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El adiós a un Káiser

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El histórico del futbol alemán * El balompié mundial está de luto y lamenta la partida de Franz Beckenbauer, quien lo ganó todo con el Bayern y jugó al lado de Pelé * Es considerado uno de los mejores jugadores en la historia del futbol

 

ERIC GARCÍA

 

El mítico central alemán se había alejado de la vida pública por complicaciones de salud y perdió la vida el domingo 7 de enero pasado, según informó su familia

Un hito del futbol mundial histórico ha dejado este plano terrenal. Franz Beckenbauer, leyenda del Bayern Múnich y de la Selección de Alemania, falleció a los 78 años de edad, según informó la familia del, tal vez, defensa central más importante de todos los tiempos.

Beckenbauer tuvo como logro más importante haber conquistado dos Mundiales en dos facetas de su vida distintas: como jugador y capitán de Die Mannschaft en la Copa del Mundo de 1974 y como director técnico, en Italia 1990.

Ver cruzar el campo al “Káiser” era como presenciar una función de ballet. Erguido, con la vista fija en el horizonte y el balón cosido a los botines.

Tuvimos el privilegio de verlo jugar en vivo y a todo color en México 70. Fue espectacular en el juego de semifinales ante Italia, que salió victoriosa por un marcador de 4-3 en el llamado partido del siglo.

Lesionado del hombro, Beckenbauer jugó con un vendaje que le impedía el total movimiento, pero no la exhibición de su clase.

Vino su revancha personal y tras vencer a Holanda en la final de 1974, levantó en su calidad de capitán el trofeo que los acreditaba como los mejores del orbe.

Como se dijo anteriormente, ya como director técnico, inscribió su nombre en letras doradas al ganar la Copa de Italia 90.

UNA LEYENDA MUNDIAL

Las vitrinas de este hito alemán están repletas de trofeos, entre los que destacan: una Eurocopa, durante el año 1972; tres Copas de Eurocopa, en los años 1974-1977, y dos Balones de Oro, en 1972 y 1976.

Nacido en 1945, a quien apodaban “Káiser” (razón por lo cual le llamaban el “Káiser mexicano” a Rafael Márquez), tuvo una carrera impecable de casi 20 años como futbolista profesional, donde únicamente militó en tres equipos, el Bayern Múnich, equipo en el que estuvo casi toda su trayectoria, Cosmos de Nueva York y el Hamburgo.

Sin dar más detalles, se dio a conocer que Franz estaba batallando con una enfermedad que lo alejó de la vida pública desde hace ya varios años.

Incluso, en una de sus últimas declaraciones a medios de comunicación, confesó que había perdido la visibilidad en un ojo y tenía complicaciones en el corazón, razón por lo cual no pudo estar presente en el funeral de “O Rei”, Pelé.

“Me hubiese gustado viajar, pero mi salud no me permite realizar viajes largos”, declaró Beckenbauer en un comunicado poco después del fallecimiento de la máxima estrella del futbol de Brasil.

 

FRUCTÍFERA CARRERA

Diego Armando Maradona, Pelé, Johan Cryuff, Eusebio, Alfredo Di Stefano, Ferenc Puskás, entre otros, son algunos de los pocos nombres que se comparaban en el nivel de juego que tenía el líbero alemán.

El Bayern Múnich tuvo la dicha y ambos se adjudicaron una grandeza inigualable, desde su debut con los bávaros en 1964. Lideró un equipo de leyenda que contaba con Gerd Müller, Uli Hoeneß o Sepp Maier, entre otros, iniciando la hegemonía bávara en la Bundesliga de un club que solo tenía dos Ligas en su historia y que, desde ahí, empezaron a dominar a Alemania, conquistando cinco torneos domésticos.

Pero su palmarés no queda ahí: cuatro copas (Pokal), una Recopa de Europa, tres Copas de Europa (consecutivas) y una Copa Intercontinental. Además, una Eurocopa y dos Mundiales, el de 1974 y el de 1990.

