la petrolera estatal.

La operación “Lava Jato” ya antes había llevado al encarcelamiento a Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), que fue sentenciado a nueve años y seis meses de prisión por corrupción y lavado de dinero, por recibir un apartamento frente al mar de una constructora a cambio de favores.

Lula y Temer sólo son los casos más visibles de una operación que ha provocado la caída de ministros, congresistas y empresarios como Marcelo Odebrecht, CEO de la constructora Odebrecht, una compañía que tejió una red de sobornos en varios países de América Latina, entre ellos México.

Los seguidores de los últimos excarcelados, Lula y Roussef, del Partido de los Trabajadores, y de Temer, del Movimiento Democrático Brasileño, han criticado los casos, afirmando que la justicia se ha empleado con fines políticos.

Sin embargo, hay una diferencia con el uso político de la justicia que se ha hecho en México, donde se persigue a los corruptos de manera selectiva, señala un estudio publicado por el CIDE.

Agrega que “la política siempre será parte de estos procesos de alto impacto, y por ello es preferible tener un marco legal y de instancias con una fuerte capacidad técnica, para que toda acusación e investigación anticorrupción esté sustentada fuertemente en razones legales y normas explícitas. De otra manera, se convierte la lucha anticorrupción en una cacería política sesgada y parcial”.

 

UN SUEÑO GUAJIRO ACABAR CON LA CORRUPCIÓN

El gobierno de la 4T terminará en 208 días y la promesa de acabar con el peor cáncer de México, la corrupción, se quedó en reclamo e ilusión de millones de mexicanos que esperaban que algún día se iniciaran acciones reales y de fondo contra la impunidad.

Millones de mexicanos, alentados por el discurso del Presidente AMLO de juzgar a expresidentes, se quedarán con el deseo de ver sangre, por no decir que esperaban que AMLO metiera a la cárcel a Peña Nieto… que finalmente no ocurrirá. Una promesa incumplida de López Obrador.

En este sexenio ya no vimos que se aplicara la ley con sustento jurídico. No hubo un solo caso fundado y motivado, que llevara a la justicia a “peces gordos” o algún expresidente.

Será en el sexenio 2024-2030 cuando veamos el primer caso de un expresidente que sea juzgado y sentenciado… ¿con argumentos jurídicos y no políticos?

 

***Académico y consultor.

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