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LA FERIA

En Palacio Nacional el país no cuenta… la gente tampoco

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Si no fuera presidente, ‘México sería un caos’ * AMLO y gobierno sólo esperan mantener el tiempo que les queda de esta cruel mascarada

 

POR EL SEÑOR LÓPEZ

 

Mascarada.

Hace ya más años de los que es prudente confesar, un grupo de amigos fuimos al aeropuerto a despedirnos de un querido maestro ya muy viejito, que regresaba a pasar sus últimos años en España, su patria.

En una cafetería del aeropuerto, esperando su hora de abordar, anécdotas, bromas y la disimulada tristeza de saber que no sabríamos más de él, eran tiempos de cartas y meses de espera para recibir respuesta… aquello era un adiós con regusto a funeral con el fiambre vivo.

Alguno le preguntó por qué se había quedado en México… nos habló de las muchas cosas que lo hicieron vivir acá 45 años, habiendo venido sólo a dar unas cuantas conferencias y después de una profunda pausa, dijo como hablando para él: -Pero… nunca entendí a México, nunca -se le preguntó a qué se refería… casi pierde el avión explicándonos.

 

EDADES DIFÍCILES DE LA VIDA

Sí está difícil. A los 20 años de edad uno ni se plantea la cuestión, ocupado en apurarle a encontrar una manera decente de comer tres veces al día y el resto del tiempo a encontrar soluciones adecuadas aunque sean temporales, al vigor glandular propio de esas edades.

A los 30, empiezan las inquietudes, porque no es tan fácil mantener la nariz por encima del agua ya casado, con hijos -nacidos ricos: absténganse- y está del nabo pagar y pagar impuestos y al mismo tiempo, ver el franco progreso material de nuestros funcionarios, sus hijos y sus compadres, inversamente proporcional al IGJ (Índice General de Jodidez).

A los 40, la población no incluida en la ENE (Encuesta Nacional de Estupidez) ya ha elaborado su propia teoría sobre México. Unos, atribuyen nuestro penoso desarrollo, periódicas crisis económicas y baños de sangre, a que nos conquistaron los españoles (que ni es cierto, la conquista la hicieron los indios, la independencia los españoles); a la religión que enseña que ser pobre es a todo dar; otros, a la maldita vecindad con los yanquis, que nos odian gratis; aquellos, al mestizaje -sin atreverse a proclamar las bondades del exterminio de indios-, y también hay los ambientalistas: el clima es culpable de nuestro modo de ser, de nuestra improductividad y mañas: es que ¡con este calor!, nada más se antojan hamaca y fornicio.

A los 50 de edad, algunos de los pensantes tienen muy cuajada su propia teoría sobre México y sus penalidades, y una amplia mayoría, harta de buscarle cuadratura al círculo, simplemente aborrece a los políticos y a la política, se refugia en un egoísmo balsámico, ya perdida la fe en que durante su vida verán algún indicio esperanzador de que nuestro país cambie, que nuestra realidad tome rumbo mejor (digo, ¿ya se le olvidó que estamos en “nuevos pesos”, con tres ceros menos desde 1993?, nomás piense que un “hot dog” de banqueta cuesta el doble de lo que antes costaba un Volkswagen Sedan nuevecito, de agencia; y que hoy, con lo que gasta en ir al cine -más “combo” de palomitas y refresco- antes le alcanzaba para comprar una casa de interés social, grandecita).

NOTA.- esta abulia ante la realidad, explica en parte la pasión por el futbol y los chismes de vedetes, pues con algo hay que distraer las neuronas.

A los sesenta de edad, los que creían conocer bien el Manual de instrucciones para vivir en México, ya ven telenovelas, compran el Hola, sólo leen la sección de Deportes en el periódico, resignados a seguir haciendo panza, conformes con no entender nunca los fenómenos que nos llevan de tropiezo en tropiezo público, a comenzar y recomenzar el país en cada sexenio.