El cierre épico de la carrera de Beckenbauer no pudo haber sido descrito mejor: culminó en Estados Unidos tras haber hecho historia con Pelé, formando uno de los equipos más icónicos del futbol mundial: aquel Cosmos de Nueva York que ganó tres campeonatos.

El “Káiser”, Franz Beckenbauer, despide al Mundo a sus 78 años con dos Balones de Oro (1972 y 1976), siendo el tercer mejor futbolista del Siglo XX según la IFFHS, y establecido en el Dream Team de la Copa Mundial de la FIFA.

 

EL HOMBRE DE LAS FRASES MÁS ICÓNICAS

El icónico líbero alemán, quien en su momento dio la vuelta al mundo al conocerse que jugó una semifinal de un Mundial con el hombro dislocado, también fue una persona que tenía en su haber frases icónicas relacionadas con su pasión al futbol.

“Para ser exitoso como jugador, entrenador y dirigente, hay que tener mucha disciplina, bastante suerte y nacer en el país y en el momento justo”, es lo que dijo el deportista germano en una entrevista.

Sin embargo, pese a lo duro que era para dar sus declaraciones, no podía ocultar el amor que le tenía al balompié y estar en el terreno de juego.

“Se suele decir que el fútbol es una droga. Para mí, el futbol es una pasión, una afición. Yo no tengo dependencia del futbol. Eso sí, lo adoro”, es una de las frases icónicas que dejó el dos veces campeón mundialista.

Descanse en paz Franz Beckenbauer.

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Voló el “Pajarito” Andrade

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“¡Cómo no te voy a querer Manuel Andrade!” si creaste la imagen más sólida del futbol y que hoy mismo une aficiones y presume orgullosos el andar de los millones de aficionados y estudiantes que llevan con orgullo tus trazos ocurrentes y geniales.

 

FERNANDO GONZÁLEZ DOMÍNGUEZ

 

Hará unos diez años que tuve oportunidad de tratar a don Manuel Andrade Rodríguez, alias “Pajarito”. Fue profesor de la Escuela de Diseño y Artesanías en la Ciudadela, egresado de la propia UNAM, vecino de los barrios de Mixcoac, San Rafael y por último de San Miguel Chapultepec. En 1973 conoció la convocatoria para crear un escudo para el equipo profesional de futbol soccer de la UNAM. Estaba por crearse la asociación civil “Club Universidad Nacional, A. C.”, responsable hasta nuestros días de los equipos de futbol soccer de la máxima casa de estudios en todas sus categorías. Eran los tiempos del rector Guillermo Soberón Acevedo.

Cuenta el diseñador que hizo 900 bocetos. Seleccionó 16 y se subió a un colectivo para presentarlos en la UNAM. En el camino un albañil vecino de asiento en ese transporte le dijo ojeando discretamente: “¿es el nuevo escudo de la UNAM?”. Ahí supo que estaba decidido. Sí, sí era el nuevo escudo de los Pumas.

Fanático de “hueso colorado” de sus Pumas asistía invariablemente a los juegos de local todos los domingos a las 12:00 en el Estadio Olímpico Universitario. Con humildad y rubor pedía boletos para ingresar al estadio, pues su condición económica nunca fue buena. Él y un amigo se acercaban a mi oficina de prensa de los Pumas para pedir ese apoyo. Le pregunté alguna vez qué beneficios obtuvo por su diseño del logo de Pumas y me contestó seco y triste. “Ya me lo gasté mi buen, no alcanzó para nada”.

Creo que merecía más… si no se lo dieron las autoridades universitarias. Dudo que esas autoridades hubieran sabido el valor-marca que obtuvieron con el trabajo de Andrade Rodríguez.

“Pajarito” Andrade fue capaz de crear un emblema hace 50 años de altísimo valor comercial. Empresarios diversos llegaron a comentar su valor y proponer alguna idea con base en el logotipo más “sexy” del futbol nacional.

