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LA FERIA

El ‘Crimen de Estado’ avivó más la herida

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La 4T incumple su promesa de esclarecer el caso Ayotzinapa * Cosa gravísima y en rigor legal, falsa, pensando que eso era suficiente para aplacar a los padres de los 43 normalistas

 

SEÑOR LÓPEZ

 

Un sastre.

En la familia toluqueño-materna de este menda causaban amplias sonrisas “las carreras de Néstor”, refiriéndose a lo que empezó un día en medio de un pleito horrible con tía María su esposa, por las intromisiones de la mamá del tío en los asuntos domésticos de ella, que le planteó: -Escoges, Néstor, ¡tu madre o yo! -y el tío salió corriendo de su casa… en pijama; regresó hasta la noche y la tía repitió el dilema… el tío alcanzó a tomar una gabardina y otra vez se fue.

Al día siguiente huyó apenas empezaba a bañarse (ya solo con gabardina) y siguió largándose, a medianoche, a la hora de desayunar y esa Navidad. El tío huyó y huyó, hasta que tía María dejó el tema. Hizo el ridículo, sí, pero no mordió el anzuelo. Cada quien.

 

APOTEOSIS DE LA VICTORIA

Eran los días de júbilo. Habían arrasado en las urnas. La toma de protesta del cargo fue la apoteosis de su victoria. La popularidad del nuevo Presidente era del increíble 80%. Los opositores guardaban un silencio catatónico. Y desde la cumbre del triunfo, desde el Zócalo de la capital nacional, toda promesa se ratificó; todo compromiso, todo propósito, parecía posible.

En plena borrachera por la anticipada gloria que sin duda coronaría la biografía política de su persona y su movimiento, a las 48 horas de haber asumido el cargo de Presidente de la República, expidió un Decreto Presidencial creando la “Comisión para ‘accesar’ a la verdad en el caso de Ayotzinapa”, a cargo de Alejandro Encinas, apenitas nombrado subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación. Hace ya casi cuatro años.

El 1 de julio de 2020, la Fiscalía General de la República (antes PGR) anunció que se habían solicitado 46 órdenes de aprehensión contra exfuncionarios presuntamente relacionados con la desaparición y muerte de 43 normalistas de Ayotzinapa; y se proclamó: “se acabó la verdad histórica”, esa de Murillo Karam, esa de 2014 que no es lo que la gente cree que es, sino el término jurídico correspondiente a la investigación que el Ministerio Público presenta ante el juez, etapa en que se encontraba la investigación jamás cerrada.

Con eso suponían que los padres de los normalistas quedarían muy agradecidos con el Presidente, pero mantuvieron una actitud cautelosa hija de tantas decepciones.

Luego, el 18 de agosto de este año, vino el informe de la Comisión de la Verdad, la de Encinas, que presentó su verdad histórica, sin llamarla así, declarando que fue un “crimen de Estado”, cosa gravísima y en rigor legal, falsa, suponiendo tal vez que era suficiente para aplacar a los padres de los normalistas.

Pero la nueva versión en lo esencial es igual a la de Murillo Karam, con el añadido de que solicitaron 83 órdenes de aprehensión en contra de funcionarios públicos, por los delitos de delincuencia organizada, desaparición forzada y contra la administración de la justicia, 16 correspondientes a militares de los que uno ya estaba detenido y otros cuatro se entregaron (no a la FGR, sino a sus mandos, que los retienen en prisión militar), acusados de delincuencia organizada, NO de homicidio ni desaparición forzada. Y los padres… acumulando rabia.

 

LO PEOR

El domingo pasado, 25 de septiembre, la FGR echando gasolina al conflicto ya por cumplirse el octavo aniversario de esta atrocidad, solicitó cancelar 21 órdenes de aprehensión. Para los padres de los normalistas, el resumen es: 121 absoluciones de los detenidos anteriormente (incluido el exalcalde Abarca y su esposa), ninguna sentencia y de los militares detenidos, entre ellos un general, cuatro acusados por la sola palabra de un delincuente que funge de testigo protegido… y en Derecho, testigo único es testigo inválido, igual que todo testigo de oídas.

Y nadie se atreve a insinuar que hay responsables del lado de la Normal de Ayotzinapa, esos que mandaron a los jóvenes a cometer delitos (robar autobuses), sin que se justifique de ninguna manera que fueran asesinados, no, pero la impunidad de los suyos es patente y continúa.