A los setenta de edad, ya pocos se toman la molestia ni de preocuparse, total, ya va uno de salida porque a esas edades se anda todo el tiempo con el pase de abordar en la mano… pasajeros con destino al más allá, último aviso.

 

INEXPLICABLE EXPERANZA EN MORENA

Hoy por supuesto y no tan novedosamente como creen los que no han acumulado en uso de razón más de seis décadas, soplan por el país vientos de inexplicable esperanza en Morena, más bien dicho, en el Presidente López Obrador y a lo más a que se atreven ante la astringencia de resultados visibles, es a proponer:

a).- Tenerle paciencia al Presidente para que enderece el barco, que Roma no se hizo en un año, ni en tres (un ‘ya merito’ recargado);

b).- Darle tiempo a Morena para que sea partido, forme cuadros, expulse oportunistas y pueda poner de candidato a inquilino de Palacio Nacional, a uno que sí tenga la cabeza en su lugar;

o, c).- Darle tiempo a la oposición para que asimile sus derrotas, asuma sus errores, corrija sus extravíos y en caso de que recupere el poder federal nos gobiernen, ahora sí, mejor que Dios Padre a la corte celestial.

Le tengo noticias: cualquier opción (a, b y c) y sus combinaciones, no resuelven la necedad general de poner en manos de una sola persona el destino nacional.

Es tan inmensa la influencia y poder de nuestros presidentes que se vuelven locos; sí, nuestro presidencialismo a ultranza y por encima de las leyes, los vuelve locos; y a los que no, sus secretarios y colaboradores, con baños diarios de confeti, alabanzas desmedidas y sumisión de cachorritos retozones, los vuelven locos.

Habitualmente, en tiempos del PRI imperial era en su quinto año de gobierno que se volvían locos, pues llegaban a la cima de su poder, sabedores de que su autoridad política sería el fiel de la balanza para decidir su sucesión.

Y aunque renieguen los fieles al Presidente actual, estamos en la resurrección del viejo régimen con una diferencia: este Presidente anticipó el proceso sucesorio y enloqueció apenas iniciando su cuarto año de gobierno.

Si piensa que es una exageración de este menda, entérese que el miércoles pasado declaró que si él no fuera presidente, “México sería un caos” y agregó: “Ahora no, nosotros tenemos estabilidad económica, financiera, no se endeudó al país, no se ha empobrecido al pueblo a pesar de la crisis económica y el prestigio de México está por lo alto”.

Vil mentira. Nada de eso es real, pero a ver quién es el macho que se lo dice. En Palacio el país no cuenta, la gente tampoco, ellos sólo esperan mantener el tiempo que les queda esta cruel mascarada.

LA FERIA

“Se conocerá la verdad de Ayotzinapa y se castigará a los responsables”, frase incumplida de AMLO

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Ya se va el Presidente y no resolverá el compromiso 89 * El derrumbe de una puerta de Palacio Nacional ni mella le hizo al Ejecutivo federal, quien dijo: “Se va a arreglar y no hay ningún problema (…)”… ¡Padre!, se arregla la puerta, al fin que es de palo * Según Sheinbaum, la elección de López Obrador y 22 gobernadores suyos de él han sido ilegales

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

No hay engaño.

Leonor fue una tía (tía abuela), de las de Autlán, de ¡y retiemble en sus centros!, por su espectacular belleza (de muy vieja, bien se le notaba lo que había sido, sí señor).

Bueno, pues la requebraba el hijo de un ranchero muy parecido a un hacendado y la cosa llegó al punto en que fueron a pedir su mano.

Contaba la abuela Elena que los papás de entonces núbil dijeron que sí, pero que no le convenía al entusiasmado doncel. Que Leonor se levantaba tarde, que no hacía nada, que era enojona, que era muy caprichuda y que si advertido como estaba se casaba con ella, no aceptaban reclamos ni que se las devolviera: si salía, salía.