Así fue descrito y en lenguaje de diseño puede que tenga sentido esta expresión. No existe en todo el ambiente deportivo mexicano, y más allá una imagen más reconocible que el triángulo azul, enmarcado en oro que contiene la cara estilizada de un felino de medio tamaño muy identificable.

La tesis de diseño de ese trabajo es considerar la enseñanza, la investigación y la difusión de la cultura encerradas en un sólido triángulo custodiado por un felino medio que basa su éxito en la sorpresa y la constancia al atacar a presas la mayoría de las veces mucho más grandes.

Curiosa escena me tocó vivir en varias ocasiones que entraba al estadio por donde ingresábamos a los compañeros de prensa, acompañado de Manuel Andrade y su compadre Daniel (les debo el apellido). Había que ver su cara al escanear la escena y ver su logo en gorras, chamarras, playeras, sombreros y seguro también en calcetines y calzones.

Cada partido de Pumas en CU es un desfile de logotipos colocados en todas partes: en los vasos de cerveza, en las banderas del estadio, en las pañoletas y bufandas; en la pantalla gigante y hasta en las formaciones de la porra Rebel que hacen mosaicos monumentales con esa figura de un enorme puma creada por un pequeño “Pajarito”.

Si hubiera un campeonato de logos en la Liga MX sin duda tendríamos un campeón de campeones. En mis tiempos de prensa de Pumas, conocí un estudio sobre playeras de equipos de futbol en todo el mundo: Pumas, gracias a su logo ampliado en el pecho de sus jugadores, estaba entre las diez playeras más bellas del planeta.

Quién no recuerdan el enorme pecho de Cabinho estirándose para cabecear un golazo con la firma de un gran puma azul marcando su territorio. Hugo Sánchez hacía sus piruetas por cada gol haciendo girar su logotipo grandote azul en fondo blanco o dorado.

La banderola dorada que se exhibe en cada triunfo de los Pumas y que la mascota Goyo enarbola al saltar a la cancha lleva un logotipo visible para los aficionados y porras aún si se encuentran en las más altas gradas.

Las facultades de la UNAM usan el escudo oficial de esa institución para temas oficiales, sin embargo, el uso del logo de Andrade es cada vez más común en eventos deportivos y académicos que portan orgullosamente el logo del “Pajarito” que les distingue de cualquier institución o programa.

“¡Cómo no te voy a querer Pajarito!” si creaste la imagen más sólida del futbol y que hoy mismo une aficiones y presume orgullosos el andar de los millones de aficionados y estudiantes que llevan con orgullo tus trazos ocurrentes y geniales.

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FIFA se acuesta en cama de petróleo

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Blatter utilizó su poder de manipulación para decidir la sede del Mundial en 2022 * Llegó Gianni Infantino y hoy en día está claro que la dictadura FIFA está sana y salva… y hasta ascendiendo

 

DIEGO CASTILLO

 

En 2010, el entonces presidente de la Federación Internacional Futbol Asociación (FIFA), Sepp Blatter, consiguió una extensión utilizando su considerable poder de manipulación para decidir la sede del Mundial en 2022.

Esto era sospechoso, ya que las sedes mundialistas normalmente se decidían y otorgaban con ocho años de antelación. Ya empezaban a llegar olores de aires de corrupción.

Cuando Blatter desenvolvió el papel que revelaba que Qatar sería la sede de la justa mundialista y que la pequeña nación petrolera de Medio Oriente le había ganado la elección a los Estados Unidos, el presidente de la FIFA hizo una mueca entre asombro, desencajo, enojo y culpabilidad.

Sabía que esto iba a desencadenar mucho más que los abucheos que llegaban al escenario donde estaba parado, suficientes para ahogar los gritos de júbilo de la delegación qatarí.

Uno podría trazar ese momento en 2010 a la subsecuente investigación, comandada por el FBI, que derrumbó a los altos mandos de la FIFA, incluyendo el destierro de su presidente y uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos, Michel Platini.