Nada más el pasado miércoles 21, vandalizaron la embajada de Israel (solicitando la extradición de Tomás Zerón, el exdirector de la extinta Agencia de Investigación Criminal, acusado de mangonear el caso, refugiado en ese país); más el asalto a la sede central de la FGR y al Campo Militar Número 1, con lujo de violencia y dejando 39 heridos entre policías y militares.

La movilización se desarrolló del Ángel de la Independencia al Zócalo de la CDMX, la octava marcha anual de protesta de los familiares, compañeros y colectivos por la desaparición de los 43 normalistas.

Nada más que ahora marchan protestando también por la falta de resultados de las averiguatas de la Comisión de la Verdad y la respuesta del gobierno es blindar con paneles metálicos monumentos, negocios y Palacio Nacional, ya pasará el evento, ya se olvidará, pero queda la imagen de este gobierno: barricadas contra protestas populares.

Mientras el Presidente alza y alza más la vara. El pasado 27 de mayo declaró desde Sinaloa: “No va a quedar ningún homicidio sin aclarar”… ¿de veras?.. ¿Ninguno?.. Olvídese de los más de 130 mil asesinatos dolosos cometidos en lo que lleva en el cargo, nomás aclare estos 43 de Ayotzinapa y nos damos por bien servidos.

Pasará el tiempo, dejarán el poder los actuales gobernantes y se van a llevar la sorpresa de que los muertos de Ayotzinapa ni se parecen a los del 2 de octubre del 68, no, estos sí tienen ideología, organización y estructura política, firme y tenaz desde hace 76 años, resistiendo, siempre resistiendo desde 1946, cuando el presidente Ávila Camacho quiso desaparecer su plantel.

Y don Encinas tendrá que enfrentar las consecuencias de haber aceptado indebidamente, la investigación de hechos criminales sin ser policía, sin ninguna calificación para semejante cometido; le debe haber parecido deshonroso negarse o de plano huir, presentar su renuncia… bueno, ya se va a enterar que sí tiene responsabilidad el que acepta intervenir quirúrgicamente a un enfermo sin aclarar que nada más era un sastre.

LA FERIA

¿Qué prefiere: una democracia cara o una dictadura barata?

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Lo verdaderamente caro es el dinero que se evapora por ineficacia gubernamental *El presupuesto del Instituto Nacional Electoral, 14 mil millones de pesos, no es nada comparado con lo del Tren Maya, 400 mil millones de pesos, que no irá a ninguna parte

 

SEÑOR LÓPEZ

 

Tentativa.

La prima Alicia se casó como se debe: muy enamorada y para sorpresa de toda la familia, poco después de dar la feliz noticia de que estaba en estado de buena esperanza, dejó al marido y para siempre, porque -contaba ella- era duro para gastar y cuando le dijo que estaba embarazada, el tipo se alarmó y comentó que iba a buscar “un buen presupuesto” porque si no, el kilo de hijo les iba a salir “más caro que de caviar”.

¡A volar! Ella sola se encargó de su hijo y se le tituló de ingeniero civil.

 

PLAN FRUSTRADO

Vamos a hablar en serio: el gobierno federal, no… más bien, algunos del gobierno federal… no, tampoco… algunos del grupo duro de la 4T (¡eso!), algunos de los dogmáticos de la 4T, saben que difícilmente se van a salir con la suya en eso del Plan B para debilitar al INE hasta la inanición.

Ante la derrota en el Congreso para en los hechos, desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE), mediante una reforma a la Constitución, de inmediato el Presidente de la República ejerció su derecho al pataleo, como hizo con las reformas a las leyes del sector eléctrico, con la diferencia de que en el caso del INE los afectados directos no son un grupo de empresas sino todo el país con lo que significa de resonancia y alarma social.

También se dan cuenta esos del grupo de los más fieles al proyecto presidencial, de que la sola iniciativa de reformas legales (el Plan B, que propone modificaciones que violan la Constitución) es -en sí misma- una derrota política de consecuencias ineludibles porque es muy difícil defender reformas legales que desarman el entramado institucional que nos garantiza elecciones libres y confiables que permiten la pacífica trasmisión y transición del poder: del año 2000 a la fecha, el Poder Ejecutivo ha estado en manos el PAN, del PRI y de Morena, sin achuchones; y en los estados de la República juegan brisca y hay cambios y recambios en el poder sin sobresaltos ni asonadas.