Salió. Del marido no se supo nada, se fue de Autlán. A la tía la mantuvieron sus suegros, con la condición de que ni se les apareciera.

Decía la abuela: -Caro le salió el gusto al muchacho- pues sí, sobre advertencia…

 

LÒPEZ OBRADOR INVESTIGA EL CASO AYOTZINAPA

El miércoles 6 de marzo pasado, un grupo violento, de parte de los padres de los normalistas de Ayotzinapa, tiró la puerta de la calle de Moneda, de Palacio Nacional. La exigencia era ser recibidos por el Presidente de la República.

Dentro, en el Salón Tesorería de Palacio, preguntaron al Primer Mandatario si los iba a recibir, y el Preciso respondió: “No, no. Yo estoy analizando, conduciendo todo porque lo que me importa es encontrar a los jóvenes (…) Todavía estamos haciendo investigaciones, nos hace falta. Me voy a reunir con ellos en su momento (…), quiero tener pruebas (…), pruebas de cómo se manipuló la investigación para proteger a ciertas gentes, la responsabilidad que tienen abogados de ellos y los supuestos defensores de derechos humanos”.

Tras su declaración, la interrogante que surge es: ¿Pruebas para encontrarlos o para desacreditar a sus abogados y a los defensores de derechos humanos?.. Él sabrá.

No recibirlos sería correcto (más con esos modos), si no los hubiera recibido antes, si hubiera dejado en manos de la FGR la investigación, sin anticipar como anticipó, que el gobierno anterior había engañado a los padres de los normalistas desaparecidos (sin duda, asesinados).

Además, la negativa a recibirlos no exigía insultarlos: “pruebas de cómo se manipuló la investigación (…), la responsabilidad que tienen abogados de ellos (…)”. En fin.

Entre los cien compromisos que públicamente hizo al asumir el cargo, el número 89 es “Investigar a fondo la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa; se conocerá la verdad y se castigará a los responsables”.

Bueno, pues a siete meses de terminar su gobierno, no se ha conocido la verdad, está “haciendo investigaciones”, sobre las que asumió la responsabilidad el 12 de octubre del año pasado, cuando dijo: “Yo personalmente estoy conduciendo ya la investigación, yo la estoy dirigiendo (…)”… Presidente y Ministerio Público, toda una novedad.

Derribar una puerta de Palacio Nacional no es cosa chiquita.

Es algo con gran carga simbólica. La imagen que queda ante la historia (aunque se oye ridículo) es la del pueblo asaltando la sede del Poder Ejecutivo y si le suena muy dramático, ponga irrumpiendo, que irrumpir es entrar violentamente en un lugar, como entraron (para ser rechazados con gas pimienta y lacrimógeno).

Sobre el hecho de la puerta derribada, dijo: “Se va a arreglar la puerta y no hay ningún problema (…)”. ¡Padre!, se arregla la puerta, al fin que es de palo.

Con toda la mala fe a que inducen los esperpénticos logros de la 4T, viene a la memoria María Antonieta, la reina de Francia, esposa de Luis XVI, quien oyendo las protestas del pueblo fuera de su palacio, preguntó a sus damas qué querían y al oír que el borlote era porque no tenían pan, respondió “Que coman pasteles” (que ni lo dijo, la que soltó tamaña respuesta tan tonta e insensible, fue María Teresa, ‘ñora de Luis XIV, unos cien años antes, pero da lo mismo: se arregla la puerta, no hay problema). Pues sí, igual se arregló la Bastilla o el Palacio de Invierno, pero sí hubo problema.

No es la primera vez que Palacio Nacional es asaltado por un grupo violento. Ya una vez la turba lo incendió, por ahí de fines del siglo XVII (1692 o algo así), por lo que en una pintura de Villalpando aparece medio Palacio en ruinas. Vivía entonces en Palacio el que mandaba, el Virrey, hoy el Presidente; si le interesa, léase de Pilar Gonzalbo, “El nacimiento del miedo”.

