La Embajada de Estados Unidos fue víctima de un acto vandálico de un grupo de personas inconformes con los sistemas educativo y de salud impuesto por el presidente Juan Orlando Hernández de Honduras.
Los hechos tuvieron en medio de una nueva jornada de protestas por parte de médicos y maestros en Tegucigalpa capital hondureña.
Los manifestantes echaron mano de llantas a las cuales les prendieron fuego en la entra de la embajada norteamericana.
La oportuna intervención de los militares y policías de la zona evito que el fuego se propagara provocando un incidente mayor a la edificación.