Su pasado en la cancha no pudo hacer nada contra las manchas de corrupción en su uniforme.

La salida forzada de Blatter significaba una oportunidad de oro para la FIFA para salirse de la sombra de sus tratados oscuros y el legado tenebroso de Joao Havelange, quien edificó a la FIFA como una familia mafiosa digna de la Cosa Nostra y que explotó el deporte más popular del mundo para exprimir hasta el último dólar a cada pelota del mundo.

Llegó Gianni Infantino y hoy en día está claro que la dictadura FIFA está sana y salva… y hasta ascendiendo.

En contraste con esa elección viciada de 2010, esta semana Gianni Infantino anunció que Arabia Saudita sería la sede del Mundial en 2034.

En vez de elecciones, esta vez solo fue una formalidad, ya que la propuesta saudí no tuvo oposición.

El mundo sabía que la FIFA y el reino saudí habían contraído siniestro matrimonio y otra Copa del Mundo patrocinada por desierto y pozos petroleros era una inevitabilidad.

Los 211 miembros de la FIFA no tuvieron voto, solo pudieron aplaudir tras sus pantallas de Zoom, en un macabro retrato de nuestra realidad post-covid.

Ahora ya sabemos que tendremos otro Mundial invernal y todo el desorden que eso conlleva para las ligas alrededor del mundo.

Todos tendrán que alterar su calendario y la saturación de juegos seguirá causando lesiones innecesarias.

Ya hay varias voces en la cancha pidiendo más tiempo de descanso y recuperación. Del lado del aficionado, entre más partidos se juegan, más pierden de significado e importancia.

Once de los 15 estadios propuestos para el Mundial de Arabia Saudita todavía tienen que ser edificados.

Es muy probable que una fuerza laboral migrante será la que tendrá que cargar la losa sobre sus espaldas.

Si las condiciones y los derechos de los obreros son similares a las que se vieron en Qatar, miles de trabajadores darán sus vidas para que el espectáculo del fútbol pueda continuar… y los sobrevivientes tendrán nula o mínima compensación por su trabajo.

Uno esperaría que la FIFA aprendiera sus lecciones y uno pudiera creer el discurso que eventos como el Mundial son un faro de igualdad que marcan un antes y un después en los terrenos que toca.

Las familias sudafricanas desplazadas en 2010 o los estadios pudriéndose en la selva amazónica de 2014 son recordatorios de lecciones ignoradas.

Aun después de Qatar, cuando la FIFA contrató un investigador independiente que determinó que ellos mismos propiciaron esas condiciones deplorables que llevaron a su muerte a miles de obreros migrantes, trabajando jornadas bajo un sol imperdonable, la FIFA hasta el momento no ha hecho nada o aprobado una reforma para mejorar sus condiciones laborales.

El objetivo de Mohammed Bin Salman, príncipe de Arabia Saudita y de facto líder, diversificar la economía saudí y su estrategia es hacerlo a través del deporte, para que los ojos del mundo volteen a ver el espectáculo y finjan ceguera ante las violaciones a derechos humanos debajo de la superficie.

En la FIFA encontró un aliado que siempre le ha importado y ha priorizado una cosa por encima del futbol, el dinero.

 

 

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Turbulencia en la Casa Blanca

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Hasta el momento el fichaje de Kylian Mbappe es un experimento fallido * Todavía hay tiempo para que el Real Madrid destrabe su campaña de Champions League y para que el astro francés enderece su rumbo sobre el césped del Santiago Bernabéu, pero ambos tienen que hacer autocríticas introspectivas y encontrar soluciones este invierno

 

DIEGO CASTILLO

 

El fichaje de Kylian Mbappe por el Real Madrid sólo puede ser caracterizado como un experimento fallido hasta el momento.

La mística ganada por los merengues tras grandes hazañas y heroicas remontadas se ha estado disipando esta temporada con derrotas que no eran habituales y ponen al astro francés en el ojo del huracán.