Por cierto, antes de López Obrador, hacía 139 años no se alojaba ningún Presidente en Palacio Nacional, el último fue Porfirio Díaz (hasta 1880). ¡Qué bonito es lo bonito! (y el simbolismo político de irse a vivir ahí, le viene guango, como le vienen tantas cosas, aparte de los de Ayotzinapa, las madres de niños con cáncer, las buscadoras y tantas cosas más).

Así las cosas, mientras el Preciso atendía los asuntos nacionales desde Palacio, su candidata a la Presidencia, doña Sheinbaum, aclaró paradas una vez más. En uno más de sus gustados mítines, muy recomendables para remediar el insomnio, reiteró que es fiel, leal, devota adepta y feligresa de su señor, el Presidente de la República, y martilló:

“(…) Tenemos que garantizar que nunca más haya fraudes electorales en el país (…) ¿Qué tenemos que hacer para que eso sea así? Pues tenemos que cambiar al Instituto Nacional Electoral (…), ese Instituto se gasta mucho dinero y ahora no necesariamente garantiza la democracia (…)”. ¡Vaya!, y uno creyendo que la elección de López Obrador y 22 gobernadores suyos de él han sido legalitas… y resulta que no.

Y doña Sheinbaum aprovechó para decir: “El INE tiene consejeros que los elige la Cámara de Diputados y magistrados electorales que los elige la Cámara del Senado (…), ahora la propuesta, para que haya verdadera democracia, es que los consejeros, los magistrados, sean electos por el pueblo de México (…) el Poder Judicial, los jueces hoy están secuestrados por un pequeño grupo, hay amparos y amparos y amparos para delincuentes (…) ¿A poco los jueces están al servicio del pueblo? Al revés, el pueblo difícilmente tiene justicia (…) Por eso también vamos a cambiar al Poder Judicial”.

Bueno, si no va a votar sepa que ayuda a que nos quiten el INE y el Poder Judicial. Sobre advertencia no hay engaño.

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LA FERIA

¿Por qué semejante acusación contra AMLO?

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El Presidente ha reaccionado exigiendo pruebas y disculpas * López Obrador ya lanzó su advertencia: “Esto afecta los diálogos con Washington sobre migración y narcotráfico”… y Joe Biden sería el principal perjudicado

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

El Chapulín Colorado.

Paty y Pita (en serio) eran hermanas y primas de este menda, de las de Toluca. Paty fue de faldas ligeras… y Pita también. Pero Paty tenía mejor fama que la Madre Superiora de las monjitas del Verbo Encarnado y Pita compartía prestigio con la Rompecatres.

Una vez Pita dijo a Paty -contado por ésta- que si eran iguales, no entendía su buena fama mientras ella bailaba en boca de todos y su hermanita la corrigió: -No, no somos iguales, Pita, tú eres tonta -sí era.

 

GRAVE LA ACUSACIÓN CONTRA AMLO

Por supuesto es no solo aventurado sino difamatorio y hasta calumnioso, tachar al actual Presidente de México de ser un “narco presidente”, de recibir dinero de narcotraficantes para una de sus campañas políticas, de ser protector de las bandas criminales.

Atreverse a tanto y hacerlo en medios de comunicación masiva, supone uno debiera respaldarse con pruebas sólidas, hechos indiscutibles y no en dichos de delincuentes que consiguen beneficios acogiéndose a la figura de “testigo protegido”, y declaran lo que les digan que declaren.

Ante la reciente andanada de maliciosas notas de prensa extranjera, en las que se le inculpa, así sea advirtiendo que no se obtuvieron pruebas de haber recibido dinero de criminales en su campaña electoral del 2006, el Presidente López Obrador ha reaccionado exigiendo pruebas y disculpas, señalando directamente al gobierno de EU, a su Departamento de Estado y la DEA, de estar tras esos ataques.