El argumento mendaz de que las reformas a las leyes del INE son para ahorrar dinero, se desmorona ante la evidencia de las carretadas de dinero que el país puede destinar y destina a otros programas de importancia sectorial (si es que la tienen) y más cuando reflexiona uno que el INE nos cuesta este año 2023, a cada uno de los tenochcas con credencial de elector, 145.68 pesos por cabeza, en todo el año, 40 centavos diarios (presupuesto aprobado del INE este año: 13 mil 987 millones 856 mil 773 pesos; con un padrón electoral de 96 millones 19 mil 567 electores).

Habrá quien diga que este año se gasta menos porque no hay elecciones en todo el país. Cierto. En el 2021 cuando tuvimos elecciones federales, el INE ejerció un presupuesto total de 19 mil 593 millones 797 mil 958 pesos, con un padrón de electores de 93 millones 984 mil 196 alegres tenochcas. O sea, 208.47 pesos por piocha… no es tanto, son 57 centavos diarios. No sé usted, pero este menda está dispuesto a pagar un pesote diario con tal de conservar un sistema de probada eficacia para dirimir sin balazos quién nos gobierna y para poder dar y quitar el poder, tachando en una boleta.

El Presidente dice (y repite) que el INE, nuestro INE, es el sistema electoral más caro del mundo y sorprende que en no pocos artículos de prensa se sostenga semejante cosa, comparando peras con manzanas y dejando de lado que en nuestro país el órgano electoral destina por ahí del 35% de su presupuesto en financiar a los partidos políticos, gasto que no hacen los gobiernos de muchos otros países porque no son como nosotros de desconfiados; aparte el INE paga la actualización del padrón electoral y la expedición de la credencial para votar que es en la realidad el único documento nacional de identidad en México (en esto, más o menos se va un 21%); además paga directamente los tiempos de radio y televisión para el propio INE y todos los partidos, fiscaliza su gasto y corre con el costo completo de la organización de los procesos electorales, entre muchas otras cosas de alcance federal y estatal.

Considere usted nada más que para realizar el proceso electoral federal del 2021, el INE movilizó a 14 millones de ciudadanas y ciudadanos elegidos por sorteo, mismos 14 millones que son visitados y capacitados para elegir entre ellos a un millón 400 mil que participan en los comicios: montan todas las casillas electorales; verifican la identidad de cada elector y registran su participación; reciben y cuentan los votos; elaboran las actas de casilla por cada puesto a elegir; y custodian y entregan los paquetes de boletas electorales. Se dice fácil y es difícil. No es exagerado decir que es lo único que en México nos sale bien… no, no bien: muy bien.

Cada vez que usted ha ido a emitir su voto debería tener presente que todos los que están en la casilla y cuidan de su voto, son ciudadanos comunes y corrientes, sus vecinos, y que a todos los capacitó el INE.

Pero vamos a no necear, aceptemos (sin conceder porque no es cierto) que nuestras elecciones son las más caras del mundo. Lo valen.

Lo verdaderamente caro es el dinero que se evapora por ineficacia gubernamental, con obras inmensas de presupuesto por averiguar: en agosto del año pasado el Presidente aceptó que la refinería de Dos Bocas ha más que duplicado su costo y ya va en 360 mil millones y que el Tren Maya terminará costando 70% más de lo planeado, 400 mil millones de pesos y eso sí es caro, 400 mil millones por un tren que no va a ninguna parte (y su costo equivale a más de 20 años de INE). Y peor es la corrupción, eso sí que es muy caro, como el desfalco de 9 mil millones en Segalmex.

Si de ahorrar en elecciones se trata, lo que no falla es la dictadura, eso sí es barato, lástima que sea imposible en México que no es Venezuela, Nicaragua ni Cuba, por cierto.

No es de esperar que los magistrados de la Suprema Corte estén dispuestos a pasar a la historia como los asesinos de nuestra democracia, nomás por no darle un disgusto al huésped de Palacio, quien le guste o no, se dé cuenta o no, ya lo es en grado de tentativa.

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LA FERIA

A México no lo cambian en menos de 2 años

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Miniescándalo en la Secretaría de Educación Pública * En la SEP trabaja con Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, un tal Sady Arturo Loaiza Escalona, venezolano que trabajó con Hugo Chávez y Nicolás Maduro

 

SEÑOR LÓPEZ

 

Fanáticos.