El Real Madrid tiene que tener mucho cuidado, porque hoy sigue siendo el campeón defensor de la Champions League y el contrincante más intimidante en todo el Viejo Continente y el mundo, pero si pierde ese sello o los demás ven que la corona está protegida sólo por una cortina de humo, recuperar ese estatus es como escalar una montaña desde la base.

Ya pocos se acuerdan, pero antes de esta época de dominación madridista, las cosas eran muy distintas.

Antes, la instancia de octavos de final era el invierno ruso para los blancos. Empezando en la temporada 2004-2005, Real Madrid se despidió de su añorada orejona en esta ronda seis temporadas seguidas, después vinieron tres temporadas donde las semifinales fueron la aduana infranqueable.

Esta temporada quizá no se han acostumbrado a la fase de liga que adoptó la Champions League, pero ahora se encuentran en la última posición que les permitiría acceder a la siguiente fase.

Ya fueron doblegados en casa por el Milan, algo que no pasaba desde el 2009. También perdieron en Anfield, con Mbappe errando desde los once pasos.

El imperio merengue se encuentra al borde de la cornisa y con sus enemigos dándose cuenta que hay rupturas en la armadura.

Necesitan que Kylian empiece a jugar como lo que es, o lo que ha sido, un campeón del mundo con un dinamismo intratable.

En teoría este sería un matrimonio en lo futbolístico, digno de una novela de Jane Austen, y todavía tiene chance de tener ese desenlace, pero por ahora las energías de Real Madrid no están en sintonía.

Si analizamos los números, Mbappe lleva 10 goles en 20 partidos con la camiseta de los galácticos, no son estadísticas pobres, pero tampoco reflejan la incomodidad que se percibe cuando está jugando el atacante francés.

Carlo Ancelotti le pide que sea centro delantero en su esquema; el problema es que Kylian no se siente cómodo en dicha posición y no ha podido adaptarse.

Hay precedentes que indican que el astro francés puede y debe asentarse en el rol protagónico de un nueve. Su paralelo y antecesor más directo es Thierry Henry, quien también sus primeros pasos futbolísticos los dio como extremo y no fue hasta que reculó el Arsenal de Arsene Wenger que floreció como centro delantero y se convirtió en el máximo artillero del club londinense.

Es justo Thierry Henry, quien ha tenido las críticas más punzantes para Mbappe, subrayando la ineficacia de sus movimientos y distanciamiento con el resto de sus compañeros.

Otra luminaria del Real Madrid y selección francesa, Karim Benzema, ha señalado fuertemente a su ex compañero nacional y dice que se tiene que adaptar sin excusas a su nueva posición si quiere tener una larga carrera en la casa blanca.

El último problema, y el más profundo, es el estado mental del astro francés. Aunque en varias veces ha manifestado que el Real Madrid es un sueño, pero su salida del Paris Saint Germain fue tempestuosa, y ya una vez hace tres años rechazó su primera oportunidad para tomar el tren a Madrid. Eso le ganó cierto escepticismo en los ojos del aficionado merengue, que no lidia con el rechazo de la manera más armoniosa.

A todo esto, le podemos sumar su complicada situación con su selección. Antoine Griezmann se retiró del combinado galo sin muchos reflectores y con un aire de inconformidad al poco reconocimiento por su trayectoria.

El gafete de capitán naturalmente recayó en Mbappe, pero desde entonces ha brillado por su ausencia en las listas de Didier Deschamps.

Hace un mes, cuando fue confrontado por la prensa sobre la omisión de su mayor estrella, Deschamps dejó dos cosas muy claras: Kylian quería venir a su selección y Didier decidió que era mejor para el grupo que se quedara en Madrid.

Todavía hay tiempo para que el Real Madrid destrabe su campaña de Champions League y para que Kylian Mbappe enderece su rumbo sobre el césped del Santiago Bernabéu, pero ambos tienen que hacer autocríticas introspectivas y encontrar soluciones este invierno.

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