Fiel a su modito, subió la vara agregando que esto “afecta los diálogos con Washington sobre migración y narcotráfico”, lo que no necesita traducción: si me aprietan con dichos y filtraciones a prensa, yo aprieto en la cuestión migratoria, lo que anticiparía la derrota de Joe Biden en las próximas elecciones de allá, porque si le inunda de migrantes la frontera, revienta el señor de la Casa Blanca.

Es un enorme desacierto responsabilizar de tres notas de prensa (una de Alemania), al gobierno de EU y no solo eso: amenazar al país más poderoso del mundo que probado está, no es muy escrupuloso a la hora de cobrar venganza. El Tío Sam seguirá siendo el Tío Sam después del 30 de septiembre de este año, último día en el cargo de nuestro Presidente… y luego, ¡ay!, ¿y luego?

El aparato judicial del gobierno de EU, con subterfugios y los vericuetos de sus leyes, pareciera se cree con jurisdicción en todo el mundo. No es así, pero así actúan. Han perseguido y encarcelado a varios presidentes o expresidentes, por ejemplo a Juan Antonio Noriega, de Panamá; a Juan Orlando Hernández, de Nicaragua; Alfonso Portillo, de Guatemala; Álvaro Colom, también de Guatemala, sancionado en 2021 por Washington, que lo incluyó en el listado de “actores corruptos y antidemocráticos”; Ricardo Martinelli, de Panamá, detenido en EU, luego extraditado a su país; la exvicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti, procesada en la Corte del Distrito de Columbia, Washington, por nexos con los Zetas (los de México); Rafael Callejas, expresidente de Honduras, apresado y juzgado por la corte federal de Brooklyn en Nueva York.

Para el modito de nuestro Presidente, el modito del renegrido Tío Sam. Un último ejemplo de sus hazañas vindicativas: el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, extraditado a EU con cargos de sobornos de narcotraficantes para fraude electoral. A ver, no se distraiga, se lo repito: cargos de sobornos de narcotraficantes para fraude electoral.

De regreso a los infundios publicados contra el Presidente López Obrador: no hay pruebas ni investigación en curso en EU (oficialmente); allá es asunto cerrado (oficialmente).

Los que le entienden a eso de la política en EU y los taimados de acá, dando por falsas tamañas acusaciones contra nuestro Presidente, sin embargo, se preguntan: ¿Y por qué se le ocurrió al gobierno de EU inducir semejante acusación contra López Obrador?, porque el mismo Presidente de México así lo aseguró, son calumnias del gobierno yanqui.

Siendo todo esto una canallada y una falsedad, se queda uno pensando ¿y por qué?… ¿por qué eso?… Es gravísima tal acusación, así fuera solo chisme en prensa. De hecho es el primer Presidente de México bajo semejante imputación… desde Abelardo L. Rodríguez.

Don Abelardo fue Presidente de México de septiembre de 1932 al 30 de noviembre de 1934, dos años y cinco meses. En ese lapso hizo muchas cosas en bien del país: fundó lo que hoy es Banobras; Petromex (hoy Pemex); la Secretaría del Trabajo (e implantó el salario mínimo); y Nacional Financiera.

Aparte promulgó leyes importantes: la antirreeleccionista; contra los monopolios; la reforma a la del Patrimonio Ejidal; y la Ley del Servicio Exterior. Y nadie le regatea su impulso a la industrialización de México, la atracción de inversiones, el apoyo al campo.

Muy bien por don Abelardo, pero hoy quien habla de él, tiene en la punta de la lengua el programa de History Channel, en el que se afirma que entre 1923 y 1930, fue uno de los primeros “embajadores de la mafia”, socio y aliado de Lucky Luciano, Meyer Lansky y Al Capone, mafiosos de EU, quienes instalaron en Tijuana el casino-hotel Agua Caliente (del que fue socio don Abelardo).