Un tío político de este menda del que no es prudente decir su nombre, fue un importante líder sindical en el México de los años 50s, comunista de tomo y lomo, ateo y magonista, que pasó varias temporadas en la cárcel, pero luego ya no se metía con él el gobierno, pues mangoneaba al suficiente número de obreros como para mejor dejarlo en paz.

Sus cuatro hijas recibían clases de piano en su domicilio y sus dos hijos, de esgrima; aparte, todos los domingos los llevaba a misa, él.

Vivía en la vieja colonia Santa María del entonces DF en una casona de tres patios arcados, con varias sirvientas, jardinero y mayordomo. Cuando el tío ya era viejito, el del teclado le preguntó si de veras era comunista y sonriendo pícaro, respondió: -De algo hay que comer –al morir tuvo misa de cuerpo presente; en el cementerio una pequeña muchedumbre de sus agremiados cantó la Internacional con el puño izquierdo en alto y cubrieron el ataúd con una bandera rojinegra; dentro, el fiambre llevaba en sus manos enlazadas, un rosario. Bonito.

 

MINIESCÁNDALO

Hay un miniescándalo porque en la Secretaría de Educación Pública (SEP) trabaja con Marx Arriaga, director de Materiales Educativos, un tal Sady Arturo Loaiza Escalona, en calidad de subdirector de lo mismo.

El texcocano Arriaga inició sus andanzas como funcionario federal en diciembre de 2019 y se ha especializado en maltratar a la gente y meter la pata.

Siendo director general de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura, declaró en febrero de 2020: “Mujeres, si en verdad buscan emanciparse de sus opresores (…), no esperen que su libertad llegue como un regalo, por favor lean (…)”; o sea, hay machismo por burras que son; lindo.

O su otra declaración de marzo de 2021, ya como director de Materiales Educativos de la SEP: “Leer por goce es un acto individualista”; ¡áchis!

Del Loaiza hay poco qué decir: es venezolano, trabajó para Hugo Chávez y Maduro y desde enero del año pasado, se desempeña en la SEP como responsable del rediseño de los libros de texto gratuitos y materiales pedagógicos.

Nada tiene de peculiar que un extranjero colabore en México en labores educativas y pedagógicas, verdaderas glorias de la intelectualidad nos han llegado de fuera a enriquecer nuestro país con sus conocimientos. Por ejemplo, los que llegaron con el exilio español… de lujo.

Así las cosas, ayer el Presidente de nuestra República, salió en defensa de don Loaiza porque ya se sabe, ya se supo, que ha escrito junto con el Arriaga “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro”, primero de una trilogía “que desarrolle un vínculo pedagógico entre alumnos, padres de familia y docentes”.

No suena mal hasta que se viene uno a enterar que ahora, por designio de don Arriaga y don Loaiza, los maestros de educación básica deben “para guiar su actividad pedagógica en las aulas”, leer ‘El Capital’, de Carlos Marx, y ‘¿Qué hacer?’, de Vladimir Ilich Lenin, para que “promuevan la libertad de los educandos y su comunidad”, cuestionando la libertad individual, apegándose a la definición de libertad de Mijaíl Bakunin.

El Presidente adelgazó la cosa diciendo que también se debe leer a Platón y Aristóteles.

Bueno, eso dijo él, pero no dice eso el dúo dinámico, Arriaga-Loaiza, que sí proponen en su librito que los maestros deben prepararse para enfrentar las “dinámicas de opresión” y formar a “un nuevo mexicano (…), una nueva mexicanidad afín a la transformación irreversible del país”. ¿Irreversible?… no… lo que es irreversible es que a esta 4T le queda un año y ocho meses para irse (todos) a la finca del señor en Palenque.

Un nuevo mexicano, una nueva mexicanidad, ¡caramba!, suena a ingeniería social, esa tan propia de totalitarismos dispuestos a todo para imponer una verdad única y excluyente que no es natural en ninguna sociedad (y menos si estamos hablando de 130 millones de mexicanos).

Como sea, proponer la lectura de “El Capital”, de Carlos Marx, a nuestros maestros de educación básica, parece lo menos, una babosada. Que lo estudien y bien, los universitarios, claro que sí, ¿por qué no?, pero los maestros de primaria y secundaria tienen otras prioridades, a menos que estemos hablando de ideologizar la educación de nuestros niños y ¡eso sí que no!

De lo de leer a Lenin, parece mejor y este tecladista sugiere que empiecen con su libro de 1917, “El Estado y la Revolución” en el que don Lenin escribió: “Se usará la violencia tanto para aplastar la resistencia de los explotadores como para dirigir a la enorme masa de la población, a los campesinos, a la pequeña burguesía (…) en la obra de poner en marcha la economía socialista”; tierno. O esto otro: “¿Creen realmente que podemos salir victoriosos sin utilizar el terror más despiadado?”, dulce. Por cierto, don Lenin fue el creador de la red de campos de concentración conocida como “gulag”.

Y lo de apegarse a la definición de libertad de Mijaíl Bakunin, es una idea digamos, curiosa. Bakunin fue anarquista, con todo lo que eso significa de destrucción del Estado, pero también fue un grandísimo gandul. Si nuestros maestros de educación básica lo van a estudiar, que tengan muy presente lo que don Bakunin escribió el 2 de junio de 1870:

“Mentiras, astucia y enredo son un medio necesario y maravilloso para desmoralizar y destruir al enemigo (…)”. Carta a Sergey Nechayev, en el libro de Michael Confino, ‘Hija de un revolucionario’: Natalie Herzen y el Círculo Bakunin-Nechayev’; Londres: Alcove Press, 1974, página 268; no está uno inventando.

Por lo pronto no hay que alarmarse, este país no lo cambian en menos de dos años estos mentecatos, pero no pasemos por alto: terror despiadado, mentiras, astucia y enredo; en buena hora: ¡Fuera máscaras!

Eduard Bernstein (1850-1932) uno de los fundadores de la socialdemocracia, escribió: “Si el socialismo no es un liberalismo comprometido con la democracia solo será una doctrina mesiánica salvaje, alimentada por fanáticos del recomenzar desde cero y el ‘tanto peor tanto mejor’”. Doctrina mesiánica, alimentada por fanáticos.

 

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LA FERIA

AMLO tiene rencores de venganza contra el INE

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Todos desconfiamos de todo, pero, aunque usted no lo crea, sólo hay confianza ciega en el árbitro electoral * El Presidente le tiene miedo al 2024. Qué pena * Si el Instituto Electoral es corrupto y hace trampas en elecciones, entonces López Obrador y las 21 gubernaturas ganadas por Morena fueron obtenidas de forma ilegal

 

SEÑOR LÓPEZ

 

Mal fin de fiesta.

En casa de unos tíos de Toluca, había siempre un ambiente pesado, como de sala de espera de proctólogo. Él, tío Lute (Eleuterio), no confiaba en su esposa, tía Tina (Ernestina), porque era celoso de espantar a Otelo, siendo ella señora decente con cuerpo de cetáceo, carácter de granadero y gracia de bulldog.

Ella no confiaba en él porque sí era un Juan Tenorio, pero había que imaginársela en la intimidad conyugal, encremada la cara, con tubos, camisón de franela, pantuflas de peluche y calcetas de los Diablos Rojos (chiquillo este menda, la vio así… hizo fama de llorón).

Aparte, ellos no confiaban en su hija (y era bien portada), ni en sus dos hijos (estudiosos y serios), y los trataban como arraigados de la FGR. Los hijos les correspondían con silencios ominosos y miradas raras. Era más agradable ir a un funeral que visitarlos.

 

DESCONFIANZA SIEMPRE

Recordó esta estampa familiar su texto servidor, al reflexionar en que nosotros los tenochcas simplex somos desconfiados, desconfiamos hasta de nuestra sombra. Sin meternos en vericuetos de psicología de muchedumbres o desórdenes colectivos de conducta, dejando de lado las primeras decepciones de la vida (lo de los Santos Reyes y el Santaclós, debería estar tipificado en el Código Penal), por lo que sea, pero desconfiamos, desconfiamos siempre.

Aquí al del teclado no deja de asombrarle la ingenuidad que se observa en otros países como los EUA, en donde el común de las personas admite íntegra la publicidad y se creen que hay shampoo que saca pelo, hamburguesas que hacen feliz, métodos infalibles para ser rico, maquillajes que embellecen, colchones que rejuvenecen, fajas que lo bajan de peso y ropa que no se plancha.