De acuerdo, don Abelardo hizo un papel sobresaliente como presidente de la República, pero algunos que escriben libros de historia, aseguran que financiaba sus tropas (revolucionarias) con la venta de alcohol, opio, prostitución y casas de juego. Claro que en aquellos tiempos, nadie se atrevió a acusarlo de nada. Esos señores mataban como pedir otro de maciza.

Igual, no hay pruebas contra don Abelardo, pero nada le lava la cara. Difamado o calumniado pero manchado, sin remedio. Y sin haber retado a la Casa Blanca, por cierto.

Algún ocioso de esos que nunca faltan, buscó y encontró este tuitazo que puso López Obrador el 12 de marzo de 2014: “El caso Monex y la declaración del agente de la DEA, acerca de que el Chapo financió la campaña de EPN, no deben quedar en el olvido”.

¿Cómo ayudarlo? ¡Ay!, se nos murió el Chapulín Colorado.

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LA FERIA

Mentiras, el arma perfecta de la 4T

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No es posible que la verdad es que todo sea engaño. Lo es. No hay informe veraz sobre el estado que guarda la nación * Nuestro problema ya no es este Presidente. A rey muerto, rey puesto… Lo importante: Si Sheinbaum es presidenta, ya está atrapada en una red de mentiras y de ilegalidades * Ahora mismo está que arde la denuncia pública de Sanjuana Martínez, exdirectora de Notimex. ¡Cuidado!, es mucho lo que está en juego y no es imposible que en plena campaña abrumen a doña Sheinbaum con una catarata de denuncias bien fundadas

 

ADOLFO LÓPEZ MAÑÓN

 

Pandilla.

Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, siete años mayor que este menda, gandalla ‘honoris causa’, aparte de muy inteligente y bribón, era un mentiroso de medalla y diploma.

En cierta ocasión en que el del teclado purgaba la pena de no salir una semana de su cuarto, por mentiroso, recibió la visita de Pepe y su texto servidor le preguntó cómo hacía para que nunca lo descubrieran y respondió de aire: -Miento poquito -y agregó sin burla- pero tú mejor no digas mentiras, eres muy tonto (usó un adjetivo coloquial que rima con trebejo). Pues sí.

 

LA PEOR RALEA DE MENTIROSO ES EL MENTIROSO CON PODER

Mentir habitualmente tiene un riesgo para el mendaz: que se crea sus mentiras. Y el que se cree sus mentiras, se descuida, deja de lado la prudencia de decir las menos posibles y en ese punto, enseña el plumero, por decirlo suavecito.

La peor ralea de mentiroso es el mentiroso con poder. Por supuesto quien tiene poder, entendido como poder público, no tiene más remedio que mentir cuando de proteger lo que representa está en juego, pero nunca usa la mentira como método de gobierno.

Quien tiene poder y recurre a la mentira como estrategia de gobierno y para ocultar pifias, corrupción y complicidades, es el peor tipo de mentiroso. Causa daño social.

Debe decirse que una característica de la verdadera gente de poder es que no necesita mentir. Tiene poder. Poder para no responder. Poder para tomar decisiones sin acidez estomacal. Poder que en el diccionario de nuestro idioma (el de la Academia) es sinónimo de lograr, conseguir, obtener, alcanzar, permitirse y también de vencer, ganar, dominar, superar, derrotar.

Así, el poderoso en el campo de la política, de lo público, prueba su poder al hacer realidad sus objetivos, al ratificar con el idioma de los hechos sus dichos. Podía y pudo.

Pero también prueba su poder al imponerse sobre enemigos y adversarios, a los que vence o domina.

Así tenemos que el poderoso infunde respeto por sus logros y miedo por sus victorias, por los males que inflige a sus contrarios.