Y no agotan en eso su credulidad (que para nosotros los del peladaje es estupidez), sino que confían en un policía de crucero como si fuera el santo Papa, pagan sus impuestos completos sin concebir que se pueda malgastar un quinto y creen a pie juntillas lo que les informan sus gobernantes (lo que sea que les digan, aunque signifique odiar a los de alguna religión, tragarse el cuento de que un país les vendió a precio de ganga la mitad de su territorio o declarar la guerra a unos como chinitos que viven al otro lado del mundo y resulta que son un peligro para su “way of life” y la democracia del planeta).

En México (oootra vez hará este junta palabras un esbozo a brochazos de nuestro penar histórico), las cosas no son así:

La desconfianza nacional empezó en el altiplano cuando a los ribereños del Lago de Texcoco les contaron unos zarrapastrosos recién llegados, que Dios les había indicado mediante un águila merendando serpiente sobre un nopal, que les tocaba vivir ahí, “nomás en un cachito, no queremos molestar” y ya instalados, en poco tiempo sometieron a macanazos a sus anfitriones (por andarles creyendo), los explotaron a lo bestia y les sacaban el corazón sin anestesia, hasta cuajar como “imperio” azteca.

Luego llegaron soldados españoles diciendo que se iban a establecer sólo en tierras deshabitadas o en desgobierno; naturalmente no les creyeron, porque con ese cuento llegaron ellos, pero a mandobles y con ayuda de sus enemigos locales, se les impusieron y les pelaron todo (excepto las tierras comunales, que son sagradas, aunque viera usted qué raro, eran poquitas).

Atrasito llegaron los frailes que les dijeron que venían de parte de Dios a enseñarles el camino al Cielo y la tenochcada -muy mosqueada por los modos de los sacerdotes cardiólogos de los aztecas-, les dijo que sí, que cómo no, que ¡a todo dar!, pero la verdad siguieron adorando a los dioses de su mitología y a la fecha practican una religión sincrética, porque ellos van al Tepeyac a venerar a Tonantzin, diciéndole Guadalupe para llevar la fiesta en paz.

Luego nos independizaron los mismos españoles y ya ¡libres! todo siguió igual tirando a peor. Después tocó a la raza poner los muertos en la Guerra de Reforma, la Revolución y la Cristiada, sospechando todos que ningún beneficio directo había en que triunfaran liberales sobre conservadores, carrancistas sobre huertistas, callistas sobre los curas. Mátese ahora, goce después.

Así, de patada histórica en patada histórica, no es de extrañar que no haya un obrero que le crea a su líder sindical, un burócrata al jefe, ni quien desfile entusiasmado el 1 de mayo. Y en nuestra vida cotidiana, pensamos que suscribirse a una revista es ser idiota, porque el cartero se la roba; el que compra garrafones de agua la bebe pensando que es jugo de llave; del “redondeo” pensamos todos -los que dan y los que no dan- que es negocio fiscal del dueño de la farmacia o el súper; sabemos que la leche nos la adelgazan con agua; cargamos gasolina seguros de que nos dan litros rabones; en los bares pedimos por botella porque al copeo dan “pirata”; los tacos son de perro; las teiboleras más guapas son hombres. No confiamos en las autoridades (ni ellas en nosotros); los médicos son rateros; los abogados chuecos; los veladores duermen; los contadores se clavan los impuestos.

¿Cómo funciona así un país?… no se sabe, pero los gringos en lugar de mandar a México un equipo de psicólogos, prefirió mandar un carrito a pasear en Marte, calcúlele.

Así y todo, este pueblo experto en desconfiar, confía sin sombra de recelo en el Instituto Nacional Electoral, el INE, nuestro INE, completamente autónomo del gobierno. Y esa confianza se la ganó el INE a pulso desde 1997. Y es Andrés Manuel López Obrador, quien está empeñado en convencernos de que el INE es una birria.

Dijo el 6 de mayo de 2021: “Con el fin de impedir la democracia en México es que fue creado el INE”.

Dijo en días pasados: “Que se vayan a engañar a otra parte (…) ¿No son ellos los que permiten el relleno de urnas y la falsificación de actas? ¿No son las autoridades electorales las que se roban los paquetes, las que permiten la compra del voto?”.

Obedece esto a que tal vez tiene pendiente vengarse del INE que no le dio el triunfo en 2006 ni en 2012 y el miedo al 2024. Qué pena. Qué mal fin de fiesta.

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