Añadamos que hay un tipo raro de poderoso, el que causa admiración, como el Federico II de Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Jerusalén y rey de Sicilia, tipo colosal, valeroso guerrero y poeta, impulsor de las artes y las ciencias, del que basta decir que en su tiempo (siglo XIII) se le llamaba ‘Stupor mundi’, estupor, asombro del mundo. Lo era.

Otro de asombro fue el inmenso Mustafa Kemal Atatürk, ya del siglo XX, libertador, fundador y primer presidente de la república de Turquía, a cuyo funeral asistieron representantes de 26 países y en 1981 -centenario de su nacimiento- la ONU y la UNESCO lo declararon El Año Atatürk en el Mundo. De ese calibre. Sí, los hay.

Entrando a nuestra penosa situación de ogaño (o de hogaño, que se vale): en nuestro actual Poder Ejecutivo federal, la mentira ha sentado sus reales como instrumento de gobierno. De hecho, el tenochca simplex ya no se escandaliza. Su capacidad de indignación se agotó. Y peor, son tantísimas las mentiras que hasta se duda que lo sean, no es posible que la verdad es que todo sea mentira. Lo es. No hay informe veraz sobre el estado que guarda la nación.

Al frente de estas huestes de la falacia, está el Presidente, pero en brevísimo tiempo termina su mandato y quede quien quede en su lugar, su poder decrecerá aceleradamente, de hecho, el poder inmenso de nuestros presidentes se esfuma del todo en el tiempo que tarda su sucesor en terminar de bajar el brazo después de jurar el cargo. No, nuestro problema ya no es este Presidente. A rey muerto, rey puesto.

El problema es que si de verdad ganara la Presidencia doña Sheinbaum, ya está atrapada en una red de mentiras y de ilegalidades. Deje de lado los casos de corrupción que se van revelando, con esos como sea, lidiará.

El asunto que la afecta directamente es el inmenso gasto en su campaña política, financiado no se sabe por quién, aunque todos sabemos. En ese sentido, este gobierno se puede definir sin abusar de las palabras, como delincuencia organizada.

La Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada define en su artículo 2 que será eso, delincuencia organizada, cuando tres o más personas se organicen de hecho para cometer algunos delitos, entre los cuales menciona (fracción I): operaciones con recursos de procedencia ilícita, previsto en el artículo 400 Bis del Código Penal Federal.

Sin hacer citas textuales, ese artículo 400 Bis, reza que se impondrá de cinco a quince años de prisión (y multas) al que, por sí o por interpósita persona realice cualquiera de las siguientes conductas: (fracción I): que administre, deposite, retire, dé o reciba, invierta, traspase, transporte o transfiera recursos (dinero) cuando tenga conocimiento de que proceden o representan el producto de una actividad ilícita, o (fracción II): oculte, encubra o pretenda ocultar o encubrir la naturaleza, origen, ubicación, destino de recursos (dinero) cuando tenga conocimiento de que proceden o representan el producto de una actividad ilícita.

Y agrega la ley: se entenderá que son producto de una actividad ilícita, los recursos (dinero) cuando existan indicios de que provienen directa o indirectamente, de la comisión de algún delito y no pueda acreditarse su legítima procedencia.

Tomar dinero del erario para una campaña es robar. Tomar el dinero que ilícitamente se descuente de las nóminas del gobierno es robar y extorsión. Lo hacen entre varios (hasta videos hemos visto de cómo hacen ‘carrusel’, para depositar en el banco). Ahora mismo está que arde la denuncia pública de Sanjuana Martínez, exdirectora de Notimex. Es una, una más. El Presidente le pidió pruebas y ella dijo que ya las tienen sus abogados y que va a denunciar los hechos.

¡Cuidado!, es mucho lo que está en juego y no es imposible que en plena campaña abrumen a doña Sheinbaum con una catarata de denuncias bien fundadas.

Parecen intocables, no lo son. Parecen impunes, no lo son. Parecen políticos profesionales, no lo son. Son embaucadores, son pandilla.

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